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‘Él sólo arrancó y se fue’: Corredor de élite mira hacia las Olimpiadas Especiales y busca romper su registro personal en la maratón

La primera pista de que Andy Bryant se convertiría en un extraordinario corredor le llegó cuando tenía 12 años.

Su familia planeó caminar con él durante su primera carrera organizada de 5K porque Bryant, como mucha gente con autismo, podía verse desafiado por las distracciones. Pero cuando sonó la campana de salida, Bryant aceleró – y se perdió de vista. Su madre y su padrastro, un poco asustados, lo encontraron después en la meta.

“Le preguntamos a Andy si estaba asustado por no vernos y nos dijo que no, que estaba bien”, comenta su madre, Colleen Engle. “El solo arrancó y no pudimos alcanzarlo – y eso nos dio la idea de que tenía aptitudes para correr”.

A sus 37, Bryant se prepara para participar en las Olimpiadas Especiales de Estados Unidos 2018, que se realizarán por vez primera en la ciudad de Seattle. Es uno de los eventos deportivos más grandes que la región haya organizado. Los juegos, que se realizarán del 1 al 6 de julio, atraerán a más de 4 mil atletas y entrenadores y mostrarán el talento, fortaleza y determinación de gente con discapacidades intelectuales que competirán en eventos estilo olimpiada que van desde gimnasia a basquetbol a remo de pie y levantamiento de pesas.

Microsoft ha hecho equipo con las Olimpiadas Especiales desde 2014, cuando las dos organizaciones lanzaron una asociación multianual para impulsar a los atletas de todas las capacidades a través de la tecnología. Como el socio principal de los Juegos en Estados Unidos, Microsoft también ha comenzado a reclutar a empleados voluntarios y se prepara para recibir a miles de espectadores a la región para celebrar la inclusión y la aceptación a través del deporte.

Bryant (a la derecha) corrió este Maratón de Boston en 2:55:23 pero espera superar ese registro personal en abril de 2018. (Foto cortesía de Colleen Engle)

“Andy es un brillante ejemplo de por qué las Olimpiadas Especiales son mucho más que sólo deportes. Todo el equipo de Microsoft apoya a Andy y estamos ansiosos por alentarlo en julio”, comenta Brad Smith, Presidente de Microsoft y Presidente Honorífico de los juegos de este año. “Las Juegos de Estados Unidos para las Olimpiadas Especiales 2018 son un momento importante para Puget Sound pues nos asociamos con los negocios y empleadores líderes para crear una región de inclusión donde todos tienen un rol por llevar a cabo”.

Bryant, que vive en Woodinville, Washington, ha calificado y terminado ocho veces el Maratón de Boston, y es un corredor de élite patrocinado por Brooks Running. Él trabaja en el Café 83 en el campus de Microsoft en Redmond, un trabajo que encontró hace tres años a través del Programa Supported Employment de Microsoft que conecta a la gente con discapacidades intelectuales o de desarrollo con trabajos que coinciden con sus intereses y habilidades.

Con cerca de 100 días para que arranquen los Juegos de Estados Unidos, él está enfocado en una meta más inmediata: romper su propio registro de 2:55:23 en su noveno viaje al Maratón de Boston en abril. Ese tiempo, casi 90 minutos más rápido que el maratonista masculino promedio, es un logro que nadie que haya escuchado a los doctores que diagnosticaron a Bryant con trastorno del espectro autista hace más de tres décadas hubiera previsto. Ellos dijeron a sus padres que el no iba a tener la independencia suficiente para cruzar la calle por sí solo, y mucho menos memorizar las rutas de carreras de 20 millas que él ahora recorre por su cuenta.

Dijeron que tal vez nunca pudiera leer o siquiera operar por sí mismo un smartwatch que le permita rastrear sus millas y ritmo o un smartphone que le permita escribirse con su madre para que no esté preocupada cuando se entrena solo.

Una serie de apoyos en la vida de Bryant – programas de educación especial, padres que abogaron por su inclusión en deportes en la secundaria, compañeros de equipo que estuvieron ahí para él en momentos de exclusión, tecnologías que han habilitado su independencia – brindaron un andamio básico para el éxito. Sus habilidades innatas y su afinidad por correr lo catapultaron hacia el territorio de los atletas de élite.

