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Valiente persecución por romper el límite de la velocidad humana recibe ayuda de la nube

En 2013, Jessi Combs se convirtió en la mujer más rápida sobre cuatro ruedas al alcanzar una velocidad promedio de 406 millas por hora (653 km/hr aproximadamente). Ahora, quiere convertirse en la mujer más rápida de la Tierra y romper el record de velocidad en tierra que estableció Kitty O’Neil en 1976, con una velocidad de 512 mph (823 km/hr aproximadamente), una marca que se estableció en un vehículo con tres ruedas.

La marca vigente de velocidad en tierra de 763 mph (1227 km/hr aproximadamente), fue conseguida en 1997 por un equipo británico en la playa de cieno del Desierto Black Rock en Nevada. “Consiguieron la marca en nuestro territorio”, se lamenta Ed Shadle, líder del equipo North American Eagle, un veterano de la Fuera Aérea y copiloto de un auto de propulsión a chorro. “Vamos a traer el record de regreso a Norteamérica”.

“Morir no me da miedo”, dice Combs. “No quiero hacerlo, pero no me asusta”.

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Después de ayudar a Combs a lograr la marca de velocidad en tierra por parte de una mujer, la siguiente meta de Shadle es conducir su F-104 Lockheed Starfighter modificado más rápido que la velocidad del sonido. “Nuestros modelos de cómputo nos dicen que podemos ir a 835 millas por hora (1343 km/hr aproximadamente”, comentó. Esa velocidad es más que suficiente para conseguir la marca mundial de velocidad en tierra – por ahora. Un nuevo equipo británico con poder de capital dice que ha diseñado un auto que podría ir a mil millas por hora (1609 km/hr aproximadamente).

Los peligros siempre están presentes y la carrera por ser los más rápidos ha cobrado muchas vidas en el camino. Romper la barrera del sonido en el suelo tiene, de manera potencial, consecuencias terroríficas: El riesgo de que el vehículo comience a volar se aumentan de manera exponencial con la velocidad.

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La cruzada por la velocidad es un acto de equilibrio entre evitar que el auto con propulsión a chorro comience a volar y prevenir que se hunda en el desierto.

También está el peligro de que el suelo desaparezca, literal.

“El modelo de cómputo indica que la onda de presión generada en la barrera del sonido podría licuar el suelo del desierto”, comentó Darren Grove, ingeniero computacional de dinámicas de fluido de la NAE. “Así que, además de evitar el despegue, no queremos que el auto se hunda. Es un acto de equilibrio a velocidades muy altas”.

El equipo de ingenieros, pilotos, mecánicos y gurús computacionales de Shadle ven cada incremento en la velocidad como un riesgo calculado alimentado por agallas, coraje y dinámica computacional avanzada de fluidos. Entre cada carrera de prueba, el equipo procesa millones de puntos de datos que informan de ajustes cruciales para el vehículo.

En el pasado, esto significaba sufrir el mismo doloroso y lento ritual entre carreras: Enviar discos duros llenos de datos de sensores a una súper computadora regional… y esperar. Hoy, el equipo obtiene lo que necesita en horas, en lugar de semanas, gracias a la Nube de Microsoft.

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Jessi Combs y su máquina de velocidad de tres ruedas.

“Con los resultados llega la confianza para ir más rápido”, comenta Grove. “Cuando los datos de los sensores a bordo concuerdan con lo que el modelo dice que debería suceder, sabemos que estamos listos para empujar un poco más”.

“La nube es un enorme acelerador para North American Eagle”, agrega Steve Wallace, ingeniero de adquisición de datos de NAE.

La incursión del equipo hacia el cómputo en la nube fue inspirado por Brandyn Bayes, de 18 años, que es el miembro del equipo NAE más nuevo – y joven. Keith Zanghi, el co-fundador del proyecto, conoció a Bayes mientras hacía mentorías en una competencia de robótica en la escuela secundaria local. “El muchacho ayudaba a otros equipos a resolver sus problemas de software. Sabía que iba a tener una opinión sobre nuestra operación en NAE. No me equivoqué”.

De manera reciente, Bayes volvió a implementar LandSpeed.com en los servicios de nube de Microsoft Azure para administrar la elástica demanda de los recursos de medios de NAE e implementó Office 365 para mejorar la colaboración del equipo y la comunicación con los patrocinadores. Luego se puso una meta más ambiciosa: Reducir el tiempo entre la obtención de datos y la generación de información de valor.

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Ed Shadle, líder del equipo North American Eagle, veterano de la Fuerza Aérea y copiloto del auto con propulsión a chorro.

Bayes y Grove ahora transfieren millones de puntos de datos a la nube de Microsoft desde un hotspot móvil en el desierto. Luego sincronizan una constelación de máquinas virtuales de alto poder para correr los datos de los sensores contra los modelos de dinámicas computacionales de fluidos y regresan los resultados a un tablero de control Power BI.

“La nube incrementa nuestra tasa de progreso hacia la marca de velocidad en tierra”, explicó Grove.

Shadle espera que North American Eagle arrebate la marca al equipo británico, pero tomará partes por igual de poder computacional y de buena suerte conseguirlo. Cada carrera trae más confianza – y más ansiedad.

“Me siento como cuando damos la última vuelta en la pista”, comenta Shadle. “Las piernas queman y podemos sentir la competencia detrás de nosotros. Pero ahora mismo estamos enfocados en la línea de meta.

Estén al pendiente aquí para ver si el histórico intento de NAE por empujar las fronteras del riesgo y la velocidad se convierte en una decepción o en algo histórico…