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Colores luminosos: cómo glassybaby ayuda a las personas a sanar con vidrio soplado

Por: Vanessa Ho, News Center Corp.

Lee Rhodes era madre de tres pequeños cuando fue diagnosticada con cáncer de pulmón en 1998. Durante esos agotadores años de su vida, en ocasiones encendía por las noches una vela en una taza de cristal hecha a mano – un pequeño gesto que brindaba enorme esperanza.

“Tener esta luz colorida, brillante y danzante cambiaba la manera en la que me sentía al final del día”, comenta Rhodes.

En 2001, la experiencia la inspiró a arrancar glassybaby, una compañía ubicada en Seattle que fabrica y vende hermosos porta velas de vidrio soplado y brinda 10 por ciento de todas sus ventas a beneficencias. Mientras iba a quimioterapia, Rhodes notó que algunos pacientes no asistían a sus citas debido a que no podían encontrar quién cuidara a sus hijos, o no tenían dinero para el estacionamiento o para la tarifa del autobús. Ella sabía que quería que su empresa diera esperanza a otras personas.

“El poder de dar en glassybaby es el corazón y el alma de quienes somos y lo que hacemos”, comenta Rhodes. “La manera en la que medimos lo bien que nos va cada año es al ver cuánto dinero donamos. Esa es toda nuestra motivación”.

Los porta velas de glassybaby en la tienda de la empresa en el barrio Madrona en Seattle.

“Al mismo tiempo, tenemos que mantenernos en el negocio. Mi CEO no deja de decirme, ‘Ok, eso es fabuloso, pero recuerda que necesitamos pagar las cuentas y mantener las luces encendidas”, comenta con una cálida sonrisa.

Veinte años después de que Rhodes encendiera por vez primera una vela como paciente con cáncer, las luces de glassybaby siguen encendidas. La empresa que inició en una cochera ahora tiene cuatro tiendas en Washington, tres en California y una en Oregon y está cercana a cerrar un total de por vida de 9 millones de dólares en donaciones a beneficencias.

Su fórmula para el éxito combina el centenario arte del vidrio soplado con un lugar de trabajo moderno con nuevas tecnologías para los trabajadores de primera línea – todos dotados con un propósito y con mucha compasión.

“Ser capaz de ayudar a la gente con nuestra misión es lo que me mueve”, comenta Rhodes. “¡Es el modelo de negocios más bobo del mundo! Imagínate, donar el 10 por ciento de las ganancias. Pero lo único que nunca hemos hecho en glassybaby es cambiar nuestra forma de ser. Eso nos ha mantenido auténticos y reales”.

La compañía fabrica y vende solo dos productos: porta velas y vasos para beber. Cada artículo requiere el complejo trabajo en equipo de cuatro sopladores de vidrio que giran, cortan y dan forma a vidrio fundido que ha sido calentado en hornos a 2,300 grados en una de las dos “tiendas calientes” de glassybaby.

No hay producción en masa o una línea doméstica diversa – sólo trabajo artesanal en cristal en cientos de colores y el hecho de que glassybaby no se trata sobre los porta velas, sino sobre las experiencias.

Cada luminoso color tiene un nombre único, como “true love” (amor verdadero), “frog hunting” (cacería de ranas), o “skinny dip” (nado desnudo). En muchas ocasiones los clientes compran los productos de glassybaby como regalos para conmemorar grandes eventos, desde bodas a nacimientos, a vencer una enfermedad o el fallecimiento de algún ser querido.

“Representamos lo que una flor representa”, menciona Rhodes. “Vendemos una conexión o un lenguaje que pueden utilizar para la gente, cuando en ocasiones no tienes las palabras para hacerlo. Es por eso que cada glassybaby tiene un nombre”.

White Light Fund, la organización sin fines de lucro de la compañía maneja donaciones caritativas a cientos de organizaciones que “ayudan a la gente, animales y a sanar al planeta”, entre las que se encuentran la Sociedad Americana contra el Cáncer, Conservation International y Retiti Elephant Sanctuary.

La cultura de donación es atractiva tanto para los clientes como para los 400 empleados de glassybaby, quienes han ayudado a que la empresa crezca. Pero el crecimiento ha creado nuevos retos en la manera de comunicarse y trabajar en conjunto, en especial entre empleados que no están sentados en un escritorio todo el día.

Entre los 175 empleados de tienda de glassybaby, agendar turnos y mantenerse conectados se ha vuelto cada vez más complicado, con hojas de cálculo impresas y pegadas en una pared, cambios de turno en notas adhesivas, y mensajes esparcidos entre mensajes de texto, emails, correos de voz y notas escritas a mano. No había mucha responsabilidad respecto a quién cambió qué y no había un solo lugar para la comunicación y la colaboración. Muchos empleados también son estudiantes universitarios que de manera frecuente tienen que cambiar turnos para acomodar sus cambiantes horarios.

“Cuando hablas de tener 30 empleados que dejan notas por todos lados, se vuelve una locura. Había mucho para dar seguimiento”, comentó Vicki Fredman, quien manejó una de las tiendas glassybaby de Seattle antes de convertirse en la directora de asociaciones.

En 2017, glassybaby comenzó a utilizar herramientas modernas de Microsoft para gestionar agendas, compartir información y chatear con los colegas. Las herramientas han ayudado a los empleados a trabajar en un solo sistema seguro y les ha ahorrado horas de tedioso trabajo.

Vicki Fredman (derecho), directora de asociaciones en glassybaby, chatea en el trabajo con los empleados Taylor Paddock (izquierda) y Abbie Webb.

“Agendar es mucho más sencillo”, comenta Fredman. “Los empleados pueden estar al tanto de las cosas desde sus teléfonos. Pueden comenzar un chat, ‘¿Alguien puede cubrirme el viernes en la noche?’ y alguien acepta. Luego un gerente acepta y el cambio se agrega en automático a la agenda. Ya no hay desorden”.

La tecnología ha fomentado equipos más fuertes, ya sea que chateen sobre turnos o nuevos colores, y le ha dado a los empleados más tiempo para conectar con los clientes. Una de las partes más estimulantes del trabajo de Fredman es aprender por qué los clientes van a una tienda – y responder con amabilidad o con un abrazo.

“No siempre es algo feliz. La gente compra glassybaby después de que alguien ha fallecido o de que perdieron a su mascota”, comenta. “Dar a nuestros empleados ese tiempo extra con los clientes para que escuchen sus historias, y hacer sentir a los clientes que son escuchados y atendidos – eso es algo muy poderoso”.

“Eso es de lo que en verdad se trata glassybaby”.

Conozcan más sobre cómo glassybaby agiliza las agendas de las tiendas y la comunicación con Office 365.

Imagen principal: Lee Rhodes, fundadora de glassybaby. Todas las fotos por Dan Delong.