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Cómo Microsoft diseñó un campus con la evolución del trabajo en mente

No hace falta decir que la pandemia ha cambiado la vida laboral en 2020. Pero en lugar de ver este período de trabajo remoto obligatorio como un subproducto único de la COVID-19, puede ser entendido como un punto de inflexión en un cálculo acumulado, impulsado por tecnología, de la naturaleza del trabajo.

¿Los empleados buscarán más maneras de conectar en persona después de la pandemia? ¿Qué tal en una década, o en 20 años? Podría parecer un momento extraño para celebrar la apertura del nuevo campus de vanguardia de 46 mil metros cuadrados de Microsoft en Herzliya, Israel, excepto por el hecho de que las cuestiones sobre las maneras diferentes y creativas de trabajar se deliberaron cuando el campus fue diseñado, hace cuatro años.

“Este fue un proyecto único en la vida”, comentó el arquitecto principal Vered Gindi, de Vered Gindi Arquitectos, con sede en Tel-Aviv, quien diseñó el campus como una empresa conjunta con la firma israelí y francesa GSArch. “Comenzamos con preguntas fundamentales como ‘¿Por qué una persona en verdad quiere entrar a una oficina?’ y ‘¿Por qué necesitan una oficina?’ Nuestro objetivo era crear un espacio que siguiera relevante por décadas; sin importar lo que venga después”.

Microsoft Israel y el equipo de diseño llegaron a algunos principios rectores para el desarrollo del nuevo campus. El primer principio fue reducir el impacto a largo plazo del campus en el medio ambiente, y hacerlo lo más sustentable posible. El segundo fue aspirar a la creatividad dinámica de los entornos urbanos sobre las cuadrículas tradicionales o planos de planta abierta de la mayoría de los espacios de oficinas. Y el tercero fue ofrecer un espacio de trabajo flexible e inclusivo que pueda ser personalizado de manera infinita para ajustarse a las necesidades de los empleados.

Un lugar de trabajo del futuro debe justificar su existencia al mitigar su impacto en el medio ambiente. Michal- Braverman-Blumenstyk, vicepresidente corporativo y gerente general de investigación y desarrollo en Microsoft Israel, comentó, “El valor de la sustentabilidad de Microsoft ha sido incorporado en cada aspecto del campus y se ha pensado mucho en cada detalle, desde transporte conveniente, hasta la accesibilidad y la integración de poblaciones diversas, a bienestar en alimentación, físico y de ocio”.

Nuestro objetivo era crear un espacio que siguiera relevante por décadas; sin importar lo que venga después.

En una ubicación que registra temperaturas alrededor de los 27° C (80 F) durante cerca de siete meses al año, con poca precipitación, hay también un esfuerzo concertado por reducir el consumo de energía y agua. El campus de Herzliya es el primer edificio en Israel con certificación V4 Building Design and Construction Gold por parte de LEED (Liderazgo en Diseño Energético y Ambiental), lo que lo hace uno de los edificios más sustentables en el país.

El campus utiliza generadores atmosféricos que extraen humedad del aire para producir agua potable. El sistema creará alrededor de 237 mil litros de agua dulce al año. El sistema de filtrado de aire no solo limpia el aire interior, incluido el interior de los ascensores, también recolecta y reutiliza agua condensada. Rosenbaum comentó, “Toda el agua condensada del aire acondicionado es reutilizada para irrigación y para reducir las necesidades energéticas para enfriamiento. Este es un ahorro adicional estimado de más de 3 millones de litros de agua por año”.

El campus cuenta con 800 metros de celdas fotovoltaicas, que brindarán 100% de la energía necesaria para hacer funcionar las instalaciones de comedores del campus y el alumbrado exterior. Los edificios también están equipados con un muro cortina avanzado de doble piel, con persianas interiores automáticas, que ayudan a desviar la luz del sol y, en primer lugar, evitan que los edificios se sobrecalienten.

En cuanto a la decisión de modelar el campus a partir de un entorno urbano, Gindi explicó, “Una ciudad es un lugar de intersección, brinda momentos residenciales privados junto con momentos públicos frecuentes. Estás rodeado de gente, actividades y cultura. Eres parte de algo más grande que tú. Y, en este caso, no sólo vas a trabajar; experimentas un estilo de vida”.

Pasarela al aire libre con vegetación
Trabajar y caminar al aire libre en el puente del campus

La “ciudad” está dividida en cuatro ejes: Centro, la zona industrial; Midtown, la zona principal, ecléctica y divertida; El Jardín, el nivel verde exterior; y Uptown, que está hecho para sentirse como un hotel boutique. Los “bulevares” unen las diferentes zonas.

Este innovador diseño ayuda a unir los roles dinámicos dentro del campus, que van desde ventas y mercadotecnia al Israel Development Center, el primer sitio de investigación y desarrollo de Microsoft fuera de los Estados Unidos, establecido en 1991, y ahora una fuerza importante en ciberseguridad e IA.

Sala de reuniones con ventana panorámica, sofá y columpio
Sala casual de reuniones

El campus de Herzliya utiliza el concepto existente, pero incipiente, de Microsoft de “vecindarios” basados en equipos, que tienen el tamaño suficiente para ofrecer interacción pública, pero también suficientemente pequeños para dar privacidad cuando se necesite. Cada vecindario en Herzliya está también equipado con su propia “sala de zona” (también conocida como “sala de código”) y cada dos vecindarios comparten una “sala de concentración” para cuatro personas, que sólo está disponible para esos equipos.

