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¿Qué hay en una cara? La inteligencia artificial descifra los misterios emocionales de antiguas estatuas budistas

¿El Buda Ashura de Japón está feliz o triste? Investigadores utilizan IA para descubrirlo

Por siglos, las tres caras del Buda Ashura observan desde dentro del Templo Kofukuji en la ancestral ciudad japonesa de Nara. Pero cuando los devotos y académicos lo observan, ¿Qué ven? O por lo menos, ¿Qué creen que ven?

Larga y delgada, con seis brazos y tres cabezas, esta obra maestra de 1,200 años de antigüedad es venerada y es objeto de fe y admirada como obra de arte. Incluso ha sido clasificada de manera oficial como tesoro nacional. Pero justo como la gente en el occidente se ha preguntado por mucho tiempo sobre la enigmática sonrisa de la Mona Lisa, las sutiles expresiones faciales de Ashura han dejada perpleja a la gente en Japón.

El Templo Kofukuji en Nara.
El Templo Kofukuji en Nara.

Ahora, los investigadores tienen una nueva manera de entender a esta y a otras preciosas estatuas budista. A través de herramientas de inteligencia artificial (IA), han desentrañado algunos misterios artísticos.

Tomen como ejemplo la pregunta sobre si Ashura está feliz o triste. Resulta que, eso depende en cómo se mire a la estatua. Desde la derecha, parece más triste, y desde la izquierda, más feliz. También, la apariencia de Ashura es de alguien de 23 años, comenta el profesor Syun’ichi Sekine, del departamento de propiedades culturales de la Universidad de Nara.

El profesor Syun’ichi Sekine del departamento de propiedades culturales de la Universidad de Nara. Crédito: Universidad de Nara.
El profesor Syun’ichi Sekine del departamento de propiedades culturales de la Universidad de Nara. Crédito: Universidad de Nara.

Durante gran parte del 2018, Sekine y un equipo de 18 estudiantes analizaron imágenes fotográficas de más de 200 antiguas estatuas budistas, incluido Ashura, con la Face API de Azure Cognitive Services, una herramienta de IA que se utiliza cada vez más en publicidad y entretenimiento, así como para chatbots.

Para el proyecto de la Universidad de Nara, un sistema de IA entrenado de manera previa reconoció ocho tipos de expresiones humanas: enojo, desdén, disgusto, miedo, felicidad, neutral, tristeza, y sorpresa.

Con esta capacidad, los investigadores fueron capaces de evitar las interpretaciones subjetivas de los creyentes y de otras personas hechas durante generaciones y establecer lo que los artistas en verdad trataban de transmitir cuando crearon las estatuas.

“Estas estatuas budistas son objetos de creencia religiosa. Así que muchos japoneses ven diferentes expresiones faciales de acuerdo con el estado mental o emocional de cada adorador”, explica Sekine.

“Queríamos ver cómo las esculturas llegaron a ser formadas por sus escultores antes de ser colocadas en entornos religiosos como objeto de adoración. En otras palabras, queríamos descubrir qué usaron como modelos los escultores, el tipo de expresiones humanas que utilizaron”.

De manera tradicional, las estatuas budistas no deberían mostrar edad o emoción, y excepto por las deidades guardianas, no deberían tener géneros. “A sus creadores en ocasiones se les decía de manera explícita que evitaran dar a sus obras cualquier expresión facial humana o contenido emocional… para encarnar la visión de Buda como alguien en definitiva no es humano”, explica Sekine.

De acuerdo con la tradición y las creencias, entre más “indiferente” se vea la cara de la estatua de Buda, más “perfecta” será. A pesar de esto, los académicos creen que los escultores estaban influenciados en ocasiones por los gustos y estilos de su época así como por los deseos de aquellos que comisionaron las estatuas. Por ejemplo, las expresiones de dicha estaban de moda en un periodo mientras que las expresiones de enojo lo eran en otro periodo.

Mientras se esfuerza en lograr la objetividad académica, el equipo de la Universidad de Nara estaba bien consciente de las susceptibilidades que rodean al proyecto. Fue una razón por la que eligieron IA como herramienta para la investigación.

Una captura de pantalla del sistema de IA analiza las expresiones faciales del Buda Ashura. Crédito: Universidad de Nara
Una captura de pantalla del sistema de IA analiza las expresiones faciales del Buda Ashura. Crédito: Universidad de Nara

“En ocasiones, estudiar este tipo de arte requiere que los investigadores juzguen a los ídolos religiosos. Esto podría significar cruzar una línea que muchos creen que no debería cruzarse”, comenta Sekine. “Si la gente cree que es imprudente que los seres humanos juzguen a Buda, entonces tal vez confiar el proceso a la IA es una manera de objetivar ese tipo de juicios, de hacerlos ‘inorgánicos’”.

El objetivo del proyecto fue “brinda a la gente un medio para reafirmar la belleza del budismo”. Además, Sekine cree que las nuevas tecnologías digitales serán cada vez más usadas en la investigación cultural.

“Las iniciativas que combinan el budismo con IA y otras tecnologías actuales han comenzado a surgir, aunque de manera gradual. Creemos que nuevos enfoques hacia el budismo a través de la tecnología son maneras importantes de hacer atractivo el budismo, en particular para las generaciones más jóvenes”.

Como un extra de su investigación, el equipo ha creado un sitio web en japonés donde la gente puede subir fotos con su cara y se han comparado con estatuas que tienen expresiones similares. Es una manera de que los devotos del siglo XXI hagan conexiones personales con este antiguo arte.