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Los Xbox Ambassadors construyen comunidad, refuerzan la inclusión y el positivismo en los videojuegos

Paul Martin jugaba videojuegos desde chico como una manera de hacer cosas que no podía hacer en la vida real: jugar baseball, caminar, volar.

Pero por un tiempo, dejó de involucrarse en títulos de multijugador, ese entorno se volvió muy tóxico, muy negativo.

Para Martin, cuyo gamertag CerebralPaul#921 es un juego de palabras de su nombre y su parálisis cerebral, era demasiado el tener que lidiar con gente que no sabía de su situación.

“Después de un tiempo te cansas de decirle a la gente, ‘Hago lo mejor que puedo. Mis manos no funcionan muy bien’”, comentó Martin, de 54, “Cada vez que ibas a una partida pública, si hacías algo que ellos pensaban que era estúpido, te lo hacían saber. Así que después de un rato, fue suficiente para mí”.

Paul Martin, en una silla, sentado por la parte trasera de ella, ríe
Paul Martin (Foto por Paul Martin)

Pero él regresó a los juegos multijugador en 2018 y encontró una comunidad de voluntarios que lo aceptaba y celebraba por quien era, gracias al programa Xbox Ambassadors.

“Me encantan los juegos multijugador más que antes. Me permiten salirme de mí mismo y ahora mismo, en especial con COVID, es mi salida social”, comentó Martin, que ha disfrutado juegos como Cyberpunk 2077 y PGA Golf 2K21 en su Xbox Series X desde su lanzamiento en noviembre. Se abrió sobre su vida en transmisiones en vivo (“Gaming Differently”) y ahora en un podcast semanal en YouTube (“Midweek Gaming”). “Le debo mucho al programa Ambassador”. Ellos han devuelto el favor y lo han destacado como Ambassador del Mes.

Martin conoció a muchos de los Ambassadors a través de ver sus transmisiones y de jugar con ellos. Ellos entendieron que nunca iba a ser el mejor jugador en el equipo. En su opinión, era realista. Él apreció que no lo juzgaran y cómo fueron capaces de tratar sus espasmos como algo que pasaba, ni más ni menos.

“Cuando me convertí en Ambassador por primera vez, mi enfoque principal eran los foros de ayuda”, comentó Martin, que es técnico independiente de soporte de PC/TI con décadas de experiencia, ahora ubicado en Houston. Fuera del trabajo, todavía se ofrece como voluntario para organizaciones, como ser miembro de la junta directiva de un programa de equitación terapéutica para personas con discapacidades. “Sólo trato de ir más allá tanto como puedo. Muchas veces es tan simple como corregir información incorrecta. Toda mi vida he estado involucrado con comunidades y todavía lo hago. Cuando me convertí en adulto, esta fue mi manera de poder hacer eso mientras estoy sentado en mi casa”.

Martin es uno de los más de 325 mil Xbox Ambassadors alrededor del mundo. El programa, que este año celebra su décimo aniversario, comenzó como una manera de que los gamers de Xbox ayudaran a otros gamers a resolver problemas, para soporte técnico y ayudarlos a llegar a nuevos niveles en un título.

A partir de ahí, se convirtió en una comunidad que se apoyaba entre sí en muchas otras formas, incluido el iniciar transmisiones para caridad, enseñar STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) a niñas, y crear relaciones con todo tipo de gamers alrededor del mundo, comentó Lea Natalello, que se unió al equipo de Xbox en 2017 y trabaja de cerca con los Ambassadors. Cuando ella comenzó, había 50 mil en la comunidad.

“Desde el día uno, la comunidad de Xbox Ambassadors siempre ha tenido que ver con el gamer y con nuestros fanáticos”, mencionó Natalello. “Luego, con el tiempo, comenzamos a pensar sobre lo que en verdad significa la palabra ayuda. Hablamos con la comunidad y les preguntamos qué significa ser un Ambassador. Lo que encontramos fue que muchos querían retribuir a la comunidad de los videojuegos que había hecho tanto por ellos. Entonces pudimos en verdad evolucionar en este programa y esta comunidad que impulsaba a los buenos gamers a compartir esa bondad en la medida de sus posibilidades”.

Una de las principales formas en las que el personal de Xbox interactuaba con la comunidad de Ambassadors antes de la pandemia era a través de transmisiones en vivo, ya que tenían una sala dedicada con equipo de alto nivel. Si bien esos tipos de interacciones están en pausa temporal, los Ambassadors han podido, mientras tanto, ayudar a organizar “citas de juego” y otros eventos.

“La pandemia nos ha mostrado que no hubiéramos podido manejar esta comunidad sin su ayuda”, mencionó Natalello.

Los Ambassadors ideales, comenta, tienen el deseo de hacer más divertidos los juegos para todos.

