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Ganadores de las subvenciones de AI for Accessibility de Microsoft: ‘Quieres ser visto como la persona que eres’

John Robinson nació sin las extensiones de sus brazos o piernas. De niño, y de adulto, se negó a utilizar prótesis. Funcionaban, pero eran incómodas, y nunca se sintió como él mismo cuando las tenía puestas. Y eso era lo que Robinson en verdad quería ser, tan solo él mismo.

Es por esta razón que entiende las frustraciones que muchas otras personas con discapacidades enfrentan en tratar que la gente los vea como en realidad son – en especial cuando se trata de buscar empleo. Y es por eso por lo que su organización, Our Ability, está entre los seis nuevos beneficiarios de las subvenciones de AI for Accessibility de Microsoft, para la gente que utiliza tecnología impulsada por AI para hacer del mundo un lugar más inclusivo.

En 2018, cuando se anunció el programa de 25 millones de dólares, nueve organizaciones recibieron subvenciones para trabajar en una variedad de proyectos, algunos desde cero, otros ya en marcha.

Los nuevos beneficiarios, anunciados en conjunto con el Día Mundial para la Concienciación sobre la Accesibilidad, el 16 de mayo, son: Universidad de California, Berkeley; Instituto Schepens de Investigación Ocular de Massachusetts Eye and Ear, un hospital universitario de la Escuela de Medicina de Harvard; Voiceitt en Israel; la Universidad de Sídney en Australia; Pison Technology de Boston; y Our Ability, de Glenmont, Nueva York.

Sus proyectos podrán ser diferentes, pero la gente detrás de ellos comparte una pasión por cómo la tecnología puede mejorar las vidas de sus semejantes.

“Lo que más destaca en esta ronda de beneficiarios es cuántos de ellos han tomado capacidades estándar de IA, como un chatbot o recolección de datos, y en verdad revolucionan el valor de la tecnología en escenarios típicos para una persona con discapacidad como encontrar un trabajo, sea capaz de utilizar el mouse de una computadora o anticipar un ataque”, comentó Mary Bellard, arquitecta senior de accesibilidad en Microsoft.

Microsoft profile of John Robinson of Albany, NY on May 1, 2019. (Photography by Scott Eklund/Red Box Pictures)

Las subvenciones de un año brindan el uso de la plataforma Azure AI a través de créditos de cómputo en Azure y también pueden incluir créditos de cómputo de Azure además de costos relacionados con ingeniería. AI for Accessibility tiene tres áreas de enfoque: empleo; vida diaria; comunicación y conexión.

Robinson de Our Ability conoce todas esas áreas. Pero esa su turno de trabajo después de la universidad lo que siempre se lo recordaba. Pasó por una descorazonadora búsqueda del trabajo adecuado que duró 4 años y medio. Durante esos años, envió cientos de currículos, y tuvo 20 o 25 entrevistas para trabajar en ventas de publicidad en estaciones de TV. También en ese tiempo, se casó y comenzó una familia.

“Si hubiera decidido rendirme, lo habría hecho después de las primeras 10 o 20 entrevistas”, comentó. “Pero yo no soy así”.

Juró que, algún día, encontraría una manera de mejorar el proceso para otras personas con discapacidades. “Quieres ser visto como la persona que eres, en su totalidad, no sólo la cubierta que está afuera”, mencionó.

Después de trabajar en estaciones de TV por muchos años, Robinson fundó Our Ability en 2011 para reunir a negocios con oportunidades de empleo con personas con discapacidades que buscan un empleo. 

Ahora, con la subvención de AI for Accessibility, y al trabajar con estudiantes de la Universidad de Syracuse, Our Ability quiere crear un chatbot accesible e intuitivo, impulsado por IA, para ayudar a los negocios a encontrar trabajadores, y para ayudar a las personas con discapacidad a encontrar un empleo que sea significativo para ellos.

“Muchos de ellos toman capacidades estándares de IA, como un chatbot o recolección de datos, y en verdad revolucionan el valor de la tecnología en escenarios típicos para una persona con una discapacidad”.

Y con una buena razón: La tasa de desempleo entre las personas con discapacidad es casi el doble de alta (7.9 por ciento) como para aquellos sin alguna discapacidad, de acuerdo con la Oficina de Empleo para Personas con Discapacidades (ODEP, por sus siglas en inglés) del Departamento de Empleo de Estados Unidos. Robinson comenta que la tasa es ahora cercana al 65 por ciento cuando se factoriza en otra cifra significativa: Sólo una de cada cinco personas con discapacidad se encuentra en la fuerza laboral, de acuerdo con la ODEP.

