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Los creadores de ADLaM

IBRAHIMA & ABDOULAYE BARRY

Cómo un nuevo alfabeto ayuda a un pueblo antiguo a escribir su propio futuro

Cuando tenían 10 y 14, los hermanos Abdoulaye e Ibrahima Barry se propusieron inventar un alfabeto para su idioma nativo, Fulfulde, que había sido hablado por millones de personas durante siglos pero nunca tuvo sus propio sistema escrito. Mientras sus amigos jugaban fuera en su vecindario, Ibrahima, el hermano mayor, y Abdoulaye se encerraban en su habitación en el hogar familiar en Nzérékoré, Guinea, cerraban los ojos y dibujaban figuras en un papel.

Cuando uno de ellos decía “alto”, abrían los ojos, elegían las formas que les gustaban y decidían qué sonido del idioma combinaba mejor. En poco tiempo, habían creado un sistema escrito que de manera eventual se conoció como ADLaM.

Los hermanos no tenían idea de los retos que se avecinaban. No podían imaginar la jornada de décadas que significaría llevar su sistema de escritura a un uso generalizado, uno que, de manera eventual, los llevaría a Microsoft. Jamás hubieran soñado que el alfabeto que inventaron cambiaría vidas y abriría la puerta a la alfabetización para millones de personas alrededor del mundo.

No sabían nada de eso en 1989. Eran solo dos niños con un ingenuo sentido de propósito.

“Sólo queríamos que la gente pudiera escribir de manera correcta en su propio idioma, pero no sabíamos qué significaba eso. No sabíamos cuánto trabajo sería”, comentó Abdoulaye Barry, ahora con 39 años, quien vive en Portland, Oregon.

“Si hubiéramos sabido todo por lo que íbamos a pasar, no creo que lo hubiéramos hecho”.

ADLaM es un acrónimo que se traduce como ‘el alfabeto que va a prevenir que un pueblo se pierda’

Un nuevo sistema de escritura toma forma

Los Fulbhe, o Fulani, en un principio eran pastores nómadas que se dispersaron a través de la parte occidental de África, y se establecieron en países que van desde Sudán a Senegal y a través de la costa del Mar Rojo. Más de 40 millones de personas hablan Fulfulde – estimaciones ponen el número entre 50 y 60 millones – en alrededor de 20 países africanos. Pero los Fulbhe nunca desarrollaron un alfabeto para su idioma, en su lugar utilizaban caracteres árabes y en ocasiones del Latín para escribir en su lengua nativa, también conocida como Fulani, Pular y Fula. Muchos sonidos en Fulfulde no pueden ser representados por ninguno de esos alfabetos, por lo que los hablantes de Fulfulde improvisaban mientras escribían, con resultados variables, lo que por lo general resultaba en comunicaciones confusas.

Isshaga Barry, padre de los hermanos Barry, que sabía árabe, descifraba las cartas de amigos y familiares que se les llevaban a la casa. Cuando estaba ocupado o cansado, los jóvenes Abdoulaye e Ibrahima le ayudaban.

“Esas cartas eran muy difíciles de leer”, recuerda Abdoulaye. “La gente utilizaba el sonido árabe más aproximado para representar un sonido que no existía en el árabe. Debías ser alguien que supiera cómo leer bien letras en árabe y que también supiera el idioma Fulfulde para poder descifrar esas cartas”.

Abdoulaye le preguntó a su padre por qué su gente no tenía su propio sistema de escritura. Isshaga contestó que el único alfabeto que tenían era el árabe, y Abdoulaye prometió crear uno para el Fulfulde.

“A un nivel básico, así es como inició toda la idea de ADLaM”, comentó Abdoulaye. “Vimos que había una necesidad de algo y pensamos que tal vez podíamos solucionarla”.

Los hermanos desarrollaron un alfabeto con 28 letras y 10 números escritos de derecha a izquierda, para después agregar seis letras más para otros idiomas africanos y palabras prestadas. Primero se lo enseñaron a su hermana más pequeña, luego comenzaron a enseñar a gente en mercados locales, y pidieron a cada estudiante que se lo enseñaran a por lo menos tres personas más. Transcribieron libros y produjeron sus propios libros y folletos escritos a mano en ADLaM, centrándose en temas prácticos como cuidado infantil y filtración de agua.

