Emprendimiento británico siembra revolución agrícola a 30 metros bajo las calles de Londres
¿Buscan inspiración en este Día Mundial de la Alimentación? Un túnel abandonado debajo de las calles de Londres, el cual alguna vez tuvo la función de servir como refugio para mantener a salvo a la gente de los ataques aéreos durante la guerra, quizá no sea el primer lugar que se consideraría visitar, pero es ahí donde la empresa emergente británica Growing Underground realiza un interesante experimento de cultivo subterráneo, cuyo fin es producir productos agrícolas sostenibles que lleguen a las mesas a tan sólo cuatro horas de haberse cosechado.
“Es asombroso ocupar un lugar que se construyó durante una época de destrucción y convertirlo en un lugar para la creación”, dice Richard Ballard, quien, junto con el cofundador Steven Dring, tuvo la idea de utilizar los túneles como una alternativa agrícola limpia y de cero emisiones”.
“Sería maravilloso poder inspirar a otras personas a hacer lo mismo”, comenta Dring. “Esto es sólo el comienzo”.
No hace mucho tiempo, el futuro no parecía muy prometedor para Londres. En enero de 1941, docenas de personas murieron cuando una bomba arrojada desde un avión de guerra alemán dejó un inmenso cráter de 36 metros de ancho lleno de cuerpos sin vida. En abril del mismo año, tras un intenso ataque aéreo en Bristol, la infame “Directiva No. 30 de Hitler” proclamó: “Todo aquel que ame la libertad se unirá en la lucha contra Inglaterra”.
En respuesta, docenas de hombres se enviaron bajo tierra con picos y palas. Si los habitantes de Londres deseaban sobrevivir, tenían que construir túneles.
“Al final del túnel hay dos escalares de caracol que parecen cadenas de ADN entrelazadas”, dice Dring, quien pasa los días sembrando en el túnel de Clapham Common, ubicado a 12 pisos bajo las bulliciosas calles de la ciudad. “Las construyeron de esa manera para que 2 mil personas pudieran llegar a un lugar seguro lo más rápido posible”.
“Es un espacio masivo: dos túneles lineales de medio kilómetro de largo”, comenta. “Hay una planta alta y una baja, como un mezanine; es un lugar gigantesco. El casero nos lanzó las llaves y dijo: ‘Aquí tienen. Es todo suyo’”.
Hace tres años, Dring y Ballard tuvieron una idea que les pareció lo bastante extravagante como para cambiar el mundo. Se autonombraron “Growing Underground” (Cosechar bajo tierra), recaudaron un poco (literalmente) de dinero para semillas, recibieron las llaves y se pusieron a trabajar.
“Compramos un equipo hidropónico barato y un sistema de iluminación finlandés”, dice Dring, riendo. “Y entonces nos pusimos a sembrar lechuga en un túnel”.
Hoy, el refugio antibombas que alguna vez albergó camas literas de tres niveles ahora cuenta con camas de hierbas de tres niveles. Con el rugido del tren subterráneo en el fondo, los agricultores siembran brotes de guisante, rábano, apio y perejil, todos tan deliciosos y nutritivos como los de las granjas tradicionales, y, según algunos, aún mejores.
Cualquier intento por construir una planta moderna tan enorme, con control de temperatura, sellada y subterránea hubiera resultado demasiado costoso, además de tener que cumplir con las normas de construcción actuales. Pero cuando esos túneles se construyeron, la necesidad de crear un refugio seguro durante la guerra proporcionó de manera fortuita a Growing Underground exactamente lo que necesitaba 80 años más tarde.
“Cosechamos en un ambiente muy controlado, bajo un régimen de temperatura e iluminación constante que es muy difícil de reproducir en el exterior”, explica Dring, quien ha complementado los beneficios de la construcción del túnel con un sistema de iluminación e irrigación de vanguardia. “Debido a que nos encontramos muy cerca de los consumidores locales, nuestros productos les llegan en una etapa mucho más fresca que aquellos que tienen que pasar por un ciclo de logística”.