Claro que los coaches de empleos para personas son de utilidad, comenta Robinson, pero incluso algunos de ellos todavía tienden a ver primero la discapacidad, y no a la persona.

“Internet es un campo de juego más nivelado” en ese sentido, comentó. “El individuo con una discapacidad conversará con el chatbot sobre quiénes son en realidad, y tal vez lo más importante, quién quieren ser”.

Our Ability cuenta con 20 mil usuarios únicos que visitan cada año el sitio web, pero no todos pasan por el proceso manual de llenar las formas en el sitio; el chatbot ayudará con esa labor, mencionó Robinson. También ayudará a los individuos “a encontrar las habilidades que necesitan para los trabajos que quieren”.

El sitio web de Our Ability ahora incluye un área donde los individuos pueden construir su perfil, las compañías pueden buscar en la base de datos, y los individuos pueden buscar vacantes abiertas, y “así pueden encontrarse entre ellos de manera orgánica, o nos pueden contactar y podemos hacer una presentación por email de la mejor manera posible para oportunidades de las que nos enteramos”, mencionó. Aunque ese no es el ideal.

Él comenta que el chatbot, “brindará una manera mucho más rápida de conectar a la gente entre ellos. Al crear un lugar donde nosotros evaluamos las habilidades de la vida real, entrenamos habilidades de la vida real y las hacemos coincidir con el empleo – esa es la meta de cada coach de trabajos para la discapacidad en los últimos 50 años”, comentó.

“Vamos a ser capaces de hacerlo mucho más rápido y mejor a través de la tecnología”.

Dexter Ang comenta que fue su madre quien lo inspiró para ayudar a desarrollar un dispositivo wearable que fuera sensible a los nervios y que puede ser utilizado para controlar dispositivos digitales. (Foto Cortesía de Dexter Ang)

Cada día que pasaba, la frustración de Dexter Ang crecía mientras veía a su madre lidiar con las humillaciones de la esclerosis lateral amiotrófica, o ALS, por sus siglas en inglés, enfermedad con la cual fue diagnosticada en 2014.

Esta enfermedad progresiva ataca las células nerviosas que controlan los músculos de todo el cuerpo. Con el paso del tiempo – para muchos en cualquier momento entre un año y décadas – le roba a la gente su capacidad de caminar, utilizar sus brazos y manos, hablar y, por último, respirar de manera independiente.

Antes de que su madre fuera diagnosticada, Ang trabajaba en Chicago, en el mundo financiero de comercio de alta frecuencia. Decidió moverse a Boston para ayudar a cuidarla. En el curso de un año, había menos actividades que ella podía hacer con sus manos. De manera eventual, ya no pudo usar utensilios para comer. No podía vestirse por su cuenta. Y no podía maniobrar el mouse para utilizar su laptop, en la que se apoyaba para leer libros electrónicos de la biblioteca.

“Le pregunté cuándo había sido la última vez que había leído un libro, y dijo que hacía seis semanas – porque no pudo dar clic en el mouse”, comentó Ang. “Eso me puso muy triste, porque era una de las únicas cosas que aún podía disfrutar, y ahora se había ido”.

Ang, graduado del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) graduado en ingeniería mecánica, pasó meses en reunirse con expertos y en recopilar información sobre tecnologías existentes para ver si había alguna que pudiera ayudar a su madre.

“Al final, mucha de esa tecnología no era útil – era complicada y no tenía un buen diseño”, mencionó. Él le da crédito a su madre por inspirarlo con una pregunta que ella hizo: ¿Qué pasaría si una persona pudiera utilizar sus señales nerviosas para que le ayudaran a controlar el mouse?”.

Ang quería aprender más, regresó al MIT como alumno ya graduado y se convirtió en cofundador de Pison Technology. La compañía, una de las beneficiarias de AI for Accessibility, desarrolla un dispositivo wearable sensible a los nervios, similar en apariencia a un reloj, para controlar dispositivos digitales a través de pequeños micro movimientos de las manos y los brazos.

“Nuestra tecnología propietaria pueden sentir las señales nerviosas en la superficie de la piel”, mencionó Ang. “Nuestros algoritmos de aprendizaje automático pueden clasificar esas señales de voltaje en acciones discernibles”, como estimular a un clic del mouse para ayudar a interactuar con una computadora.

En 2016, la Asociación ALS otorgó el premio ALS Assistive Technology a Ang y a David Cipoletta, cofundador de Pison.

