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Jasmine Crowe y Goodr, utilizan tecnología para reducir la huella de carbono de otras compañías

Antes de fundar una corporación lucrativa para el bien que ayuda a otras compañías a esforzarse por obtener cero residuos – que hasta ahora ha desviado más de 2 millones de libras de excedentes de alimentos de los vertederos (alrededor de 1.8 millones de comidas) – Jasmine Crowe solía alimentar a las personas que experimentaban falta de vivienda directo desde la cocina de su pequeño apartamento de una recámara en Atlanta, algo que ella llamó Sunday Soul.

Durante tres años y medio, ella cortó cupones, igualó el precio y compró en tres de cuatro supermercados y mercados de agricultores, luego pasó entre 15 y 20 horas para hacer la comida quincenal (4-6 entradas, más o menos 10 platos secundarios, postres y pan) para 250-500 personas. Luego cargaba su auto y llevaba la comida a asilos de ancianos, albergues, parques, bajo puentes y callejones.

“Un video de uno de mis restaurantes emergentes se volvió viral en Facebook y un día desperté con millones de vistas, solicitudes de amistad y mientras leía los comentarios, una de las preguntas recurrentes que la gente me hacía era, ‘¿Quién dona la comida?’ Y la realidad era que nadie lo hacía”, comentó. “Y comencé a pensar, ¿Por qué los restaurantes no donan la comida? Así que, comencé a investigar sobre desperdicio de alimento”.

Encontró que casi 75 mil millones de libras de alimento en perfecto estado se desperdician cada año en América – lo que equivale a alrededor de $218 mil millones de dólares anuales gastados en Estados Unidos en comida que la gente nunca come.

“La idea de que el hambre es un problema de escasez y que necesitamos producir más alimento es falsa”, comentó Crowe, que fundó Goodr en 2017 como una compañía de gestión sustentable de desperdicio de alimentos que aprovecha la tecnología para resolver el hambre y el desperdicio de comida. “Yo veo que el hambre es un problema de logística, así que Goodr resuelve lo que llamo un problema de cadena de suministro de excedente de alimentos”.

Al mismo tiempo en el que estaba por iniciar Goodr, las aplicaciones de entrega de comida comenzaron a ganar popularidad en Atlanta. Ella se preguntó cómo la tecnología había evolucionado para llevar comida más rápido a la gente, pero no en llevarle comida a la gente con hambre y que no puede pagar esos servicios. Ella quería enfocarse en eso.

Goodr conecta a los negocios que tienen excedente de alimentos con organizaciones no lucrativas y personas que lo necesitan y lo hace de una manera que es casi el contario de esos servicios de entrega de alimentos. Goodr desarrolló una aplicación móvil para hacer esto que también aprovecha la economía compartida. Los conductores trabajan con Goodr para recolectar el alimento y realizar entregas a organizaciones no lucrativas, por lo general en un radio de tres a cinco millas.

La comida incluye alimentos preparados y empacados como sándwiches, ensaladas y vasos de frutas; pero también pollo cocinado, pasta y carne, casi cualquier cosa que puedan recuperar.

La cadena segura de custodia de Goodr da a los clientes la capacidad de rastrear, hacerse responsables y manejar su excedente de comida y desperdicio orgánico. La plataforma de Goodr, que utiliza Microsoft Azure, brinda datos predictivos para mejorar las decisiones de compra y producción.

“Este tablero de plataforma que hemos construido permite a los clientes recibir información de valor real y tangible sobre el desperdicio de comida que nunca habían medido. Así que, lo que les ayudamos a ver son artículos que desperdician de manera constante, para que puedan tomar mejores decisiones sobre su producción de comida”, comentó Crowe. “También podemos mostrarles a quién va la comida, qué tipo de causas y organizaciones no lucrativas apoyan. Y luego les damos todos los datos de impuestos para todo lo que han donado, para que al final del año todo lo que tengan que hacer es generar un reporte, dárselo a sus contadores, y puedan deducir todas sus donaciones de alimentos”.

Cuando Crowe comenzó su jornada con Goodr, no tenía experiencia con el tipo de tecnología que se necesitaba para que todo esto sucediera. Los negocios le escribían, le decían que tenían comida y ella la recogía.

El equipo “Do Goodr” de Goodr trabaja para recuperar comida de un evento. (Foto por Jessica Lopez)

“No tenía antecedentes técnicos cuando fundé Goodr, y podría decirse que en el inicio, fue un verdadero obstáculo para mí. Me reunía con posibles desarrolladores de aplicaciones, y no era capaz de transmitir la historia del usuario”, mencionó. “Ha sido una gran jornada para mí”.

