El día de hoy en Barcelona, más de 1,100 educadores, directores de escuelas y funcionarios de gobierno de casi 100 países se reunirán para reimaginar y rediseñar el mundo de la educación para el siglo XXI. Conforme las mentes más brillantes del mundo de la educación inauguren el Foro Mundial de Microsoft en la Educación 2014, aportarán una amplia diversidad de innovaciones educativas y transformaciones escolares —todas estas el resultado de una ardua labor, de ideas fuera de lo convencional y del compromiso absoluto de construir un mejor futuro para los estudiantes del presente—. Pero también compartirán una inquietud en común: ¿Cómo garantizar que la tecnología que está transformando la educación sea también segura?
Al igual que sucede con cualquier otro habilitador, hay otra cara de la moneda en cuanto al asombroso poder de la tecnología para la educación. Dado el papel cada vez más grande que desempeñan la tecnología y los servicios en la nube dentro del salón de clases, han surgido inquietudes relacionadas con la privacidad en torno al uso de los datos de los estudiantes. De hecho, un reciente estudio de la Universidad de Fordham muestra que las escuelas están luchando por cumplir los requisitos legales y regulativos relacionados con la protección de los datos de los estudiantes. Asimismo, una reciente encuesta a padres de familia conducida por el Benenson Strategy Group en nombre de Common Sense Media encontró que el 90% de los participantes se “preocupan por la manera en que las compañías privadas sin intereses educativos pueden acceder y utilizar la información personal de los estudiantes” y el 77% apoya que “sea ilegal para las escuelas y las compañías de tecnología educativa vender la información privada de los estudiantes a los anunciantes”. Por lo tanto, durante el evento de esta semana debemos preguntarnos: ¿Cómo protegeremos hoy a los más vulnerables entre nosotros —nuestros niños— y garantizaremos su privacidad y seguridad en el siempre cambiante mundo de la educación?
Microsoft siempre ha creído en la transformación de la educación y se ha enfocado en el mercado educativo durante más de tres décadas. Sabemos que la tecnología digital puede empoderar a los educadores y transformar la educación, mientras que el uso de la tecnología en el aprendizaje abre incontables oportunidades para los estudiantes —desde el aprendizaje personalizado hasta el aprendizaje en todo lugar y en todo momento—. También nos regimos por el principio de que el derecho de los estudiantes a la seguridad y privacidad es lo primero. Consideramos que el uso de los datos de los estudiantes debe prohibirse para fines de ventas, mercadotecnia y publicidad, y trabajamos de manera activa para asegurar que nuestros productos educativos cumplan las altas expectativas de los niños, los padres y los legisladores.
Office 365, que está diseñado desde el principio pensando en la privacidad del usuario, jamás utiliza los datos de los estudiantes para fines de publicidad. Y consideremos Bing para Escuelas, que no solo asegura que los niños no vean anuncios publicitarios, sino que también mejora la privacidad de los estudiantes al evitar el uso de sus datos para crear perfiles publicitarios. Ninguna otra oferta de tecnología educativa se acerca, ni remotamente, a este nivel de seguridad en línea para los estudiantes, lo cual creemos que es la diferencia principal entre nuestras políticas y las de nuestros competidores. Por ejemplo, mientras que el Centro de Confianza de Office 365 afirma con claridad: “Sus datos no se utilizan en nuestra publicidad”, Google no promete lo mismo en Aplicaciones Google para la Educación. De hecho, a medida que los clientes, los reguladores y los tribunales han comenzado a investigar los confusos términos de privacidad de datos de Google, han surgido serias interrogantes respecto a las Aplicaciones Google para la Educación y sobre lo que Google piensa que puede hacer con los datos de los estudiantes.
Creemos que las nuevas oportunidades que brinda la tecnología requieren una evaluación minuciosa y enfoques responsables e integrales que permitan a los niños aprender a través de la tecnología en una forma participativa, segura y respetuosa. Las prácticas de mercadotecnia engañosas, explotadoras o agresivas simplemente no pertenecen dentro del salón de clases. Nos unimos a grupos de apoyo como Common Sense Media y el Electronic Privacy Information Center, que exigen que la industria se abstenga de utilizar los datos de los estudiantes para esos fines.
Nuestros niños y nuestros estudiantes son el futuro, y el compromiso que tenemos con ellos es patente en nuestra iniciativa global YouthSpark, que busca crear oportunidades de educación, empleo y emprendimiento para los jóvenes. Conforme trabajemos hoy con los líderes e innovadores en el campo de la educación, iniciaremos un debate en toda la industria con el objetivo de crear compromisos más consistentes y uniformes por parte de las compañías de tecnología que venden sus productos, servicios y dispositivos en el mercado educativo. A todos nos interesa construir un sistema educativo nuevo que respete los derechos de los niños y que proporcione a esos estudiantes la mejor oportunidad de triunfar en la escuela y en la vida. Y la privacidad y seguridad en línea de este grupo vulnerable debiera ser no negociable.
Anthony
Salcito
Vicepresidente de Educación Mundial