Los socios de Microsoft aprovechan el potencial de los jóvenes a través de la educación en ciencias de la computación
Conozcan a Reina Torrejón, nacida y criada en Lima, Perú. Torrejón siempre ha soñado en perseguir una carrera en tecnología y generar un impacto considerable para su comunidad y el mundo. En una ciudad de casi 10 millones de personas, donde cerca de un tercio vive en extrema pobreza, su meta era emprender una empresa de tecnología para la salud. Pero cuando el costo de cinco años en la universidad fue difícil de cubrir, ella tomó un trabajo en la enseñanza. Luego descubrió que podía conseguir su meta en cinco meses, en lugar de cinco años.
“Mi familia siempre decía “Deberías estudiar, deberías tener una carrera’”, menciona Torrejón. “Pero cuando les mencionaba de este programa de cinco meses, ellos decían” ¿Qué vas a hacer en cinco meses?’”.
El camino de Torrejón hacia una carrera más prometedora en tecnología comenzó en Laboratoria, una academia de desarrollo web para mujeres jóvenes de bajos ingresos y recién premiada por YouthSpark, como acreedora de una subvención por parte de Microsoft Filantropías.
Laboratoria es sólo uno de las más de 100 organizaciones sin fines de lucro que Microsoft anunció en diciembre del 2015. Microsoft se asoció con estas organizaciones y les brindó fondos que están enfocados en mejorar el acceso a la educación en Ciencias de la Computación – con un énfasis especial en niñas, gente con de minoría racial y étnica, y comunidades de bajos ingresos. Estas asociaciones, algunas nuevas y otras ya existentes, crecieron de manera considerable después de la inversión de la empresa de 75 millones de dólares de YouthSpark, anunciada en septiembre de 2015, para incrementar el acceso a la educación en Ciencias de la Computación para todos los jóvenes alrededor del mundo.
“Las asociaciones sin fines de lucro que tienen la misma misión que nosotros, son la manera en la que podemos agregar más valor, así que buscamos organizaciones como Laboratoria, CoderDojo y City Year, que saben cómo trabajar bien con niños, tienen antecedentes en entrenamiento de habilidades tecnológicas y entienden la importancia de las Ciencias de la Computación para preparar a los jóvenes para un rango completo de carreras”, comentó Yvonne Thomas, Directora de Microsoft Filantropías.
Thomas es clara en manifestar que las Ciencias de la Computación no sólo se tratan de codificar. Más bien, se tratan de enseñar los principios del pensamiento computacional, tales como la manera de separar un problema en piezas del tamaño de un bite, como lo hace una computadora, para priorizar y resolver cada una de esas piezas, y luego ensamblarlas para solucionar un problema más grande.
Estas habilidades son claves para el éxito de los jóvenes en todos los campos, sin importar qué carrera elijan.
Esta visión es compartida por Ana María Martínez, socio regional de Laboratoria, que tiene cuatro oficinas en América Latina, una región donde 22 millones de jóvenes no tienen empleo o no están en la escuela. Debido a que 70% de esos jóvenes son mujeres, Laboratoria lucha por ayudar a las mujeres como Torrejón, que se encuentran en el grupo de 18 a 29 años de edad, a aprovechar su potencial al brindarles entrenamiento en desarrollo web front-end (interfaz de usuario) y ayudarles a conseguir empleo en el sector digital.
“No haría nada si sólo les diera un diploma. Tenemos éxito cuando conectamos a las mujeres jóvenes con una empresa, cuando las contratan y están satisfechos con su desempeño”, menciona Franklin.
Estos empleos tienen el potencial de triplicar el ingreso de alguien que se encuentra en una situación económica similar a la de Torrejón. Un proceso de revisión y un programa de entrenamiento riguroso han ayudado a Laboratoria a desarrollar una red de más de 300 negocios que reclutan de manera activa a sus graduados en Ciudad de México, Santiago, Lima y Arequipa, la segunda ciudad más grande de Perú.
A medio mundo de distancia, en Dublín, Irlanda, Niamh Scanlon de 13 años de edad, justo ha comenzado su educación secundaria pero ya ha construido un currículo en tecnología que sería la envidia de muchos graduados universitarios. Su carrera se impulsó a partir de una conversación con el presidente de la Universidad de la Ciudad de Dublín cuando Niamh tenía sólo nueve años de edad.
En ese entonces, el alcance de la exposición de Niamh a la tecnología era el uso ocasional de aplicaciones y juegos en línea. Ella dividía el resto de su tiempo entre las actividades usuales de alguien de su edad: nadar, leer, pasar tiempo con sus amigos y jugar en la liga gala local de futbol.
Tras la petición del presidente de la universidad, Niamh y su madre visitaron CoderDojo DCU, que es parte de una comunidad global de clubes gratuitos de programación de computación para jóvenes. Ellos descubrieron a un grupo de estudiantes que utilizaban tecnología para resolver problemas y expresar su creatividad. Pero en lugar de seguir cualquier tipo de plan de estudios, ellos aprendían entre ellos. Niamh se enganchó de manera casi instantánea.
“Me encantó que pudiera crear cualquier cosa con código”, comenta Niamh.
Sus primeras creaciones iban de una página web de One Direction, su banda de pop favorita, seguida por algo relacionado con la primera compra de un auto eléctrico por parte de sus padres: recharge My eCar, una aplicación que ayuda a localizar la estación de carga más cercana que no está en uso.
La aplicación le dio a Niamh el primer premio en su categoría en CoderDojo Coolest Projects 2014, un evento internacional que reúne a innovadores, creadores y emprendedores para que muestren sus productos construidos en la comunidad CoderDojo, una especie de feria escolar de ciencias con esteroides.
