Ella quería tomar fotos. Él quería entender las películas en inglés. Así es como les ayudó la inteligencia artificial.
La última vez que pudo ver a su familia, sus animales o sus queridas flores tenía 11 años. Monique Van den Abbeel nació con un glaucoma congénito que dañó el nervio óptico, se quedó ciega del ojo derecho a los cuatro años y perdió la visión del ojo izquierdo siete años después. Varias operaciones realizadas a lo largo de los años no supusieron ningún cambio para la niña de Brujas, Bélgica.
Los recuerdos visuales de sus personas y objetos queridos permanecieron con ella, pero empezaron a difuminarse. Ahora, con 43 años y tan valiente, rebelde e independiente como cuando era una niña, ansiaba poder usar su smartphone ella sola para fotografiar todas aquellas cosas que le producían –y todavía le producen– alegría como un modo de «activar mis recuerdos y conservarlos todos», nos comenta.
En la ciudad de Lokeren, a más o menos una hora en coche de Brujas, a un resuelto muchacho de 17 años le gusta nadar, escuchar libros de audio y ver películas y programas de TV por streaming con su familia los fines de semana cuando llega a casa después del colegio.
En Bélgica, muchas de las películas y series de TV están en inglés con subtítulos en holandés. Aunque Wouter De Brandt habla holandés, tiene dificultades para leer en este idioma debido a una discapacidad visual de origen cerebral, resultado de una lesión en el cerebro antes y durante el parto. Cuando intenta leer, le dan náuseas y se siente mareado y desorientado. Quería contar con una manera de escuchar las películas que ve su familia en holandés.
Van den Abbeel y De Brandt no se conocen, aunque a los belgas les encanta decir que conocen a casi todo el mundo en un pequeño país que apenas tiene 145 kilómetros de ancho y 280 kilómetros de largo.
Pero sus esperanzas –poder hacer fotos en el caso de Van den Abbeel y entender los diálogos mientras su familia ve películas en el caso de De Brandt– se harían realidad gracias a un pequeño equipo de personas que no solo entendían sus frustraciones, sino que también estaban determinados a ayudarlos.
Entre ellas estaba Katrien De Graeve, una programadora y desarrolladora web casi autodidacta que se siente cómoda con la tecnología, pero no tanto con la atención. Nacida en Francia, De Graeve se instaló en Bélgica y comenzó a trabajar para empresas que crean sitios y aplicaciones web de comercio electrónico.
En 2008, fue contratada por Microsoft Bélgica, donde en los últimos 11 años desempeñó varias funciones, desde evangelista de desarrolladores hasta el puesto de especialista en Internet de las Cosas que ocupa ahora con el equipo Azure Global Black Belt, conformado por arquitectos de la nube que trabajan con los clientes.
Hace un año, se le pidió a De Graeve que fuera una de las ocho participantes de un nuevo programa, «Team Scheire», un programa de TV belga similar a la serie de documentales de la BBC «The Big Life Fix», en la que inventores crean soluciones tecnológicas para personas con necesidades especiales. (Uno de los invitados a la serie de la BBC fue el investigador de Microsoft Haiyan Zhang, quien desarrolló un reloj que podía cortocircuitar los temblores de las manos de la diseñadora gráfica Emma Lawton, que padece la enfermedad de Parkinson).
De Graeve se incorporó al grupo, aunque con ciertas reticencias, ya que en el programa de TV se iban a filmar sus sesiones de intercambio de ideas con colegas de Microsoft, sus reuniones con Van den Abbeel y De Brandt conforme avanzaban los proyectos y sus sesiones a altas horas de la noche mientras resolvía los problemas ella sola, a menudo durante los fines de semana. No estaba en su «zona de confort»; en concreto, no entendía por qué había aceptado.
“Nunca pensé que me sucedería algo como esto», comenta.
♦♦♦♦♦
De los cientos de solicitudes de ayuda que llegaron a “Team Scheire” del público el último año, antes de la primera temporada del programa, el presentador y periodista de ciencia y tecnología Lieven Scheire y su equipo tuvieron que elegir a 16 personas, cada una de ellas encargada de encontrar alguna manera de ayudar a dos personas cada una.
De todos los problemas, el de Van den Abbeel fue «el más radical», comenta Scheire.
Recuerda una de las primeras sesiones en la que el equipo del programa le habló sobre este caso. “Tenemos una persona ciega que quiere hacer sus propias fotos sin la ayuda de nadie», prosigue. “Nos miramos unos a otros y pensamos algo así como: Ok, entendemos la necesidad, pero ni siquiera vemos el principio de la solución. ¿Cómo ayudas a una persona que está ciega a hacer fotografías?'».
Con la ayuda de sus colegas, De Graeve pensó que había una manera. También estaba dispuesta a ayudar a De Brandt. En él, vio a un joven que no solo quería disfrutar del tiempo libre con su familia, sino también poder comentar las últimas series y programas con sus amigos del instituto, como hacen todos los adolescentes.