“Me gusta tener algo en lo que soy bueno. Me hace sentir confiado y rápido”, comenta Bryant.

Pero su madre no está segura si algo de esto hubiera sucedido sin las Olimpiadas Especiales.

“Las Olimpiadas Especiales dan a los atletas como Andy la oportunidad – bajo una especie de sombrilla de seguridad – de sentirse realizados y reconocidos, participar en la integración de equipos, disfrutar de los deportes y aprender a manejar el riesgo”, comenta Engle. “Sin ellos, no creo que hubiéramos esperado que él hiciera lo que ha hecho o que tuviera el ambiente y las oportunidades de explorar su talento”.

“Las Olimpiadas Especiales le dijeron, ‘sí, tú puedes’. Y luego él se dio cuenta – y todos nosotros también – de lo que era capaz”.

Bryant toma un descanso después de una carrera cronometrada, en la que promedió 5:55 por milla, en la Escuela Preparatoria Kirkland. (Foto por Scott Eklund/Red Box Pictures)

Fue esta misión compartida de impulso e inclusión la que reunió a Microsoft y a las Olimpiadas Especiales en 2014, cuando Microsoft se embarcó en una asociación para apoyar la misión de los Juegos y mejorar los sistemas tecnológicos que se habían vuelto obsoletos. Mover el sistema de gestión de los Juegos a la nube permitió a la organización transformar cómo son llevados los eventos de las Olimpiadas Especiales y ofrecer una mejor experiencia para los atletas y los fanáticos.

“Andy es un brillante ejemplo de por qué las Olimpiadas Especiales son mucho más que sólo deportes”. – Brad Smith, Presidente de Microsoft y Presidente Honorario de los Juegos de Estados Unidos de las Olimpiadas Especiales 2018.

Antes, los voluntarios en ocasiones tenían que escribir los tiempos o marcadores en tarjetas y realizar después el ingreso de los datos, lo que significaba que los atletas esperaban horas por los resultados oficiales y perdían la oportunidad de celebrar o ser reconocidos. Después de moverse al sistema basado en la nube de Azure de Microsoft, las Olimpiadas Especiales fueron capaces de entregar reportes de resultados en tiempo real, los atletas podían seguir sus mejores resultados y Microsoft Surface y otro hardware permitía a los voluntarios ingresar datos de manera instantánea durante los Juegos Olímpicos de 2015 y los Juegos Invernales de 2017.

Para los Juegos de estados Unidos, las Olimpiadas Especiales debutarán un nuevo y más robusto sistema de gestión de competencias, que Microsoft ha soportado y se hospeda en Azure.

Bryant, a los 5 años, después de su primera carrera en las Olimpiadas Especiales – una caminata asistida que él convirtió en una carrera asistida. (Foto cortesía de Colleen Engle)

Bryant tuvo su primera experiencia con los programas de las Olimpiadas Especiales cuando tenía cinco años – una caminata asistida en Okinawa, Japón, donde su padre se encontraba desplegado. Él caminó alrededor de una pista una vez con dos personas a cada lado que le sostenían la mano para evitar que se distrajera – y obtuvo una medalla por ello.

“Las Olimpiadas Especiales en verdad facilitaron la confianza que él ahora tiene como corredor”, comenta su madre. “Cuando comenzó, realizó una carrera y lo vitorearon y recibió una medalla por ello, incluso cuando apenas consiguió recorrer la pista sin distraerse con dos guías a su lado. Y eso fue reconocido”.

En la escuela primaria, comenzó con el esquí alpino a través de las Olimpiadas Especiales, lo que le enseñó bastante sobre manejar el miedo y el riesgo bajo sus propios términos. También le ayudó a Bryant a aprender a enfocarse, comentó su madre, porque tan pronto tu atención desaparece eres propenso a estrellarte.

