Por: Satya Nadella CEO en Microsoft
Hace unos días, anunciamos una asociación con Walgreens Boots Alliance para poner a la gente al centro de su salud y su bienestar. Esta colaboración combina el poder la nube de Azure, la tecnología IA y Microsoft 365 con el profundo conocimiento de la industria de Walgreens Boots Alliance. Como parte de nuestra colaboración, Walgreens Boots Alliance presentará nuevas soluciones para la atención médica, construidas sobre nuestras plataformas y herramientas.
La meta es enfrentar uno de los retos más apremiantes, mejorar los resultados de la atención médica, mientras se disminuyen los costos, y se trata de un emblemático ejemplo de lo que llamo intensidad tecnológica, el potencial de las compañías y los países de iniciar su crecimiento no sólo a través de la adopción de tecnología, sino también a través de la construcción de su propia tecnología.
En un mundo donde cada compañía se comienza a convertir en una compañía digital, vemos ejemplos de organizaciones en cada industria que adoptan su intensidad tecnológica para desarrollarse y maximizar su impacto, y he compartido muchas de sus historias aquí en LinkedIn en el último año. En agricultura, Bühler, que procesa casi dos tercios de los granos del mundo en sus máquinas, ha construido su propia solución para identificar toxinas mortales en los granos, lo que ha diferenciado a su maquinaria y al mismo tiempo mantiene seguro el suministro de alimentos del mundo. En el comercio minorista de alimentos, Kroger utiliza tecnología digital para redefinir la experiencia del cliente en sus tiendas y brindar a sus empleados una mayor información de valor. En la industria automotriz, Volkswagen aprovecha la tecnología para entregar experiencias nuevas y diferenciadas de autos conectados. En transporte, Grab utiliza IA para mejorar la seguridad de los pasajeros y el conductor. Y en servicios financieros, Blackrock aplica tecnología digital para reimaginar el retiro, con la visión de ayudar a millones de americanos con sus necesidades de plan de retiro, desde ahorros hasta gastos.
Existen dos aspectos en la intensidad tecnológica: Primero, cada organización necesitará ser un pionero en la adopción de la mejor tecnología, y de igual importancia, necesitarán construir sus propias y únicas capacidades digitales, lo cual inicia con los trabajadores que tienen un profundo conocimiento de las más recientes tecnologías. Pienso en la intensidad digital como si fuera una ecuación – (adopción tecnológica) ^ capacidades tecnológicas = intensidad tecnológica – y como compañía, Microsoft está enfocada en brindar los elementos que ayuden a nuestros clientes a resolverla.
Para acelerar la adopción tecnológica, las organizaciones necesitan ser capaces de acceder a las más recientes plataformas, herramientas y entrenamiento, para que no tengan que recrear tecnología que ya ha sido masificada. Este es el primer paso para construir la intensidad tecnológica, pero no es suficiente.
Para incrementar de manera exponencial su impacto al construir sus propias capacidades tecnológicas, las compañías necesitan invertir en su capital humano, para que puedan tener una cultura laboral que motive la construcción de capacidades y la colaboración para generar nuevos e innovadores conceptos. Por ejemplo, una organización tal vez tenga una visión conceptual, pero también necesitan tener las capacidades de llevarla a cabo, así como contar con los empleados con las habilidades de diseño e ingeniería requeridas para construir el concepto.
Algo fundamental tanto para la adopción y construcción de tecnología es la confianza, tanto en la tecnología como que los modelos de negocio de los socios estén alineados a su éxito. Puede sonar trillado, pero las compañías nunca podrán utilizar tecnología para construir ventajas competitivas si sus socios tecnológicos compiten con ellos.
Los investigadores han mostrado que la intensidad tecnológica es un motor para el éxito organizacional. James Bessen en la Universidad de Boston ha estudiado de manera extensa lo que ha hecho a las principales compañías rebasar a sus competidores y ha concluido que construir tecnología propietaria es un factor determinante, que contribuye a una mayor productividad.
El concepto de intensidad tecnológica también aplica de manera más amplia al destino de países enteros, con implicaciones significativas en la creación de políticas.
