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Niños reciben lecciones ‘que les abren los ojos’ en el aula a través de videollamadas que cruzan millones de kilómetros

Shiva Kumar da clases en los sofocantes campos de cultivo de la parte sur de India, pero cuando quiere que sus estudiantes aprendan sobre otras culturas, empatía o incluso el ajeno concepto de sentir frío congelante, los transporta a lugares exóticos en lugares remotos.

Los estudiantes de Kumar han viajado millones de kilómetros alrededor del mundo, de manera virtual, a través de sesiones de Skype que comenzó a organizar en 2015.     Y después de más de mil interacciones con aulas o expertos en docenas de países, él sigue sorprendido por las increíbles lecciones aprendidas.

Tomen como ejemplo la vez que su clase de niños de entre 8 y 10 años tuvo una videollamada con niños en un campo keniano de refugiados.

“Descubrimos que seis niños compartían un libro de texto allá, y mis estudiantes estaban sorprendidos de ver las dificultades que tenían y aun así ver la empatía que fluía entre ellos a pesar de todo”, recuerda Kumar. “Mis estudiantes se dieron cuenta que hay mucha gente pobre en el mundo, y esto los inspiró a comenzar a compartir más entre ellos. Incluso cosas más pequeñas como el almuerzo, o un lápiz o un borrador, o equipo deportivo, comenzaron a compartir todo”.

Para el evento anual Skype-a-thon de este año, que se realizará el 13 y 14 de noviembre de 2018, los estudiantes en las 10 clases de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) de Kumar, llevarán sus bolsos de dormir a la escuela para que puedan hacer turnos de 8 horas para sesiones de Skype de 30 minutos. El maratón de dos días de viajes virtuales se ha vuelto algo básico para las clases de Kumar desde la primera vez, hace cuatro años, cuando las conexiones de los estudiantes con aulas alrededor del mundo abarcaron más de 1 millón y medio de kilómetros. Los niños decoraron su escuela con luces y mostraron su cultura india a través de bailes tradicionales e instrumentos musicales, así como con modernos proyectos STEM.

Lakshmi Yasaswini, Mokshogna Sai Reddy y Tejaswini vestidas con ropas tradicionales con otros estudiatnes en la Master School en Kavali, India, la cual decoraron con luces para el Skype-a-Thon del año pasado. Foto brindada por su profesora, Shiva Kumar

En 2017, participaron casi medio millón de estudiantes de más de 90 países, viajaron más de 2 millones de kilómetros. La meta es conseguir o exceder esa cifra este año.

Y en 2018, los esfuerzos de los estudiantes brindarán un beneficio tangible. Por cada 643 kilómetros viajados de manera virtual en el Skype-a-Thon, Microsoft donará los recursos para que un estudiante asista a la escuela en una de las nueve WE Villages en Asia, África y América Latina, con una meta de ayudar a 35 mil niños. El modelo internacional de desarrollo de WE Villages es parte de WE, una organización que también incluye WE Schools, que se enfoca en impulsar a los niños a generar un cambio a nivel local y global.

“Niños que ayudan a niños a través de la educación, así es como comenzó nuestra misión de ‘hacer posible hacer el bien”, comentó Erin Barton, jefa de desarrollo para WE. “Tenemos jóvenes con los privilegios suficientes para tener acceso a la tecnología, y ahora ellos le brindan la oportunidad a otros para que tengan acceso y puedan recibir educación”.

Kumar fue el primer “Skype master teacher” en Asia, una designación para voluntarios que utilizan seguido Skype en sus lecciones y están dispuestos a entrenar a otros profesores sobre cómo utilizarlo para conectar a sus aulas. Microsoft Educator Community es un sitio gratuito donde cientos de miles de profesores comparten planes de lesiones y se ofrecen, y a sus aulas, para oportunidades de conectar, como con juegos y concursos educativos.

Muchos profesores comienzan con la organización de “Mystery Skype” con una clase en otro país, donde los niños se hacen preguntas para descubrir dónde viven los estudiantes del otro lado de la pantalla. Los profesores también conectan sus clases con expertos para incrementar el plan de estudios que enseñan, como videollamadas con el curador de un museo egipcio, un atleta olímpico o un guardia del Parque Nacional Yellowstone.