Jerry Engle, padrastro de Bryant lo introdujo a las carreras, y al ver su talento natural, abogó por su hijo para que fuera incluido en los equipos de pista y campo de la secundaria. Bryant encontró aceptación e inclusión por parte de sus compañeros de equipo, que retaron a cualquiera que cuestionara su lugar o capacidades para ver si lo podían vencer. Resultó que ciertos aspectos de su autismo eran compatibles, incluso útiles, para el entrenamiento de distancias largas.

“La manera en la que mucha gente con autismo está conectada es que hay un real nivel de confort en la rutina”, comenta Engle. “Si el entrenador dijo que corra cinco millas, él lo hará cada vez. Tiene una fuerte ética de trabajo que también puedes ver en lo que hace en Microsoft – le gusta limpiar, entonces cada pata de las mesas va a brillar. Esa misma ética la lleva a su entrenamiento”.

Bryant ya ha corrido 29 maratones y entrena con tres diferentes clubes de atletismo para estar en forma para su siguiente carrera en Boston. Planea correr las carreras de 3 mil y 10 mil metros en los Juegos de Estados Unidos, y la media maratón si se la ofrecen. Ed Haywood, un entrenador local de distancia de las Olimpiadas Especiales para el equipo Edmonds Independent, conoce a Bryant de hace diez años y lo ha entrenado desde 2017.

“Tiene una cantidad de talento y empuje”, comenta Haywood. “Se va a exigir al máximo donde la mayoría de las personas tienden a intentar buscar una salida más fácil. A Andy no le gusta eso – uno de los retos con él es frenarlo un poco y no dejarlo que se exija en extremo”.

Bryant (a la izquierda) y Brian Houck (a la derecha) ingeniero de Microsoft, hacen pareja durante un entrenamiento semanal en pista. (Foto por Scott Eklund/Red Box Pictures)

Cuando se le pregunta qué le gusta más de correr, Bryant tiene algunas respuestas diferentes. Ver pasar el paisaje. Sentirse realizado. Ser parte de un grupo. Ir rápido.

Correr también le ofrece a Bryant la oportunidad de experimentar de manera regular dos cosas que en ocasiones son opuestas y que ayudan a definir la vida de un adulto feliz: independencia e inclusión.

Nuevas tecnologías como las aplicaciones para correr basadas en smartphones han incrementado de manera radical su autosuficiencia, le han permitido estar en comunicación y otras a dar seguimiento a su ruta cuando entrena por su cuenta. Ya no tiene que esperar a su madre para que lo acompañe en bicicleta a que un entrenador esté disponible para comenzar una carrera de 20 millas. Él toma el autobús desde su casa al gimnasio cada mañana, se dirige a trabajar el turno del almuerzo en Microsoft y después puede correr en el vecindario si así lo desea.

Pero correr también ofrece la oportunidad de ser parte de un clan – si eres lo suficientemente bueno para correr el Maratón de Boston nueve veces, otros corredores te respetarán. Bryant ha aprendido a hablar de tiempos y pasos por milla en los maratones con extraños en la línea de salida o con amigos del club de corredores mientras realizan juntos largas carreras en domingo.

Bryant (a la izquierda) termina un entrenamiento vespertino con el club Eastside Runners. (Foto por Scott Eklund/Red Box Pictures)

“Lo que es interesante sobre Andy es que tiene un pie en dos mundos. Las Olimpiadas Especiales le permiten en verdad brillar y conocer y competir contra gente con problemas similares de comunicación y atención. Así que siente que está con gente como él, y eso es en verdad importante”, menciona Engle.

“Pero entrenar y competir en maratones también le brinda la rara oportunidad de vivir en el mundo de los no discapacitados”, ella menciona. “Si tienes alguna discapacidad y encuentras un lugar en un mundo donde no eres percibido como discapacitado, eso es algo grande. Creo que eso es lo que alimenta sus ganas de correr y lo mantiene motivado – ese sentido de pertenencia”.

Visiten esta liga de las Olimpiadas Especiales sobre las diferentes maneras en las que pueden involucrarse, entre las que se encuentran la compra de boletos y oportunidades de voluntariado: https://www.specialolympicsusagames.org/get-involved/