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Estas casas inteligentes para perros ‘olfatean’ a nuevos fanáticos en Estados Unidos

En una tienda en una esquina de Brooklyn, las ráfagas heladas del East River complicaron de manera reciente los mandados matutinos.

Las mamás irrumpen en la tienda, mientras empujan de manera frenética a sus abrigados niños fuera de la tormenta de 40 millas por hora. En una puerta trasera, los repartidores empujan los carros llenos con flores felices mientras fruncen el ceño debido al frío que se siente en el exterior.

Pero mucho, mucho peor, la fuerte explosión invernal agitó las orejas y arrugó los ojos y las mullidas caras de Coconut y Katie, dos pequeños cachorros con el suficiente encanto para casi ser famosos en Instagram.

Kay Prieto carga a Coconut, a la izquierda, y a Katie, fuera de un mercado en Brooklyn.

“¡Este viento!”, gritó la auto descrita madre perruna Key Prieto mientras pasaba a Coconut y Katie de sus cálidos brazos a la acera. Luego, ella abrió la puerta de una casa para perros de alta tecnología llamada DogSpot y los veía escabullirse hacia adentro.

Momentos después, Prieto también estaba alejada del frío y recorría los pasillos de City Acres Market para comprar comestibles. Dio un vistazo a una aplicación en su teléfono para ver a sus cruzas de Pomerania de 6 años observar a través del vidrio irrompible, y notar que la temperatura de la unidad se encontraba a unos confortables 65 grados (cerca de 18 grados Celsius) por encima de su suelo con calefacción.

“¡Lo aman!”, comenta Prieto, quien vive en Manhattan y visita de manera frecuente Brooklyn a través del subterráneo. “Quisiera llevarlas a todos lados. Tener DogSpot me permite llevarlas a lugares a los que por lo general no puedo meterlas, como el supermercado. Ahora ellas pueden acompañarme más seguido”.

Coconut, Katie, y por supuesto, Prieto, se encuentran entre un creciente número de perros y dueños de perros que utilizan las casas para perro conectadas a la nube de DogSpot fuera de tiendas, restaurantes y centros comerciales en 14 estados de Estados Unidos.

Chelsea Brownridge.

DogSpot describe sus refugios como “pequeños santuarios en la acera” que ofrecen un refugio seguro y limpio para los cachorros que están en su paseo y cuyos dueños deben entrar a un negocio en el que los perros están prohibidos, una alternativa única en su tipo a dejar a las mascotas amarradas o a dejarlas en el auto. Fabricadas en Nuevo Hampshire, las estructuras también tienen aire acondicionado, están ventiladas y son auto higienizantes.

“En la actualidad, los perros son verdaderos miembros de la familia. Queremos incorporarlos a nuestras vidas diarias pero no podemos porque muchos lugares no pueden o no permiten tener perros dentro”, comenta Chelsea Brownridge, cofundadora de DogSpot.

“Mientras tanto, los minoristas en tiendas físicas buscan maneras de que la gente salga de sus casas, se desconecten de internet y regresen a sus tiendas”, agrega Brownridge. “DogSpot ayuda a solucionar ambos problemas al mismo tiempo”.

A través de la aplicación, los usuarios pueden ver a sus cachorros mientras realizan sus compras.

La startup, basada en la plataforma de nube de Microsoft Azure, mezcla elementos de la economía colaborativa, como la renta de bicicletas y scooters, con la conveniencia de los quioscos de auto servicio, como Redbox y Coinstar, un concepto único de negocios que Brownridge llama “el futuro de lo accesible para perros”.

Los usuarios descargan la aplicación gratuita DogSpot, que les permite ubicar y reservar casas para perro locales de DogSpot a través de un mapa digital. Cuando un cliente llega con su cachorro, ellos desbloquean la puerta a través de la aplicación o al tocar el sensor de la casa con su tarjeta de miembro habilitada con RFID.

Los usuarios compran tiempo con un costo de 30 centavos por minuto hasta por 90 minutos. (Las sesiones duran en promedio alrededor de 15 minutos). El animal entra. La puerta cierra el refugio, el cual cuenta con espacio suficiente para albergar perros de hasta 100 libras (alrededor de 45 kilogramos).

Los usuarios pueden ver a su cachorro a través de una cámara dentro de la casa para perros, monitorear la temperatura interior dentro de la estructura aislada y dar seguimiento al tiempo restante, información que es transmitida a la nube y a su dispositivo móvil.

Cuando sus tareas estén completas, los usuarios terminan la sesión a través de la aplicación. La puerta se desbloquea sólo cuando el usuario está presente. Después, luces ultravioleta de hospital bañan el piso y las paredes para matar cualquier bacteria, hongos y virus, incluido el del parvovirus. (Las unidades también son limpiadas a mano, cuando sea necesario, cada día.)

“Es un pequeño lugar seguro”, comenta Stephen Ligambi, residente de Brooklyn que utiliza DogSpot una o dos veces a la semana para comprar comestibles durante sus paseos con Ellie, su cachorro cruza de Labrador.

Stephen Ligambi y Ellie.