“La gente busca productos o servicios para hacer las cosas más fáciles, y la IA podría ayudar con esto”

“Sorprendieron a los jueces con su sistema de comunicación autónomo y fácil de utilizar”, comentó en su blog la Asociación ALS. “La gente que vive con ALS es capaz de aprender y utilizar el sistema para comunicarse en minutos. Observamos de primera mano cómo se emocionaban los participantes con su comodidad y usabilidad mientras probaban su tecnología”.

El dispositivo, que en la actualidad se encuentra en fase de pruebas, puede ayudar a mejorar la comunicación para la gente con discapacidades neuromusculares, incluida la esclerosis múltiple, menciona Ang. Él quiere que esté disponible alrededor del mundo, a un precio bajo, y que sea fácil de adquirir en línea. Cree que su madre, quien murió en 2015, estaría orgullosa de la labor que él y su equipo han llevado a cabo.

Cuando el “mundo físico de una persona se encoge” debido a una enfermedad como ALS, para muchos “el mundo digital es el único mundo que aún está ahí para que la gente se pueda expresar y conectarse con otras personas”, comentó Ang. “Ser capaz de mantener e incrementar el acceso a ese mundo digital es muy importante para las personas con discapacidades”.

Omid Kavehei y sus colegas en la Universidad de Sídney han trabajado para desarrollar un dispositivo no quirúrgico que podría brindar una advertencia temprana de un ataque para la gente que vive con epilepsia. (Foto cortesía de la Universidad de Sídney)

Para las personas con epilepsia, uno de los más grandes peligros es tener un ataque mientras conducen. En algunos lugares, los pacientes necesitan probar que no han tenido un ataque en un año para poder estrás detrás del volante, lo que puede crear, por sí mismo, estrés psicológico y económico.

Este es un problema que puso a pensar a Omid Kavehei: ¿Qué pasaría si hubiera una manera de advertir a los conductores con epilepsia de que se aproxima un ataque, para que tengan tiempo de salirse del camino de manera segura?

Kavehei, profesor titular en la Facultad de Ingeniería y Tecnologías de la Información, y sus colegas en la Universidad de Sídney, también un nuevo beneficiario de AI for Accessibility, trabajan en una manera potencial de ayudar. Han utilizado el aprendizaje profundo para desarrollar una herramienta analítica que pueda leer los datos del electroencefalograma (EEG, por sus siglas en inglés) de una persona a través de una gorra wearable, para luego comunicar esos datos de ida y vuelta a la nube para brindar monitoreo y alertas de ataques.

Es un enfoque muy nuevo para un desorden muy viejo. El conocimiento y documentación sobre la epilepsia datan de tiempos antiguos, pero igual los mitos y el estigma social persisten todavía.

“Algunas personas piensan que la epilepsia es contagiosa, no lo es, y escuchamos historias falsas y desorientación en redes sociales casi a diario”, comenta Kavehei. “He leído en Twitter – ‘No puedo inscribir en tal escuela primaria a mi hijo porque ahí hay un estudiante con epilepsia’. Vivimos en 2019, y, aun así, no puedes creer algunas de las historias que escuchas”.

Más de 50 millones de personas a nivel mundial viven con epilepsia, lo que la hace uno de los desórdenes neurológicos más comunes a nivel mundial, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

“Algunas personas piensan que la epilepsia es contagiosa, no lo es, y escuchamos historias falsas y desorientación en redes sociales”

“Tener a disposición un dispositivo no quirúrgico para aquellos que viven con epilepsia hará una diferencia significativa para muchos, incluidos los miembros de la familia, y por supuesto, a aquellos impactados por la epilepsia”, comentó Carol Ireland, CEO de Epilepsy Action Australia, que se encuentra entre los grupos que trabajan en este proyecto con la universidad.

“Un dispositivo como este podría eliminar el elemento de miedo de cuándo y si pudiera ocurrir un ataque, para asegurar que la persona que vive con epilepsia pueda llegar a un lugar seguro de manera rápida”.

Kavehei y sus colegas quieren probar primero una gorra wearable en pacientes con epilepsia mientras se utilizan simulaciones de manejo. Aprovecharán Azure Machine Learning para intentar predecir ataques a partir de señales humanas.

La investigación realizada por los beneficiarios de AI for Accessibility “es un paso importante para escalar la tecnología de accesibilidad alrededor del mundo”, comentó Bellard de Microsoft. “La gente busca productos o servicios para hacer las cosas más fáciles y la IA podría ayudar en esto”.

Imagen principal: Leanne Strong platica con John Robinson en una feria de empleos organizada por CDPHP y Living Resources en Albany, Nueva York. (Foto por Scott Eklund/Red Box Pictures)