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Cuando los sueños se vuelven realidad (aumentada): preservar las culturas indígenas de Australia

Mikaela Jade, una emprendedora indígena, y Tianji Dickens, líder de Microsoft Filantropías en Australia, combinaron recursos para utilizar Microsoft HoloLens como una tecnología para preservar la cultura

Capítulo 1: Una chica enamorada del país

Mikaela Jade, ex guardabosque, será la primera en decirles que no es la típica CEO. Criada en Australia, recuerda recorrer con sus dedos las rocas talladas e imaginar quién las había grabado. Esto generó un enamoramiento con la tierra que la llevó a seguir una carrera como guardabosques, donde trabajo con comunidades Indígenas.

“Durante ese tiempo, hablé con cientos de ancianos que expresaron su temor de ser los últimos de su tipo y de no poder pasar el conocimiento cultural a la siguiente generación porque los niños estaban pegados a sus teléfonos”, comentó Jade. “Sentían que no podían competir con la tecnología para conectar con ellos”.

El problema se alojó en la parte trasera de su mente. Pero Jade no sabía qué podía hacer además de escuchar las historias de la gente que conocía.

Luego, cuando tenía 29, Jane descubrió que es descendiente del clan Cabrogal de la nación Darug, algo que nunca supo o imaginó mientras crecía.

“Mi historia es muy parecida entre los Indígenas Australianos”, comentó. De 1910 a 1970, casi 100 mil niños Indígenas Australianos son removidos a la fuerza de sus familias y comunidades como resultado de las políticas gubernamentales. Los niños entonces son conocidos como las “Generaciones Robadas”. La extracción de niños dejó un impacto duradero e intergeneracional en las vidas y bienestar de la gente y las comunidades de aborígenes e isleños del Estrecho de Torres.

Mikaela Jade creció enamorada de la tierra que la rodeaba y recuerda recorrer con sus dedos las rocas talladas mientras se preguntaba sobre la gente que las había grabado. No tenía idea que esas personas eran sus ancestros.

“Muchas de las Generaciones Robadas, durante las décadas de los cincuenta y sesenta, escondieron su herencia cultural”, comentó Jade. Al descubrir su propia herencia se despertó un impulso por ayudar que ella no podía ignorar.

En 2012, Jade vio la realidad aumentada (RA) por primera vez en su universidad local. Aunque no tenía habilidades tecnológicas, tuvo una gran idea: ¿Qué pasaría si la tecnología pudiera ser utilizada para ayudar a preservar la cultura, asegurarse que las historias, arte y lenguaje correctos fueran pasados a la siguiente generación?

Capítulo 2: Mientras tanto, al otro lado del país…

… otra joven persona apenas iniciaba su carrera. Tianji Dickens se graduaba de la Universidad en Australia y fue a trabajar a la Cruz Roja Camboyana. Ella puso en práctica las habilidades de codificación que obtuvo en la universidad para desarrollar el sitio web de la organización.

Después de regresar a Australia y trabajar con organizaciones filantrópicas y no lucrativas, Dickens comenzó a preguntarse dónde podía generar un mayor impacto.

Aunque había adquirido algunas habilidades tecnológicas, nunca consideró trabajar en la industria tecnológica. Pero ante la insistencia de un amigo, aplicó para un trabajo para liderar el programa de Filantropías en Microsoft Australia.

Motivada por su nuevo rol y por una plataforma más grande, Dickens vio la oportunidad de utilizar la tecnología para llegar a más comunidades en Australia.

“Australia tiene una de las civilizaciones más antigua y extensa en la Tierra. Los Pueblos Autóctonos de Australia han creado e innovado por más de 65 mil años, y aun así, en la historia reciente, muchas de estas comunidades han sido excluidas del acceso a la tecnología y las oportunidades que esa habilita”, comentó Dickens.

Las marcadas diferencias y desventajas sociales persisten entre los Indígenas Australianos y los australianos que no son indígenas a través de todos los indicadores de calidad de vida. Los Indígenas Australianos, que conforman el 3 por ciento de la población del país, por lo general experimentan unos estándares más bajos de manera significativa de salud, educación, empleo, y vivienda, y se registran casi en la parte baja en casi cada indicador social y económico.

Tianji Dickens de Microsoft Filantropías en Australia sabía que su vida estaría incompleta si no encontraba un trabajo que llenara su deseo de cambiar el mundo que la rodeaba.

