Nuevas formas de conectarse, nuevas maneras de aprender: el aula híbrida de UTN de Tucumán

El regreso a la presencialidad en casi todas las instituciones educativas del país vino a consolidar nuevas formas de ser y estar en el aula que tienen como protagonistas a las nuevas tecnologías y herramientas digitales, cuyo uso se intensificó durante la pandemia.

A partir de los aprendizajes vividos durante el 2020, el año pasado, la UTN de Tucumán puso en práctica una nueva experiencia de cursada denominada “aula híbrida”. Equipada con tecnología de Microsoft, esta aula habilita la participación e interacción entre los estudiantes de dos maneras: virtual y presencial, representando una oportunidad para aquellos alumnos que, por motivos económicos, familiares o laborales, no pueden acudir a las clases de manera presencial.

De acuerdo con los resultados obtenidos y el grado de satisfacción que manifestaron los estudiantes que formaron parte de la experiencia, la universidad continuará incorporando herramientas digitales y prácticas pedagógicas que permitan mejorar esta modalidad de enseñanza para que, en el futuro, cada carrera pueda tener su aula híbrida.

Argentina – A partir del regreso a la presencialidad, muchas instituciones educativas comenzaron a indagar nuevas formas de trabajo en el aula que combinan la virtualidad y la presencialidad a través del uso de nuevas tecnologías. Una de ellas es la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Tucumán. Con más de trece mil alumnos activos entre carreras de grado, posgrado y pregrado, el año pasado, la institución comenzó a poner en práctica una nueva experiencia de cursada denominada “aula híbrida”. En este sentido, además de habilitar nuevas formas de interacción entre docentes y estudiantes, esta modalidad permite incluir a aquellos alumnos que presentan dificultades para acudir a las clases de manera presencial, representando una oportunidad para que cada vez más personas puedan acercarse al mundo académico.

Cuando comenzó la pandemia, la UTN de Tucumán tuvo que migrar todo sistema de enseñanza y aprendizaje al formato virtual. En este sentido, como la institución ya utilizaba herramientas digitales antes del aislamiento preventivo y obligatorio, la transición al esquema remoto transcurrió de manera rápida y sin mayores contratiempos: mientras el campus virtual de la universidad funcionó como un gran centro de operaciones a través del cual los estudiantes podían acceder al material de lectura y a las actividades específicas de cada materia, Microsoft Teams fue la herramienta elegida para que alumnos y docentes puedan conectarse a las clases virtuales sincrónicas y realizar las actividades prácticas diarias. En ese entonces, el gran desafío estuvo en capacitar y brindar asistencia a aquellos docentes que aún no estaban del todo “amigados” con el uso de las nuevas tecnologías.

Lejos de hacer “borrón y cuenta nueva”, a principios del año pasado la universidad comenzó a probar nuevas experiencias de clase que tuvieran en cuenta, además del contexto sanitario, las necesidades de los docentes y estudiantes, capitalizando, de esta manera, los aprendizajes que les había dejado la pandemia. El primer paso de esta búsqueda consistió en la conformación de un aula híbrida, la primera aula híbrida de la universidad, la cual se desarrolló en uno de los salones del establecimiento.

“Hoy nos encontramos transitando un nuevo paradigma digital del cual somos parte, pero también protagonistas. La tecnología nos permite buscar nuevos puntos de encuentro entre estudiantes y docentes y reimaginar nuevas formas para educar en el futuro. En este sentido, la educación híbrida, donde converge lo virtual y lo presencial en el aula, además de habilitar nuevas formas de interacción, representa una oportunidad para que más estudiantes puedan acercarse al mundo académico. Este modelo aún se encuentra en una etapa de aprendizaje y experimentación y, por eso, requiere que tengamos en cuenta la realidad de cada uno de los docentes y estudiantes, para poder mejorarlo, y que todos se sientan incluidos. Con la implementación de su primera aula híbrida y la incorporación de nuevas tecnologías, la UTN de Tucumán ya es parte de este cambio y es un gusto para nosotros formar parte de este proyecto”, señaló Tomás Reboursin, director de Negocios, Grandes Empresas e Instituciones en Microsoft Argentina.

