Investigadores y diseñadores debutan nueva tecnología en pasarela en la ciudad de Nueva York

Por: Editor blog de Microsoft.

Diseñadores de moda
Desde la izquierda: Thomas Ball, investigador principal; Teddy Seyed y James Devine, pasantes de investigación; y Peli de Halleux, ingeniero de investigación de desarrollo de software; ayudaron a diseñadores de la Academia de Modas BKLYN de la Biblioteca Pública de Brooklyn a mejorar sus diseños con tecnología de controladores listos para usarse y hechos a la medida. Foto: Kristen Blush

En su trabajo en mercadotecnia visual, el diseñador Kenroy Tyrell ha utilizado luces LED en aparadores para ferias y pisos de muestra. Pero en este día en particular, se encontró con el uso de tecnología en una manera que nunca anticipó – como parte de una prenda que había creado.

Tyrell fue uno de los 20 participantes en la Academia de Modas BKLYN de la Biblioteca Pública de Brooklyn, un programa que busca exponer a los diseñadores al lado emprendedor de la industria mientras diseñan sus colecciones. De acuerdo con la biblioteca, es la única en el país con una escuela de modas, y en su segundo año, el programa consiguió a un socio único en Microsoft Research. Los investigadores se asociaron con los participantes – la mayoría de los cuales tenía poca o nula experiencia técnica antes de este programa – para mejorar el poder del storytelling de su trabajo a través de tecnología de microcontroladores listos para usarse y hechos a la medida.

Con el inicio del evento de modas para cerrar el programa de la academia por llegar, Tyrell agitaba las piernas de un par de pantalones largos en un intento por imitar su funcionalidad. Cada paso de sus modelos debía activar un sensor de movimiento que iniciaría un pulso de luz en la cola de la prenda. Sin embargo, durante esta prueba, los LED solo se encendían a veces y necesitaban una sacudida más fuerte de lo que él creía que su modelo generaría al caminar por la pista. La sensibilidad del sensor tenía que ser ajustada.

Otros diseñadores resolvían sus propios problemas, justo minutos antes de que sus respectivos modelos se prepararan para la pasarela. La apariencia técnica en la colección de Tammy Vaughn incorporaba motores cubiertos de vidro diseñados para rotar en los hombros de su prenda, pero los motores eran más pesados de lo esperado, por lo que necesitaba reforzar los hombres con lo que ella y los que la ayudaban pudieran encontrar, en su mayoría periódicos y bolsas de plástico. Omega Dale enfrentaba problemas de motor de un tipo diferente. El par que ella incluyó en la prenda para que se levantara de manera lenta y soltara el frente de una falta parecía que funcionaba a diferentes velocidades; después de algunas vueltas, estaban fuera de sincronía, y al final un lado se soltó.

Para el momento que los modelos tomaron la pasarela, los LED de Tyrell funcionaban como se había planeado; los motores de Vaughn más o menos rotaban; pero no reflejaron la luz justo como se esperaba; y Dale tomó la decisión ejecutiva de desarmar la tecnología en su prenda que todavía funcionaba.

Pero la perfección no era el punto, como rara vez lo es cuando se trata de utilizar lo más innovador. El show de pasarela era importante por otra razón: evaluar qué tan utilizable era la tecnología y cómo los investigadores podían avanzar y escalarla. La tecnología fue la primer aplicación de un proyecto más grande llamado Alava, que busca desarrollar sistemas basados en microcontroladores que sean más fáciles de construir y codificar que los que pudieran crear por su cuenta aquellos con antecedentes limitados en ciencias de la computación.

“La mejor manera de probar tu plataforma es llevarla a la mano de las personas, y esa era una de las cosas que siempre hice con gran parte de mi investigación”, comentó Teddy Seyed, pasante de investigación en Microsoft graduado de la Universidad de Calgary, que facilitó la colaboración. “Me gusta hacer trabajos ahí afuera, en el mundo real, y no solo mantenerlo en el laboratorio”.

