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Miranda Luna, Gerente de Mercadotecnia de Producto

En la esquina de Nube y Movilidad

  • Oye, Miranda. Voy a decir una palabra y tú me dices lo primero que te venga a la mente.
    Jennifer Warnick 2:19 p.m.
  • jaja De acuerdo.
    Miranda Luna 2:19 p.m.
  • ¿Lista? La palabra es “milenial”.
    Jennifer Warnick 2:19 p.m.
  • Justin Bieber
    Miranda Luna 2:19 p.m.
  • ¡Ja! Está bien. Pero tú eres una “milenial”, ¿cierto?
    Jennifer Warnick 2:20 p.m.
  • Diablos. Sí. Supongo que lo soy.
    Miranda Luna 2:20 p.m.
  • Los “milenial” se han estereotipado como personas algo perezosas que sienten que se merecen el mundo. Por si no lo sabes, estás echándolo todo a perder.
    Jennifer Warnick 2:20 p.m.
  • Jajajajajajaja. Así de inconsiderada soy. He arruinado la reputación de toda una generación.
    Miranda Luna 2:20 p.m.
Vivimos en un mundo heterogéneo, y en verdad queremos facilitar las cosas para los desarrolladores, incluidos los de iOS y Android. Ver el progreso que hemos logrado con ellos me hace feliz, ya que la gente suele desarrollar lealtad hacia las aplicaciones y las experiencias. Detrás de cada aplicación y cada experiencia hay un servidor, y ese somos nosotros.

No obstante la generación a la cual pertenezca, o si la conociste por mensajes instantáneos, mientras montaba a caballo o en un escenario durante una convención de tecnología, Miranda Luna es una fuerza.

La chica de 23 años, que por lo general se viste con pantalón de mezclilla y chaqueta de piel, tiene pelo café largo y muestra una enorme sonrisa —la muestra casi todo el tiempo—. Luna trabaja como gerente de mercadotecnia de producto para los servicios de Microsoft Azure que se utilizan en el desarrollo de aplicaciones móviles. El nombre de su puesto describe la manera en que ayuda a los desarrolladores móviles de todo tipo (iOS, Android y Windows) a lograr que sus aplicaciones sean más potentes, más rápidas, más accesibles, más confiables… más todo.

“Los Servicios Móviles de Azure; eso es lo mío”, dice Luna. “Los Centros de Notificaciones también. Lo maravilloso de esos servicios es que son complementarios. Básicamente, los Servicios Móviles son un back-end integrado —almacenamiento de datos, autenticación de usuario, notificaciones automatizadas y un ambiente de secuencias de comandos para agregar lógica de negocios—. Los Centros de Notificaciones ofrecen un motor de notificaciones automatizadas de manera masiva y escalable para enviar millones de notificaciones personalizadas en minutos, no obstante la plataforma ni el back-end que utilice la aplicación”.

Ver esos servicios en acción (tales como los Centros de Notificaciones de Azure en la aplicación para los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, los cuales proporcionaban solo el contenido que cada usuario deseaba recibir de acuerdo al país, deporte, atleta y mucho más) la llena de emoción. Pero, ¿Por qué esos servicios han comenzado a cambiar las reglas del juego?

“A la gente no le puedes dar las noticias 20 minutos después”, dice Luna. «Envías un mensaje a los Centros de Notificaciones, y nosotros lo mandamos de manera oportuna. Lo entregaremos de manera rápida en el formato que cada persona elija. Después de todo, los Servicios Móviles facilitan el desarrollo y mantenimiento de las aplicaciones, y los Centros de Notificaciones permiten a los desarrolladores mantenerse conectados con sus usuarios”.

Su trabajo en los Servicios Móviles de Azure abarca todas las plataformas, de modo que en un día cualquiera, Luna podría demostrar lo último en notificaciones automatizadas y en actualizaciones de Mosaicos Activos a un desarrollador de aplicaciones para Windows 8, ayudar a un desarrollador de Android a mejorar la seguridad de su almacenamiento para el contenido de su aplicación o trabajar en la autenticación de usuario con un desarrollador de aplicaciones para iPhone.

Uno de los talentos especiales de Luna es su capacidad de alternar entre los densos aspectos técnicos de su trabajo: desde resolver problemas con los desarrolladores hasta explicar todo de manera sencilla a alguien que no está muy familiarizado con los Servicios Móviles de Azure.

Los Servicios Móviles de Azure son muy versátiles, afirma, son el “vestido negro” del mundo de los servicios back-end basados en la nube. Combina con todo.

