Microsoft se propuso alcanzar metas ambientales para el año 2030 con un fuerte compromiso ambiental en su operación, herramientas que ayudan a terceros a contribuir a la lucha contra el cambio climático, y poniendo su infraestructura y tecnología al servicio de la sostenibilidad.
La COP26, en Glasgow, Escocia, ha repetido una y otra vez el llamado de atención sobre el tiempo cada vez más corto para adoptar medidas que combatan el cambio climático. La cita internacional celebrada en noviembre del 2021 unió a líderes mundiales, expertos ambientalistas, la academia, delegaciones de diferentes países, representantes de ONGs y activistas de todas las edades. En el encuentro se hizo un recordatorio sobre el hilo del que pende nuestro planeta, especialmente si no se enfoca la atención global sobre la reducción de emisiones, la eliminación del uso del carbón y el freno a la deforestación, entre otras problemáticas.
El cambio climático dejó hace muchos años de ser un problema de los gobiernos y hoy en día hay iniciativas privadas y mucha innovación buscando incidir en la reducción de la huella de carbono, en poner en práctica modelos de reutilización, economía circular, y, a la vez, de propiciar la dotación de datos que sirvan para tomar decisiones que frenan la contaminación o la emisión de gases de efecto invernadero, reducir el consumo, o para entender el impacto de las acciones que podrían estar atentando contra el planeta.
Microsoft participa de forma proactiva en generar un cambio que vaya más allá de su operación. La empresa de tecnología también se asegura de que las su innovación permee a sus clientes y sus proveedores. No en vano es que Microsoft se convirtió, precisamente, en uno de los socios principales para la COP26
Sintonizada con estas conversaciones globales, la compañía se ha enfocado en hacer sus operaciones más sostenibles, generar innovación que habilite a clientes y socios en su camino hacia la carbono-neutralidad, y ofrecer la potencia de la innovación y su experiencia para poner la tecnología al servicio de la conservación de los ecosistemas.
El ejemplo comienza en casa
Dentro de su compromiso ambiental, la compañía comenzó por casa. Adquirió compromisos de convertir su operación a cero residuos, carbono negativo y agua positivo, unas metas en las cuales avanza rápidamente y que ha extendido también a su cadena de valor.
Dentro de estos propósitos, Microsoft tiene una visión 100/100/0 por una red descarbonizada. Esto quiere decir que el 100% de energía que consume o genera es el 100% del tiempo a partir de fuentes de energía de carbono cero (0) (eólica, solar, hidroeléctrica, nuclear o captura y de carbono de una fuente puntual). La meta es alejarse de la producción y consumo de energía proveniente de fuentes intensivas en emisiones de carbono. Esta visión cobija a todos los centros de datos y sus oficinas en todo el mundo, que se conectan a la red y consumen energía proveniente de diferentes fuentes no contaminantes. No es un tema menor: la empresa es hoy en día uno los principales compradores de energía renovable en el mundo, con acuerdos de compra cercanos a los 5.8 gigavatios de energía renovable en 10 países alrededor del mundo.
Habilitar a otros en su camino hacia carbono cero
Pero la acción climática requiere no solo de compromisos individuales, necesita también de acciones colectivas. Por ello, con el fin de habilitar y facilitar el camino hacia las cero emisiones de sus socios y clientes, la empresa ha lanzado una nueva oferta en la nube: Microsoft Cloud for Sustainability -o la nube de sostenibilidad-, diseñada para ayudar a las empresas a medir, comprender y hacerse cargo de sus emisiones de carbono, establecer objetivos de sostenibilidad y tomar medidas cuantificables.
Esta nueva oferta de nube está diseñada para que los CIO puedan informar con facilidad sobre las emisiones de carbono de TI de la nube, los dispositivos y las aplicaciones como parte de la huella ambiental de su departamento. Las empresas podrán ofrecer a sus clientes una tarjeta de calificación de sustentabilidad para realizar un seguimiento del progreso en relación con sus objetivos de reducción de emisiones de carbono, incluidas las emisiones de las fuentes de propiedad de la empresa, las emisiones de la energía comprada y todas las demás emisiones. Los clientes podrán identificar áreas de emisión específicas en su operación y rastrear si cumplen con sus objetivos de reducción de emisiones, y si no lo hacen, poder mitigarlas o compensarlas. Microsoft Cloud for Sustainability permite a cualquier organización registrar, informar, reducir y reemplazar sus emisiones de manera más fácil y eficaz.
La tecnología al servicio de la sostenibilidad
Es un hecho que la tecnología está actualmente subutilizada cuando se trata del medio ambiente. Vivimos en la Era de la Información, pero cuando se trata de datos ambientales todavía estamos lejos de tener información oportuna y real que permita comprender exactamente lo que está sucediendo a tiempo para permitir una toma de decisiones inteligentes. Eso tiene que cambiar ahora, e impulsarse con la aceleración tecnológica; hay que poner la tecnología y la innovación a trabajar para el planeta.
Y es claro que no podemos cuidar lo que no conocemos: conocer nos permite tomar decisiones. Mediante el uso de herramientas digitales y capacidades computacionales avanzadas que recopilen, integren y pongan a disposición del público los datos de sensores en tierra, satélites y estaciones de monitoreo atmosférico pueden dar una visión de la salud del planeta.
Por esta razón, Microsoft ha puesto a disposición de las organizaciones dedicadas a la conservación y la sostenibilidad el poder de la nube, la Inteligencia Artificial, el IoT, así como el desarrollo del machine learning para generar cambios sustanciales y acelerar la investigación.
Herramientas tecnológicas como la Inteligencia Artificial (IA) permiten monitorear y administrar los recursos naturales del planeta. Con IA se pueden analizar datos satelitales y sensores subterráneos para monitorear el estado de los bosques en tiempo real y a gran escala, lo que proporcionaría sistemas de alerta temprana para investigar la deforestación ilegal y salvar 32 millones de hectáreas de bosques a nivel mundial en el 2030. El aire contaminado es uno de los peligros ambientales más graves para la salud humana, y el uso de la IA podría proporcionar alertas tempranas más precisas y localizadas. El uso de la IA para la conservación de especies y ecosistemas está rindiendo grandes frutos, y el potencial es enorme. La agricultura de precisión, con su red de sensores y IoT, tiene el potencial de ayudar a producir más alimentos, con mayor rendimiento, en menor extensión de tierra, y con menos insumos.
Pero capturar esta gran cantidad de datos y convertirlos en inteligencia procesable que permita tomar decisiones acertadas necesita el trabajo conjunto, el acceso a la información y una enorme capacidad de cómputo. Microsoft se ha propuesto construir esa herramienta -lo que llama una gran computadora planetaria- que contenga los principales conjuntos de datos ambientales del mundo en la nube de Azure y poner las soluciones de IA al alcance de los expertos del sector medioambiental, pues está convencida de que es hora de poner la tecnología y la innovación al servicio del planeta.