Directora de Accesibilidad
JENNY LAY-FLURRIE
Historias dentro de la jornada de Microsoft hacia el diseño de un mundo más accesible
Ella no quería detenerse en el hospital. Tenía un vuelo por tomar, una conferencia sobre accesibilidad a la cual asistir en California, y más personas para enlistar en su jornada para construir un mundo más inclusivo.
Tenía que llegar a ese evento.
Pero la pierna izquierda de Jenny Lay-Flurrie sin duda palpitaba. El misterioso dolor, que había estallado 24 horas antes, no dejaba de crecer. Así que, a pesar de la maleta lista en su auto y la apremiante misión en su mente, accedió a regañadientes cuando su esposo, Tom, le sugirió que hicieran una pausa en su camino al aeropuerto de Seattle y en su lugar, visitaran una sala de emergencias cercana.
Ella diría después que la insistencia de Tom le salvó la vida.
En una hora, los doctores tenían su diagnóstico: Un coágulo de sangre de 2 pies de largo serpenteó desde su pie a su estómago, para llegar de manera peligrosa muy cerca de sus pulmones. Un defecto anatómico que no había sido detectado era la causa. Este día en marzo de 2019, Lay-Flurrie fue ingresada a la unidad de cuidados intensivos. Su vuelo se canceló. Se agendó una cirugía de emergencia. Más vendría a continuación.
“Nunca esperé que, a mi edad, escuchara un mensaje de los doctores que dijera: ‘Tal vez no sobrevivas esto’”, recuerda.
Con éxito, los cirujanos redujeron el tamaño del coágulo. Pero la embolia causó daños a largo plazo en la pierna. Después de dejar el hospital, ella se ayudaba de dos bastones para caminar. La pierna comenzó a sanar. Más de un año después, algunos días, ella todavía necesitaba utilizar los dos bastones.
Para sorpresa de nadie que la conozca, Lay-Flurrie encontró encanto y sabiduría en el doloroso episodio.
Primero el humor. Ella decidió darle un nombre a su coágulo, lo llamó “Gerry”. Luego nombró a sus bastones, conocidos como sus “confiables corceles”, para darles los nombres de “Michael” y “Rosie”. Se burlaba de Gerry, al que describía como “obstinado, furtivo y necesitado de atención”, pero pronto reportó que “Gerry y yo hemos encontrado la manera de cohabitar”.
Luego vino la reflexión. La directora de accesibilidad de Microsoft – una ejecutiva en tecnología que tiene una sordera profunda – ahora tenía una discapacidad visible. Más de mil millones de personas viven con discapacidades y alrededor del 70% de esas, no son aparentes de inmediato, como la sordera. En ese nivel, el coágulo había lanzado a Lay-Flurrie hacia una realidad algo diferente.
En los inicios de su carrera, hasta alrededor de los 30 años, ella escondía a propósito su grave y cada vez mayor pérdida auditiva, causada en un principio por el sarampión infantil y por múltiples infecciones en el oído. En ese entonces, ella temía que esto la definiera. Así que, sin aparatos auditivos, sin intérpretes de lenguaje de señas. El subtitulado de video en el trabajo todavía no existía.
Pero su perfecta dicción y excepcionales habilidades para leer los labios – mejoradas por practicar frente al espejo desde niña – le permitieron ocultar la sordera. Por supuesto que eso hacia agotadoras las jornadas de trabajo. Con el tiempo, Lay-Flurrie aceptó y celebró su discapacidad, aunque algunos colegas todavía no sabían que tenía una.
Cuando Gerry llegó, todos vieron los bastones.
Personas ajenas a ella le preguntaban cómo se había lastimado. Otras ofrecían consejos, algunos de ellos útiles. Algunas personas bien intencionadas la veían recorrer los pasillos y se escabullían para abrirle las puertas, lo que una vez causó que Lay-Flurrie perdiera el equilibrio y cayera al piso.
