No hablo de estar distraídos con pensamientos vagos.
Hablo de la tendencia de hace ya unos años de utilizar la nube para almacenar y compartir nuestra información. Y aunque todavía mucha gente no sabe en realidad de qué se trata o no la sabe definir, todos la usamos ya; en la actualidad, la mayoría de los dispositivos que utilizamos en nuestra vida diaria tienen acceso a la nube y tal vez no nos hemos dado cuenta.
La nube, para definirla de manera sencilla, es un espacio no físico en el que podemos almacenar nuestra información: desde fotos, audio y video, hasta archivos de Word, Excel y demás. Lo que antes ocupaba espacio en nuestra PC ahora se encuentra en un “disco duro virtual”, accesible para nosotros desde cualquier lugar y cualquier dispositivo.
Si son más o menos de mi generación recordarán que nuestra información se encontraba en discos de 5” ¼ o en discos de 3” ½, tal vez usaron discos Zip o si son más jóvenes guardaban sus archivos en CD o DVD; todos también hemos lidiado con las memorias USB, que muchas veces perdemos con valiosa información guardada en ellas o los más atrevidos decidíamos saturar la memoria física de nuestra PC.
Ahora los discos de 3” ½ (y otros medios de almacenaje) pasaron a la historia y como homenaje póstumo para ese pequeño disco, lo pueden encontrar en forma de ícono en nuestras PC, listo para guardar nuestra información. Pero al momento de dar clic en ese icono nuestro archivo, si así lo queremos, viaja a la nube, donde se quedará para que podamos acceder a él desde cualquier lugar, sin importar el dispositivo en el que trabajemos.
Me declaro fanático de la nube, desde hace dos años todos mis archivos se encuentran ahí y accedo a ellos en el momento y lugar que sea. Ya no ocupo espacio físico de mi PC, tableta o smartphone; todas mis fotos, videos y archivos están en mi nube, seguros y accesibles. En el momento que necesito editar un documento sólo entro a la nube, lo busco y comienzo a realizar cambios en él y no necesito preocuparme por buscar una USB para guardarlo, con un clic las modificaciones quedan guardadas.
Para mí, lo más importante de contar con la nube, es que “llevas contigo” 100 GB, 200 GB o 1 TB de capacidad de almacenamiento sin una unidad física, con lo que puedes dejar a un lado el miedo de que se te pueda perder tu disco duro externo o memoria USB o que se dañe y ya no puedas acceder a tu información.
La vida, por lo menos para mí, es mucho más fácil con la nube, que me permite llevar mis fotos, música y otros archivos a cualquier lugar, con la posibilidad de acceder a ellos en el momento que los necesite, porque siempre van a estar ahí, en la nube, sin importar que el cielo esté despejado.