Mientras asistían a la universidad en Conakry, la capital de Guinea, los hermanos iniciaron un grupo llamado Winden Jangen – que en Fulfulde significa “escritura y lectura” – y continuaron con el desarrollo de ADLaM. Abdoulaye dejó Guinea en 2003, se mudó a Portland con su esposa y estudió finanzas. Ibrahima se quedó, para completar una carrera en ingeniería civil, y continuó su trabajo con ADLaM. Escribió más libros y fundó un periódico, tradujo historias noticiosas del radio y televisión del francés al Fulfulde. Isshaga, un tendero, fotocopiaba los periódicos e Ibrahima se los daba a los Fulbhe, que en ocasiones lloraban de agradecimiento.

Pero no todos se sentían complacidos por el trabajo de los hermanos. Algunos se opusieron a sus esfuerzos de difundir ADLaM, y decían que los Fulbhe debían aprender francés, inglés o árabe en su lugar. En 2002, oficiales militares irrumpieron en una reunión Winden Jangen, arrestaron a Ibrahima y lo encarcelaron por tres meses. Abdoulaye comentó que no lo habían acusado de nada ni le habían dicho por qué lo arrestaban. Sin inmutarse, Ibrahima se mudó a Portland en 2007 y continuó con la escritura de libros mientras estudiaba ingeniería civil y matemáticas.

Mientras tanto, ADLaM se esparcía más allá de Guinea. Una comerciante de aceite de palma que conocía la mamá de los hermanos, enseñaba ADLaM a gente en Senegal, Gambia y Sierra Leona. Un hombre de Senegal le dijo a Ibrahima que después de aprender ADLaM, sintió con tanta fuerza la necesidad de compartir lo que había aprendido que dejó su negocio de reparación de automóviles y fue a Nigeria y Gana a enseñar a otros.

“Él dijo, ‘Esto cambia la vida de las personas’”, comentó Ibrahima, ahora de 43. “Nos dimos cuenta que esto era algo que la gente quería”.

ADLaM en línea

Los hermanos también se dieron cuenta que para aprovechar en su totalidad el potencial de ADLaM, necesitaban llevarlo a las computadoras. Investigaron sobre cómo codificar ADLaM en Unicode, el estándar global de la industria del cómputo para texto, pero no recibieron respuesta. Después de trabajar y ahorrar por casi un año, los hermanos tuvieron el suficiente dinero para contratar a una compañía de Seattle para crear un teclado y una fuente para ADLaM. Dado que su alfabeto no estaba respaldado por Unicode, lo colocaron sobre el alfabeto árabe. Pero sin la codificación, cualquier texto que tecleaban aparecía como grupos aleatorios de letras árabes a menos que los destinatarios tuvieran instalada la fuente en sus computadoras.

Después de ese revés, Ibrahima tomó una decisión crucial. Con la intención de refinar las letras que desarrolló el diseñador de fuentes de Seattle, y que no lo habían dejado satisfecho, se inscribió a una clase de caligrafía en el Colegio Comunitario de Seattle. La instructora, Rebecca Wild, preguntaba a los estudiantes al inicio de cada curso por qué querían tomar su clase. Alguno necesitaban un crédito de arte; otros querían decorar pasteles y otros querían convertirse en artistas tatuadores. La explicación del callado hombre africano con acento francés sorprendió a Wild.

“Me quedé pasmada cuando escuché la historia de por qué hacía esto”, comentó Wild, que vive en Port Townsend, Washington. “Es tan notable. Creo que merecen el Premio Nobel de la Paz por lo que hacen. La gran diferencia que han hecho en este planeta, y son estos dos humildes hermanos”.

Wild se sorprendió por el foco y la asiduidad de Ibrahima en clase. “Siempre fue un estudiante sobresaliente”, recuerda. “Tenía este conjunto de habilidades y paciencia interminable. Trabajó y trabajó y trabajó en clase en las tareas, pero al mismo tiempo, llevaba todo lo que aprendía en clase a ADLaM”.