Sin embargo, todo esto le dio una nueva visión de cómo millones de personas – personas por las que ella aboga – dependen de su equipo de movilidad, puertas de entrada automatizadas y lugares de estacionamiento para discapacitados – y como a menudo navegan sus días frente a unos ojos bien abiertos, llenos de fascinación, lástima o ambas.
“Tuve 30 o 40 años para acostumbrarme a esto de la sordera”, comenta Lay-Flurrie. “Esto sucedió, literal, en 90 minutos. El aprendizaje fue inmenso, y todavía lo es. Cada vez que salen los bastones, las preguntas salen con ellos”.
“De ninguna manera es representativo de lo que otras personas viven de manera permanente”, agrega. “Pero vaya, hay cosas que necesitamos hacer mejor. Esta experiencia ha sido un buen recordatorio de por qué necesitamos que las personas con discapacidades sean parte del proceso del diseño de productos”.
El episodio puso al descubierto muchos de los rasgos personales que han ayudado a Lay-Flurrie desde que se convirtió en directora de accesibilidad de Microsoft en 2016 – características que le han permitido traer grandes cambios a una gran compañía.
Los colegas de Lay-Flurrie comentan que su estilo de liderazgo es una combinación de honestidad implacable, energía contagiosa y magistral comunicación. La describen como alguien sin remordimientos por ser quien es – o por lo que se debe arreglar – carismática, convincente y empática. Dicen que tiene los pies bien puestos en la tierra pero que también es adepta a desafiar a los colegas a estar a la altura de las circunstancias.
La experiencia de Gerry sólo profundizó el impulso de Lay-Flurrie de elevar la accesibilidad de la reflexión posterior a la previsión, de ser una novedad corporativa que una vez fue aquejada por preguntas sobre ROI, a tan solo un negocio inteligente.
Ese llamado fue escuchado por muchos en la empresa, lo que impulsó un espíritu compartido de cambiar la forma de Microsoft y de sus productos, y a la vez influenciar el cambio dentro de las industrias cercanas y en el exterior.
También se combinó con una nueva cultura de negocio, fomentada por Satya Nadella, CEO de Microsoft – una cultura que “necesitaba tratarse de la realización de nuestras pasiones personales y de utilizar a Microsoft como una plataforma para perseguir nuestra pasión”, escribió Nadella en su libro “Hit Refresh” de 2017.
“La mayor satisfacción para mí ha venido de mi pasión de ver a la tecnología convertirse en algo más accesible para las personas con discapacidades”, escribió Nadella, “y en ayudar a mejorar sus vidas en diferentes maneras”.
Capturar la imagen completa del progreso de la accesibilidad de Microsoft podría requerir más que un texto extenso. Esa historia podría llenar un libro de gran tamaño.
Es una historia en expansión, alimentada por la retroalimentación de miles de clientes y por los esfuerzos colectivos de miles de empleados de Microsoft que construyeron productos y servicios dignos de media década, para enriquecer las vidas de las personas con discapacidades.
Las ganancias que consiguió la discapacidad nunca hubieran podido conseguirse sin esos miles de colaboradores dentro o fuera de la compañía. Lo que sigue es una caminata a través de piezas seleccionadas y de personas que encarnan ese vasto y continuo peregrinaje.
Para ver el nacimiento del Inclusive Tech Lab, necesitarían regresar al año 2016, ubicar a Bryce Johnson en el campus de Microsoft y dar un vistazo rápido bajo su escritorio.
Ahí, apilados en varias cajas de herramientas de metal, Johnson mantenía una colección de controles alternativos para videojuegos, todos fabricados por diferentes compañías. A menudo los sacaba de sus cajas, los colocaba en las salas de reuniones o en otros puntos de reunión del campus, e invitaba a sus colegas a probarlos.
