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De Santiago a Redmond: El camino de la programación

“Mi primer computador fue un Atari, jugaba mucho Montezuma”. Ese fue el primer contacto que Bernardita Torres, del equipo de Azure Search en Microsoft, tuvo con la tecnología en su natal Santiago de Chile y de ahí ya no paró. Gracias a sus padres, ella desarrolló un gusto especial por la tecnología y por las computadoras. Y cuando platicas con ella se nota esa pasión en su voz.

Le gustaban los juegos y eso en cierto modo, fue lo que pavimentó su camino hasta llegar a Redmond, para trabajar en el equipo de Xbox One. Para poder jugar en su computadora con Windows 3.1 su papá le ayudaba a hacer comandos que lanzaran los juegos, en ese entonces no tenía idea que en unos años viviría y trabajaría en otro país, en otro hemisferio.

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Durante su etapa de estudiante le gustaban los proyectos en físico. En el onceavo año, fabricó una maqueta de un hígado con un laberinto dentro de él y cada vez que se tocaba una puerta se abría una pregunta referente al hígado en una computadora.

Utilizaba Logo para dibujar y también aprendió a utilizar Visual Basic, la computación era parte de su esencia y fue por eso que en la Universidad Católica de Chile decidió dedicarse en pleno a la computación, en una generación de 400 alumnos con menos de 50 mujeres.

Pero ser mujer en una carrera en su mayoría compuesta por hombres no la desanimó.

Después de salir de la universidad y de pasar un semestre en Holanda, y gracias a sus conocimientos en la plataforma Windows, fue contactada por una empresa chilena llamada Happy Shop, para que escribiera el código de una aplicación para Windows Phone. Esta aplicación permitía hacer check in en algún lugar y ofrecía promociones y descuentos al usuario, además, las empresas podían publicar contenido dentro de la aplicación. Y también ahí, ella era la única mujer en el equipo de desarrollo.

“Siempre quise trabajar en Microsoft, pero nunca hice nada al respecto.”

Fue entonces que la curiosidad le trajo una recompensa. “Siempre quise trabajar en Microsoft pero nunca hice nada al respecto”, nos comenta. Y un día que navegaba por Internet decidió entrar a la página de ofertas de empleo en Microsoft y decidió que era momento de aplicar para un puesto.

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Dentro de la sección de University Recruiting se dio cuenta que Chile no tenía reclutadores pero Argentina sí. Envío su curriculum y espero una respuesta. Pero aún no era el momento. Unas semanas después recibió un correo y le comentaron que la tomarían en cuenta para el siguiente proceso de reclutamiento.

Unos meses después, recibió un correo para una entrevista telefónica, después asistió a entrevistas técnicas en sitio en Sao Paulo y fue ahí que le hicieron la propuesta para que se uniera a Microsoft, en Redmond, con trabajo de tiempo completo.

Del hemisferio sur al hemisferio norte

El cambio fue notorio. “Al llegar a Microsoft lo que más le impresionó al principio fue trabajar con gente que tenía tanta experiencia, en Happy Shop eran recién egresados”, menciona al recordar su trabajo en Chile. Trabajar en una empresa chica, en donde todos aprendían en el camino es muy diferente a estar en una empresa grande, donde las oportunidades de aprendizaje son infinitas.

Su primer trabajo en Microsoft fue en Xbox, en el equipo de Xbox Shell antes del lanzamiento de la consola Xbox One. Después de que se presentó la consola cambió al equipo encargado de la aplicación Xbox Preview Dashboard, que permite a los usuarios de las ediciones tempranas dar sus comentarios sobre las mismas una vez que las prueban.

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Después de estar en Xbox decidió que era momento de cambiar, “Estaba aburrida de construir aplicaciones para Xbox, para Windows Phone. Quería algo distinto”, comenta. Fue entonces que entró al sitio interno de carreras y encontró el grupo de Azure Search, que era algo distinto a Xbox, para desarrollar un servicio de búsqueda en la nube.

“Regresé al ambiente de startup”, menciona respecto a su nuevo rol en la empresa. Y esto la tiene emocionada, motivada por un nuevo reto en su carrera dentro del mundo de la programación, que en la actualidad cuenta con muchas oportunidades laborales, en cualquier parte del mundo.

Y ser mujer no es ningún impedimento para sobresalir en el mundo de la programación. Como comentó durante su plática en Grace Hopper, la conferencia técnica para mujeres en cómputo más grande del mundo, “Traten de no sentirse vulnerables por ser la única mujer en su clase o en su equipo, deben ser ustedes mismas y no asustarse”.

“A nivel personal, me encanta poder sentarme, pensar en cómo decirle a la computadora que haga algo y que al final lo haga.»

La programación en la actualidad ha tomado más importancia, pues es poderosa herramienta que permite a niños, jóvenes y en especial a mujeres jóvenes a conseguir más. Bernardita es un claro ejemplo de cómo tener éxito al seguir su pasión por el código y Microsoft está comprometido con impulsar a los jóvenes con iniciativas como YoPuedoProgramar, para ayudarles en la construcción de sociedades inclusivas a nivel digital en Latinoamérica.

Aprender a programar es la manera en la que se puede cerrar la brecha de oportunidades en la región y es una carrera que ofrece muchas recompensas. Tal como menciona Bernardita, que es embajadora de YoPuedoProgramar, escribir código es una manera de resolver un rompecabezas diferente todos los días, “A nivel personal, me encanta poder sentarme, pensar en cómo decirle a la computadora que haga algo y que al final lo haga”.