Por: Susanna Ray
Cuando Ziad Sankari tenía 17 años, su padre murió de un ataque al corazón.
Esa tragedia, que los doctores dijeron se pudo haber evitado su hubiera existido una manera de monitorear su corazón, impulsó a Sankari a estudiar la actividad eléctrica cardiaca. El emprendedor libanés se decidió a fundar una empresa pionera en tecnología médica, CardioDiagnostics, especializada en desarrollar productos de monitoreo cardiaco y servicios para doctores y pacientes.
A diferencia de un dispositivo de grabación portátil, que los pacientes del corazón se amarran por un día o dos para registrar su actividad cardiaca para que el doctor la pueda analizar en su siguiente cita, la innovación de CardioDiagnostics permite a los cardiólogos monitorear a los pacientes de manera remota por periodos extendidos de tiempo. Y lo que es tal vez más importante, los doctores tienen acceso en tiempo real a esos datos a través de los centros de monitoreo en Estados Unidos y Líbano.
“Hay un gran empuje en medicina para tratar al paciente como si estuviera internado, pero con un escenario de paciente sin internar”, comenta el Doctor Rodney Samaan, cardiólogo en California. “La telemetría móvil nos permite monitorear cualquier arritmia que pudiera matar al paciente. Y somos capaces de hacerlo en el entorno de su casa, en su trabajo, y en cualquier entorno social”.
Sankari y su equipo desarrollaron un algoritmo capaz de analizar la actividad eléctrica del corazón y detectar algunos problemas y querían que esos algoritmos estuvieran disponibles a través de la nube y de dispositivos wearable, pero se sintieron “bastante frustrados” con las opciones tecnológicas que tenían a la mano, comenta Sankari.
“No podíamos construir el producto y la tecnología que el mercado en realidad necesitaba”, recuerda. Cuando el grupo se cruzó con las tecnologías de Microsoft Azure, “literal, transformó nuestra capacidad de crear productos escalables, disponibles y duraderos”.
La plataforma tiene cumplimiento de normas integrado para la Ley de Portabilidad y Responsabilidad de Seguros Médicos (HIPAA, por sus siglas en inglés), lo que brinda esa “ultra seguridad” requerida para tecnología de grado médico y las consideraciones especiales cuando se manejan datos de pacientes, comenta Sankari.
Por sí solo, el dispositivo tiene el peso y tamaño de un teléfono móvil y cuenta con un estuche para que los pacientes puedan utilizarlo en un cinturón o sujetarlo en su muñeca. Los pacientes pueden realizar su rutina normal con el dispositivo, incluso pueden hacer ejercicio o viajar, y lo pueden cargar mientras lo utilizan.
Los cables conectan el dispositivo a electrodos que el paciente adhiere a su cuerpo en ubicaciones designadas, para monitorear el corazón desde diferentes ángulos. De manera automática, el algoritmo detecta arritmias, o anomalías rítmicas que pueden servir como señal de advertencia para algo serio. Si de pronto un paciente comienza a sentir síntomas, él o ella pueden oprimir un detonante de manera manual, el cual, envía un mensaje al centro de monitoreo.
“Estoy aquí, en California, en Los Ángeles, el paciente podría estar en Los Ángeles o Hawái o Tailandia, y aun así podría monitorear a ese paciente a través de la nube”, comenta Samaan, el cardiólogo. “Es un evento que puede cambiar la vida del paciente en términos de tener la confianza de que van a estar bien”.
Los esfuerzos de Sankari han llamado la atención en el nuevo y creciente campo de la telemetría cardiaca móvil, la cual ayuda a salvar vidas mientras se vuelve un impulsor importante del mercado global estimado de $26 mil millones de dólares de dispositivos de administración de monitoreo de ritmo cardiaco.
“Creo que mi padre estaría muy orgulloso del trabajo que mi equipo y yo hemos hecho con esta tecnología”, comenta Sankari. “Creo que se daría cuenta que su partida no fue en vano”.