♦♦♦♦♦
Cuando hablas con Monique Van den Abbeel te das cuenta al instante –de manera instantánea– de que es una persona extrovertida y lleva de vida con su amplia sonrisa y su entusiasmo cuando habla. Es una diva de las redes sociales, con presencia en Instagram, Facebook y YouTube. Tiene su propio sitio web, que creó, entre otras cosas, para promocionar su autobiografía de 2016, “Like to See! Blind Mama, Strong Woman». Es madre soltera de un hijo de 17 años y espera ser la primera persona de Bélgica en tener un caballo guía (sí, han leído bien, un caballo guía).
Pregunta a su hijo Robin: ¿La madre de alguno de tus amigos es tan activa en Internet como tu madre? «¡No! ¡Ninguna de ellas!», le contesta, maravillado por su energía y perseverancia, que la impulsan a estar conectada al mundo que le rodea. Van den Abbeel imparte conferencias públicas sobre la vida de las personas ciegas y le gusta entretener a su público con espectáculos de humor, danza y baile.
Van den Abbeel ha tomado fotos de su hijo Robin toda su vida, y trata de averiguar cómo y dónde fotografiarlo por su proximidad física y su voz. Ha continuado con las fotos a través de un smartphone casi del mismo modo. Robin ayuda a su madre a elegir las mejores fotos y luego las publica en Internet por ella.
Pero ella quería hacer más que pulsar un botón. Quería saber qué fotografiaba y si estaba enfocado o centrado. Y supo que podría hacer muchas más fotos cuando un caballo enano llamado Dinky, de alrededor de medio metro de altura, se convirtió en su lazarillo al año siguiente.
Los caballos guía son inusuales, pero no algo inaudito, y Van den Abbeel ya se había reunido varias veces con Dinky, que ha sido entrenado para servirle de guía.
Para ayudar a Van den Abbeel, De Graeve se puso en contacto con el equipo de Microsoft que trabaja en la aplicación para smartphone Seeing AI, lanzada en 2017 y diseñada para ayudar a las personas ciegas o con visión deficiente a describir personas, objetos y texto que están a su alrededor.
«Junto con Saqib Shaikh, una de las personas que trabaja en Seeing AI, le contamos nuestras ideas para Monique y ellos vieron una oportunidad de aprovechar el trabajo preliminar de Seeing AI para crear un prototipo especial ‘para Monique'», escribió De Graeve en un artículo de LinkedIn. «Sin este trabajo de campo nada de esto habría sido posible».
La ayuda adicional provino de los colegas de De Graeve que participaron en un hackathon de Microsoft en el campus de Redmond en abril de 2018. Entre ellos estaba Wesley Backelant, un arquitecto de soluciones en la nube con experiencia en analítica avanzada e inteligencia artificial.
«Cuando oí hablar por primera vez del proyecto, de inmediato pensé que la inteligencia artificial sería un componente importante si queríamos cambiar la vida de las personas», señala Backelant. “Saber que lo que creáramos iba a tener un gran impacto en la vida diaria de Van den Abbeel me convenció de inmediato de formar parte del equipo».
Lo que el equipo creó incluía funciones adicionales de aprendizaje automático para que la cámara pueda reconocer en tiempo real y sin conexión 1500 objetos, incluso distinguir vehículos como «coche» o «furgoneta», y después dictarlos en voz alta para que Van den Abbeel elija luego sus propias fotografías.
Además, cuando Van den Abbeel hace fotos horizontales, si no están derechas, el teléfono vibra para indicárselo y le avisa si alguien sale con los ojos cerrados en una foto para que pueda repetirla si quiere. Estas soluciones, creadas para Van den Abbeel, aún no están disponibles para el público.
A través de un modelo de aprendizaje automático, el equipo añadió también funciones de reconocimiento facial a Seeing AI para proporcionar reconocimiento de Dinky en tiempo real.
En un día de pruebas de la aplicación, cuando Monique dirigió la cámara de su smartphone hacia Dinky, escuchó: «Dinky está a la izquierda» (en la pantalla).
Otro sonido, ya incorporado en Seeing AI, le permite saber si hay suficiente luz para hacer la foto.
«Mis ojos nunca volverán a ver, pero de alguna manera esto me ofrece una nueva forma de visión», comenta Van den Abbeel.
♦♦♦♦♦
Wouter De Brandt es el hijo de dos ingenieros eléctricos. Como sus padres, es un chico listo y le encanta aprender. Pero debido a su discapacidad visual de origen cerebral, leer letras y palabras se convierte en algo en verdad doloroso. «Los números se le dan mejor», explica su madre, Sofie Huys.
Lo que ocurre con los números es que “solo tienes del 1 al 9 y da igual si tienes que leer 1,2,3 por separado o si ves 123 todo junto», comenta. Sin embargo, si tienes que leer cada carácter, de uno en uno, «se requiere mucho tiempo y esfuerzo para las palabras largas y, cuando llegas al final, te has olvidado del principio».