Wild ayudó a Ibrahima a conseguir una beca para una conferencia de caligrafía en el Colegio Reed en Portland, donde conoció a Randall Hasson, un artista y pintor de caligrafía. Una tarde, Hasson estaba en un mesa mientras daba una demostración de letras con otro instructor e Ibrahima se acercó. Un libro sobre alfabetos africanos descansaba en la mesa. Ibrahima lo tomó, comentó que los guiones en el libro no eran los únicos alfabetos africanos y mencionó que él y su hermano habían inventado un alfabeto.

Hasson, que había investigado alfabetos antiguos de manera extensiva, asumió que Ibrahima quería decir que él y su hermano habían modificado un alfabeto de algún modo.

“Yo dije, ‘¿Quieres decir que adaptaron un alfabeto?’”, recordó Hasson. “Le tuve que preguntar tres veces para estar seguro que en verdad había inventado uno”.

Después de escuchar la historia de Ibrahima, Hasson sugirió que hicieran equipo para una charla sobre ADLaM en una conferencia de caligrafía en Colorado el año siguiente. El público se quedó absorto mientras Hasson contaba la historia de Ibrahima, y le brindó una ovación de pie mientras caminaba hacia el escenario. Durante un receso, Ibrahim le pidió a Hasson que se acercara para conocer a algunas personas. Eran cuatro hombres Fulbhe que habían conducido casi 1,800 millas desde Nueva York sólo para escuchar la charla de Ibrahima, con la esperanza de que por fin pudiera ayudar a ADLaM a recibir las conexiones buscaban.

Hasson se sintió tan conmovido después de hablar con ellos que se alejó, se sentó en una escalera vacía y comenzó a llorar.

“En ese momento”, comentó, “Empecé a entender qué tan importante era esta charla para esas personas”.

Ibrahima hizo conexiones en la conferencia que lo llevaron a ser presentado con Michael Everson, uno de los editores de Unicode Standard. Era la oportunidad que los hermanos necesitaban. Con la ayuda de Everson, Ibrahima y Abdoulaye reunieron una propuesta para que ADLaM fuera agregado a Unicode.

Andrew Glass es un gerente de programa en Microsoft que trabaja en tecnología de fuentes y teclados y brinda su experiencia al Comité Técnico de Unicode. La propuesta de ADLaM y la visita pendiente de los hermanos Barry al Unicode Consortium generó mucho interés y emoción entre Glass y otros miembros del comité, la mayoría de los cuales tienen antecedentes en lingüística. Los estudios universitarios de Glass, se enfocaron en sistemas de escritura que tienen alrededor de 2 mil años, y como otros lingüistas, utiliza un enfoque técnico y metodológico para analizar y entender los sistemas escritos.

Pero había dos hermanos sin entrenamiento en lingüística, que desarrollaron un alfabeto a través de un enfoque natural y orgánico – y cuando eran niños, nada menos. Los nuevos sistemas de escritura no son creados muy seguido, y a oportunidad de hablar con los inventores de uno era muy rara.

“Te cruzas con cosas en estos viejos sistemas de escritura y te preguntas por qué algo es así, y no hay nadie a quien le puedas preguntar”, comentó Glass. “Esta era una oportunidad única para decir, ‘¿Por qué esto es así? ¿Pensaron en hacer las cosas de manera diferente? ¿Por qué las letras están ordenadas de esta manera?’ y cosas como esas”.

Microsoft trabajó con diseñadores para desarrollar una fuente para Windows y Office llamada Ebrima que soporta ADLaM y otros varios sistemas africanos de escritura.

Fue durante el proceso de Unicode que ADLaM recibió su nuevo nombre. En un principio, los hermanos llamaron a su alfabeto Bindi Pular, que significa “Alfabeto Pular”, pero siempre habían querido un nombre más significativo. Algunas personas en Guinea que habían enseñado el alfabeto sugirieron ADLaM, un acrónimo que utiliza las primeras cuatro letras del alfabeto para una frase que se traduce como “el alfabeto que evitará que un pueblo se pierda”. El Comité Técnico Unicode aprobó ADLaM en 2014 y el alfabeto fue incluido en Unicode 9.0, lanzado en junio de 2016. Los hermanos estaban eufóricos.

