Por: Candace Whitney-Morris, Blog Microsoft Life.
Cómo un empleado encontró la manera de unir su talento para el hackeo esbelto con la cultura de Microsoft
Casi renuncio hace cuatro años.
Mi impaciencia aumentaba cada vez más y decidí que quería iniciar una nueva empresa. Un poco después de eso, le dije a mi gerente que planeaba irme en el transcurso del siguiente año.
Le dije que necesitaba autonomía y creatividad. Quería un trabajo con un mayor propósito y un impacto que lograra cambiar el mundo. Además, quería un crecimiento rápido, no sólo de mis productos, sino de mí mismo.
Su respuesta me llegó de sorpresa. Ella dijo que me apoyaría de cualquier manera y me dio algunas sugerencias sobre maneras en las que podía obtener todo lo que quería en Microsoft, si consideraba quedarme. Ella me podía dar una sala más grande para ser creativo y tomar riesgos, más ayuda para tener acceso a todos los recursos de Microsoft, y muchas otras cosas que no había considerado hacer antes.
Me quedé, y nunca miré hacia atrás.
Siempre he buscado maneras creativas para resolver problemas, y de manera ideal sin tener que desperdiciar tanto. Al ser un niño rural que creció a tres millas de distancia de un pueblo pequeño, no tenía mucho que hacer más que descubrir cómo entretenerme. Tuve que ser independiente e ingenioso. Así que me dediqué a reparar y diseñar, y crear cosas, como casas del árbol, go carts, o cualquier otra cosa.
Una vez reparé el antiguo buggy de mi tío y lo hice funcionar de nuevo con algunas herramientas y con poca supervisión de un adulto; es probable que por un momento haya sido el único estudiante de octavo grado con ruedas. Siempre rediseñaba cosas que estaban rotas y les daba un nuevo propósito.
Sin embargo, no sabía cómo llamarlo en ese momento, y ahora me doy cuenta de que eso era hackeo esbelto (experimentar con nuevas ideas y probarlas, de manera rápida), y el resultado fue que lo había hecho por un tiempo.
En lugar de dejar la compañía, decidí traer más de esta mentalidad a mi trabajo en Microsoft. Convertí un laboratorio viejo en un espacio colaborativo donde mi equipo y yo podemos experimentar de manera constante. Amo ese espacio. Dentro de él, nuestro equipo de servicios de investigación y forense (traducción: protegemos a Microsoft y a nuestros clientes de una variedad de riegos) ha desarrollado productos, a veces con la ayuda de The Garage, y otras veces como voluntarios apoyados por Microsoft Philanthropies.
Juntos, diseñamos una avanzada plataforma de búsqueda de identidad. Encontramos que nuestras habilidades se acoplaban bien dentro de áreas con un gran valor social; nuestras tácticas de hackeo esbelto nos han ayudado a enfrentar mayores retos globales a través de soluciones como PhotoDNA, un producto utilizado para combatir la explotación infantil en internet; Child Finder Service, el cual ayuda a encontrar niños extraviados; y Content Moderator, el cual ayuda a las organizaciones a identificar textos, imágenes o videos de alto riesgo en sus plataformas.
Otros tipos de hackeo son divertidos, y nuestros equipos se involucran con pequeños experimentos de manera constante; hemos creado una mesa de aglomeración programable cuatro en uno del tamaño de una mesa de ping-pong, una configuración de laboratorio de diseño personalizado con una campana para las grandes victorias, y un carrito comunitario de bocadillos para compartir bocadillos saludables. En una encuesta de equipo, el 100 por ciento de nuestra gente dijo que sus empleos son más que sólo empleos, tienen un verdadero significado. Creo que esto se debe a nuestra cultura de hackeo.
Desde aquella conversación con mi gerente hace cuatro años, he pasado por una transformación. Solía pensar que necesitaba iniciar mi propia compañía, hacer una fortuna, y después tener un impacto positivo en el mundo después de eso. Pero me he dado cuenta que la vida es muy corta para posponer el llamado de uno.
Todavía me pregunto con frecuencia sobre otras oportunidades. Pero la pregunta que me hago a mí mismo es qué tanto impacto puedo generar en comparación a donde estoy. Hasta ahora, no hay otro lugar que haya encontrado donde pueda generar un impacto global mayor que en Microsoft.