Para ilustrar este punto, habla sobre uno de los momentos laborales más asombrosos que ha vivido hasta la fecha: cuando conoció y ayudó a tres clientes inmensamente diferentes entre sí en Inglaterra. En un solo viaje ayudó a una compañía de telecomunicaciones a utilizar los Servicios Móviles de Azure para proporcionar a sus clientes una aplicación móvil de facturación y contabilidad sin dejar de conservar los datos in situ; ayudó a una nueva compañía de medios a organizar sus datos y enviar notificaciones automatizadas de las noticias de último momento, y ayudó a un joven desarrollador de juegos a crear una tabla de ganadores para su aplicación, lo cual le generó un ingreso adicional en la escuela.

“Fue una experiencia reveladora. Por lo general, te imaginas que la gente utilizará tu producto de cierta manera, pero ver cómo la utilizan para cambiar los procesos financieros de su empresa y revolucionar lo que pueden ofrecer a sus clientes es algo maravilloso. Me siento muy privilegiada de ocupar un puesto que me permite trabajar con clientes en esta forma”.

Luna escribe de manera regular en blogs y con frecuencia la invitan a hablar sobre la nube y la movilidad (como en la conferencia de TechEd Europa de Microsoft en Madrid).

Es una chica digital amena y tranquila con la ventaja técnica de haber crecido en Silicon Valley. Además, a una edad en que muchos de nosotros tomábamos bebidas flameantes o apenas de salida de la universidad, ella ya hablaba sobre su pasión por el cómputo en la nube y la tecnología móvil, así como de su sueño de “llevar a una empresa de cero a miles de millones de dólares”.

“Cuando pienso en todas las cosas que me gusta hacer —ya sea montar a caballo, pasar tiempo con mi familia o viajar— y no estoy haciendo alguna de ellas, necesita ser por una muy buena razón”, dice Luna. “Crear una empresa de miles de millones de dólares definitivamente está dentro de mis planes, porque es algo igual de fantástico que las cosas que realmente me importan”.

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Hace una pausa. “Pero, ¿Quién puede negarse a una bebida flameante de vez en cuando?”

Hija de dos empleados de la NASA, Luna tuvo una niñez llena de experimentos científicos en el patio trasero. Además, el jefe de sus padres hace que su apellido sea aún más espectacular.

“¿Verdad que sí? Miranda es una luna de Urano, pero a nadie se lo digo”, dice. (Su nombre de pila está inspirado en una pariente, no en una luna).

De niña incluso llegó a probarse trajes espaciales (su madre era diseñadora de trajes espaciales).

“Mis padres y sus amigos siempre buscaron entusiasmarnos por la ciencia y la tecnología”, dice. “Mis proyectos escolares eran los mejores, pero nunca me había percatado de la inteligencia superior de mis padres hasta que, de adolescente, vi el doctorado de mi madre”.

Le encanta pasar tiempo con su familia, incluidos sus dos hermanos menores que ahora están en la universidad (uno estudio Bioquímica y el otro, Ciencias de la Computación).

Miranda-Luna_kayaking

Qué familia.

“No nos adules, por favor”, dice Luna. “Por alguna razón siempre terminamos hablando de la comedia ‘Uncle Buck’”.

En San José, California, Luna asistió a la escuela con los hijos de las luminarias de la industria tecnológica, y en la preparatoria trabajó como becaria en Cisco. Fue ahí donde se dio cuenta de que sería más emocionante para ella enseñarle a la gente lo que la tecnología puede hacer en vez de desarrollarla ella misma. Aunque la mayoría de sus compañeros tenían la mirada puesta en la universidad local, Stanford, Luna se mudó a Filadelfia para asistir a la Universidad de Pennsylvania. En su tercer año, una amiga que sabía que Luna montaba a caballo la invitó a hacer una prueba para integrarse al nuevo equipo de polo de la universidad.

“La primera vez que intenté el polo fue absolutamente terrible, pero me encantó, de modo que continúe practicándolo”, dice Luna. Todo salió bien gracias a la paciencia y generosidad de los entrenadores”.

Y así fue, hasta que un caballo la tiró y se rompió la clavícula. Decidida, volvió a la escuela en el otoño y formó el equipo de polo UPenn. “Ahí estaba, caminando por el campus con un cabestrillo, ropa blanca y botas de polo, reclutando a otros para nuestro equipo”, dice Luna. “La gente me miraba y preguntaba ‘¿Qué te sucedió? ¿Te lastimaste montando a caballo?’ Yo respondía, ‘Este… no… no, me resbalé y caí’. Aun así logré convencer a la gente de que se uniera al equipo”.

