two women looking at orange trees

Del agricultor de naranjas en Brasil al fabricante de jugos en Alemania, la sostenibilidad se convierte en una apuesta ganadora

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Neufert es el gerente de adquisiciones y líder del área clave para abastecimiento sostenible de la empresa alemana de jugos de frutas Eckes-Granini, y también proviene de familia agrícola. Fue a Brasil para aprender acerca de un programa que ayuda a pequeños productores como Zanardi a administrar campos agrícolas sostenibles y rentables. El programa, Fruto Resiliente, es operado por una organización internacional llamada Solidaridad.

Incluso hace una década, un pequeño agricultor en Alemania y uno en Brasil no tendrían ninguna razón para conocerse. En este caso, los dos se unieron porque Eckes-Granini reconoce que los pequeños agricultores como Zanardi son una parte fundamental de sus esfuerzos por crear una cadena de suministro sostenible, en especial para el jugo de naranja, su producto más popular. Mediante el uso de tecnología de datos avanzada, Eckes-Granini ha adoptado la sostenibilidad como parte de su estrategia comercial.

Cuando Neufert recorrió la granja de Zanardi con otros compradores de frutas, ella les contó su historia.

En 2021, el esposo de Zanardi murió por Covid, por lo que ella quedó totalmente sola. Aunque el matrimonio había vivido en su finca agrícola durante casi 25 años, el esposo dirigía el negocio y cuidaba de los naranjos. Ella criaba a sus dos hijos y cuidaba de la casa.

«No sabía nada de la finca», recuerda durante una videollamada desde sus 80 acres en el estado rural de Sao Paulo. «Y realmente no tenía preparación alguna».

Dos mujeres trabajan juntas en una mesa fuera de una granja.

La agricultora de naranjas Sandra Zanardi, a la izquierda, con Selma Coelho, agente de extensión de Solidaridad, en el estado de Sao Paulo, Brasil. Foto de Avener Prado para Microsoft.

Zanardi explica cómo Selma Coelho, una representante de Solidaridad, llegó a su vida. Coelho había escuchado que Sandra necesitaba ayuda y comenzó a entrenarla para administrar su huerta. Solidaridad, que está financiada con el apoyo de empresas como Eckes-Granini, ofrece capacitación gratuita a grupos que incluyen desde agrónomos a pequeños agricultores.

«Cuando conocí a Selma empecé a tener motivación», dice Zanardi. «Estaba dispuesta a intentarlo».

A pesar de que el hogar de Neufert está al otro lado del mundo, en Alemania, el ejecutivo empatizó con los desafíos de Zanardi. Él había heredado una pequeña finca de sus padres en las montañas Harz en la Baja Sajonia, en el centro-norte de Alemania.

«Su historia me conmovió porque yo también soy agricultor, y los problemas son universales», dice Neufert en una oficina en la planta embotelladora de Eckes-Granini cerca de Bonn, Alemania. «Mantener el negocio en la familia, llegar a fin de mes, cuidar la tierra para la próxima generación».

Neufert dice que su visita a la finca de Zanardi fue una de las muchas experiencias que han dado forma a su filosofía sobre su trabajo. Él cree que su responsabilidad va más allá de tan solo comprar los ingredientes para el jugo que comprarán los consumidores europeos. Para Neufert la idea de una «cadena de suministro sostenible» está fundamentada en cada mano que toca esa fruta, desde el árbol hasta la botella, y en la tierra en la que crece. Y no importa si esa tierra está en Alemania, Brasil, Perú, Polonia o España.

«Cuando pienso en mi trabajo», dice Neufert, «creo que se trata tanto de asegurar que los pequeños agricultores puedan tener éxito como de vender jugo, aunque les digo a los vendedores que necesitamos vender más jugo para poder apoyar a estos agricultores».

Hay leyes europeas sobre responsabilidad corporativa hacia el medio ambiente y los derechos humanos que está previsto que sean aprobadas en los próximos años. Algunos países europeos, como Alemania, ya tienen sus primeras leyes.

Para Neufert, las leyes son secundarias; en su opinión y en la de la empresa, el ser sostenible es un buen negocio, y rentable, como lo es asegurarse de que las condiciones de trabajo sean seguras y que se respete el medio ambiente. Esto protege la reputación de las marcas que produce Eckes-Granini y hace que los clientes se sientan bien con los productos que compran. Eckes-Granini se ha fijado el objetivo de que el 100 por ciento de su jugo provenga de fuentes sostenibles para 2030.