La conexión puede parecer tan real que los estudiantes de Phuti Ragophala en Sudáfrica tenían miedo de tocar la pantalla cuando un oceanógrafo en California les mostró una tortuga marina. Ragophala dijo que sus estudiantes, a pesar de vivir en un área con caminos de terracería y sin conexión Wi-Fi, son unos “trotamundos” que han sido inspirados por sus llamadas por Skype con celebridades y otras personas destacadas alrededor del mundo.

Las zonas horarias pueden limitar las regiones disponibles para sesiones de Skype en vivo durante horarios escolares normales, aunque también pueden añadir un elemento de diversión. “Siempre me gusta terminar el día con una llamada de Skype con Australia para que los niños puedan hablar al futuro, ya que las 3 pm de nuestro horario serían las 7 am del día siguiente en tiempo de Melbourne”, comentó Steven Auslander, un profesor de quinto año en el estado de Indiana, en Estados Unidos.

Los profesores utilizan Skype en el año para comunicarse con otras clases y expertos alrededor del mundo. Aquí, la clase de la profesora Amy Rosenstein en Nueva York disfruta una sesión de Skype con estudiantes de la India. Foto brindada por Rosenstein.

La naturaleza tan específica del Skype-a-thon de dos días ofrece una oportunidad anual de eludir esos retos de las zonas horarias. Karey Killian comenta que ella no organiza pijamadas durante el evento para sus estudiantes, en el estado de Pennsylvania, en Estados Unidos. Pero dado que otros profesores, como Kumar, lo hacen, sus estudiantes pueden conocer a niños en la India cada año que están 9.5 horas por delante pero que se mantienen despiertos toda la noche para el Skype-a-Thon y poder participar en sesiones a toda hora con clases al otro lado del mundo.

Killian, una bibliotecaria, se asegura que cada una de las 50 clases de primaria que enseña tengan por lo menos una oportunidad de utilizar Skype durante el año escolar.

“Por lo general trato de ir a la Antártida”, comenta. “Hay un científico allá y tienes oportunidad de ver a los pingüinos sentados en sus nidos. Una vez hicimos una llamada y había un volcán en erupción al fondo. No sabía que había volcanes en la Antártida”.

Las clases de Killian están habituadas a los congelantes inviernos del noroeste de Estados Unidos, pero Kumar comentó que sus estudiantes, que viven en una región plana y caliente de la parte sur de la India, se sorprendieron más cuando experimentaron una llamada de Skype con un equipo de investigación en la Antártida. “Es algo que les abre los ojos. Descubrir que una región tan fría existe en el mundo”, mencionó.

Estudiantes en la Escuela Primaria Allisonville en Indianapolis, Indiana, chatean con aulas alrededor del mundo durante el año. ““Siempre me gusta terminar el día con una llamada de Skype con Australia para que los niños puedan hablar al futuro, ya que las 3 pm de nuestro horario serían las 7 am del día siguiente en tiempo de Melbourne”, comentó Steven Auslander, un profesor de quinto año en el estado de Indiana, en Estados Unidos.

Las sesiones de Skype abren los ojos de los estudiantes también en otras maneras.

Killian comenta que la mayoría de sus estudiantes en la zona rural de Pennsylvania nunca habían conocido a un musulmán hasta que ella organizó una sesión para una clase de segundo grado con un profesor en Indonesia. “Los niños estaban sorprendidos al saber que no todos celebran Navidad o esperan la llegada de Santa”, comentó Killian. “Pero ella les platicó sobre otras festividades musulmanas donde se reúnen para celebrar con amigos y familia”.

Conocer a otros estudiantes en lugares lejanos ha impulsado a muchos a organizar colectas de libros o donaciones de mapas para clases que batallan para conseguir suministros, así como para ayudarles a ganar confianza en sus habilidades para hablar otro idioma, hacer preguntas o incluso aprender cómo deletrear y decir nuevas palabras. Algunos profesores comentan que una llamada de Skype de 30 minutos con un experto donde los niños pueden ver las cosas que aprenden puede enseñarles lo que aprenderían en toda una semana con un libro de texto.