Y no hay nada más real que la pasarela, como puede atestiguar Asta Roseway, fusionista de Microsoft. Después de asistir a la nueva Escuela del Colegio de Diseño de Parsons, que ofrece un programa de modas, fue testigo de la intensidad, y a veces, las lágrimas de los eventos de pasarela.

“Es el banco de pruebas perfecto para ver si la gente puede juntar algo de manera rápida o ser en verdad creativos en un apuro: ¿Dónde están sus limitaciones? ¿Qué tanto podemos estirar esta tecnología? Es la tormenta perfecta para eso porque no hay falta de creatividad ahí”, comentó. Su grupo Smart Tattoos – material capacitivo que responde al tacto y puede ser cortado a láser y aplicado a la piel o a telas – fue incorporado en algunas de sus prendas.

Diseño de modas
El diseñador Kenroy Tyrell incorporó luces LED que pulsaban con cada uno de los pasos de los modelos en uno de sus looks, un corsé con cuernos recortados y pantalones largos, para el show de pasarela de BKLYN Fashion Academy. Las luces se activaban por sensores de movimiento en las piernas del pantalón de la modelo. Foto: Kristen Blush.

Cuando la moda y la tecnología colisionan

Para Microsoft Research, el show de moda que se realizó el 3 de mayo de 2019 en la Sala Central de la Biblioteca Pública de Brooklyn marcó una convergencia de caminos.

Después de años de desarrollar herramientas para desarrolladores profesionales, Thomas Ball, investigador principal, y sus colegas en el grupo de investigación en ingeniería de software cambiaron su foco para hacer más accesible la codificación para los no profesionales, en específico niños y adolescentes que de otro modo no podrían ser introducidos a o saber que tienen interés en las ciencias de la computación. El trabajo del equipo llevó a Microsoft MakeCode, una plataforma basada en web de código abierto para programación de micro controladores consistente de dos editores. El primero es el editor Blockly de Google para programación de arrastrar y soltar a través de una asociación con el equipo de Google Blockly; el segundo es un editor TypeScript basado en el que se utiliza en Visual Studio Code para aprendizaje y funcionalidad más avanzados. También ofrece un simulador de hardware para correr y probar código, lo que lo hace más sencillo empezar a codificar para aquellos que no tienen acceso a hardware.

Más o menos al mismo tiempo que MakeCode comenzaba a tomar impulso, Seyed era criticado por un smart watch que había creado. Un crítico bastante vocal dijo que era muy torpe, y no muy satisfactorio a nivel estético. Seyed, que se enorgullece en hacer cosas que lucen bien y son funcionales, giró hacia la moda, y lo que comenzó como una misión para hacer mejores smart watches se transformó en crear wearables para el lado de la moda.

“Quería que la tecnología estuviera en las ropas, pero yo no soy el que va a ser capaz de hacer el diseño de estas”, recuerda que pensó en ese momento. “Hay otras personas que pueden ser capaces de hacerlo. Pero si puedo darles tecnología que les permita hacerlo, podré tener lo que quiero – en teoría”.

Así que Seyed comenzó a hacer equipo con diseñadores de moda y a crear prototipos con herramientas como Arduino. Pronto encontró que la tecnología era muy complicada para los diseñadores y de entrada, tenía varias barreras. El aspecto técnico distraía de lo que la tecnología podía hacer y cómo los diseñadores podían elevar su trabajo con ella. En búsqueda de un manera más sencilla, Seyed descubrió MakeCode y lo ofreció con algunas adaptaciones para el mundo de la moda. El equipo MakeCode – que incluye a Ball, a los ingenieros de investigación de desarrollo de software Peli de Halleux y Michal Moskal, y al investigador principal Steve Hodges – se subió a bordo de inmediato. Pero pasaría otro año antes de que Seyed se uniera al equipo, y en ese tiempo, otro pasante, James Devine de la Universidad de Lancaster, ayudaría a desarrollar un sistema de redes que abrió la puerta para utilizar MakeCode en maneras que antes no habían sido consideradas.

