IA en el trabajo: la «inteligencia al grifo» remodelará el trabajo del conocimiento

Ilustración de un grifo al que le salen figuras geométricas

Por: Jared Spataro, CMO de IA en el Trabajo de Microsoft.

Imaginen que la inteligencia, que alguna vez fue un recurso escaso y costoso, está disponible tan fácil como lo está la electricidad. De manera reciente escribí sobre el punto de inflexión cognitiva creado por la notable capacidad de la IA para pensar y razonar, y cómo remodelará la fuerza laboral. Aquí me centraré en el extraordinario impacto que esta «inteligencia disponible» -abundante, asequible y escalable casi a nivel infinito- tendrá en las empresas.  

En nuestro Informe Anual del Índice de Tendencias Laborales 2025, se señala que la inteligencia disponible es la base de un tipo de organización nuevo por completo, que llamamos Frontier Firm. Estas empresas crearán equipos híbridos de trabajadores humanos y digitales que pueden escalar al instante para satisfacer las necesidades del negocio. Con los agentes de IA que se encargan del trabajo cognitivo complejo, los equipos pueden aumentar su experiencia sin añadir personal. No se trata solo de una mejora incremental 1 a 1. Se trata de expandir de manera importante lo que cada individuo y organización puede lograr, y a un costo mucho menor. 

Vale la pena hacer una pausa para reconocer lo monumental que es este cambio: durante la mayor parte de la historia de la humanidad, si necesitaban inteligencia para ayudarse a resolver un problema, tenían que contratar a una persona. Ahora, se puede acceder a la inteligencia bajo demanda. Es por eso que pienso en ella como un nuevo tipo de producto, uno que, al igual que la electricidad, apuntalará la próxima ola de transformación empresarial, con el potencial de impulsar un crecimiento masivo.

Aumentar la productividad

Piensen en la inteligencia como la capacidad de realizar tareas cognitivas como percibir, comprender, razonar, ejecutar y crear. En todas estas áreas, la IA demuestra habilidades que eran difíciles de imaginar incluso hace unos meses.  

Pero no es solo el nivel de inteligencia de la IA lo que importa. El otro factor crucial es que esta inteligencia está al alcance de la mano, disponible para cualquier líder o empleado a precios competitivos con cualquier otra forma de software empresarial.  

Con esa combinación de abundante experiencia y acceso asequible, este nuevo recurso de inteligencia aumentará la productividad de formas que antes no eran posibles. De manera tradicional, las empresas han contratado a más empleados o han aprovechado más capital (financiación, infraestructura, equipos) para aumentar la producción. Ahora, pueden añadir inteligencia impulsada por IA a la mezcla. No es trabajo humano, y no encaja en la categoría existente de capital debido a sus cualidades inusuales, como la capacidad de aprender y mejorar. Es un nuevo tipo de insumo empresarial, lo que hemos empezado a llamar trabajo digital. Es un nuevo recurso neto.

Al implementar de manera estratégica este nuevo recurso en sus operaciones, las organizaciones pueden superar las limitaciones de productividad heredadas. Las empresas más efectivas escalarán más rápido, serán más ágiles y generarán valor más rápido. Y en el proceso, ganarán resiliencia frente a la incertidumbre económica y geopolítica que amenaza con perturbar a las organizaciones menos adaptables.

Cerrar la brecha de capacidad

El trabajo en 2025 conlleva presiones complejas. Los líderes, como siempre, buscan aumentar la productividad, pero descubrimos en nuestra encuesta del Índice de Tendencias Laborales que la gran mayoría de la fuerza laboral mundial, tanto líderes como empleados, carecen de suficiente tiempo o energía para hacer su trabajo. Esta es la brecha de capacidad, y la inteligencia disponible puede ayudar a cerrarla. 

Uno de los principales impulsores de la brecha de capacidad es una realidad demasiado familiar: los empleados son contratados para realizar trabajos específicos, pero al final dedican demasiado tiempo a tareas de coordinación como correos electrónicos y reuniones, junto con el trabajo administrativo. Este «impuesto de coordinación» les impide concentrarse en el trabajo para el que en realidad fueron contratados.

La mano de obra digital puede reducir en gran medida este impuesto de coordinación a través de casos de uso ahora familiares, como resumir reuniones, definir elementos de acción y clasificar correos electrónicos. Pero el verdadero poder del trabajo digital hoy, en comparación con hace un año, es la autonomía. Los agentes pueden operar en entornos desordenados y ambiguos, clasificar el ruido y volver con: «Oye jefe, creo que tengo algo aquí para ti».

Ese tipo de razonamiento a gran escala no se trata solo de eficiencia. Se trata de realinear el trabajo humano con las fortalezas humanas (creatividad, empatía, pensamiento estratégico) y ofrecer mejores resultados comerciales y una experiencia más significativa en el trabajo.

Abrir las puertas a nuevas formas de trabajo

Otro patrón sorprendente que vemos surgir en los datos del Índice de Tendencias Laborales: los humanos recurren a la IA por sus fortalezas únicas, no para replicar las habilidades humanas. La IA proporciona capacidades que los humanos no pueden brindar: está disponible las 24 horas del día, los 7 días de la semana, puede generar ideas de manera casi infinita y puede procesar grandes cantidades de datos casi al instante. No se trata de que la IA suplante a la agencia humana, sino de que la IA la complemente.

En ese sentido, la inteligencia disponible no incurre en costos que requieren mucho tiempo, como la incorporación, la mejora de las habilidades y la asimilación. Estos son factores, junto con el alto precio de las habilidades escasas, que pueden impedir que los equipos agreguen más recursos cognitivos. Esta nueva forma de inteligencia democratiza la experiencia que antes estaba aislada dentro de individuos específicos. Ahora, cualquier persona de su organización puede acceder a conocimientos especializados cuando sea necesario, sin importar la jerarquía o los límites de las funciones laborales o los departamentos. En la práctica, esto es «inteligencia al grifo».

Y llega en un momento en el que tenemos más retos que nunca que afrontar, desde la energía hasta la aceleración de los ciclos económicos. Ahí es donde la inteligencia disponible se convierte no solo en una herramienta para reducir costos, sino en un catalizador para la innovación real.

Las empresas con más visión de futuro ya se han comenzado a convertir en empresas de frontera, organizaciones estructuradas en torno a esta inteligencia bajo demanda e impulsadas por equipos híbridos de humanos e IA. Las empresas que dominen esta asociación primero escribirán las reglas que todos los demás seguirán.

Aquellos que lo adopten darán forma al futuro de los negocios. Aquellos que no lo hacen corren el riesgo de ser interrumpidos por alguien que sí lo hace.

En resumen:

El cambio hacia la inteligencia disponible representa una de las oportunidades de transformación empresarial más importantes de nuestra vida. En los próximos años, las empresas de todos los tamaños, en todas las industrias, reimaginarán cómo se realiza el trabajo y cómo se crea valor. La inteligencia disponible creará oportunidades para que cualquier organización innove de maneras que superen lo que alguna vez pensamos que era posible.

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