“Fue muy emocionante para nosotros”, comentó Abdoulaye. “Una vez que fuimos codificados, pensamos, ‘Lo hemos logrado’”.

Pero pronto se dieron cuenta que habría otros, e incluso más desafiantes obstáculos por delante. Para que ADLaM fuera utilizable en computadoras, debía ser soportado en sistemas operativos móviles y de escritorio, y con fuentes y teclados. Para que fuera accesible de manera general, también necesitaba ser integrado en sitios de redes sociales.

El alfabeto de los hermanos encontró a un defensor en Glass, que había desarrollado teclados Windows para diferentes lenguajes y trabajó en apoyar a varios sistemas escritos en tecnología Microsoft. Glass contó a otras personas en Microsoft sobre ADLaM y ayudó a conectar a los hermanos Barry con la gente correcta en la compañía. Desarrolló diseños de teclados para ADLaM, en un principio como un proyecto durante el hackathon anual de empleados de toda la compañía en Microsoft.

Judy Safran-Aasen, gerente de programa para el grupo de diseño de Windows en Microsoft, también vio la importancia de incorporar ADLaM en los productos Microsoft. Safran-Aasen escribió un plan de negocios para agregar ADLaM a Windows e impulsó el trabajo hacia varios equipos en Microsoft.

“Fue una colaboración pequeña, entre algunas personas que en verdad estaban interesadas en ver que esto sucediera”, comentó. “Es una poderosa historia de interés humano, y si cuentas la historia puedes hacer que otras personas se suban abordo”.

“Esto va a tener un impacto en la alfabetización en toda la comunidad y va a permitir a la gente ser parte del ecosistema Windows, que antes no estaba disponible para ellos”, comentó Safran-Aasen. “Estoy en verdad emocionada de que podemos hacer que esto suceda”.

Ibrahima y Abdoulaye Barry, creadores de ADLaM, en Portland, Oregon.

Microsoft trabajó con dos diseñadores de fuentes en Maine, Mark Jamra y Neil Patel, para desarrollar un componente de ADLaM para Windows y Office dentro de la fuente existente Ebrima de Microsoft, que también soporta otros sistemas africanos de escritura. El soporte para ADLaM está incluido en la actualización Windows 10 May 2019, lo que permite a los usuarios teclear y ver ADLaM en Windows, incluido en Word y otras aplicaciones de Office.

Abdoulaye comentó que el soporte de Microsoft para ADLaM, “será un salto enorme para nosotros”.

ADLaM también tiene soporte para el sistema de tipografía Kigelia desarrollado por Jamra y Patel, que incluye ocho alfabetos africanos y será añadido a Office más adelante en el año. Los diseñadores querían crear un sistema de tipografía para una región del mundo que carece de desarrollo de tipografías, donde dicen que las fuentes existentes tienden a ser demasiado simplificadas y que se investigan de manera deficiente. Ellos consultaron esto de manera extensive con Ibrahima y Abdoulaye para refinar las formas de ADLaM, y trabajaron de manera ardua para ejecutar la visión de los hermanos dentro de los límites de la tecnología de fuentes.

“Este era el trabajo de sus vidas, que comenzaron cuando eran niños”, comentó Patel. “Hacerlo bien es un asunto importante”.

Y para muchos africanos, comenta Jamra, es más que solo un alfabeto. “Estos sistemas de escritura son íconos culturas”, mencionó. “No es como el alfabeto del latín. En verdad son símbolos de identidad étnica para muchas de estas comunidades”.

También son un medio para preservar y hacer progresar una cultura. Sin un sistema de escritura es difícil para la gente registrar su historia, compartir perspectivas y conocimiento a través de las generaciones, e incluso involucrarse en comunicaciones básicas que faciliten el comercio y las actividades diarias. Hay un mayor interés en los años recientes para establecer sistemas de escrituras para idiomas que no los tenían, comentó Glass, para ayudar a garantizar que esos idiomas se mantienen relevantes y no desaparecerán. Él apuntó al alfabeto Osage, creado por una persona mayor en 2006 para preservar y revitalizar al idioma, como un ejemplo de esto.

