- La Fundación Campo nació hace 25 años como resultado de un proyecto de desarrollo rural, ejecutado posterior a los acuerdos de paz en El Salvador. Con la contigencia de salud pública provocada por el Covid-19, se inició una transformación digital que le ha mantenido conectada con las comunidades rurales y a los aliados estratégicos para apoyar a quienes más lo necesitan.
- Su apropiación tecnológica inició con la habilitación de un correo corporativo, migró al uso de herramientas de comunicación como Teams, escaló a la creación de una biblioteca en la nube con Sharepoint y llegó a Forms para el levantamiento de información de las bases de datos.
- La virtualidad le permitió a la Fundación digitalizar buena parte de los procesos administrativos y operativos, antes presenciales, para que cientos de beneficiarios sigan recibiendo la asesoría y el apoyo de los diferentes programas y proyectos; sin afectar la calidad de los servicios, la eficiencia y las relaciones con la población meta.
El Salvador – Después de que el gobierno de El Salvador, decretara cuarentena obligatoria el pasado 28 de marzo de 2020, a causa de la pandemia Covid-19, el país tuvo que reinventarse. La empresa privada, el sector público, ONG´s y los sectores productivos del país se vieron obligados a buscar estrategias para mantener la continuidad de sus operaciones. Y aunque la crisis de salud pública afectó a todos sin excepción, aquellas organizaciones que se dedican a la ayuda de las personas en condición de vulnerabilidad, tenían el reto de no detenerse justo cuando más los necesitaban.
El desafío no era menor para la Fundación Campo. Su misión de generar modelos de vida sostenibles, a partir del fortalecimiento de las organizaciones comunitarias, la inclusión de mujeres y jóvenes, el mejoramiento de la infraestructura social básica, la dinamización de las economías locales y la protección de los recursos naturales renovables; demandan de un contacto frecuente con la gente, y parar, provocarían mayor vulnerabilidad en las comunidades rurales.
La calidad de vida de cientos de familias y comunidades dependen en cierta parte de la continuidad de las operaciones de la Fundación, tal es el caso de los jóvenes becarios que, requieren de las transferencias económicas para no interrumpir sus procesos educativos. Asimismo, los proyectos productivos y agrícolas que impulsa y asesora la Fundación, no dan espera, porque de ellos depende parte de la seguridad alimentaria de las familias y la generación de ingresos producto de la venta de excedentes. Con esos dos ejemplos, podemos imaginar los impactos negativos que provocaría la paralización de las acciones en las 150 comunidades que atiende la Institución.
Y es que desde hace casi 25 años, donde está su génesis, la Fundación Campo ha buscado sin detenerse, reactivar la vida productiva y comunitaria a fin de recuperar el tejido social en una de las zonas más pobres y afectadas por el conflicto armado en el oriente de la nación. Expandir su accionar a todo el país y promover el desarrollo rural sostenible se volvió la prioridad.
Por ello, la Fundación desarrolló un modelo de trabajo único basado en la protección de los medios de vida y enfocado en el fortalecimiento de las organizaciones comunitarias (ADESCO), para que a partir de la cooperación mútua; se mejore la cohesión social, el sentido de pertenecia y la sana convivencia. Este modelo incluye porgramas de educación finaciera, becas para jóvenes, seguridad alimentaria, microproyectos de mejora a la infraestructura social y acceso a los servicios básicos, entre otros.
Según el director ejecutivo de Fundación Campo, ingeniero Alexi Arnoldo Romero, las acciones que desarrollan permiten a las familias rurales y a los jóvenes quedarse en el país y ser productivos. “Nuestras iniciativas están enfocadas en fortalecer el liderazgo juvenil y de mujeres, así como la de potenciar las capacidades productivas de las comunidades, como medidas mitigantes de migración, delincuencia y la desintegración familiar. Nuestra gente es valiosa y por ellos estamos dispuestos a seguir invirtiendo y buscando aliados estratégicos para ejecutar proyectos innovadores y facilitar herramientas tecnológicas que posibiliten la realización de sus sueños. En esta nueva era la tecnología ya no es una opción, sino una obligación”, señaló Romero. Así pues, la Fundación Campo se ha conectado al corazón de las comunidades y a los desafíos que enfrenta El Salvador. Y el corazón no podía detenerse.
El desafío de la transformación digital
Así como hace décadas la Fundación Campo creó un método de intervención innovador y único en la región centroamericana, basado en la participación ciudadana, la vivencia de valores éticos, las alianzas estratégicas y la cohesión social; los directivos de la Fundación volvieron a sacar toda su creatividad, su adaptabilidad y su resiliencia a flote para garantizar que, las comunidades no detuvieran su desarrollo.