Para Fabián Soria, decano de la UTN de Tucumán, el 2021, cuando se habilito la presencialidad de manera parcial en algunas instituciones educativas del país, representó un gran desafío y fue el puntapié que habilitó la búsqueda de nuevas formas de enseñanza y aprendizaje. En este sentido, señaló: “El año pasado significó una oportunidad para repensar y reimaginar nuevas maneras de encontrarnos en el aula. Fue en ese momento cuando pude conocer estas nuevas herramientas disruptivas, las aulas híbridas, las cuales permiten combinar dos modalidades de participación: virtual y presencial. A partir de ello, desde la universidad decidimos hacer una fuerte inversión para equipar cuatro salones con la tecnología necesaria e inmediatamente empezamos con las capacitaciones a nuestros docentes para iniciar con las clases cuanto antes. En este punto es necesario hacer una distinción entre la educación a distancia en tiempos de pandemia, donde prevaleció la urgencia más que la planificación, y la modalidad híbrida que queremos implementar de ahora en adelante, la cual requiere de planificación, articulación y la escucha activa de las necesidades de docentes y estudiantes”.

La clave está en la interacción

En el caso de la UTN de Tucumán, el proceso de implementación del aula híbrida se realizó de manera gradual. Durante los cuatro primeros meses, esta modalidad se llevó a cabo una vez por semana y en una sola comisión que comprendía las materias de Álgebra, Arquitectura y Sistemas de Organizaciones, tres asignaciones diferentes entre sí en cuanto a práctica y contenido que permitieron a los estudiantes experimentar distintas formas de interacción híbrida. Asimismo, la disposición de los estudiantes en la clase estuvo condicionada por las restricciones sanitarias del momento: mientras que veintiún estudiantes participaron de manera remota, diecisiete lo hicieron de manera presencial, al igual que los docentes, quienes también tuvieron la posibilidad de dar clases de manera virtual, si la situación así lo requería.

En cuanto al equipamiento, en el salón se instalaron dos pantallas: una pantalla interactiva, para presentar los contenidos de la clase de manera didáctica y entretenida, y otra pantalla aledaña que permitía visualizar a los alumnos y/o docentes que se encontraban participando de la clase de manera remota, a través de la plataforma Microsoft Teams. Además, los docentes que formaron parte de la experiencia híbrida tuvieron que tomar capacitaciones para poder utilizar la tecnología y el equipamiento que se instaló en el aula e incorporar nuevas prácticas pedagógicas que permitieran integrar ambas modalidades de participación.

“La educación híbrida implica un nuevo modo de interacción y es justamente en la interacción entre lo virtual y lo presencial donde radica la riqueza y el éxito de esta modalidad. En este sentido, la tecnología, las capacitaciones docentes y las prácticas pedagógicas juegan un rol fundamental. En nuestro caso, clase a clase fuimos mejorando e incorporando nuevas herramientas digitales para que todos los estudiantes se sientan incluidos. Por ejemplo, incorporamos cámaras con tecnología de IA que permiten seguir al hablante que se encuentra cursando de manera presencial, incentivamos a los alumnos que cursan a distancia para que se animen a prender sus cámaras y adopten una actitud más participativa y tenemos pensado colocar cuatro micrófonos en distintas partes del aula para mejorar el sonido de la clase. Se trata de seguir indagando y experimentando diferentes maneras de transitar este nuevo camino donde aún está todo por hacer”, señala Rosana Hadad, docente y secretaria de Transformación Digital de la UTN Tucumán.

De acuerdo con los datos de una encuesta interna que realizó la institución a los estudiantes que participaron de la experiencia híbrida, el nivel de satisfacción de los alumnos con respecto a esta modalidad fue de 3.88 sobre 5, siendo uno “muy malo” y cinco “excelente”. Asimismo, en cuanto a la funcionalidad del equipamiento tecnológico que se instaló en el aula, de las cuarenta y tres personas que respondieron la encuesta, cuarenta consideran que las herramientas utilizadas fueron las adecuadas. “Como la experiencia fue muy satisfactoria, tanto para docentes como para los estudiantes, en el futuro queremos que cada carrera pueda tener su aula híbrida”, concluyó Fabián Soria.

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