“Skype brinda una puerta para que los estudiantes aprendan sobre otras personas, dentro del plan de estudios de los profesores”, comentó Anthony Salcito, vicepresidente de educación a nivel mundial para Microsoft. “Y no es una avenida de un solo sentido, los niños en países en desarrollo utilizan sus talentos para ayudar a los niños en otros lugares. Es sólo el inicio de facilitar la paz en el planeta y permitir a los niños ver el mundo de manera diferente”.

Mio Horio, profesora en Japón, comenta que utiliza sesiones de Skype para profundizar en sus lecciones, para romper estereotipos y ayudar a sus estudiantes a entender las complejidades del mundo.

Cuando una de sus clases estudiaba cómo las plantaciones de aceite de palma comenzaban a reemplazar los bosques en Malasia, y a dañar a los orangutanes, realizó una videollamada con un grupo de jóvenes malasios para entender mejor las complicaciones para prohibir esta práctica.

“Los niños estaban sorprendidos al saber que no todos celebran Navidad o esperan la llegada de Santa. Pero ella les platicó sobre otras festividades musulmanas donde se reúnen para celebrar con amigos y familia”.

Horio y sus estudiantes, a cambio, han compartido su conocimiento sobre qué hacer durante desastres naturales, como lo hicieron durante una sesión de Skype sobre seguridad en caso de sismo con la clase de Tran Thi Thuy en la zona rural de Vietnam.

Tran, una profesora que cuenta que fue criada en la familia más pobre de su villa, compró su propio ruteador de Wi-Fi para llevar el mundo a sus estudiantes a través de Skype. Ella dice que las sesiones, que son en inglés, llevan a sus niños más allá de la gramática y el vocabulario que se les enseña de manera tradicional, a en verdad hablar el lenguaje por sí mismos, aunque se encuentren en un área donde los hablantes nativos son raros. Hablar con personas de otras regiones ayuda a los estudiantes a aprender a entender diferentes acentos también, agregó Horio.

Estudiantes en la Escuela del Deporte San Juan, en Puerto Rico, comenzaron a tocar música en llamadas de Skype con clases de todo el mundo cuando regresó la electricidad después del Huracán María. Foto brindada por su profesora, Darlene Colón.

Darlene Colón, que enseña tecnología e inglés como segundo idioma a estudiantes de secundaria en una escuela pública para atletas en Puerto Rico, ha comenzado una rotación mensual de sesiones de español e inglés con clases en Texas y Kentucky. Los niños se ayudan con la pronunciación, comentó, una diversión que es bienvenida por sus estudiantes, que aún enfrentan dificultades por el impacto del huracán María el año pasado.

El edificio de la escuela de Colón fue destruido por el huracán, alrededor de dos meses antes del Skype-a-Thon del año pasado. Un pasillo en una escuela vecina se convirtió en su salón de clases, y aunque el área aún no cuenta con electricidad, ella encontró la manera de cargar su computadora y aprovechó el servicio de datos en su teléfono para poder conectar a la clase para el evento.

“Los niños no tenían nada, ni electricidad o agua. Algunos habían perdido sus hogares, a miembros de su familia y amigos, y estaban muy estresados”, comentó. “Así que esto les ayudó a olvidarse de sus problemas y disfrutar un poco”.

Cuando la electricidad regresó, a tiempo para Navidad, la felicidad de sus estudiantes era tan contagiosa que de manera espontánea comenzaron a bailar y tocar música durante una sesión de Skype con una clase de Nueva York.

“Todos estaban muy contentos, y a pesar de que todas las noticias eran sobre el caos que había, pudimos mostrar que no era así en todos lados”, comentó. “Aunque era difícil para nosotros, estábamos dispuestos a continuar y participar”.

Por sobre todo, los profesores comentan que las sesiones de Skype destacan cuánto tienen en común los niños, como los estudiantes japoneses de Horio cuando descubrieron que su personaje favorito del cómic de Dragon Ball era el mismo del de una clase en España.

“Hemos tenido sesiones con 78 diferentes países”, comentó Kumar, profesor de STEM en India. “Pero a pesar de toda esa diversidad, el sentido de coincidencia es lo que les llega a los niños. Cuando ríen y comparten cosas, eso es lo que identifican: la unidad dentro de la diversidad”.