Con el apoyo de herramientas tecnológicas de Microsoft como Office 365, la Fundación Campo encontró la manera de asegurar la interacción y colaboración efectiva entre su equipo trabajo y las comunidades, para desarrollar de manera regular sus planes operativos. A través de la tecnología ha mantenido la articulación de las labores cotidianas de sus colaboradores, facilitando la continuidad de actividades claves de forma remota, para la consecución de los programas de becas para jóvenes, de capacitación, gestión ambiental y de riesgos, educación financiera, emprendimiento y seguridad alimentaria, entre otras iniciativas que ayudan a crecer y hacer productivas a las famlias y comunidades.
La Fundación Campo afirma que, la adopción de herramientas tecnológicas les ha permitido mantenerse conectados con su equipo en todos los niveles, desempeñar sus actividades de forma ágil y eficiente, contribuyendo al desarrollo de bases de datos actualizadas, al manejo de información en tiempo real, comunicación inmediata a través de un correo electrónico institucional y la colaboración remota por medio de Teams. Teams ha descubierto muchas bondades de la tecnología para la Fundación, facilitando las reuniones de trabajo, rendición de informes y seguimiento a los planes.
El proceso de apropiación tecnológica fué en tiempo récord. En marzo 2020 se habilitaron los correos electrónicos y un mes después se dio el paso a Teams. Eso fue solo el comienzo. Para la gerente administrativa y financiera de la Fundación Campo, licenciada Claudia Argueta, la adopción tecnológica ha sido una excelente experiencia, gracias al dominio y profesionalismo de los facilitadores y a la disposición de aprendizaje del personal. Experiencia que ha venido a preparar a todo el equipo para nuevos retos.
“Con estas herramientas la Fundación adquirió una nueva dinámica laboral acelaerada, aprendiendo sobre la marcha, seguimos aprendiendo para realizar nuestro trabajo en medio de las contigencias y crisis. Usamos SharePoint para crear los grupos de interés de acuerdo con los equipos de trabajo y estamos haciendo nuestra biblioteca virtual de información en la nube, estructurando una arquitectura de información. Además, hemos utilizado Microsoft Forms para hacer diversos estudios de bases de datos. En síntesis Office 365 llegó en el momento justo y ha sido una herramienta verdaderamente valiosa, una experiencia muy enriquecedora para desarrollar las actividades en nuestras comunidades”, detalló Argueta.
Su caso es una demostración de que, la tecnología está al alcance de todos. Para acceder a esas herramientas, la Fundación inició el proceso a través del programa de donación para ONG´s de Microsoft, que facilita y agiliza su implementación, y reduce significativamente los costos de adquisición. “Nos acogimos a esa oferta, Microsoft nos ayudó a habilitar todo muy rápido y empezamos a usarlo de inmediato”, reafirmó la licenciada Argueta.
Como todo nuevo proceso, surgió el escepticismo y la resistencia al cambio. Hoy, en el ‘todo virtual’, las dudas y temores quedaron disipadas convenciendo a quienes, en algún momento, se resistieron. Si bien el conocimiento y el uso de las herramientas solventó las necesidades operativas primarias, en la Fundación el proceso de aprendizaje y de capacitación es permanente, herramienta por herramienta. Saben que solo explorando sus funcionalidades van a obtener el máximo provecho.
Y no solo para lo estrictamente laboral, pues una organización que vela por el bienestar de las comunidades, está ahí para acompañarlas. Eso lo han logrado con Teams: acercarse pese a las distancias, para mantener un estrecho compañerismo y los lazos de amistad que fortalecen la unidad y el trabajo en equipo.
A cuatro meses de cumplir 25 años de labor, la Fundación Campo ha alcanzado cobertura en cerca de 500 comunidades rurales, con presencia en los cuatro departamentos de la zona oriental y uno en la zona paracentral, donde llegó este año para impactar 20 comunidades de cinco municipios. Cuenta con 26 colaboradores directos y el apoyo de 1,200 líderes comunitarios que, multiplican su objetivo de reactivar las zonas rurales del país y brindar mejor calidad de vida a su gente.
En esos cinco lustros ha brindado educación financiera a 12,000 personas, más del 70% son mujeres, y canalizado, con el apoyo de aliados locales, nacionales y extranjeros, más de 8,5 millones de dólares para proyectos de agua potable, construcción de unidades de salud, centros escolares, caminos rurales, emprendimientos productivos y decenas de programas de desarrollo humano. Una transformación a la que hoy le agregó tecnología para seguir cambiando vidas.
Acerca de Microsoft
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