“En esencia, los Xbox Ambassadors tienen esta mentalidad de que todos merecen divertirse mientras juegan, sin importar quiénes son”, comentó. “Los Ambassadors crean experiencias inclusivas y acogedoras. Desde esfuerzos a mayor escala, como defender la accesibilidad o compartir hábitos seguros de juego con amigos y familiares, a crear un Looking for Group (LFG) que reúne a los amigos, los Xbox Ambassadors son tan solo buenos gamers”.

Dhayana Sena usa una camiseta de Xbox frente a un estante con controles de Xbox
Dhayana Sena de pie frente a accesorios de Xbox (Foto por Dhayana Sena)

Conocer nuevas personas era una gran motivación para Dhayana Sena, gerente de mercadotecnia para una empresa que distribuye anime en Australia y Nueva Zelanda.

Si bien creció con tíos que le presentaron desde muy temprano a Sega y juegos en PC como Doom, Mortal Kombat III y House of the Dead, la joven de 30 años en realidad mejoró sus habilidades gamers una vez que comenzó a salir con un hombre que trabajaba en una tienda minorista como coordinador de juegos. Él también transmitía para Xbox en Nueva Zelanda para el programa ExpertZone GameMaster.

“No podíamos hacer muchas cosas por su streaming. Muchas veces planeábamos alguna salida y teníamos una misión o aventura que duraba siglos”, comentó Sena, quien escribía reseñas de películas y libros de historietas en ese entonces. “Pero en verdad disfrutaba verlo interactuar con la gente en las transmisiones. Desde ese momento, asocié a Xbox con una comunidad”.

Eligió su primera consola Xbox, la Halo 5 Limited Edition Xbox One y encontró que muchos Xbox Ambassadors también estaban en el programa GameMaster. Ella decidió unirse al grupo a finales de 2016 y desde entonces ha estado muy involucrada, al grado de ser nombrada Ambassador del Mes en 2019.

“Me encanta conocer gente nueva y poder compartir mis pasiones con personas que piensan como yo”, mencionó Sena, que nació y se crio en Malasia, y luego pasó casi dos décadas en Nueva Zelanda antes de mudarse a Melbourne en la primavera de 2020, justo antes de que comenzaran los cierres por la pandemia. “Crecí en un entorno en el que era la más nerd en la familia”.

En años recientes, ha notado un sentido de camaradería y lazos muy fuertes dentro de la comunidad de Xbox Ambassadors, y también con el personal, una notable ausencia de toxicidad. Y como mujer de color, descubrió que los mundos de las transmisiones y los videojuegos pueden ser espacios negativos y desafiantes para navegar. Pero no dentro de la comunidad de Xbox Ambassadors.

“Aquí no hay bullying. Cuando te unes, una de las cosas clave es que es un lugar seguro y abierto para todos”, mencionó Sena, que también es muy activa en Twitter e Instagram. “Así que, de manera instantánea, eso le da un giro en verdad positivo, porque sabes que entras a una comunidad donde serás aceptada, sin importar quién eres o de dónde vienes. Y eso es en verdad lo que me encanta del programa. En lo personal, me gustaría ver mucha más diversidad e inclusión porque eso es algo que han defendido mucho, así que estoy muy ansiosa por ver más de eso, en especial cuando se trata de personas de color y mujeres”.

La idea de expandir la inclusión y hacer de la comunidad un lugar seguro es un tema común entre los Ambassadors en el programa.

Marissa Urban sostiene un control de Xbox, usa una camiseta amarilla y una gorra al revés
Marissa Urban con un control de Xbox (Foto de Marissa Urban)

Marissa Urban creció con sus padres que tenían un Atari, le enseñaron Pac-Man y otros juegos a los que iban hasta que ganaban o los descomponían. Urban recuerda pasar horas en Keystone Capers y Solar Fox. Con el tiempo, eso se convirtió en el hábito de adquirir cada Xbox excepto el original, y jugar todos los géneros de juegos gracias a Xbox Game Pass: Juegos de disparos en primera persona (o FPS, por sus siglas en inglés), y juegos de rol (o RPG, por sus siglas en inglés), música, aventura, rompecabezas y más.

En la secundaria, aprendió codificación y al final se certificó en ingeniería y redes. En la universidad, estudió física nuclear y educación musical. Disfrutaba de los trabajos que requerían trepar por techos e instalar cables. Ahora ubicada en Atlanta, es una consultora cuyos antecedentes incluyen dar clases de software y capacitación técnica personalizada para adultos, maestros y profesores.

“Es un gran cambio dentro de la comunidad tecnológica el ser más inclusivos y diversos”, comentó Urban, cuyo gamertag, SecretAsian29, es un homenaje a su herencia, que descubrió cuando tenía 19. “Fui adoptada y resultó que mi mamá biológica era coreana. Al ser la única rubia en mi familia, no tenía idea”.