En su último año, mientras viajaba con su equipo de polo para competir con otras universidades cada fin de semana (y recibir palizas de los equipos universitarios establecidos desde hace mucho tiempo), Luna consideraba una oferta de empleo de Microsoft.

La aceptó, y ahora trabaja en la esquina de Nube y Movilidad. Durante los primeros meses de trabajo, puso en práctica las valiosas habilidades laborales que adquirió por pasar tanto tiempo en los establos. Aprendió a tener paciencia y a cómo pedir lo que necesitas de buena manera, pero con firmeza. Aprendió que no puedes hablarle a todos en la misma forma. Aprendió a escuchar. Aprendió a ser más complaciente respecto a las necesidades de la gente. Aprendió que puedes ser un líder sin tener que ser autoritario.

“Se puede aprender mucho de los caballos”, dice Luna.

Miranda-Luna_horse

Miranda Luna monta su caballo, Pampero, a galope a través de un campo verde recién podado. El caballo resopla por la nariz a un ritmo perfectamente bien sincronizado con el rechinar de sus cascos sobre el pasto mojado.

Pampero es una cruza purasangre argentino de 12 años con una altura de 15.2 manos (o poco más de 1.5 metros). Su crin está recortada, la versión equina del corte de cabello de un soldado, y lleva la cola trenzada y sujetada de manera cómoda, ambos requisitos del polo.

Luna, con botas desgastadas de piel, pantalón blanco de mezclilla y una camiseta azul con el logotipo de Rainier Polo, eleva su mazo de polo, lo gira en el aire y lo baja rápidamente hacia la pequeña bola blanca en el suelo, la cual golpea con fuerza.

El Monte Rainier cubierto en nieve se asoma a la distancia.

“Vámonos, Sr. P”, dice Luna al terminar de montar. “Lo hiciste muy bien. Estoy orgullosa de ti”.

Lo guía hacia el remolque para caballos. Está sudando. “Es su temporada de descanso,” explica. “Normalmente trabajamos mucho más tiempo sin que comience a sudar”.

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Luna acaba de terminar una práctica de polo en Enumclaw, un pueblo pastoral ubicado a unos 45 minutos de Seattle. Monta cada vez que puede, cuando no está de viaje de trabajo por todo el mundo para conocer a los socios y desarrolladores de Microsoft o para asistir a eventos de reclutamiento en universidades.

Luna comenta que su apartamento en la zona residencial de Capitol Hill, en Seattle, está desocupado la mayor parte del tiempo. Cuando está ahí, pasa el tiempo leyendo frente a la ventana (actualmente, “Los hermanos K” de David James Duncan) y dando mantenimiento a un refrigerador al estilo “MTV Cribs”.

Conforme saca su auto del establo, cantando al son de Lorde (otra exitosa “milenial”), nos ofrece panecillos rellenos hechos en casa que trajo con ella el día anterior de una cafetería en Washington, D.C.

Los Servicios Móviles de Azure son potentes, abiertos y flexibles —muy similares a la nueva Microsoft, afirma—.

“Los desarrolladores piensan que si no utilizan .NET entonces cualquier otra cosa que Microsoft ofrezca no es para ellos, lo cual es falso”, dice Luna. “Vivimos en un mundo heterogéneo, y en verdad queremos facilitar las cosas para los desarrolladores, incluidos los de iOS y Android. Ver el progreso que hemos logrado con ellos me hace feliz, ya que la gente suele desarrollar lealtad hacia las aplicaciones y las experiencias. Detrás de cada aplicación y cada experiencia hay un servidor, y ese somos nosotros”.

En muchas maneras, la ocurrente e ingeniosa Luna también es la nueva Microsoft.

“Lo primero que me trajo aquí fue el hecho de que los roles están definidos por la ambigüedad. Tú eres responsable de definir tus propias estrategias y prioridades, trabajar conforme a las mismas y evaluar tu desempeño. Eso es algo positivo si logras crecer dentro de un ambiente como ese, pero negativo si dejas que te agobie”, dice Luna. “Para mí es algo maravilloso, y por eso regresé una y otra vez después de cada práctica como becaria. Soy mi propia directora, pero también trabajo con muchas personas sumamente inteligentes, quienes todas están decididas a crear un negocio de miles de millones de dólares”.