Recodificar a la Cruz Roja

Imaginen por un momento que están enfermos. Hay un brote de alguna enfermedad cerca de su localidad y la información que puede evitar que se expanda es inaccesible. A pesar de todos los avances de la medicina y el mundo conectado en el que vivimos, esta es una pesadilla que muchas personas viven en la actualidad.

De manera específica, el problema se manifiesta en los países en vías de desarrollo. Desbloquear los datos para el beneficio de la ciencia y la medicina es una de las búsquedas tecnológicas que aún permanecen. Por ejemplo, cuando una epidemia de cólera se esparció de manera mortal por Sierra Leona en 2012, el proceso para recolectar datos de campo (hecho en papel), así como el análisis de tendencias, era lento e impreciso. Con la ayuda de la tecnología ya en curso para hacer que los milagros sucedan en muchos lugares: ¿Cómo podemos modificar los protocolos que ya existen para asegurar que la habilidad para salvar una vida nunca sea restringida por la falta de acceso a datos?

Anine Kongelf, Coordinadora para la Unidad de Gestión de Desastres para una comunidad de vigilancia basada en la Cruz Roja de Noruega explica: “Sabemos que recolectar datos durante las epidemias es sencillo. Lo difícil es tener un sistema que lo haga útil y accionable. Hemos buscado desarrollar soluciones propias; sin embargo, ha sido muy costoso alcanzar la escala global que necesitamos”.

La Cruz Roja siempre se ha beneficiado de un gran soporte voluntario por parte de 17 millones de personas en todo el mundo, sin embargo, nunca ha intentado explotar la experiencia técnica de dichos voluntarios, o intentado dirigir las necesidades tecnológicas. “Nos hemos preguntado cómo podríamos utilizar esas habilidades y competencias, y por último, aprovechar a nuestros voluntarios para desarrollar nuevas tecnologías,” ella agrega.

La respuesta llegó en forma de un Codeathon donde los empleados y voluntarios de compañías de tecnología en Noruega se reunieron en las oficinas centrales de la Cruz Roja en Oslo durante un día lluvioso a finales de septiembre. Uno de ellos fue Bjorn Fossan Rasmussen, un desarrollador senior de 36 años de Tradesolution AS. “He donado dinero a la Cruz Roja pero nunca mi experiencia. Por primera vez vi aquí una oportunidad para contribuir con algo de mi profesión”, él explica.

Eva Turk, una investigadora senior en DNV GL, una compañía de gestión de riesgos y control de calidad, escuchó acerca del Codeathon en las redes sociales y no dudó en involucrarse. “Cuando pienso en la transformación digital, pienso en cómo podemos construir cosas que en verdad son necesarias, más que construirlas porque sí. Esta fue la primera vez que me encontraba en un ambiente donde podía ver cosas que se diseñaban con el propósito de hacer nuestro mundo un mejor lugar”, ella dice.

Al trabajar en la industria del cuidado de la salud, Eva ha visto de primera mano cómo la colaboración puede hacer la diferencia. “Para mí la lección más importante fue entender cuántas preguntas se necesitan realizar antes de trabajar en una solución. La pregunta más importante fue: ‘¿Cómo podemos ser empáticos con los trabajadores de campo?’”

Aquí entra Thomas Lahnthaler, un líder de equipo para la Unidad de Respuesta de Emergencia de la Cruz Roja en Bangladesh, quien dio inicio al segundo día del Codeathon, aunque de manera remota. Su mensaje fue fuerte y claro, los teléfonos celulares presentan limitaciones y contar con internet seguro en el campo no era opción. Una dura realidad a menudo ignorada.

Con el SMS, la Cruz Roja puede superar la división digital. Los mensajes estructurados en forma códigos numéricos significa que los voluntarios que no saben leer ni escribir pueden reportar supuestos casos enfermedades u otros. El equipo vio una oportunidad para aplicar la tecnología para propósitos de análisis y, con el acceso a datos, crear alertas y lazos de retroalimentación automáticos dentro de la comunidad.

Einar Ingebrigtsen, Evangelista Técnico Principal en Microsoft ofreció una solución dudosa, el desarrollo de código abierto. Previo al Codethon, Einar habló con Richard Campbell, un director regional de Microsoft y Most Valued Professional (MVP), que fundó Humanitarian Toolbox en diciembre de 2012, una organización diseñada para permitir que los desarrolladores en todo el mundo donaran sus habilidades para ayudar organizaciones cuando hay desastres al diseñar software de código abierto. Aunque la comunidad de vigilancia no forma parte del Toolbox, el uso previo de casos le dieron al equipo la seguridad de que el código abierto podría ser la solución.

La Cruz Roja, los desarolladores y voluntarios juntos propusieron un nuevo algoritmo para recolectar mensajes SMS codificados por parte de voluntarios durante crisis para poder maximizar el flujo de información. Y el equipo ya ha comenzado a progresar. Un sistema SMS de escala global fue desarrollado por uno de los miembros del equipo del proyecto, Kristian Ravndal, cuyo trabajo se enfoca en construir un sistema de SMS para escenarios empresariales. Esta infraestructura será parte del primer lanzamiento que almacenará los mensajes de texto en la nube.

Mudar los datos a la nube permite que cualquier tenga acceso a ellos en cualquier momento, y si pueden aprovecharlos, podría salvar miles de vidas la siguiente vez que una epidemia amenace esparcirse. El equipo ahora ya tiene claro las principales necesidades para crear un prototipo anticipado (o un mínimo producto viable en cuestiones de desarrollo), en el cual ya han comenzado a trabajar para presentarlo a principios de 2018.

Sir Richard Timothy Hunt, científico ganador del Premio Nobel una vez dijo: “Los avances más grandes han sido en colaboración”. Mientras que minimizar el impacto de las epidemias de enfermedades puede parecer una tarea abrumadora, ardua y difícil, la Cruz Roja de Noruega es un testamento de esta declaración. A través del poder de la colaboración y la tecnología, la base de voluntarios de la organización avanza a la par de nuestras respuestas a las epidemias de enfermedades.

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