Por: Brad Smith, presidente.
Cuatro empleados sentados en una mesa en un entorno de oficina, todos miran una computadora portátil.
A medida que nos acercamos al segundo cuarto del siglo XXI, la economía estadounidense continúa con su evolución. Nuestro mercado libre se ha comenzado a remodelar en parte al cambiar las expectativas públicas sobre la naturaleza del trabajo y las responsabilidades de las corporaciones. La tecnología contribuye a estos cambios, y el propio sector tecnológico ha comenzado a abordar de nuevo una faceta que durante mucho tiempo ha sido importante para la economía y la democracia estadounidenses: el derecho de los trabajadores a organizarse.
Las recientes campañas de sindicalización en todo el país, incluso en el sector tecnológico, nos han llevado a concluir que, de manera inevitable, estos problemas afectarán a más empresas, incluida la nuestra. Esto nos ha alentado a pensar de manera proactiva sobre el mejor enfoque para nuestros empleados, accionistas, clientes y otras partes interesadas.
Nuestros empleados nunca necesitarán organizarse para tener un diálogo con los líderes de Microsoft.
Pero también reconocemos que el lugar de trabajo ha comenzado a cambiar. Es por eso que compartimos principios para guiar nuestro enfoque con las organizaciones laborales.
Ahora anunciamos un nuevo conjunto de principios en torno a la organización de los empleados y cómo nos involucraremos con nuestros empleados, organizaciones laborales y otras partes interesadas importantes en conversaciones críticas sobre el trabajo.
Dos factores guían nuestro pensamiento.
Primero, si bien las relaciones con las organizaciones laborales no son nuevas para Microsoft, sabemos que tenemos mucho que aprender. Muchas otras industrias tienen mucha más experiencia y conocimiento que nosotros. En los últimos meses hemos hablado y trabajado de manera ardua para aprender de destacados líderes laborales, empresariales y académicos. Nos hemos basado en las propias experiencias de colaboración de nuestra empresa con comités de empresa y sindicatos en otros países, algo que aprendí sobre mí mismo en la década de 1990, cuando era responsable de nuestros asuntos corporativos y legales europeos. Pero, sobre todo, reconocemos que tenemos mucho más aprendizaje por delante que por detrás.
En segundo lugar, reconocemos que el enfoque correcto para Microsoft puede ser diferente de lo que funcionará mejor para otros. Cada industria y cada empresa es única. Abordamos estos temas con una profunda apreciación del papel vital e innovador que desempeñan nuestros empleados en el desarrollo y la adopción de nuevas tecnologías. Esto depende de una cultura empresarial compartida que se base en una mentalidad de crecimiento centrada en escuchar, aprender y desarrollar nuestros enfoques juntos, en especial en temas importantes en un mundo que cambia de manera rápida.
Como reflejo de estos factores, creemos que las partes interesadas de Microsoft recibirán un mejor servicio con un enfoque abierto y constructivo basado en los siguientes cuatro principios:
- Creemos en la importancia de escuchar las preocupaciones de nuestros empleados. Nuestros líderes tienen una política de puertas abiertas e invertimos en sistemas de escucha y grupos de recursos de empleados que nos ayudan de manera constante a comprender mejor lo que funciona y lo que debemos mejorar. Pero reconocemos que puede haber momentos en que algunos empleados en algunos países deseen formar o afiliarse a un sindicato.
- Reconocemos que los empleados tienen el derecho legal de elegir si formar o afiliarse a un sindicato. Respetamos este derecho y no creemos que nuestros empleados o las demás partes interesadas de la empresa se beneficien al resistir los esfuerzos legales de los empleados para participar en actividades protegidas, incluida la formación o afiliación a un sindicato.
- Estamos comprometidos con enfoques creativos y de colaboración con los sindicatos cuando los empleados deseen ejercer sus derechos y Microsoft reciba una propuesta de sindicalización específica. En muchos casos, las propuestas de sindicalización de empleados pueden abrir una oportunidad para que Microsoft trabaje con un sindicato existente en procesos acordados para que los empleados ejerzan sus derechos a través de un acuerdo privado. Estamos comprometidos con enfoques colaborativos que harán que sea más simple, en lugar de más difícil, que nuestros empleados tomen decisiones informadas y ejerzan su derecho legal de elegir si formar o afiliarse a un sindicato.
- Sobre la base de nuestras experiencias laborales globales, estamos dedicados a mantener una relación cercana y una asociación compartida con todos nuestros empleados, incluidos aquellos representados por un sindicato. Durante varias décadas, Microsoft ha colaborado de manera estrecha con los comités de empresa de toda Europa, así como con varios sindicatos a nivel mundial. Reconocemos que el liderazgo y el éxito continuos de Microsoft requerirán que sigamos con el aprendizaje y la adaptación a un entorno cambiante para las relaciones laborales en los próximos años.
Reconocemos que esta es una jornada, y necesitaremos continuar con el aprendizaje y el cambio a medida que las expectativas y puntos de vista de los empleados cambien con el mundo que nos rodea. Y reconocemos que los empleadores y los empleados no siempre estarán de acuerdo en todos los temas, y eso está bien.
Quizás más que nada, traemos una sensación de optimismo basada en una apreciación de que el éxito en una economía global competitiva requiere que las empresas y los trabajadores se esfuercen por trabajar bien juntos.
Cuando visito a funcionarios en Washington, D.C., a veces pienso en el hecho de que el presidente Theodore Roosevelt creó en 1903 una sola agencia del gabinete, el Departamento de Comercio y Trabajo. Una década más tarde, este departamento se dividió para que dos agencias federales diferentes pudieran enfocarse de manera más directa en sus distintas necesidades. Pero entonces, como ahora, el verdadero progreso de las empresas y del país muchas veces ha requerido diálogo, colaboración y confianza entre empresas y trabajadores.
Ninguno de nosotros sabe con precisión qué desafíos traerá el futuro. Pero estamos dispuestos a apostar a que una empresa que escucha y trabaja bien con sus empleados es probable que tenga una mano ganadora.