Diseño de modas
Para la aplicación en la moda, la tecnología de micro controlador lista para usarse incluía dos componentes centrales de hardware, ambos hechos a la medida con micro controladores SAMD21: el “cerebro” y las “perlas”. Cada una de las perlas codificadas por color, o sensores, respondían a diferentes estímulos. La perla roja (arriba, a la derecha) es una perla de sensor de luz. Foto: Kristen Blush

JACDAC: De videojuegos multijugador a una red de micro controladores

En su segunda pasantía con Microsoft Research, Devine esperaba escribir un protocolo inalámbrico para la BBC micro:bit, pero fue llevado a trabajar en Arcade de MakeCode, un editor para programar videojuegos de un solo jugador. El equipo de MakeCode quería dar a Arcade una opción multi jugador.

El reto era que los protocolos existentes de comunicación I2C y SPI seguían un paradigma de comunicaciones de anfitrión periférico: Un dispositivo – el anfitrión – es responsable de la operación de los otros dispositivos, o periféricos. Sin escribir drivers personalizados de dispositivo, el anfitrión no podía distinguir entre periféricos adicionales con los mismos registros y direcciones, lo que evitaba que el sistema funcionara. Aún más, la naturaleza estática de esos protocolos hacía complicados el reemplazo sobre la marcha y la adición de hardware.

Esas limitaciones eran contrarias a la misión de MakeCode de codificar para todos, así que Devine desarrolló JACDAC – Comunicaciones Conjuntas Asíncronas; Control Agnóstico de Dispositivo – un protocolo de transmisión listo para usarse para dispositivos basados en micro controladores. Mediante el uso de direccionamiento dinámico y una capa de abstracción, el protocolo estandariza la interfaz entre periféricos, aloja a más de uno de los mismos dispositivos y habilita comunicación de anfitrión a anfitrión para casos de uso como videojuegos multi jugador. Este logro inspiró lo que de manera eventual llegó a la pasarela – no solo los dispositivos individuales, sino una red de estos.

“Nuestra innovación hace muy sencillo conectar estos tableros y programarlos”, comentó Bell.

JACDAC, que fue actualizado para el show de moda, está escrito en TypeScript y C++, lo que permite que pueda ser utilizado tanto en ambientes web como en micro controladores. Con capacidad de transmisión y recepción de un solo cable, JACDAC permite la conexión de dispositivos vía un cable de audio, un equipo relativamente intuitivo, familiar para la población no tecnológica y que casi fue fabricado para soportar el acelerado escenario del diseño de modas.

“Con un conector de audio, obtienen esta distintiva y sencilla capacidad de conectar las cosas”, comentó Devine. “Son bastante resistentes, por lo que si los presionas, se quedan juntos, y sólo puedes conectarlos de una sola manera como con USB-C”.

Proyecto Alava: Reunir redes, hardware, y software

Uno de los aspectos únicos de Project Alava – y su aplicación para la moda, que el equipo llamó Project Brookdale – es su combinación de redes, software, y hardware. Del lado del software, el equipo de MakeCode aprovecha al editor MakeCode Maker, una plataforma de experimentación que – como MakeCode – permite programación de arrastrar y soltar y basada en texto. El hardware para el show de pasarela incluyó dos componentes centrales, ambos hechos a la medida con micro controladores SAMD21: el “cerebro” y las “perlas”. Cada una de las perlas codificadas por color, o sensores, respondían a diferentes estímulos. Había una perla de sensor de luz, una perla de sensor de color, y una perla de sensor de movimiento, entre otras. El equipo determinó qué capacidades de percepción construir basados en los efectos que los diseñadores esperaban conseguir.