Durante varios años, Microsoft Australia ha apoyado a organizaciones no lucrativas que trabajan con los aborígenes e isleños del Estrecho de Torres. En 2017, Microsoft decidió reunir todos sus esfuerzos bajo el paraguas del Plan de Acción de Reconciliación (RAP, por sus siglas en inglés), el cual brinda un marco de trabajo para que las organizaciones apoyen el movimiento nacional de reconciliación del país.

Dirigida por Dickens, una de las tareas fue reunir un Consejo Asesor de líderes Aborígenes e Isleños del Estrecho de Torres para guiar a Microsoft sobre dónde podía genera un impacto duradero.

Ahí fue donde Dickens escuchó sobre la CEO de una startup llamada Indigital.

Capítulo 3: Una inversión riesgosa

De 2012 a 2017, Jade continuó con su trabajo como guardabosques mientras trataba de fondear su idea de utilizar RA para capturar y compartir el arte indígena australiano.

“Llamaba a inversionistas y decía ‘Oye, soy una chica de Australia, y quiero construir una realidad aumentada autóctona en exteriores sin utilizar internet’. La gente me decía que estaba loca. Pero lo veía muy claro en mi mente”, comentó.

“Un inversionista me dijo: ‘Voy a ser honesto contigo: eres mujer, una persona indígena, trabajas en tecnología en un área remota… para ser sincero es un riesgo muy alto’”.

Poco a poco, consiguió dinero: un Indigenous Advancement Grant (subvención por parte del gobierno), luego un préstamo de negocios. También lanzó una campaña de Kickstarter y compiló un equipo de desarrolladores en India. También obtuvo el visto bueno de los líderes de la comunidad de aborígenes australianos. Jade, que era guardabosques de día y creadora de aplicaciones de noche, lanzó junto con su equipo Indigital a principios de 2017.

Los usuarios descargan la aplicación Indigital y escanean una playera o postal compradas para interactuar con pinturas de corteza ocre creadas por el artista tradicional Neville Namarnyilk. La aplicación, que también es gratuita, ayuda a construir la economía para las comunidades autóctonas a través de las ganancias de las playeras y las postales.

Jade, que ahora está de tiempo completo en Indigital, también comenzó a asociarse con otras compañías, pero esas colaboraciones no avanzaban debido a lo que ella llama “valores incongruentes”. Ella no quería priorizar el producto sobre la gente.

A finales de 2017, cansada y desmotivada, Jade conducía hacia un Simposio de Mujeres Indígenas en las Ciencias, casi lista para rendirse.

“Estaba muy sensible y pensé, ‘Ya me cansé de Indigital’”, recuerda.

Luego conoció a Dickens.

Capítulo 4: Preservar la esperanza

Esa noche, después de la conferencia, Dickens se acercó a Jade.

“¡Hola! Soy Tianji Dickens, y trabajo con Microsoft. Nos encantaría contar con tu ayuda para desarrollar nuestro Plan de Acción de Reconciliación”.

Dickens también le preguntó a Jade si había algún producto Microsoft con el que le interesaría trabajar.

“Ahí estaba yo, lista para rendirme”, recordó Jade. “Y entonces llega Tianji con energía y recursos. Salté hacia esa oportunidad y dije, ‘¡HoloLens!’”.

Conforme ellas conversaban entonces y en los meses siguientes (bastante, de hecho Jade comentó que la IA en su teléfono etiquetó a Dickens como familia debido a la frecuencia con la que hablaban), un mundo en verdad colaborativo comenzó a abrirse para ambas. Jade aceptó estar en el Consejo Asesor de Microsoft Australia y utilizar su perspectiva única para abogar por la preservación de la cultura a través de la tecnología.

“Mik nos ayudó a ver una mayor oportunidad para apoyar a las comunidades a que usen la tecnología no solo para la preservación cultural y del lenguaje sino también para brindar habilidades para crear sus propias oportunidades económicas”, comentó Dickens.

Dickens presentó a Jade con Lawrence Crumpton, líder de Microsoft HoloLens en Asia.

Crumpton llevó a Jade por un recorrido en Microsoft en Sídney y le señaló su sala de conferencias favorita, llamada Darug. Jade observó la señalización y le comentó, “Si esto funciona, va a ser muy bueno, porque ese es el nombre de mi gente ahí en esa pared”.

