En una mañana soleada de septiembre, en medio del parque Bryant, Ljova Zhurbin estuvo rodeado por muchas sillas plegables con laptops sobre ellas. Con pantallas en las que estaban 11 de los más famosos músicos del subterráneo de Nueva York a través de Skype, estaba reunida la primera orquesta digital de la ciudad, con cada miembro en su respectiva estación, se unió en un solo ritmo. Un ritmo que fue creado de manera única con la intención de trabajar con el colaborativo proyecto “Signal Strength”.
Chris Shimojima
y Anita Anthonj, director y productor del proyecto Signal Strength, tramaron su plan hace pocos meses, durante una conversación que cubría la fascinación que compartían por los músicos del metro.
“Los músicos del metro de Nueva York siempre me han impresionado”, explica Anita. “Si estuvieran en otro lugar del mundo, esta gente tocaría en grandes y elaboradas orquestas, salones de conciertos. Solo es parte de lo que en verdad es increíble acerca de la ciudad de Nueva York”.
Ljova, un compositor local que ya reside en el radar artístico de Chris, se emocionó por unir fuerzas. Pronto, el equipo estuvo en la búsqueda de músicos. Chris declara, “Anita y yo pasamos un día revisando las paradas del metro donde había WiFi, y donde sabíamos que iba a estar un poco callado, y reclutamos a algunos músicos durante esa excursión”.
Recolectar una orquesta diversa y atípica fue su intento desde el comienzo. “La ciudad, el metro, existe una amplia variedad de artistas, de culturas y tradiciones musicales. Era nuestra meta para este experimento juntarlos a todos”, explica Chris.
Natalia Paruz
, maestra independiente de la escena musical, se identificó con este objetivo compartido desde el primer momento. Con casi 20 años de ejecución tras de ella, que van desde orquestas y bandas, hasta guiones de películas y comerciales de televisión, ella afirma, “Lo que más me gusta hacer es tocar en el metro de Nueva York. Es muy diferente que cualquier otra ejecución. Pueden identificarse con su audiencia”.
Cuando Chris llegó a la mitad de su ejecución, ella explica, “Estuve muy intrigada. Ustedes saben, se me acerca todo tipo de personas, pero Chris tomaba en serio el proyecto. Y aparte, parecía tener un gran respeto por los músicos del metro”.
Con Natalia y otros 10 a bordo, le dieron luz verde a Ljova para componer la partitura del proyecto. Después de un par de intentos, regresó a los videos, enviados por Chris, los cuales mostraban a cada músico. Él añade, “Creé una “lista de deseos” de las cosas que hicieron especial a cada músico, y empecé una nueva pieza con esos elementos en particular”.
Señaló, “Esta magia tiene tanto que ver con la personalidad de los ejecucioncitas como con el instrumento que toca”. Él continúa, “Esta no es su típica orquestra, es un ramo muy diferente de culturas y tradiciones musicales. Como compositor, traté de encontrar un campo común donde todas estas culturas pudieran intersectar”.
Tal vez este “campo común” fue lo que causó que “Signal Strength” resonara de manera tan profunda junto con el público. Tal vez, dado el caótico estado mundial de los negocios, los amigos fueron solo golpeados por una encantadora película la cual mostraba el arte junto con la tecnología, Skype tanto como la escena musical.
Ljova elabora, “Ahora existe mucha ira en el mundo, y esta es la historia que lo cuenta de muchas maneras. Nos une, une a la ciudad, une a los músicos, une a todos los que estamos viendo. Todos somos unidos por las pantallas, tal vez estemos en diferentes lugares, pero esas pantallas que vemos diario, además de los sonidos que escuchamos en nuestros audífonos o en nuestras bocinas, nos unen, y eso es algo poderoso”.
Anita añade, “Existe mucha discusión acerca de que si el internet nos alinea o nos une, y este proyecto unió a mucha gente, con ayuda de Skype y la tecnología moderna, y en formas en las que la gente nunca hubiera imaginado.”.