Su campo de visión limitado le impide también montar en bicicleta o dar un paseo él solo.
Durante la semana, De Brandt va a una escuela lejos de la casa familiar. Vuelve los fines de semana, cuando Huys, su padre Pascal De Brandt y su hermano Arno ven películas que están en inglés y series de TV con subtítulos en holandés. Parte de su entretenimiento ha sido «The Big Bang Theory», una popular serie estadounidense que lleva mucho tiempo en emisión sobre un grupo de jóvenes físicos y sus amigos.
Pero De Brandt no sabe inglés y no puede leer los subtítulos en holandés debido a su discapacidad. Cuando se enteraron de la existencia de «Team Scheire», sus padres enviaron inmediatamente una solicitud, «ya que buscamos de manera constante herramientas que le hagan más fácil la vida a Wouter», explica Huys.
De Graeve incorporó inteligencia artificial al combinar el reconocimiento óptico de caracteres para los subtítulos en holandés y texto a voz para dictar en voz alta los subtítulos. De Brandt utiliza una laptop Surface equipada con esta solución y se pone unos auriculares de conducción ósea (en lugar de acústicos) para oír los diálogos, sin perderse la música ni los efectos de sonido procedentes de la pantalla.
El adolescente no estaba muy contento con un prototipo anterior que no solucionaba del todo el problema. Él le restaba importancia, como suelen hacer los adolescentes: dicen que nos le importa, pero sí les importa. «Estaba esperanzado, pero sabía que no iba a ser fácil [encontrar una solución], y para ahorrarse una decepción, no se hizo muchas ilusiones», comenta Huys.
Para De Graeve también era frustrante. “Estaba muy estresada y no sabía cómo solucionarlo», explica. No quería defraudar al chico.
Tras meses de trabajo y con la ayuda de colegas, De Graeve desarrolló una aplicación más acabada para De Brandt (el software de la aplicación está publicado como código muestra, disponible para todo el mundo, en GitHub).
De Brandt “estaba sorprendido y feliz», comenta su madre. «Funcionaba mucho mejor de lo previsto».
Pasó mucho tiempo poniéndose al día con los episodios de «The Big Bang Theory». ¿Su opinión? No le encantó.
«A todos nosotros nos encanta ‘The Big Bang Theory’, así que supusimos que a Wouter también le gustaría», explica Huys. “Pero por desgracia no va con él. Sin embargo, al menos sabe que no le gusta; antes pensaba que se perdía algo importante al no ser capaz de entender de qué trataba la serie».
La familia «ya no se siente culpable de ver una película en inglés, porque ahora tiene la opción [de verla o no]», añade. “No siempre nos acompaña, pero ahora puede decidir por sí mismo, mientras que antes no tenía opción».
“Ahora puede hablar con sus amigos del instituto y decir ‘Sí, la he visto’. ‘No, no me gusta’. O ‘sí, está genial'», comenta De Graeve. «Antes, cuando sus amigos hablaban de una película o de otra cosa, decía: ‘No, no la he visto; no sé de qué hablan, por lo que se sentía excluido. Pero ahora… Él solo quiere ser como los demás y creo que esto le ha ayudado un poco en ese sentido, así que es realmente especial».
♦♦♦♦♦
Nick Trogh, un ingeniero de software de Microsoft que trabaja en Bélgica, fue uno de los miembros del equipo que trabajó en los proyectos de De Brandt y Van den Abbeel.
Desarrolló la funcionalidad de detección de objetos de la aplicación para Van den Abbeel, que “le permitía oír en tiempo real qué objetos había en el encuadre de la cámara y dónde estaban situados», como «arriba a la izquierda» o «en el centro, abajo a la derecha».
Como trabajaba con tecnología de inteligencia artificial y visión de cómputo, también contribuyó al proyecto de De Graeve con ideas «sobre cómo optimizar el proceso de reconocimiento de subtítulos en un televisor» para De Brandt.
«Fue todo un honor poder participar en estos proyectos, con el conocimiento de que unas pocas líneas de código podrían hacer tal diferencia en la vida de una persona», explica Trogh.
La primera temporada de «Team Scheire» ha acabado, pero no así el trabajo de De Graeve. Hace seguimiento de De Brandt, con ajustes en la aplicación para que se pueda usar de manera más fácil en las salas de cine. Y ella y Van den Abbeel se han hecho buenas amigas y a veces van juntas al cine. «Ha sido una gran inspiración para mí», comenta De Graeve.
La experta técnica, la que se siente cómoda con la tecnología, pero no tanto con ser el centro de atención, valoró de manera positiva muchas cosas de ambos proyectos. Lo que no calculó bien, según ella, es el impacto que han tenido en su vida De Brandt y Van den Abbeel.
«También a mí me ha hecho evolucionar», afirma De Graeve. “Aún me emociono cuando pienso en ellos. Deseo que se sientan parte de una comunidad, que no se sientan excluidos».
Imagen principal: Monique Van den Abbeel practica las tomas de sus fotos con su smartphone.