Se convirtió en Xbox Ambassador desde muy temprano, al encontrarla en “uno de esos agujeros de conejo nerd al azar”, y se registró. Con los años, se ha ofrecido como voluntaria en hospitales locales infantiles, ha jugado con los pacientes (en ocasiones con funciones como Copilot para ayudar a otro jugador), y se ha asociado con negocios locales para organizar torneos y recaudaciones de fondos. También ha brindado soporte en línea para personas que se quedan atascadas en juegos, o que necesitan un restablecimiento completo de sus consolas. Ha pasado consejos y trucos que ha aprendido de jugar todo el tiempo. De manera eventual, se ganó un lugar como Ambassador del Mes.

“Ser Xbox Ambassador significa mucho para mí”, comentó Urban. “Cambió mi amor por el juego porque ahora puedo hablar, hacer estrategias y jugar con otros gamers”.

A través del programa ha conocido gente de todo el mundo, incluida una buena amiga de Irán, que le presentó algo de su comida favorita. También ha asistido a conferencias y a otros eventos que tienen que ver con los videojuegos. Pero debido a la pandemia en 2020, las oportunidades usuales de conocer gente cara a cara han desaparecido. Pero en su lugar, más personas (en especial aquellas que por lo general no pueden viajar por razones físicas o fiscales), pudieron participar en discusiones y paneles en línea. Un evento que en el pasado pudo haber contado con máximo 70 personas, pudo crecer a cientos de todo el mundo cuando la conversación se volvió digital. Es algo que Urban espera que se mantenga en eventos futuros. Ella también puede ver que el programa Ambassadors va a evolucionar.

“En definitiva, el programa me ha inspirado en muchas maneras, en específico para tomar más acciones para hacer que los videojuegos sean para todos. No sabía que había esta expectativa de que las niñas no pueden jugar. Fue un despertar muy fuerte”, mencionó Urban. “Todos intentamos averiguar hacia donde ir desde aquí. ¿Qué podemos hacer para crear un entorno inclusivo, ya sea en la vida real o virtual? ¿Qué podemos hacer para crear esos entornos y fomentar ese espacio y llegar a más gente?

Eden Hamblin junto a Phil Spencer
Eden Hamblin (izquierda) junto a Phil Spencer, jefe de Xbox, en X019 en Londres (Foto de Eden Hamblin)

Eden Hamblin, un socorrista ubicado en Reino Unido que encontró el programa cuando era adolescente, lo ha visto evolucionar de ser soporte en línea a volverse más basado en la comunidad. Durante cuatro o cinco años consecutivos, el día de Navidad era uno de los días más ocupados como Ambassador, pues ayudaba a las personas a través del chat en vivo mientras configuraban sus nuevas consolas.

En 2016, comenzó a transmitir con fines benéficos a través de eventos GameBlast anuales, en los que recaudó dinero para Special Effect, una organización dedicada a ayudar a las personas con discapacidades a disfrutar los videojuegos. El evento benéfico GameBlast de este año es en vivo, con juegos, desafíos y obsequios a lo largo de la transmisión.

Como ex profesor, ese propósito resonó en el joven de 24 años, ya que recordaba haber visto a los niños que batallaban con los juegos, de pronto poder usarlos a través de tecnologías como joypads modificados, control ocular y Xbox Adaptive Controller.

En junio de 2018, él quería hacer aún más por Special Effect, así que se le ocurrió la idea de hacer llaveros para los gamers con letras y números como un accesorio distintivo para ellos, algo que no había visto antes en ellos. En la pasada temporada navideña, los pedidos se enviaron a todo el mundo.

Hamblin también llega a la comunidad de videojuegos a través de chats en Xbox Live, eventos y transmisiones con fines caritativos, redes sociales y, antes de los cierres por la pandemia, al reunir a los Ambassadors para eventos presenciales en la Tienda Microsoft en Londres. Estas son sólo algunas de las razones por las que se ha ganado un lugar como Ambassador del Mes.

“Ninguno de estos tiene XP (Puntos de Experiencia o Experiencie Points) o recompensas físicas, sino recompensas emocionales personales que me hacen sentir bien por el impacto que tengo en otros gamers y Ambassadors”, mencionó Hamblin. “La comunidad Xbox, de alguna manera, es unida y amigable; nos ayudamos unos a otros. Es agradable hablar con gente de todo el mundo que disfruta de los juegos y ayuda a los demás”.

Si bien siempre agradece a la comunidad en línea generada a través de Xbox, espera con ansias el momento en el que sea seguro volver a encontrarse con la gente cara a cara, ya que muchos de sus amigos en la vida real juegan a diario en línea con él.

“Poder ver cara a cara a la gente con la que hablas en línea y tener una conversación, salir a cenar con ellos, lo hace más real”.

Imagen principal: Ilustración de cuatro Xbox Ambassadors perfilados por Karl Juridico.