La contraseña que utilicé en mi primera cuenta de correo electrónico era mi nombre, después la cambié por mi fecha de nacimiento porque para mí es más fácil recordar números que letras. Pero conforme Internet crecía, se hacía necesario abrir más y más cuentas de usuario para ingresar y la solución más sencilla era utilizar la misma contraseña para todo, había que ser prácticos.
En ese entonces la mayor amenaza cibernética que podíamos recibir era un correo de algún príncipe nigeriano que te regalaba millones de dólares a cambio de tu información personal. Así de “inocentes” eran las amenazas cibernéticas, casi todas por correo electrónico, que buscaban que abrieras el correo para solicitarte tu información personal.
Pero conforme la tecnología avanzó, las amenazas también lo hicieron y pasaron de ser “amables solicitudes” a plantar un virus en tu equipo con sólo dar clic en un correo o página. Después aparecieron los troyanos para adueñarse de tu equipo y volverlo un zombie, controlado a distancia por algún pirata informático.
Apareció el phising, que roba los datos del usuario sin que este se dé cuenta, y que por lo general venía dentro de algún software descargado de sitios no seguros. Las empresas de tecnología se comenzaron a preocupar cada vez más por el avance de los ataques cibernéticos, que pasaron de ser robo de información de usuarios a robo de información sensible de empresas y agencias de gobierno.
Los tiempos cambiaron y así lo hicieron también los piratas cibernéticos, tuvieron que aparecer nuevas medidas de seguridad para los usuarios de equipos de cómputo y cómo no preocuparse, si de acuerdo con cifras de la Unidad de Crímenes Digitales de Microsoft, 50% de los adultos en línea han sido víctimas de crímenes cibernéticos y el crimen cibernético cuesta 500 mil millones de dólares al año a la economía global.
Como usuarios, somos bombardeados con diferentes sugerencias, software y medidas de seguridad para proteger nuestra información. Contraseñas más fuertes, no compartir información personal en redes sociales, no responder correos desconocidos, no facilitar nuestra contraseña, todo esto con el fin de evitar que perdamos datos sensibles sobre nosotros, nuestras cuentas bancarias y también sobre nuestra empresa.
Fue necesario aprendernos diferentes contraseñas para cada red social o cuenta de correo, escribir caracteres aleatorios para confirmar que no somos un “robot” que busca adueñarse de nuestra cuenta o dar clic al enlace “Olvidé mi contraseña” para poder recibir por correo electrónico una liga para restablecerla, el problema venía cuando olvidamos la contraseña para entrar a esa cuenta de correo que recibió la liga.
En la actualidad incluso hay contraseñas de imagen, como la incluida en el inicio de sesión de Windows 8 y Windows 8.1, que a través de gestos en una imagen, te permite crear una contraseña que sólo tú conoces y es difícil de adivinar. También surgió la autenticación de dos pasos, que añade una capa extra de seguridad al ingreso a algún servicio o página. Por lo general se trata de ingresar usuario y contraseña para después recibir vía SMS un código numérico que tenemos que teclear en la página web.
Pero al parecer estas medidas no han sido suficientes porque no han dejado de aparecer nuevas maneras de asegurar nuestra información, pronto, veremos equipos que cuentan con seguridad biométrica como reconocimiento de voz, de huella digital o incluso de retina, esto con el fin de robustecer la seguridad de nuestra información.
Ha pasado mucho tiempo desde la época de las contraseñas fáciles de recordar, la ventaja es que ahora no tendremos que recordar contraseñas de 11 caracteres con letras, números y símbolos. Ahora, los esfuerzos por mantener nuestra información segura parece que nos permitirán vivir con la tranquilidad de que nadie está en control de nuestro equipo o que han robado nuestros datos financieros.
Pero esto no significa que tenemos que bajar la guardia, nuestra información va a seguir comprometida si no dejamos de navegar por sitios que no son seguros y mucho más si nuestras contraseñas son: “ABCDE” o “29052015”.