Desde entonces, las oportunidades y elogios no han parado, tal vez impulsadas por la selección de Niamh en diciembre de 2015, como Digital Girl of the Year en Estados Unidos, seguida por la invitación por parte de Salesforce.com (uno de los patrocinadores corporativos de CoderDojo) para que asistiera al Foro Económico Mundial en Davos, donde tuvo la oportunidad de conocer a Bono y a will.i.am.
Con lo motivante que todas estas oportunidades pueden ser, lo que Niamh encuentra más valioso para su futuro, son las lecciones sobre creatividad, resolución de problemas y aprendizaje auto-dirigido. Estas lecciones son traídas a casa casi cada semana a través de su involucramiento como mentora para CoderDojo y CoderDojo Girls.
Niamh menciona que, “Se siente en verdad increíble ayudar a la gente a desarrollar habilidades en resolución de problemas que van a necesitar en el futuro. Y cuando tú ayudas a los estudiantes en clase, también aprendes cosas de los problemas que ellos tienen. Así que si eres estudiante aprendes, y si eres mentor también lo haces”.
Mary Moloney, CEO de CoderDojo, no podía estar más de acuerdo. Ahora en su quinto año, la Fundación Coder Dojo ha ayudado a padres y voluntarios a abrir casi mil clubes CoderDojo en 65 países. En esencia, CoderDojo busca aprovechar la curiosidad y el potencial de los niños e inculcarles que no tengan miedo a la tecnología para que sean más propensos a hacer lo imposible, en lugar de intimidarse por la adversidad.
“Los niños tienden a que les resuelvan los problemas que se les presentan”, comenta Maloney. “En CoderDojo tratamos de ayudarles a ser mejores en habilidades que no utilizan tan seguido. Superar los problemas es un hecho irrefutable cuando codificas. No puedes escribir código sin encontrar una falla o sin tener algo que no sucede como lo planeaste”.
Por desgracia, muchos educadores alrededor del mundo no tienen los recursos para brindar a los estudiantes acceso libre a la tecnología y libertad para la exploración, algo que podrían encontrar en CoderDojo.
En los Estados Unidos, eso ha resultado en menos de un tercio de estudiantes aprendiendo sobre computadoras a una temprana edad, que es un factor crítico para asegurar los beneficios a largo plazo del aprendizaje en Ciencias de la Computación. Más aún, sólo 2.5% de los graduados de colegios en Estados Unidos son graduados de Ciencias de la Computación. Y más notable aún, el porcentaje de mujeres de minorías raciales y étnicas graduadas de Ciencias de la Computación, baja a un solo dígito.
Ahí es donde programas como YouthSpark entran en acción, trabajando junto a organizaciones de todo el mundo que comparten la meta de equipar y entrenar estudiantes, incluyendo Boys & Girls Clubs of America, City Year, Year Up, Girls Who Code, First Robotics y Roadtrip Nation en los Estados Unidos.
“El pensamiento y las habilidades computacionales para resolver problemas serán relevantes para cada trabajo en el futuro”, dijo Satya Nadella, CEO de Microsoft. “A través de nuestras alianzas con organizaciones sin fines de lucro alrededor del mundo, tenemos como objetivo el empoderar a los jóvenes a prepararse para el futuro, con conocimientos básicos en Ciencias de la Computación para soñar y crear las innovaciones del mañana”.
En los Estados Unidos, YouthSpark trabaja con City Year, una organización de servicio nacional enfocada en la educación que está dedicada a mejorar los resultados de los estudiantes en las escuelas que más se necesita.
Fundada en 1988, City Year une a adultos de entre 18 a 25 años de diversos antecedentes étnicos, educativos y socioeconómicos para que se involucren en un año de servicio, desarrollo de liderazgo e involucramiento cívico de tiempo completo, a través del programa federal AmeriCorps.
Antes de ser desplegados, los miembros de City Year AmeriCorps reciben más de 300 horas de entrenamiento profesional. Como tutores, mentores y modelos a seguir, utilizan ese entrenamiento para ayudar a los estudiantes a mantenerse en la escuela y en camino para graduarse de la preparatoria, listos para la universidad y la carrera. En la actualidad, más de 3 mil miembros de City Year AmeriCorps atienden a casi 196 mil estudiantes en 292 escuelas de altas necesidades a través de Estados Unidos.
Rose Carlson es una de esos miembros de City Year AmeriCorps. Por los últimos ocho meses ella ha apoyado a la Escuela Secundaria Aki Kurose en South Seattle, como tutora en matemáticas de estudiantes de sexto grado, y también participó en la Hora del Código en 2015. A través de todo esto, Carlson ha descubierto que su participación no se trata de ella colaborando con “idealistas de ideas similares a las suyas” que hacen lo que sea para alistar a los estudiantes para que sean exitosos. Después de completar su año de servicio con City Year, Carlson planea continuar su labor en el área con una organización sin fines de lucro local.
Adicional al financiamiento de las subvenciones, Microsoft YouthSpark ofrece un rango de programas y recursos que buscan ayudar a los jóvenes a desarrollar sus habilidades y perseguir sus pasiones a través de la tecnología disponible en YouthSparkHub.com.
Es a través de estas asociaciones y recursos como las subvenciones de YouthSpark, que Reina Torrejón abrirá algún día una empresa de salud, Niamh Scanlon dirigirá un gran negocio de tecnología y Rose Carlson continuará haciendo una diferencia en las vidas de los jóvenes en South Seattle.
Imagen principal: Niamh Scanlon y su hermano, Leo, se divierten con una compañera de CoderDojo antes del evento Coolest Project en la Royal Dublin Society. (Crédito de foto: Conor McCabe Photography)