En los últimos 200 años, ha emergido una vasta brecha de ingresos entre las naciones más ricas y las más pobres. Los economistas, en especial Diego Comin en Dartmouth College, ha mostrado que esto puede ser explicado de manera parcial por la “intensidad de uso” de un país para poner en funcionamiento nuevas tecnologías. Para ser claros, el profesor Comin define “intensidad de uso” a la intensidad con la que la tecnología penetra una población después de que esta llega a un país, pero la definición está conectada de manera cercana a nuestra propia definición de “intensidad tecnológica) organizacional. Con el tiempo, los países con tasas más altas de penetración tecnológica, o “intensidad de uso”, estarán mejor posicionadas para construir su propia tecnología. Esto permite a los gobiernos brindar mejores servicios a los ciudadanos, a las grandes empresas en esos países a que sean más competitivas, y a los pequeños negocios y emprendedores a que sean más productivos.
La ecuación explica cómo los países pueden promover lo anterior. Para motivar la adopción tecnológica, los países necesitan dar prioridad a lo mínimo, como el acceso amplio a la conectividad. Después de todo, sin conectividad, la adopción de la tecnología más reciente es irrelevante. Hoy en día, la conectividad se mantiene variable entre los países, y en las tasas actuales de adopción, el acceso universal a internet en naciones de bajos ingresos no será conseguido hasta 2042.
Para afinar sus capacidades tecnológicas, los países necesitarán una fuerza laboral entrenada en el uso productivo de la tecnología. Los trabajos de la actualidad no serán los trabajos del mañana, y ya hemos comenzado a ver que la demanda por roles de ingeniería de software se expande de manera rápida más allá del sector tecnológico. Las ofertas de trabajo para desarrolladores en industrias que no son tecnológicas han comenzado a crecer más rápido que la misma industria, de acuerdo con datos de LinkedIn. Los países deben asegurar que su población y sus futuras generaciones tengan las habilidades digitales que cada vez más, serán necesarias para progresar. También deben trabajar en conjunto con la industria para asegurar que la tecnología que se construye siempre sea confiable. Esto significa que los gobiernos y el sector tecnológico deben tomar acciones para protegerse contra las consecuencias imprevistas de los avances en tecnología.
Y por supuesto, los países pueden liderar con el ejemplo al construir sus propias capacidades tecnológicas que les permitan ser más eficientes y brindar un mejor servicio a sus ciudadanos. Los ejemplos abundan. En el Territorio del Norte en Australia, el gobierno construye su propia tecnología para asegurar que los recursos pesqueros son gestionados de manera sustentable para las futuras generaciones. El Departamento de Asuntos de Veteranos de Estados Unidos ha lanzado una herramienta en línea para que los veteranos tomen decisiones informadas acerca de su atención médica, para permitirles comparar instalaciones por factores como tiempos de espera y satisfacción del paciente. Y el Banco Interamericano de Desarrollo ha construido una plataforma en línea que ya ha sido adoptada en Colombia, Costa Rica, Paraguay, y Perú, que permite a los ciudadanos dar seguimiento al gasto del gobierno, para llevar nuevos niveles de transparencia al sector público.
Los desafíos para los países y las compañías no podían ser más altos. En esta era digital, la intensidad digital es vital para el crecimiento económico, y debido a que cada sector ha sido impactado, se trata de una oportunidad para promover una mayor igualdad económica en un país y a nivel global. El amplio excedente que crea permitirá tanto al sector público como al privado tomar acciones para afrontar los retos más apremiantes de la sociedad. En Microsoft, por ejemplo, invertimos en iniciativas de AI for Good que ponen los avances más recientes en tecnología en las manos de las personas que generan un cambio para que puedan construir sus propias capacidades digitales y aplicarlas para maximizar su impacto. Otro ejemplo es AI for Accessibility, que brinda a los desarrolladores las herramientas en IA para acelerar el desarrollo de soluciones que ayuden a más de mil millones de personas con discapacidades, mientras que AI for Earth hace lo mismo para aquellos que trabajan en resolver problemas ambientales globales, y AI for Humanitarian Action apoya en la recuperación en caso de desastre y protege a la gente desplazada alrededor del mundo.
La intensidad tecnológica es lo que cimenta nuestra misión en Microsoft de impulsar a cada persona y organización en el planeta a que consigan más. Estamos comprometidos en ayudar a nuestros clientes a desbloquear el poder de la tecnología a través de todo lo que hacen, y en los próximos meses espero compartir más ejemplos de cómo las organizaciones adoptan y fomentan la intensidad tecnológica para beneficiar a la sociedad y para progresar en un mundo digital.
*El artículo original fue publicado en LinkedIn.