Asegurarse de que todas las empresas con las que Neufert trabaja utilicen las mejores prácticas es una tarea compleja que requiere diligencia, relaciones a largo plazo y tecnología, dice el ejecutivo.

Para ello, debe hacer un seguimiento de cientos de vendedores y proveedores: ¿cumplen con las leyes laborales? ¿Regulaciones ambientales? ¿Seguridad alimentaria?

Esta es una tarea compleja para una empresa como Eckes-Granini, el mayor productor europeo de jugos de fruta de marca. La compañía, que es de propiedad familiar, compra todo su jugo de naranja convencional a Brasil, que es el mayor productor de naranjas del mundo. Tres de cada cinco vasos de jugo de naranja consumidos en el mundo provienen de huertas brasileñas, según la Asociación Brasileña de Exportadores de Cítricos.

Eckes-Granini también compra manzanas, bananas y muchos otros tipos de concentrados de frutas y sabores para hacer diferentes recetas. La compañía vende sus jugos de frutas en toda Europa con marcas como Granini, Pago, Joker y Hohes C. Hacer un seguimiento del origen de los ingredientes y de las condiciones en las que se produjeron y procesaron requiere montañas de datos.

Neufert utiliza información de las agencias Sedex  y EcoVadis, que proporcionan calificaciones de sostenibilidad de empresas y una amplia gama de datos sobre las prácticas laborales, de seguridad y ambientales de cada compañía. Eckes-Granini también recopila su propia información. Como dice Neufert, es fundamental «tener la investigación hecha sobre quiénes son los actores en tu cadena de suministro, en qué posición, y cuál es exactamente su función» – proveedores, cooperativas agrícolas, procesadores, transportistas – todos los actores que componen la cadena de suministro de jugo de fruta.

Con sólo otra persona para ayudar, Anastasiia Strukova, experta en abastecimiento sostenible de Eckes-Granini, el trabajo de ingresar e integrar los datos era abrumador.

Neufert recurrió a Microsoft en busca de ayuda. Henry J. Kroeger, especialista en datos de Azure, y Frank Geisler, de GDS Business Intelligence, un socio de Microsoft, ayudaron a Neufert a diseñar un sistema único.  Crearon un modelo de datos a medida en la plataforma de datos inteligentes de Microsoft. Usaron Azure Data Factory Flows para automatizar el proceso de introducción de datos en una base de datos central.

Vemos muchas cosas evidentes de repente, y eso es fantástico

Para analizar los datos, personalizaron un panel de Power BI. Power BI es una plataforma alojada en la nube que facilita la visualización de información general de determinados tipos de datos. En este caso, eso significaba cosas como los niveles de riesgo asociados con un país específico o todos los datos sobre un tipo de fruta. Aún más importante es que esta herramienta facilita la profundización en los detalles sobre un proveedor o vendedor en particular. La información también es más fácil de compartir.

Neufert dice que con el panel de Power BI puede explorar los datos en formas que hacen su trabajo más fácil. «Vemos muchas cosas evidentes de repente, y eso es fantástico», dice el ejecutivo. «Antes, apenas rascábamos la superficie sin llegar en verdad a un panorama integral».

Neufert muestra un ejemplo de un proveedor de mango cuyos trabajadores tienen sólo un día libre por semana y trabajan más de 40 horas. «No está bien. Cuando este tipo me llame de nuevo, le voy a decir: ‘Mira, necesitamos tener una charla. Esto tiene que cambiar, o no vas a ser proveedor o procesador nuestro nunca más».

Algunos vendedores, proveedores y cooperativas agrícolas se muestran escépticos cuando Neufert comienza a explicar la idea de que administrar un negocio que cumpla con las pautas de sostenibilidad puede ser más costoso a corto plazo, pero más rentable a largo plazo.

Les explica su filosofía a través de un conjunto de cartas que él creó y que llama «el juego que nadie pierde». Tiene cartas para cada jugador: el agricultor, los vendedores, los procesadores y Eckes-Granini como enlace con el consumidor.

Un retrato de un hombre en un entorno arbolado en el exterior.

Bernd Neufert, director de compras de la empresa alemana de zumos de frutas Eckes-Granini en la planta embotelladora de la empresa cerca de Bonn, Alemania. Foto de Anastasia Pivovarova para Microsoft.