Es imposible ser más local que eso. Growing Underground cosecha sus productos y, literalmente, los sube a la calle; en ocasiones van de la granja a la mesa en sólo cuatro horas. Y desde que el dúo comenzó a operar en junio de este año, se han percatado de que su método puede incluso mejorar el sabor de los vegetales.
“Si juegas con la iluminación puedes crear diferentes formas, tal como una planta más alargada o más tupida, y puedes alterar los azúcares y almidones dentro de la planta”, comenta Ballard, y agrega que el proceso bien podría representar el regreso de las primeras encarnaciones de las variedades de vegetales que la agricultura de gran escala ha ido abandonando con el tiempo. “Ahora hemos empezado a sembrar plantas tradicionales. Los supermercados han decidido dejar de venderlas porque no son muy aptas para transportarse”.
“Solíamos sembrar una mostaza bajo exactamente el mismo régimen alimenticio y temperatura”, dice Dring. “Pero contábamos con un sistema de iluminación LED de dos diferentes proveedores. ¡Y eso producía dos sabores distintos del producto! Ambas mostazas eran deliciosas, pero una sabía a la mostaza inglesa original, con un sabor mucho más intenso”.
Dring y Ballard comparten el objetivo del Día Mundial de la Alimentación de encontrar maneras más inteligentes de alimentar a la gente en todo el mundo, y esperamos que sus métodos se apliquen en otros países.
“Esto se puede hacer en cualquier parte del mundo y en todos los tipos de ambientes”, dice Steven Dring. “En los desiertos y en las minas de carbón, en lugares donde se necesita alimento desesperadamente como África, India y China. En el futuro, este sistema podría tener un impacto significativo a nivel mundial”.
La tecnología de productividad de Microsoft ha sido un ingrediente más en las recetas de Growing Underground desde que su primer rábano era tan sólo una idea.
“Utilizamos un programa de una compañía de software ambiental llamada Priva”, dice Ballard. “Funciona en el sistema operativo de Microsoft y controla todo: desde la iluminación LED hasta el sistema de ventilación y la humedad, es decir, cada uno de los elementos que necesitamos para controlar el ambiente”.
“Utilizamos Surface Pro 3 y OneNote para compartir información”, afirma su socio, y agrega que Growing Underground utiliza desde Excel para hojas de cálculo hasta PowerPoint para presentaciones a inversionistas. “No podríamos trabajar sin Microsoft Office. Para una empresa emergente como la nuestra, es la esencia misma de cómo nos comunicamos”.
Ambos hombres concuerdan en que la comunicación es clave para que los esfuerzos como los suyos tengan un impacto en el futuro.
“Necesitamos relacionarnos con arquitectos, diseñadores y planificadores, así como sostener una conversación profunda en torno al alimento y la sustentabilidad”, dijo Dring. “Ya sea que se trate de la inminente escasez de agua o de la distribución de energía o de la falta de combustibles fósiles en el futuro, tenemos que empezar a hablar acerca de lo que pensamos hacer para remediar esas situaciones. Necesitamos educar a la gente respecto al alimento y la siembra, así como la importancia de cultivar localmente, y buscar espacios arquitectónicos para hacerlo en los pueblos y las ciudades”.
Entonces, si alguna vez se encuentran en algún mercado de Londres, compren guisantes frescos y piense en un futuro que nadie se imaginaba posible en 1941.
“Estos túneles jamás se hubieran construido para producir alimento, y sin embargo son el lugar ideal para hacerlo”, dijo Richard Ballard. “Incorporan un aislamiento diseñado para proteger a la gente, pero que nos permite elevar la temperatura y conservar el calor a la perfección”.
“Queríamos convertir este lugar en algo positivo”, agrega Steven Dring. “Y ese es nuestro objetivo todos los días”.