“Necesitábamos mostrar a la gente que no todos pueden utilizar un control tradicional”, comentó Johnson, el líder de inclusión para dispositivos Microsoft.
En otras palabras, Johnson ayudó a demostrar cómo algunos consumidores no utilizaban Xbox, porque eran incapaces a nivel físico de manipular los controles. Mientras tanto, otros usuarios de Xbox eran forzados a adaptar sus controles para que emparejaran sus discapacidades.
En el equipo de Xbox, y a través de la comunidad de videojugadores con discapacidades, se sembraron las semillas para una revolución que, en 2018, culminó con el lanzamiento de Xbox Adaptive Controller, diseñado para gamers con movilidad limitada.
El Xbox Adaptive Controller se volvió parte de una creciente lista de productos accesibles Microsoft, soñados y desarrollados desde 2014, muchos de ellos “hackeados” al momento por los empleados de la compañía para impulsar la productividad en el trabajo y la diversión en casa.
“Xbox tenía un claro problema de movilidad”, añade Johnson. “Teníamos que deshacernos de esa barrera”.
De hecho, la visión para un control de Xbox que muchas personas pudieran adaptar y utilizar, surgió de un equipo de empleados de Xbox, comentó Chris Capossela, director de mercadotecnia de Microsoft.
“Es tan solo otro ejemplo de equipos que son innovadores en sus propios espacios, independientes por completo de la gerencia superior”, menciona Capossela. “La gente siente que puede tomar riesgos como este, hacer cosas inusuales. Hemos liberado esta maquinaria”.
Esa maquinaria se equipó cuando Brad Smith, presidente de Microsoft, dio prioridad a la accesibilidad a través de todos los productos y publicó esa búsqueda en sus conversaciones con otros líderes de la compañía y, en 2018, invirtió millones de dólares para esa misión.
Smith financió el programa AI for Accessibility como parte de la iniciativa AI for Good de Microsoft, para invertir por lo menos $25 millones de dólares en un periodo de cinco años, incluidas subvenciones a organizaciones y emprendedores que construyen herramientas de inteligencia artificial para las personas con discapacidades.
“En el 2016, duplicamos la accesibilidad y nuestra visión de impulsar a más de mil millones de personas alrededor del mundo con discapacidades, al brindarles tecnología”, comenta Smith.
“Lo que hemos aprendido desde entonces es que para impulsar el cambio se necesita a un pueblo, a un ejército de personas apasionadas y con un increíble talento”, añade Smith. “Pero cuando activas a una compañía como Microsoft, cosas increíbles pueden suceder”.
Ahora, regresamos a esas cajas de herramientas que alguna vez estuvieron bajo su escritorio. Johnson y su equipo se dieron cuenta que necesitaban un lugar dedicado donde la gente pudiera acercarse, interactuar con controles alternativos para videojuegos y encontrar la empatía para desarrollar algo fresco, algo más inclusivo.
Necesitaban un lugar donde la gente pudiera sentir lo que es ser un gamer con una discapacidad, una embajada para mostrar a otros empleados de Xbox “que esto era un problema para un cierto segmento de la población”, comenta Johnson.
Con un presupuesto mínimo y actitudes juguetonas, tomaron una sala en Microsoft, pintaron las paredes de verde y gris, instalaron escritorios, sillas de oficina, mesas y sofás adquiridos en Ikea, hicieron todo lo más accesible posible y, en 207, lanzaron el Inclusive Tech Lab.
Se trata de un ventilado espacio lleno de rincones individuales amueblados con pantallas planas y consolas de juego donde más de 7 mil visitantes han probado un mosaico de demos de juegos que obligan a los usuarios a competir mientras utilizan partes de sus cuerpos – una rodilla, un pie o la boca. Pueden controlar un juego con su voz o soplar en una palanca tipo “sorber y resoplar”, utilizada por los jugadores con cuadriplejia.