Como parte del programa Digital Custodians, 30 mujeres australianas indígenas fueron al campus de Microsoft y aprendieron sobre realidad combinada, drones, e IA y utilizaron la tecnología para dar vida a sus propias voces y movimientos en Minecraft. La experiencia impulsó a las participantes para que se vieran como innovadoras tecnológicas, comentó Jade, en la fila posterior en esta imagen, segunda desde la izquierda.

Capítulo 5: Culturas ancestrales en 3D

Después de ver la aplicación de Jade, Crumpton formuló un reto masivo: si podía integrar la aplicación Indigital en HoloLens en seis semanas, él podía ponerla en el escenario del Microsoft Tech Summit en Sídney.

“Era la primera vez que veía HoloLens”, comentó Jade. “Pensé, ‘¿Cómo vamos a conseguir esto?’”

El equipo de Jade pasó seis días en la codificación de la aplicación en HoloLens con tecnología de reconocimiento de imagen para dar vida en 3D a la pintura de corteza ocre de 11 pies de altura de un Namande, un ser de la zona rocosa en la remota tierra de Arnhem de Australia, creada por Namarnyilk.

“Cuando te colocas HoloLens, el Namande está justo frente a ti, y lo ves tal como la gente Bininj lo ve en el paisaje, además de su canción y baile y su cuerpo pintado y el bolso que está alrededor de su cuello”, comentó Jade.

Ella le llevó el trabajo a Crumpton, que estaba impresionado. Unos días después, ella demostró los hologramas a cientos de entusiastas tecnológicos.

Después, Namarnyilk también pudo ver un Namande en 3D por primera vez a través de HoloLens. Él sonrió y le dijo a Jade que era “un poco escalofriante pero así se suponía que fuera”.

La hija más pequeña de Namarnyilk, interesada por el dispositivo que estaba en la cabeza de su padre, quería probar la tecnología.

“Él le colocó HoloLens. Después de que ella se lo quitó, tenía muchas preguntas acerca del Namande”, comentó Jade. “Frente a mí, fui testigo de cómo un padre y su hija pasaron 20 minutos en este momento cultural en el que se transfirió conocimiento sobre Namande a la siguiente generación. De esto se trata. No es acerca de la tecnología, es acerca de la gente”.

Capítulo 6: ¿Y si los recursos no fueran un problema?

Indigital y Microsoft ahora se han expandido más allá del proyecto de HoloLens y se han asociado con Shared Path, una empresa social indígena, para desarrollar programas de ciencias computacionales dirigidos por indígenas para los niños de las escuelas aborígenes e isleñas del Estrecho de Torres.

Jade y Dickens esperan que la asociación ayude a cambiar la manera en que los niños indígenas aprenden acerca de la tecnología a través de crear sus propias aplicaciones de AR relevantes a nivel cultural para conectarlos de vuelta a la cultura y el lenguaje.

“Me apasiona en verdad asegurar que nuestra gente tiene oportunidades en este espacio, no sólo para consumir tecnología, también para crearla”, comentó Jade.

Ellos también han lanzado un programa llamado Digital Custodians, que apoya a 30 mujeres indígenas e isleñas del Estrecho de Torres para que aprendan nuevas habilidades tecnológicas en nueve meses, con el objetivo de aplicar esas habilidades para resolver problemas en sus comunidades y crear oportunidades económicas.

“Algunas de las ideas que venían de las mujeres después de que se les presentó la tecnología son increíbles”, agregó Dickens. “Sus rostros estaban iluminados”.

Un niño indígena e isleño del Estrecho de Torres recrea un arte animal indígena.

Como la satisfacción que sintió Jade cuando vio al espíritu Namande saltar de la roca talla y transformarse en una experiencia 3D, Dickens siente la recompensa de utilizar recursos de Microsoft para ayudar a dar vida a la visión de Jade.

Jade y Dickens visualizan que el programa puede crecer más allá de Australia, para enseñar a las comunidades indígenas de todo el mundo las habilidades digitales que necesitan para que puedan preservar e interactuar con sus propias culturas.

Jade ahora siente que cualquier cosa es posible en la intersección de la cultura y la tecnología.

“Si los recursos no fueran un problema, ¿Qué harías?” recuerda Jade que Dickens le preguntó un día.

“Invertir en las mujeres indígenas, para que puedan hacer más”, respondió Jade. “Construir la capacidad de que otras mujeres indígenas conozcan más que yo acerca de la tecnología, y conseguir más para ellas, sus familias y sus comunidades”.

“Y ahora, lo hemos empezado a hacer”.