Cómo la IA puede ayudar a salvar vidas en situaciones de emergencia

Los desastres pueden sacar lo mejor de la naturaleza humana. Personal de servicios de emergencia, equipos de rescate y voluntarios pueden trabajar sin descanso, y en ocasiones ponen en riesgo su vida.

Ya sea que respondan a un desastre natural o a otro accidente, los equipos de rescate y ayuda utilizan cada vez más IA como una herramienta vital para salvar vidas y llevar la ayuda al lugar adecuado en el momento preciso.

Estas son algunas de las tecnologías de organizaciones más allá de Microsoft que hacen la diferencia en zonas de desastre.

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Rescatadores robóticos

Cuando un edificio colapsa, los rescatadores buscarán vacíos, espacios entre los escombros donde una persona pudiera estar atrapada. Esto por lo general es una tarea lenta y minuciosa en condiciones peligrosas y de hacinamiento.

Conozcan a Snakebot: Un robot de 5 centímetros de ancho equipado con luces y cámaras que puede entrar en espacios apretados. Desarrollado por la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh, Snakebot puede trepar, escalar, girar e incluso nadar. Los prototipos fueron utilizados después del terremoto de la Ciudad de México en septiembre de 2017. Los operadores enviaron al robot a buscar espacios muy pequeños o inestables para que la gente o los perros de rescate pudieran entrar. A partir de esa experiencia, el equipo que lo diseñó ahora planea agregar micrófonos y sensores que puedan detectar gases peligrosos.

En Japón, el colapso en la planta nuclear de Fukushima después del tsunami que azotó al país en 2011 requirió del uso de robots para ingresar a áreas a las que la gente no podía hacerlo. Los equipos enviaron una variedad de máquinas autónomas controladas de manera remota para inspeccionar y remover las barras de combustible.

Ojo en el cielo

Los drones dan a los servicios de emergencia una vista de pájaro de las zonas de desastre, lo que brinda una utilidad particular en el combate a incendios forestales.

A través de drones de vigilancia que pueden permanecer en el aire por horas, y pequeños cuadricópteros, los operadores en tierra pueden ver el comportamiento del fuego en tiempo real y los peligros que hay en el camino. Algunos drones están equipados con cámaras de imagen térmica o sistemas de imagen por láser que ayudan a los bomberos a construir mapas para predecir hacia dónde se expandirá el fuego.

Los investigadores desarrollan formas de utilizar enjambres de drones autónomos para ayudar a los bomberos en tierra. El Laboratorio de Ciencia y Tecnología de Defensa en Reino Unido y el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos realizaron de manera reciente la competencia Swarm and Search AI 2019 Fire Hack, para buscar nuevos algoritmos y aplicaciones IA para planear y ejecutar misiones complejas con drones.

Incendios devastadores recientes como el Camp Fire 2018 en California demuestran la necesidad de tales recursos.

Ayuda dirigida

Cuando un desastre golpea, grandes cantidades de información fluyen hacia salas de control y a centros de llamadas de emergencia. Darle sentido a esta información es vital para dar prioridad a la respuesta y desplegar recursos y personal de manera correcta.

La IA puede rastrear vastas cantidades de datos en un corto tiempo, detectar patrones que tal vez no sean aparentes para las personas bajo estrés. Sus capacidades incluyen priorizar llamadas de emergencia y analizar redes sociales para crear una fotografía del desarrollo de los eventos en tiempo real. El programa Open Data de DigitalGlobe, que brinda imágenes de satélite de alta resolución para la respuesta ante desastres, fue utilizado después del Ciclón Idai en 2019 para identificar caminos, edificios e infraestructura dañados desde el espacio.

En septiembre de 2018, Microsoft anunció el programa AI for Humanitarian Action en colaboración con las Naciones Unidas. Esta iniciativa de Microsoft de 40 millones de dólares a cinco años aprovecha el poder de IA para ayudar en la recuperación en caso de desastres y apoya a organizaciones humanitarias y no lucrativas a través de subvenciones financieras, asociaciones e inversiones en tecnologías, además de experiencia técnica. Esta labor abarca las áreas de respuesta ante desastre; refugiados y personas desplazadas; derechos humanos; y las necesidades de los niños, y es parte de la suite AI for Good de Microsoft, un creciente compromiso de $125 millones de dólares que utiliza IA para ayudar a desbloquear soluciones para algunos de los más grandes desafíos de la sociedad.

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