En ese laboratorio, diseñado “para personas con discapacidades, no sobre las personas con discapacidades”, el Xbox Adaptive Controller cobró vida, menciona Johnson. Tiene grandes botones programables y conexiones a interruptores, botones, monturas y palancas externas, lo que permite a los usuarios crear una experiencia personalizada de control.
“Fue lo primero que iniciamos pero lo último que lanzamos”, comenta Johnson.
A principios de 2019, el Xbox Adaptive Controller fue presentado en su propio anuncio durante el super Bowl, donde jóvenes gamers con discapacidades se concentraban, jugaban, reían, gritaban y probaban la victoria. El anuncio mencionaba: “Cuando todos juegan, todos ganamos”.
“Este es el asunto”, menciona Johnson. “Nosotros, como empleados de Microsoft, vivimos bajo esta idea de impulsar. Todos queremos hacer una diferencia.”
“Antes de 2015, la accesibilidad no se sentía como algo en lo que pudiéramos hacer una diferencia”, agrega. “Se sentía como tirar cubos de agua en un bote con una fuga de agua. El nuevo foco en accesibilidad trajo… la diversión y la pasión. Y para ser honesto, trajo a la comunidad”.
Un conjunto de otras invenciones e inventores accesibles de Microsoft ha ampliado tanto el catálogo de productos como la comunidad.
En su hogar en la parte noreste de Virginia, Eric Bridges descubrió algunos usos creativos para una aplicación de Microsoft llamada Seeing AI.
Bridges, que es ciego y trabaja como director ejecutivo para el Concejo Americano de la Ceguera, activó Seeing AI en su smartphone para escanear las tareas escolares de su hijo Tyler, de 5. La aplicación, que describe el mundo que te rodea, leía las respuestas a mano de Tyler, lo que permitía a Bridges revisar las tareas y guiar a su hijo.
Había más.
“También la uso para el vino. Estamos en un club de vino y recién recibimos nuestro envío. Así que tomé Seeing AI para leer las etiquetas de los vinos”, comenta.
“Lo increíble es que, hay una suite de aplicaciones de Microsoft que la gente ciega puede usar, incluidas Seeing AI y Microsoft Soundscape – que te da información sobre dónde estás y qué está a tu alrededor. Microsoft desarrolló esas aplicaciones y las hace de uso gratuito”, añade Bridges.
Seeing AI, que utiliza visión de cómputo, lee texto en voz alta tan pronto como este aparece frente a la cámara. También escanea códigos de barras para identificar productos, describe colores percibidos, identifica billetes, y reconoce a amigos y personas cercanas, incluidas sus emociones.
Bridges trabajó con los creadores de Seeing AI en las pruebas beta iniciales. El motor detrás de la aplicación, el gerente de ingeniería de software en Microsoft, Saqib Shaikh, tiene algo más en común con Bridges. Shaikh es ciego, perdió su vista a los 7 años. Durante sus días de escuela en Reino Unido, Shaikh comenzó a improvisar con el concepto de tecnología que pudiera ver.
“Hacíamos sesiones de ideación en el dormitorio”, mencionó Shaikh. “Decíamos cosas como, ‘Ok, deberíamos hacer un par de anteojos con una cámara en ellos que pueda ver todo alrededor y describirlo en voz alta’”.
Como ingeniero, Shaikh colaboró con científicos en Microsoft Research, el brazo de investigación y desarrollo de la compañía. Ellos se apoyaron en el cómputo en la nube, que permite a una computadora describir la escena en una foto, un avance para el sueño de Shaikh. Su equipo lanzó Seeing AI en 2017.
“En parte, Seeing AI tuvo éxito porque muchos empleados en Microsoft que son ciegos o con visión baja fueron parte de ella”, comenta Mary Bellard, líder de arquitectura para la accesibilidad en Microsoft. En 2015, ella tuvo un papel temprano en ayudar a desarrollar la aplicación en el Global Hackathon anual de la compañía.