Exalumna de la Universidad Central de Carolina del Norte (universidad conformada, a nivel histórico, por alumnos de raza negra), Crowe comenta que la importancia de servir fue construida en el centro de esa institución. Aunque tiene una licenciatura en periodismo visual, así como un MBA, sus antecedentes profesionales han estado basados en el espacio no lucrativo, ya que ha trabajado para ayudar a las celebridades a crear y lanzar organizaciones no lucrativas, crear juntas directivas e implementar programación por más de una década.

Ir de cero a 100 a toda prisa parece ser un patrón en la vida de Crowe. Su primer gran negocio culinario sucedió cuando no pudo pagar su viaje a casa en Portland, Oregon, en Acción de Gracias, cuando estaba en la universidad. Decidió convertir el prospecto de un solitario Día de Acción de Gracias en una cena para otros que no pudieron ir a casa. Con el libro de cocina de Betty Crocker, ella y su compañera de cuarto hicieron una cena para 18 personas que incluyó pavo, jamón, pollo y platos de acompañamiento.

Avanzamos a su foco actual en la comida. Durante 2017 ella entró a competencias de ventas, para tratar de ganar premios en dinero para construir la tecnología para reunir y distribuir el excedente de comidas. Para finales de ese año, había recaudado alrededor de $200 mil dólares. Luego pasó el primer trimestre de 2018 en construir la tecnología, para lanzar Goodr en marzo de ese mismo año.

Cuando Goodr abrió su primera oficina, Crowe utilizó una promoción a través de su tarjeta de crédito para comprar suministros, incluidos unos monitores Dell UltraSharp y laptops Dell XPS 13, que se ha convertido en su dispositivo para viajar. Esto llevó a una asociación con Dell para crear centros de tecnología dentro de la oficina. Usuaria de Dell por largo tiempo, se adaptó de manera sencilla a los dispositivos en su nuevo lugar de trabajo.

Ella recuerda utilizar computadoras Dell en las bibliotecas de su escuela, en la universidad y en sus primeros años de trabajo. Ahora, es algo que debe tener para su ocupada vida.

“La tecnología de Dell me ha ayudado a manejar las cosas del diario”, comentó Crowe. “Una de las cosas que más amo de la XPS 13 es lo poderosa que es y cómo puedo hacer varias cosas en ella porque, como te imaginas, en ocasiones manejo las nóminas, reviso miles de mails, envío campañas comerciales, manejo redes sociales, así que poder tener varias pestañas abiertas, oprimir un botón, ver todo lo que hago, es increíble. Pero también, creo que la velocidad de la XPS 13 ha sido increíble para mí porque necesito que las cosas se muevan rápido. Viajo. Voy por todo el país, trato de hablar y educar a la gente sobre el hambre. Así que, lo que más necesito es la tecnología que me pueda apoyar”.

Crowe también considera que Dell está alineada con Goodr en otras maneras.

“Cuando supe qué tan sustentable trataba de ser Dell, fue algo que me hizo tener más ganas de trabajar con ellos porque nosotros somos una compañía de sustentabilidad”, comentó sobre el compromiso de Dell de reducir su huella, que incluye a su cadena de suministro, mitigación de agua y reciclaje.

El equipo “Do Goodr” de Goodr trabaja para recuperar alimentos de un evento. (Foto por Jessica Lopez)

Goodr tiene un equipo de 17 personas en su personal, pero ha comenzado a crecer. Ella espera tener 25 empleados de tiempo completo para finales de 2020. La compañía basada en Atlanta está en siete mercados, incluidos Charlotte; Carolina del Norte; Filadelfia; Miami; Chicago; Los Ángeles; y Seattle. La meta es estar en 20 mercados para finales de 2020.

Debido a que sigue en Atlanta, en ocasiones se encuentra con gente a la que ayudó mientras hacía Sunday Soul.

“Entregábamos comida en una organización no lucrativa en Atlanta, y esta señora dice, ‘¡Vaya, es la señorita Jasmine! Ella me alimentaba en las calles’. Ella se emocionó y corrió hacia me, y me decía cómo le iba ahora. Ella trabaja en la organización no lucrativa, ella y su hijo tienen un apartamento, están en lista de espera para recibir una casa, está en terapia, y me conmovió porque me recordó, tal vez de hace tres o cuatro años”, mencionó Crowe. “Debido a que recordamos todos nuestros restaurantes favoritos, recordamos las experiencias que ayudaron a darnos forma, así que me gusta pensar que a través de Sunday Soul y de Goodr, hemos dado forma a muchas vidas”.

Conozcan más sobre Goodr en su sitio web, Instagram, Twitter y LinkedIn.

Foto principal: Jasmine Crowe, fundadora y CEO de Goodr (Foto cortesía de Goodr)