La historia de Shin: Utilizar tecnología para romper las barreras de la discapacidad en Japón
Yunik Shin nació con atrofia muscular espinal (AME) y requería asistencia para su vida diaria. Con la esperanza de que pudiera aprender por su cuenta tanto como fuera posible, sus padres le dieron una computadora personal cuando tenía tan solo tres años.
Shin, ahora de 21, estudia Filosofía Occidental en la Universidad de Tokio, una de las mejores universidades de Japón, y vive por su cuenta en un apartamento cerca del campus.
“La gente de todas partes forja su propia forma de vivir, superan retos para conseguir sus metas. Para algunos de nosotros la tecnología está al centro de esta jornada”, comentó Shin.
La jornada de Shin no ha sido sencilla, pero gracias al cabildeo de sus padres en la junta educativa local, que en alguna ocasión sugirió a Shin asistir a una escuela de necesidades especiales, él siempre ha estudiado en escuelas regulares.
Desde la escuela primaria, él ha estudiado con la ayuda de software de computadora, como Microsoft Word y OneNote. Él utiliza un mouse especial pequeño para dibujar gráficos.
“A través del teclado en pantalla de Windows y de movimientos del mouse, puedo utilizar mi PC para estudiar y comunicarme con mis amigos”, explicó.
Desde 2013, Microsoft ha asistido su aprendizaje, incluida su preparación para el difícil examen de admisión a la universidad, a través de herramientas de TI como el teclado en pantalla y un sistema de control de cursor que utiliza movimientos del ojo.
“Como todos, he enfrentado una gran cantidad de retos, pero en ocasiones también necesitamos de ayuda”, mencionó Shin. “En la actualidad he comenzado a probar un nuevo software de rastreo ocular que me permite mover el cursor con mis ojos. Este es un ejemplo más de cómo la tecnología ayudará a la gente como yo a trabajar de manera más eficiente”.
“Mi sueño es que un día este tipo de funciones no estén listadas bajo accesibilidad sino que sean una parte integral de cómo todos trabajamos para hacer un futuro mejor”, agregó.
En 2016, Shin pasó con éxito el examen de admisión para la Universidad de Tokio después de pasar un año en una escuela preparatoria junto con otros estudiantes que buscaban un lugar en las competitivas universidades de aquel país.
Ahora como estudiante universitario, Shin continúa sus estudios en su camilla eléctrica con asistencia y apoyo de ayudantes y de la escuela. Desde abril de 2018, vive por su cuenta con asistencia cuando requiere moverse.
El examen de admisión para la Universidad de Tokio es una de las evaluaciones más competitivas de Japón. Antes de los exámenes, Shin envío una solicitud a la autoridad en exámenes, el Centro Nacional para Pruebas de Admisión Universitaria, para notificarles que su condición física requería más atención.
Durante el examen, Shin se sentó en una habitación separada con más tiempo para tomar el examen y se le asignó un asistente para que escribiera sus respuestas. También se le permitió utilizar una computadora, en especial cuando una respuesta requería un gráfico.
La cita favorita de Shin, del filósofo que admira, Friedrich Nietzsche, es “El hombre es algo que debe ser superado”. Por lo general, el aguerrido estudiante se deja guiar por esas palabras cuando refleja su propia discapacidad física.
“Considero que necesitamos un nuevo marco de trabajo filosófico inclusivo porque la tecnología ahora impulsa a la gente para que sean independientes más allá de las barreras físicas”, comentó.
Aprender de las personas con discapacidades para mejorar sus oportunidades
Una de esas personas que trabajan con gente con discapacidades, como Shin, es Tomoko Ohshima, empleada de Microsoft Japón.
Después de reunir sus comentarios, solicitudes y opiniones, ella las pasa a los desarrolladores de la compañía para crear herramientas que ayuden a la gente con discapacidades.
Ohshima fue invitada a tomar este proyecto por Microsoft Japón hace unos diez años, inspirada por sus interacciones con un colega, un programador que es ciego. “¡La tecnología es de mucha ayuda para la gente!”, ella mencionó.
Mientras tanto, el sistema de examen de admisión de Japón también mejora para acomodar estudiantes con diferentes discapacidades. Se ha establecido un consenso para permitir que estudiantes con discapacidades utilicen herramientas aprobadas por las autoridades, como computadoras, y para extender el tiempo de la prueba de acuerdo con la condición de cada estudiante. El compromiso de Ohshima en los últimos diez años coincide con esta mejora, y le ha permitido ser testigo de la transición.
Pero aún existen retos para los estudiantes con discapacidades. Pro ejemplo, tener una computadora para que les lea las preguntas del examen es algo muy poco permitido en Japón. En su lugar, se asigna un lector para que lea en voz alta las preguntas para la persona que toma la prueba. Esto no siempre funciona bien para los estudiantes, tal vez algunas quieran leer partes importantes más lento, y otros tal vez quieran que les repitan las preguntas en voz alta para entenderlas mejor.
Una de las razones por las que la lectura por computadora no ha sido aprobada es porque los examinadores necesitan crear papeles extra de examen para digitalizarlos. Esto tal vez podría evitarse con el reconocimiento óptico de carácter (OCR, por sus siglas en inglés).
“Estamos dispuestos a brindar cualquier ayuda y tecnología útiles para crear una sociedad en donde cualquier persona pueda tener la oportunidad de tomar exámenes de admisión y que sea juzgada de manera equitativa sin importar su condición física”, comentó Ohshima.
Para conocer más acerca del trabajo de Microsoft Filantropía para construir generaciones listas para el futuro en Asia, den clic aquí.