Por Alejandra González, Productora del News Center Microsoft Latinoamérica
Después de organizar las noticias del día en el News Center de Microsoft Latinoamérica, me preparé para asistir a una plática sobre música creada con computadoras y otros dispositivos en uno de los centros artísticos clave de México. Al llegar a la actividad, otra asistente y yo, éramos las únicas mujeres en dicha reunión. Esta no es la primera, ni la única ocasión que sucede, de hecho, es una tendencia que observo desde hace tiempo: el género femenino aún permanece alejado del aprendizaje de la tecnología desde una perspectiva especializada.
Un ejemplo de lo anterior lo proporciona el Centro Nacional para Mujeres y Tecnología de la Información, el cual establece que las mujeres sólo participan en 25% de la fuerza laboral en empleos de ciencias de la computación en los Estados Unidos.
Si estamos involucradas en este ámbito, puede no sorprendernos que al llegar a una conferencia o taller seamos las únicas del género en él; sin embargo, no deja de ser un indicio de que aún existen prejuicios y tabús sobre las aptitudes de nosotras hacia las actividades vinculadas con la ciencia y la tecnología. Por lo tanto, es importante recalcar que nuestra colaboración es clave, porque aunque pensemos distinto mujeres y hombres, esa diversidad es la que enriquece el conocimiento y genera soluciones.
Todos desempeñamos varios roles durante nuestra existencia y somos capaces de dedicarnos a diversas actividades, esto es lo que debe enfatizarse cuando se trata de erradicar las inseguridades y barreras que hacen que las mujeres no se interesen en participar de manera activa en la ciencia y tecnología. Microsoft como compañía dedicada a esto, se preocupa por su inclusión este ámbito. Eventos como el Hackathon Internacional para Mujeres y programas como DigiGirlz son algunos de los esfuerzos implementados para que las mujeres se motiven, exploten su potencial y tengan visibilidad en estas áreas.
En Microsoft colaboran mujeres con gran dedicación y conocimiento, sin su participación, no disfrutaríamos de los productos y servicios que nos acompañan en lo cotidiano. Ahí está Jenny Lay-Flurrie, quien es Directora Ejecutiva de Accesibilidad, Seguridad en Línea y Privacidad en Microsoft y también intérprete varios instrumentos musicales a pesar de su discapacidad. Desde otro ámbito, Kiki Wolfkill trabaja para que los fans de «Halo» no dejen de sorprenderse, cabe destacar que esta labor no le impide seguir una de sus grandes pasiones: ser corredora de autos.
Julia White cuida los detalles de la comunicación y mercadotecnia de Office, mientras continua con su gusto por las actividades físicas. Por otro lado, Laura Butler, Ingeniera Distinguida en Microsoft, resalta lo siguiente: “Si no te divierte, lo estás haciendo mal.”. Butler tiene un enorme sentido del humor, al igual que el expertise para colaborar en el desarrollo de sistemas operativos como Windows Phone.
Danah Boyd indaga sobre el comportamiento de los adolescentes ante el incesante cambio de la tecnología, mientras disfruta el pasar momentos con su familia. Desde otra trinchera, Miranda Luna, Gerente de Mercadotecnia de Producto para los servicios de Microsoft Azure, trabaja para que los desarrolladores creen aplicaciones más útiles para los usuarios, a su vez disfruta de practicar polo.
Las historias de estas mujeres y muchas otras que están involucradas con la ciencia y la tecnología, son muestra de nuestra capacidad de realizar diversas actividades, no importa cuáles sean, porque a diferencia de los dispositivos, nosotras le añadimos pasión y razón: Somos nuestra propia máquina.