“Hay un gran empuje entre las comunidades de idiomas por desarrollar sistemas de escritura”, comentó Glass. “Y cuando los tenemos, son una poderosa herramienta para poner identidad en una comunidad, y también para impulsar a esa comunidad para aprender y alfabetizarse”.

“Creo que ADLaM tiene un tremendo potencial de cambiar las circunstancias y mejorar la vida de las personas. Esa es una de las cosas que son tan emocionantes de esto”.

Mantener viva una cultura

Ibrahima y Abdoulaye no saben cuánta gente en el mundo ha aprendido ADLaM. Podrían ser cientos de miles, tal vez más. Hasta 24 países han estado representado en la conferencia anual de ADLaM en Guinea, y hay centros de aprendizaje para ADLaM en África, Europa y Estados Unidos. En un viaje reciente a Bruselas, Ibrahima descubrió que se habían abierto cuatro centros de aprendizaje ahí y otros habían iniciado en Holanda.

“En verdad estaba sorprendido. No podía imaginar que ADLaM hubiera alcanzado a tanta gente fuera de África”, comentó.

Abdoulaye “Bobody” Barry (sin relación alguna con el creador de ADLaM) vive en Harlem, Nueva York, y es parte de Winden Jangen, ahora una organización no lucrativa ubicada en la ciudad de Nueva York. Él aprendió ADLaM hace una década y lo ha enseñado a cientos de personas, primero en mezquitas y luego a través de aplicaciones de mensajería en una aplicación para Android. El alfabeto ha permitido a los Fulbhe, muchos de los cuales nunca aprendieron a leer y escribir en inglés o francés, a conectarse con el mundo y ha fomentado una sensación de orgullo cultural, comentó Barry.

“Esto es parte de nuestra sangre. Viene de nuestra cultura”, mencionó. “Esto no viene de la gente francesa o de la gente árabe. Esto es nuestro. Esta es nuestra cultura. Es por eso que la gente se emociona tanto”.

Suwadu Jallow emigró a los Estados Unidos desde Gambia en 2012 y tomó la clase de ADLaM que los hermanos Barry dieron en el Colegio Comunitario de Portland. ADLaM es fácil de aprender para los hablantes de Fulfulde, mencionó, y ayudará a sostener al idioma, en particular entre la diáspora africana.

“Ahora puedo enseñar este idioma a alguien y tener la sensación de que mi tribu ha estado aquí por muchos años sin que el idioma se extinga”, comentó Jallow, que vive en Seattle. “Al tener este sistema de escritura, puedes enseñar a los niños cómo hablar (Fulfulde) tal como les enseñas a hablar inglés. Ayudará a preservar el idioma y permitirá a la gente ser creativa e innovadora”.

Jallow cursa una maestría en contabilidad en la Universidad de Washington y espera desarrollar un sistema de rastreo de inventario en ADLaM después de que se gradúe. Se le ocurrió la idea después de ayudar en la tienda de ropa para bebés de su madre en Gambia cuando era niña y ver que su madre, que entendía poco inglés y árabe, no podía registrar y dar seguimiento a los gastos de manera apropiada. Ella comenta que ADLaM puede impulsar a personas como su madre, que dominan Fulfulde, y sólo necesitan una manera de escribirlo.

“Va a incrementar la alfabetización”, comentó. “Creo que el conocimiento es poder, y si eres capaz de leer y escribir, es una herramienta muy poderosa. Puedes hacer muchas cosas que antes no podías hacer”.

De manera histórica, los Fulbhe en Guinea produjeron un considerable volumen de libros y manuscritos, comentó Abdoulaye Barry, y usaron árabe para escribir en su idioma. La mayoría de los hogares, por tradición, tenían un libro personal escrito a mano que detallaba la ascendencia de la familia y la historia de los Fulbhe. Pero los libros no eran compartidos fuera del hogar, y los Fulbhe dejaron de escribir durante la colonización francesa, cuando el gobierno ordenó enseñar en francés y el uso del árabe se limitó de manera primaria a aprender el Corán.

“Todo lo demás era descontado y ya no tenía el valor que tenía antes de que llegaran los franceses”, mencionó Abdoulaye.