«Tenemos algunas reglas básicas», dice. «La primera es que se trata de relaciones a largo plazo. Y debido a que sólo inviertes en una relación a largo plazo, la segunda regla es la confianza. Entonces, cuando voy a un proveedor le digo lo que me gusta y lo que no me gusta, y espero lo mismo de ellos. Y el tercer elemento es el trabajo en equipo. Tenemos que trabajar juntos en esto».

Cuando todos los jugadores se comprometen con el juego, dice Neufert, la idea de «cadena de suministro sostenible» beneficia a todos los involucrados, lo que garantiza un suministro constante de fruta de calidad para su empresa así como un trabajo estable para las familias de agricultores y estabilidad y ganancias a largo plazo para todos los jugadores. Además, es mejor para el medio ambiente.

Es por eso que Eckes-Granini, junto con otras compañías de alimentos, apoya a organizaciones como Solidaridad. En este caso, la competencia es dejada a un lado con el objetivo de canalizar recursos para maximizar el impacto en el terreno y apoyar a tantos productores pequeños como sea posible.

El programa Fruto Resiliente comenzó en noviembre de 2019 y trabaja directamente con unos 300 productores de naranjas en Sao Paulo y Minas Gerais, donde se cultivan la mayoría de las naranjas de Brasil. El programa espera llegar a trabajar de manera directa con 480 productores en la región. Sus programas en línea han llegado a otros 800 agricultores, según el director del programa, Guilherme Ortega. El objetivo es ayudar a los pequeños agricultores a tener éxito con mejores prácticas agrícolas, así como apoyar condiciones de trabajo mejores y más seguras.

«Lo que vemos es que los productores, y en particular el pequeño agricultor, son la columna vertebral de nuestras cadenas de suministro», dice Neufert. Según el ejecutivo, los productores más pequeños a veces carecen de los recursos o la capacitación para cumplir con los estándares ambientales, de salud y seguridad, y necesitan apoyo. «Proporcionan la producción variable y, por otro lado, son un factor de riesgo, por lo que debemos cuidarlos».

Lo que vemos es que los productores, y en particular el pequeño agricultor, son la columna vertebral de nuestras cadenas de suministro

Dos mujeres en un campo de naranjos en la zona rural del estado de Sao Paulo, Brasil.

La agricultora de naranjas Sandra Zanardi, a la izquierda, con Selma Coelho, representante de Solidaridad, en el estado de Sao Paulo, Brasil. Foto de Avener Prado para Microsoft.

Selma Coelho, la agente que trabaja con Zanardi en su finca en la zona rural de Brasil, está de acuerdo, como explica durante una videollamada junto a Zanardi.

«El pequeño productor en general, en Brasil, tiene infinitas dificultades: acceso al crédito, acceso a proveedores», dice Coelho. Según  Fundecitrus, en los últimos 10 años el número de agricultores con propiedades de menos de 50 hectáreas en la región productora de naranjas se ha reducido a la mitad.

Coelho dice que una de las razones por las que estaba ansiosa por ayudar a Zanardi era que quería atraer a más mujeres al programa Fruto Resiliente.

Zanardi, por su parte, dice que ha llegado a confiar en Coelho para algo más que consejos agrícolas.

«Además de la motivación que ella me da, nos hemos hecho amigas, ¿verdad, Selma? Cuando tengo dudas, me pongo en contacto con ella, ella me las aclara», dice la agricultora.

Zanardi cuenta que está a punto de entrar en época de cosecha. Ella cultiva dos variedades de naranjas, Hamlin y Westin, y a pesar de que ha tenido demasiada lluvia este año, la cosecha se ve bien.

No es fácil manejar la finca. Zanardi señala que es rara la noche que duerme bien, que puede ser difícil negociar en una industria dominada por hombres, y que el trabajo es duro. Pero ella ya ha comenzado a hacer planes para el futuro de su finca.

«Sueño con hacer muchas cosas», dice, «con renovar las parcelas de los huertos de naranjas, que ya están anticuadas, con ampliar la operación. Ahora soy una persona nueva».

Imagen principal: Selma Coelho, a la izquierda, representante de Solidaridad, con la agricultora de naranjas Sandra Zanardi en el estado de Sao Paulo, Brasil. Foto de Avener Prado para Microsoft.