Una nueva generación de ingenieros con robots alocados


¿Qué es lo que obtienen cuando combinan robots de tamaño real, pelotas de goma gigantes, alianzas que compiten por la victoria y un puñado de adolescentes eufóricos? El desastre, por supuesto.

También obtienen una PRIMERA competencia de robots que se realizó en la preparatoria Glacier Peak en Snohomish, Wash. Pamela Woon, editora de “On the Whiteboard” estuvo ahí para capturar todo lo que hacían los robots, que se muestran en el video de arriba.

FIRST, es una organización sin fines de lucro que alienta a los estudiantes de preparatoria a que incrementen sus conocimientos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) mientras construyen robots. Un aproximado de 20 empleados de Microsoft se ofrecieron como mentores para los equipos locales.

Cada equipo tiene seis semanas para construir máquinas y realizar ciertas tareas, las cuales cambian cada año. Este año, construyeron 120 robots que pudieron: levantar objetos, pasar y lanzar pelotas para ejercicios de dos pies sobre una armadura y hacia un objetivo de ocho pies de altura.

Parte de juego de basketball, otra de concierto de rock y un poco de NASCAR, es probable que esto sea lo opuesto de lo que viene a la mente cuando piensan “nerd de computadora”. Estos chicos están inspirados, orgullosos. Y sin embargo, apenas comienzan en la ingeniería y las ciencias de la computación.

“Las competencias tienen algo de toda la energía de cualquier lugar en el que he estado”, dice Aaron Schmitz, un ingeniero mecánico que trabaja en Microsoft con sensores de Xbox en el Grupo de Estudios y Dispositivos. “Los chicos están tan emocionados por ver sus robots competir, lo cual es divertido. No estoy acostumbrado a ver muchachos emocionarse por la educación”.

Schmitz sólo tiene 20 años. Un nativo de Minnesota que creció construyendo robots para competencias de FIRST. Hoy, no solo trabaja en Microsoft, sino que también es mentor del equipo xbot, el cual impulsa a los estudiantes de la preparatoria South Seattle’s Franklin para competir en los torneos de FIRST.

Los estudiantes se reúnen en el Edificio 99 del campus de Microsoft en Redmond los martes y jueves por la noche, y los sábados cuando es temporada, las cuales van desde enero hasta abril. La mayoría es transporta con los mentores. La construcción de los robots durante las sesiones en la tarde, a menudo se alargan hasta la hora de la cena.

Schmitz, quien también fue mentor en un equipo de FIRST en su ciudad natal antes mudarse al oeste, dice que este grupo es diferente al otro con el que trabajó antes. Ochenta por ciento de los estudiantes de Franklin califican para un almuerzo gratis o a un precio más barato.

“Los estudiantes con los que trabajé en Minnesota buscaban otra línea de elementos en su currículum”, explica: “Nuestros estudiantes de xbot son de un área de Seattle con bajos recursos. Nosotros los inspiramos para graduarse en ingeniería cuando no podían ir de otra forma a la universidad”.

Schmitz se graduó de la preparatoria con dos años completos de créditos escolares. FIRST le dio la experiencia esencial en la ingeniería para llegar a Microsoft. Él dice que ver las competencias, como la de Glacier Peak, demuestra con una nueva luz lo que los jóvenes ingenieros son en verdad. Son ruidosos, divertidos, y pueden animar con lo mejor de ellos.

Tom Blank, un gerente de ingeniería de hardware en Microsoft Research y otro mentor del equipo xbot, concuerda, “Sería como cuando la gente baila en una competencia de ajedrez. ¿Cada cuánto vemos eso? Eso es parte de la magia aquí. No todos son atletas, no todos hacen eso. De manera literal, los cabezas de engranes, los nerds, y los que no son muy sociables tienen una lugar aquí”.


Aunque FIRST se trata de la competencia, también trata de cooperación. “Profesionalidad con gracia” es el valor central. La victoria se basa en el desempeño de su robot, pero también en cuánto cooperaron con otros miembros de la alianza, y cuánto acercamiento ha tenido su equipo en la comunidad.

“Nosotros tratamos de diseñar la mejor experiencia de aprendizaje”, Blank dice. “Aquí tenemos un mantra: falla y falla rápido. Den su mejor esfuerzo, inténtenlo, y si no lo logran, intenten de nuevo con el conocimiento que han ganado. Sigan con la iteración hasta que encuentren la solución”.

Muchos de los estudiantes que se unen al equipo xbot vienen con poca o nada de experiencia en ingeniería o ciencias de la computación. “Ellos no saben qué pistola para soldar sostener”, Blank dice. Muchos de ellos vienen porque un amigo los lleva, o porque se les da de cenar.

Construir los robots y participar en la competencia, ayuda a los estudiantes a entender el valor detrás de la ciencia y las matemáticas. Eso les da significado a su trabajo en clase. Eso también les da la dirección para empezar. Blank dice que el integrante de xbot a menudo va a los laboratorios electrónicos en la universidad, y “sorprende a los demás en términos de la calidad de su esfuerzo”.

Trpy Barnes, mentor de xbot, dice que el programa provee una manera para llegar a chicos que de otra manera, gastarían sus tardes y fines de semana en sus teléfonos. “La robótica es algo activo que pueden hacer”.


Barnes trabaja como un ingeniero de diseño de software para prueba para el Grupo de Sistemas Operativos de Microsoft. Su equipo terminó ganador tras aparecer desde atrás en la competencia de Glacier Peak.

Al principio, estaban en el lugar 22 de 32 equipos, su robot acumuló un número de faltas y penalizaciones, pero ellos formaron una alianza con un equipo con mejor clasificación y en conjunto, derrotaron a todos.

“Eso solo sirve para demostrar, que no siempre es acerca de qué tan bien lo hacen con su robot individual, sino también cómo han colaborado con los otros equipos”, Barney dice. “fue emocionante ver cómo funcionó todo”.

Su equipo avanzó al Campeonato Regional Pacific Northwest, celebrado en Portland, Ore.

Para Dan Rosenstein, FIRST es una parte extendida de su familia. Él es un mentor para la Sociedad Robótica de Issaquah, y un director de programación en el Grupo de Sistemas Operativos de Microsoft.

El equipo se trata de los estudiantes, y el rol del mentor es guiarlos, él dice. Su enlace está forjado sobre incontables cenas compartidas y sesiones para la construcción de robots.


Durante la temporada, Rosenstein a menudo gastará más tiempo en comidas con su equipo que con su propia familia. Un compromiso, sí, pero vale la pena la inversión. Él espera que su hija Ally de 5 años y Haley de 2 participen en FIRST cuando crezcan lo suficiente para unirse a su propio equipo.


Microsoft dona $17 por hora por su tiempo de tutoría caritativa a la Sociedad Robótica de Issaquah, como parte de su programa de Ciudadanía Corporativa. “He sido voluntario por 350 horas extras este año, el cual se convierte en un valor considerable del equipo”, Rosenstein dice.

Schmitz también está enganchado. Él nota que la mayoría de la gente que construye robots o que es mentor de estudiantes en equipos como xbot se quedan adentro mucho tiempo. Él conoce dos participantes de FIRST que ahora están casados, y que continúan con la ayuda para inspirar a la siguiente generación de ingenieros.

“Voy a continuar como mentor por tiempo indefinido” él dice. “No hay estrategia para salirse”.

Para más información acerca de cómo pueden contribuir, revisen la página de donativos de Xbot robotics. También pueden aprender cómo involucrarse en la página de Voluntarios de FIRST.

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