El campus está pensado para ser parte de la vida social y cultural de los empleados. Contiene todos los elementos de una rutina diaria, desde un café con baristas que pueden hacer tu café como a ti te gusta, a una sala de yoga, parque de juegos para perros, instalaciones deportivas, jardines comunitarios y una variedad de pabellones interiores y exteriores de comida.

“Esta variedad permite a la gente diseñar una rutina que funcione de la mejor manera para ellos”, comentó Oren Yerushalmi Rosenbaum, gerente senior de cartera para instalaciones y edificios de Microsoft en Israel y Serbia. “De esto se trata todo: flexibilidad y elección. Y esto se extiende a la igualdad de oportunidades para cómo la gente accede y usa sus espacios de trabajo”.

La inclusión no es solo un concepto, se pone en práctica mediante la contratación. Numerosas personas que operan el campus tienen sordera, ceguera o tienen discapacidades de movilidad o mental. Al llegar al campus, los visitantes son recibidos en los mostradores de llegada en el vestíbulo, que ofrecen abundantes opciones para recibir el servicio.

Hay Braille por todo el campus, desde folletos de bienvenida a descripciones de todas las piezas de arte de artistas locales que adornan los espacios públicos, a un piso táctil que respalda a las personas con ceguera para que naveguen por los edificios. También hay una aplicación para ayudar a las personas con problemas de movilidad para que usen los elevadores.

De esto se trata todo: flexibilidad y elección. Y esto se extiende a la igualdad de oportunidades para cómo la gente accede y usa sus espacios de trabajo.

El campus cuenta con espacios accesibles de estacionamiento, puertas automáticas, sanitarios con inclusión de género, así como sistemas especiales de audio para quienes tienen discapacidad auditiva. Entre las características que se pueden ajustar en su altura para su acceso están las cocinetas, las pantallas táctiles para indicaciones sobre el campus, superficies de trabajo y áreas para sentarse.

“Aunque el campus eleva la barra para la accesibilidad en Israel”, comentó Rosenbaum, “la meta era pensar más allá de nuestras fronteras y elevar la barra de la diversidad y la inclusión a nivel mundial”.

“El campus ofrece una nueva experiencia para todos los empleados de Microsoft en Israel, y estoy contento por esta unión personal y profesional”, comentó Ronit Atad, gerente general de Microsoft Israel. “Nos impulsará y mejorará nuestro servicio a los clientes y los socios”.

Espacio abierto de trabajo con escritorios y sillas con ruedas
Lugar de trabajo del vecindario

La flexibilidad operativa es de suma importancia. Los empleados tienen autonomía sobre cómo trabajan. Los escritorios tienen ruedas giratorias y tienen más de 2 metros de cables, parar poder ser reubicados sin tener que llamar a los servicios del edificio. Rosenbaum mencionó, “En tus 100 metros cuadrados, puedes tener la flexibilidad de organizar y personalizar tu espacio: colocar tus escritorios cara a cara o espalda con espalda, separados o lo que sea adecuado para ti. Esto hace más sencillo el distanciamiento social”.

Los empleados siempre pueden encontrar un cambio de escenario sin tener que salir del edificio. Todas las áreas ofrecen vistas panorámicas. Se pueden agregar particiones acústicas, según sea necesario, y los sistemas de estanterías entre grupos se pueden remover para que dos equipos se puedan combinar en uno, o dividirse en dos sub equipos. A esto se le llama “cuadrícula flexible”.

Sala de reuniones con podio, pantalla de presentación y sillas móviles

No hay auditorios tradicionales. En su lugar, hay salas de usos múltiples que pueden albergar eventos o entrenamientos de diferentes tamaños. Muchas de esas salas también están dentro de la cuadrícula flexible y pueden ser reorganizadas, divididas y mezcladas para adaptarse a los deseos de los organizadores de reuniones.

“Queremos apoyar a todos para que tengan una vida laboral mejor, más eficiente y vibrante”, comentó Rosenbaum. “También tenemos salas de oración, salas de juego y espacio para lanzar al aro tanto dentro como fuera del edificio”.

Con todos estos enfoques, Microsoft tenía el objetivo de construir un campus que sea relevante tanto ahora cómo más adelante en el futuro. COVID-19 le da al campus una prueba de estrés antes de lo planeado, pero su diseño lo ha preparado no sólo para una pandemia, sino para una cambiante naturaleza del trabajo a largo plazo.

Vista aérea del área común de Microsoft Israel con vistas a las escaleras
Diseñado para el estilo de vida

Al salir del cierre nacional más reciente, el campus de Israel ha comenzado poco a poco a recibir de vuelta a los empleados. Hay señalización instructiva generalizada para protocolos de COVID-19, 2 metros de distanciamiento social, no compartir teclados o mouse en escritorios comunes y el equipo de limpieza desinfecta los espacios cada noche. “Pero, en realidad, se ve más o menos igual que sin COVID-19”, mencionó Rosenbaum. “Debido a la idea que surgió para este campus, ya habíamos casi recorrido el camino de lo que necesitábamos que fuera”.

Más allá de toda la flexibilidad y sustentabilidad, Microsoft insistió en que la gente no viera al campus como un edificio de oficinas en el extremo más alejado del viaje diario, sino como un lugar donde se conectan con otros de una manera significativa y positiva, mencionó Gindi. “Nuestra meta final era crear un lugar que la gente en verdad extrañara cuando no estuviera ahí”.

Fotos por Amit Geron Photography