“Llegaron con sus conceptos, y luego fue, ‘¿Cuál es la historia que buscan contar, y cómo la hacemos realidad con la tecnología?’”, comentó Seyed.

Diseño de modas
La experiencia de colaborar con los investigadores de Microsoft puso a la diseñadora Omega Dale a pensar sobre cómo la tecnología podía ser incorporada en la moda de manera utilitaria, como una mochila o un rompevientos adornados con señales de vuelta activadas por sensores en la manga por los ciclistas. Foto: Kristen Blush

Al reunir el hardware – que fue posible con la ayuda del ingeniero mecánico Patrick Therien y su equipo en Hardware Lab – el equipo tuvo siempre en mente las necesidades logísticas de los diseñadores. Por ejemplo, estandarizaron el tamaño de las perlas para que no importara qué quisieran hacer los diseñadores a nivel técnico, sabrían exacto cuánto espacio colocar en la prenda. Cuando llegó el momento de elegir una fuente de energía, los investigadores seleccionaron baterías que fueran más delgadas y ligeras para que colgaran de las prendas.

Para crear sistemas que aquellos sin antecedentes en ciencias de la computación en verdad quiera utilizar – y ser capaces de hacerlo sin investigadores – se requiere que los investigadores ajusten la tecnología en los mundos donde la gente realiza su trabajo, ya sea en la pasarela, en el aula, o en casa.

“Tienes que encontrarte con ellos donde están”, comentó de Halleux.

Y los investigadores lo hicieron. Después de meses de guiar a los diseñadores a través del diseño y los aspectos técnicos a través del teléfono, email, y videoconferencias desde el campus de Microsoft en Redmond, Washington, Seyed se unió a los diseñadores en sus talleres en la biblioteca en las dos semanas y media previas a la pasarela. Ball, de Halleux, y Devine no se quedaron atrás. Y los dos equipos trabajaron de la mano – los diseñadores cosían y ajustaban sus prendas, los investigadores codificaban y ayudaban a integrar la tecnología.

Diseño de modas
La diseñadora Tammy Vaughn, que incorporó motores cubiertos de vidrio en sus prendas, disfrutó utilizar tecnología. “Quisiera incorporarla en algo más de lo que hago porque en verdad da un efecto muy lindo”, mencionó. Foto: Kristen Blush

La diseñadora Tammy Vaughn, que incorporó los motores cubiertos de vidrio, disfrutó la colaboración, y destacó que los investigadores los apoyaron y motivaron desde el primer día hasta el último. Con respecto a la tecnología, le encantaría hacerlo de nuevo.

“Buscaría incorporarla en algo más de lo que hago porque en verdad da un efecto muy lindo”, comentó.

Kenroy Tyrell y Omega Dale fueron igual de receptivos a la idea de continuar con el uso de tecnología y varios días después del show consideraron cómo sería seguir adelante, y soltaron algunas ideas para aplicaciones más prácticas. Dale comentó sobre una mochila o rompevientos con señales de vuelta incluidas que fueran activadas por sensores en la manga de los ciclistas. Tyrell mencionó sensores en zapatos que pudieran abrir las puertas en la casa o el auto.

“No pienso en la tecnología en el sentido de los sensores en las ropas; los sensores me pusieron a pensar en otras maneras de incorporar sensores”, comentó.

Esa consciencia fue tan parte de la visión del equipo Makecode como la tecnología misma, que aún es un prototipo, y la colaboración fue importante en mostrar lo que es posible no sólo en la moda, también en otros dominios.

“Para nosotros la moda es solo el primer paso para mostrar que la tecnología es viable – para evaluarla con una audiencia que no está familiarizada con los micro controladores – pero nuestras aspiraciones van en el sentido de trabajar con muchos dominios diferentes”, comentó Ball.

Para experimentar con los diferentes componentes detrás de Project Alava y Project Brookdale, conozcan MakeCode Maker y Makecode. Para más información, escriban un email al equipo de MakeCode.

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