Si me preguntan, me quedo en 2015

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Hace unos días alguien me hizo una pregunta que todavía no he terminado de responder. “¿Si tu yo de 1985 viajara a 2015, qué crees que cambiaría?”, fue la pregunta. Obvio en referencia clara a Back to the Future II y al viaje que realiza Marty McFly al futuro, justo al 21 de octubre de 2015, en la película.

En 1985 la tecnología que utilizaba era una consola Atari 2600 (con controles inalámbricos), una Commodore 64, una máquina de escribir eléctrica, una reproductora de video Beta, un reloj de calculadora, y una máquina Mattel de futbol americano.

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Y es entonces cuando comparo mis ‘gadgets’ en 1985 con los que tengo en la actualidad: Xbox One, Xbox 360 con Kinect, para jugar; Surface para trabajar en cualquier lugar y cualquier momento; Microsoft Lumia para estar comunicado, trabajar y jugar; Microsoft Band, para ser más productivo en movimiento, dar seguimiento a mis rutinas de ejercicio, mi calidad de sueño y ritmo cardiaco, entre otras cosas; servicios como OneDrive para almacenar mis archivos en la nube y tener acceso a ellos desde cualquier lugar y dispositivo, en cualquier momento; Skype para realizar videollamadas, chats con texto y platicar con personas que hablan otro idioma diferente al mío (¡Gracias Skype Translator!); y muchas otras cosas más que hacen mi vida más fácil, productiva y divertida.

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Recuerdo pasar horas en los eternos niveles de Asteroids, Jungle Hunt, Q*bert, E.T. (sí, tuve este poco popular juego) y otros más; veía cómo mis padres trabajaban en la máquina de escribir eléctrica y esperaba horas para que la Commodore 64 cargara el primero de cuatro cartuchos de un sencillo juego en 8 bits. Eran tiempos más simples. Eran tiempos donde la tecnología apenas comenzaba a tomar impulso para alcanzar el ritmo de evolución que vemos hoy en día.

Y entonces nos subimos al DeLorean, fijamos la fecha del viaje (23 de octubre de 2915), aceleramos a 88 millas por hora y llegamos a nuestro destino: el futuro. Y nos encontramos con teléfonos inteligentes que nos mantienen en contacto y comunicados con las personas que más nos importan, que nos permiten compartir contenido en algo llamado redes sociales; podemos jugar con otras 40 personas una batalla en Hoth para detener al Imperio; no utilizamos espacio físico en nuestra laptop o tableta (en la que además, aparte de mouse y teclado, tocamos la pantalla para trabajar); escuchamos términos como Internet de las Cosas, la nube, Big Data, Aprendizaje de Máquina, entre otros; y contamos con una asistente digital personal que nos ayuda con nuestro día a día.

¿Qué cambiarían de todo esto y muchas otras cosas más que nuestro yo del futuro tiene, aprovecha y disfruta? Es probable que su yo de 1985 se sienta abrumado y sorprendido de todo lo que tenemos ahora. Y les hago la siguiente pregunta, ¿No creen que estos tiempos son más simples, o es solo que la tecnología hace más sencilla nuestra vida?

Lo que sí les puedo responder ahora es que mi yo de 1985 se queda a vivir en 2015, sin dudarlo…

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