Por: Lucas Joppa, jefe de medio ambiente.
El diálogo en la Cumbre sobre la Acción Climática de las Naciones Unidas de este año tuvo un refrescante aire de sobria realidad. La urgencia por la crisis climática ha sido ahora absorbida por completo, y la conversación se ha centrado en la cuestión práctica de lo que se necesita hacer para mitigar los peores impactos de un clima que cambia de manera rápida y adaptarse a lo que no podemos evitar.
Esto significa que el tiempo de grandes ambiciones y grandes anuncios sin planes claros de acción es cosa del pasado. Es por eso que nos hemos enfocado en nuevas y específicas contribuciones tanto dentro como fuera de nuestras cuatro paredes que tienen el potencial de impactar de manera significativa los resultados ambientales. Hemos hecho esta labor por más de una década y, en abril de 2019, duplicamos nuestras ambiciones con un foco claro en hacer más donde hace la mayor diferencia – más allá de los cambios operativos y cada vez más en cómo ponemos a la tecnología a trabajar por el planeta. Con esto en mente, quiero compartir varios desarrollos concretos y marcadores de progreso que incluyen:
- Alinear nuestras operaciones con un escenario de cambio climático de 1.5°C: Está claro, de acuerdo con la ciencia, que los objetivos deberían ser aún más ambiciosos que los establecidos por el Acuerdo de París, que mapearon un incremento de 2 grados. Estamos complacidos en decir que nuestro objetivo de energía renovable ha sido certificado por la Iniciativa de Ciencia Basada en Objetivos (SBTi, por sus siglas en inglés) como alineado a un futuro de 1.5 grados Celsius. La certificación es significativa por dos razones – primero, creemos que las acciones deberían ser dirigidas por la mejor ciencia disponible, y SBTi utiliza eso como un criterio central para aprobación y segundo, porque lo que es más importante no sólo son los objetivos – es cumplirlos. Los objetivos basados en ciencia ofrecen medición y responsabilidad importantes que son críticas para evaluar si conseguimos el progreso que el mundo necesita, en el marco de tiempo que tenemos disponible.
- Extender la labor de reducción de carbono a nuestra cadena de suministro: Ahora establecemos un objetivo de reducción para nuestra cadena de valor y de suministro a través de nuestro nuevo objetivo certificado por SBTi, que nos verá cortar estas emisiones en al menos 30 por ciento para 2030. Nuestra cadena de suministro, referida a un conteo de carbono de emisiones de Scope 3 como emisiones indirectas de carbono asociadas con cualquier cosa desde manufactura a uso de dispositivos por parte del cliente a viajes en avión de empleados, son mucho más grandes que nuestra huella operativa. Esto es cierto para muchas compañías y casi todas las empresas tecnológicas. Ya hemos trabajado para impulsar la transparencia en este espacio, con más de 105 de nuestros principales proveedores que reportan a través de CDP (antes conocido como Carbon Disclosure Project), y esperamos continuar con más acciones en este espacio en el año siguiente.
- Ir de operaciones neutrales de carbono a productos neutrales de carbono: Las operaciones de negocios de Microsoft han operado como neutrales de carbono desde 2012. Ahora comenzamos nuestro camino para extender eso a nuestros productos y dispositivos con un piloto para fabricar 825 mil consolas de Xbox neutrales de carbono. Estas son las primeras consolas de videojuegos en serlo. Aunque se trata de un proyecto piloto, ya hemos comenzado a ver qué podemos hacer para reducir y neutralizar el carbono de las consolas aún más a través de los dispositivos.
- Poner la tecnología en las manos de otros por el bien del planeta: Las inversiones que hemos hecho para hacer nuestros dispositivos y centros de datos y nuestra cadena de suministro más ecológicos son buenas para el planeta pero tienen un impacto exponencial cuando el mundo utiliza estos recursos de cómputo más verdes para impulsar los nuevos avances en IA para el planeta. Es por eso que continuamos con la expansión de nuestro programa AI for Earth con nuevos socios beneficiaros como Conservation X Labs, National Geographic Society y World Resources Institute. Ahora tenemos más de 430 beneficiaros en 71 países y recién lanzamos nuestra primera API y repositorios de código en nuestro sitio web y en GitHub. Los miembros más nuevos de AI for Earth incluyen a los jóvenes líderes que participaron en el Congreso de Verano Juvenil de Soluciones.
Es importante notar que aunque hemos conseguido progreso en varios frentes, aún hay mucho trabajo por hacer dentro de Microsoft para integrar la sustentabilidad más a fondo a través de la compañía y en todo lo que hacemos. Estamos comprometidos en hacer este trabajo y ser transparentes sobre nuestra jornada. Y continuaremos con el trabajo con organizaciones externas como la Iniciativa de Ciencia Basada en Objetivos y CDP, que han hecho tanto para impulsar un cambio concreto y medible para mantenernos responsables y alineados con la mejor ciencia.
Este congreso llegó en un momento trascendental. Me siento motivado por la pasión y participación que vi en el Congreso Juvenil y con los nuevos anuncios corporativos. Es un antídoto bien recibido frente a la visión fatalista del mundo que es tan fácil adoptar cuando se trata del futuro del planeta.
Tampoco debemos ceder demasiado al optimismo a menos que esté combinado con una acción real. El camino por delante será desafiante, y el progreso va a requerir que todos hagamos más. Estamos comprometidos en hacer nuestra parte. Microsoft ve una responsabilidad y una oportunidad como un proveedor líder de nube e IA para jugar un rol más grande en la implementación de soluciones, aplicar capital y poder en el mercado y reducir nuestra considerable huella ambiental.
Pero el progreso sí es posible. No se trata de una esperanza ingenua sino una que está basada en evidencia: los avances tecnológicos en los últimos años, nuevos trabajos en curso en nuestro negocio, y un creciente apetito de parte de los clientes por transformar de manera digital sus negocios con la sustentabilidad en mente.