Tener ADLaM en teléfonos y computadoras crea posibilidades infinitas – los Fulbhe alrededor del mundo podrán escribirse mensajes de texto entre ellos, navegar por internet, producir materiales escritos en su propio idioma. Pero antes de la entrada de ADLaM al mundo digital, los conferencistas Fulfulde en numerosos países han utilizado el alfabeto para escribir libros. Ibrahima menciona a un hombre en Guinea que nunca fue a la escuela y ha escrito más de 30 libros en ADLaM, y una niña de secundaria, también de Guinea, que escribió un libro sobre geografía y otro sobre cómo tener éxito en los exámenes. El presidente de Winden Jangen, Abdoulaye Barry (que tampoco tiene relación con el hermano de Ibrahima), comentó que muchas personas Fulbhe mayores que no tuvieron una educación formal ahora escriben sobre la historia y tradiciones Fulbhe.

“Ahora, todos pueden leer eso y entender la cultura”, mencionó. “La única manera de mantener viva a una cultura es si lees y escribes en tu propio idioma”.

‘Los niños son el futuro’

Aunque ADLaM se ha esparcido por varios continentes, Ibrahima y Abdoulaye no bajan el ritmo de su trabajo. Ambos pasan mucho de su tiempo libre en la promoción del alfabeto, viajan a conferencias y continúan con la escritura. Ibrahima, que duerme un máximo de cuatro horas por noche, terminó de manera reciente el primer libro de gramática de ADLaM y espera construir una academia de aprendizaje en Guinea.

En un frío día en el hogar de Abdoulaye en Portland, hace poco, los hermanos ofrecieron té y respondieron preguntas sobre ADLaM de manera paciente. Son muy amables, y no tienen problema en conducir hasta un lugar pintoresco en el río Willamette para tomar fotos después de un largo día de conversaciones. También se apresuran en desviar los elogios por lo que han logrado. Ibrahima, quien en ocasiones se despierta con cientos de emails y mensajes de texto de agradecidos aprendices de ADLaM, sólo dijo que “está muy feliz” por la manera en la que ha progresado el alfabeto. Para su hermano, la respuesta a ADLaM puede ser abrumadora.

Al tener este sistema de escritura, puedes enseñar a los niños cómo hablar Fulani tal como les enseñas a hablar inglés. Va a preservar el idioma y permitirá a la gente ser creativa e innovadora.

“En ocasiones es algo muy emocional”, comentó Abdoulaye. “Siento que la gente está agradecida más allá de lo que merecemos”.

Los hermanos quieren que ADLaM sea una herramienta para combatir el analfabetismo, tan duradera e importante para su gente como los alfabetos más conocidos en el mundo lo son para las culturas que los utilizan. Tienen una meta particular de que ADLaM sea utilizado para educar a las mujeres africanas, quienes dicen, son más impactadas por la analfabetización que los hombres y que son, de manera típica, quienes enseñan a los niños a leer.

“Si educamos a las mujeres podemos ayudar a muchas personas en la comunidad, porque son la base de nuestra comunidad”, comentó Abdoulaye. “Creo que ADLaM es la mejor manera de educar a la gente porque no necesitan aprender todo un nuevo idioma que sólo es utilizado en la escuela. Si cambiamos esto, podría hacer mucho más sencilla la educación”.

Esto aún no ha sucedido, pero ADLaM ha fomentado un movimiento de aprendizaje de las bases impulsado en su mayor parte a través de redes sociales. Hay varias páginas de ADLaM en Facebook, y grupos con cientos de miembros que aprenden en conjunto a través de aplicaciones de mensajería. Abdoulaye dijo que él e Ibrahima escuchaban que en su mayoría los adultos aprendían ADLaM, pero ahora, son cada vez más niños. Esos niños van a crecer con ADLaM, y utilizarán el alfabeto de Abdoulaye e Ibrahima inventaron hace tantos años en su dormitorio.

“Eso nos hace creer que ADLaM va a vivir”, comentó Abdoulaye. “Ahora está establecido en la comunidad porque está en los niños, y los niños son el futuro”.

Fotos por Brian Smale / © Microsoft . Escrito por Deborah Bach. Audio por Sara Lerner