En un martes reciente en Brooklyn, Ellie retozaba en un parque para perros con Ligambi antes de que él hiciera una parada para recoger suministros en City Acres Market, justo debajo del Puente Williamsburg.

“¡DogSpot es una gran ayuda para mí! Me permite hacer mis mandados de manera más eficiente”, comenta Ligambi.

Lanzado como una prueba piloto en 2016, la inspiración para crear DogSpot llegó, como tenía que ser, de un perro.

Winston, el vivaz cachorro cruza de terrier de Brownridge, mostraba su “cara de decepción”, ella comenta, cada vez que Brownridge lo dejaba en su departamento de Brooklyn para ir por mandados sin él. Muchos negocios locales no permiten perros y Brownridge no quería dejar a Winston, ahora de 6, amarrado junto a la acera.

“Comenzó a ser un problema personal”, comenta.

Luego se dio cuenta que millones de otros dueños de mascotas enfrentaban los mismos retos. Brownridge y su colega y cofundador Todd Schechter, diseñaron las casas inteligentes para perro y las colocaron fuera de tiendas en Brooklyn en asociación con los dueños de estas.

Ellos también se beneficiaron del programa Microsoft for Startups, que brinda acceso a tecnología a compañías de reciente creación, y les brinda ayuda para ingresar al mercado e impulsar el crecimiento de su base de clientes y de sus ganancias.

Ahora, piensan llevar su idea a nivel nacional, con lanzamientos en ciudades y pueblos en 13 estados más, incluidos Connecticut, Missouri, Michigan, Nevada y Texas. También tienen ubicaciones que llegarán pronto en siete ciudades adicionales, incluidas Washington, D.C., y Seattle, Washington.

Brownridge espera tener 300 casas de perro desplegadas para el verano de 2019 con miles más por llegar. Su visión es la de una red de DogSpots en cada ciudad transitable de los Estados Unidos.

“Conforme se ha profundizado nuestro entendimiento de las necesidades de los dueños de perros, también hemos comenzado a entender cuántas otras audiencias podrían beneficiarse de esta solución, en específico, los dueños de tiendas”, comenta Brownridge.

Los negocios pagan una tarifa mensual de licenciamiento a DogSpot para tener a las unidades situadas justo afuera de sus entradas. Además, las compañías patrocinadoras pagan a DogSpot por tener presencia de su marca en las casas.

Entonces sigue una sacudida en el tráfico peatonal. De acuerdo con la analítica de DogSpot, 48 por ciento de sus usuarios han cambiado su lugar de compras basados en la ubicación de las casas para perros. Aún más, 40 por ciento de los clientes de DogSpot han realizado un viaje no planeado a una tienda para hacer una compra, sólo porque vieron uno de los refugios inteligentes fuera de la tienda mientras paseaban a sus perros.

Las tiendas de comestibles son los puntos más populares. Otras ubicaciones incluyen a minoristas especializados (como una panadería o un spa), áreas de servicio de autopistas y media docena de centros comerciales.

A una hora en auto al norte de Brooklyn, dos DogSpots se encuentran cerca de la entrada principal de Jefferson Valley Mall en el área suburbana del Condado de Westchester, Nueva York. Las letras color magenta en las unidades dicen: “Sí, tiene aire acondicionado y agujeros de ventilación. No, no lo usan como baño. Sí, se cierra. No, no se asustan. Sí, hablamos en serio”.

Alexa O’Rourke da la bienvenida a un perro en el centro comercial de Jefferson Valley.

“En verdad la gente habla sobre ellas”, comenta Alexa O’Rourke, gerente general del centro comercial, que atrae una gran cantidad de tráfico peatonal los fines de semana y es una ubicación favorita para las amas de casa y sus familias. “Han comenzado a generar una nueva forma de pensar”.

Winston. (Cortesía de DogSpot)

Las casas para perro se combinan con el continuo trabajo de O’Rourke, ella comenta, para hacer que el centro comercial se sienta “muy local” al destacar “un sentido de pertenencia para todas las culturas y un sentido de comunidad”.

“La gente se siente cómoda con ellas, y preguntan: ‘¿Qué son estas curiosas cosas?’ Y les encanta que se conecten a su teléfono y que puedas ver a tu perro cuando estás de compras”, comenta O’Rourke.

Los centros comerciales impulsan la expansión suburbana de DogSpot en lugares como Somerville, Massachusetts y Watertown, Wisconsin.

“Crecí en Charlotte, Carolina del Norte, ciudad que en definitiva no es Brooklyn, Nueva York”, comenta Brownridge con una risa. “Así que tengo una idea de la necesidad que hay en estos lugares fuera de las pobladas ciudades”.

Sin embargo, en medio del rápido crecimiento de la compañía, un elemento del negocio se ha mantenido fiel a la historia, como se puede ver en el sitio web de DogSpot.

Representado justo entre Brownridge y Schechter, y nombrado como “cofundador”, está Winston, sentado como un buen chico, con las orejas levantadas y la lengua de fuera.

Imagen principal: Coconut y Katie observan el mundo a través de la ventana de una casa para perro DogSpot en Brooklyn.

Fotos por Jason Tanaka Blaney.