“Las personas con discapacidades necesitan estar más involucradas, más allá de la investigación de usuario. No es suficiente sólo decir, ‘Oye, hicimos un producto. ¿Es útil?’ Debe estar más arraigado que eso”, añade Bellard.
A nivel mundial, sólo una de cada 10 personas con discapacidades tiene acceso a tecnologías y productos de asistencia, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. Las soluciones de IA podrían ofrecer un camino para cerrar esa brecha.
Esto ayudó a llevar a Microsoft a lanzar su iniciativa AI for Accessibility, un programa que maneja Bellard.
Las subvenciones ya apoyan innovaciones como Braille AI Tutor, que ayuda a los estudiantes a practicar y mejorar sus habilidades de alfabetización en Braille a través de la gamificación.
Está construido bajo el mismo espíritu que impulsó a Seeing AI, comenta Bellard.
“Cuando se escriba la historia de la accesibilidad”, menciona Bellard “habrá un gran capítulo sobre el iPhone de Apple, y en un punto de ese libro, también habrá un capítulo sobre Seeing AI”.
Años después, Rico Malvar puede recordar la conversación, y las palabras todavía lo hacen sonreír.
Steve Gleason, un esquinero retirado de la NFL cuya patada de despeje bloqueada electrificó a la multitud en el Superdomo de Nueva Orleans en el primer juego después del Huracán Katrina, y un hombre cuyo cuerpo fue después paralizado por la esclerosis lateral amiotrófica (ALS, por sus siglas en inglés), reveló una vez una nueva esperanza para Lay-Flurrie.
“Mira”, dijo Gleason, con una voz disminuida pero aún audible en 2014, “Estoy en una silla de ruedas, no puedo mover nada. Sólo tengo mis ojos”.
“¿Me puedes dar algo de rastreo ocular”, preguntó, “para que pueda jugar con mi hijo y discutir con mi mujer?”
Esa conversación había comenzado con un email que Gleason envió a Microsoft después de que fuera presentado en el anuncio de la compañía para el Super Bowl 2014 sobre el poder de la tecnología para ayudar a la humanidad a alcanzar un bien mayor. Su email llegó a Nadella, CEO de Microsoft, que lo compartió con Lay-Flurrie.
El desafío movilizó a un grupo de ingenieros, gerentes de programa, vendedores y defensores en Microsoft, incluida Lay-Flurrie, para diseñar y construir una silla de ruedas que Gleason pudiera conducir con sus ojos.
Se llamaron el equipo Ability Eye Gaze y se reunieron para competir en el Global Hackathon de Microsoft en 2014. Este fue el primer Ability Hack de Lay-Flurrie – que luego se convirtió en una nueva categoría dentro del hackathon, para permitir a los empleados enfocarse en crear tecnologías para enriquecer las vidas de las personas con discapacidades.
Lay-Flurrie tuvo 10 proyectos de Ability Hack ese año. Ella arrancó Ability Eye Gaze después de hablar con Gleason, su suegro y uno de los líderes de Team Gleason, una fundación que Gleason, sus amigos y familia iniciaron en 2011. La organización ayuda a brindar tecnología, equipo y servicios a personas con enfermedades o lesiones neuromusculares. Tiempo después, Lay-Flurrie se convirtió en parte de la mesa directiva de la fundación.
El equipo Ability Eye Gaze, que abarcaba a más de 30 miembros, puso en acción la idea de Gleason. Revisaron una silla de ruedas, le añadieron artículos electrónicos así como rebanadas de Styrofoam y mucha cinta adhesiva. Gleason pudo operar la silla sólo con sus ojos.
Ese año, Eye Gaze Wheelchair ganó el primer lugar del Hackathon.
Desde la concepción del proyecto hasta su finalización, Gleason se mantuvo como la estrella guía y su honesto analista en jefe. Más adelante en el año, cuando Nadella conoció al equipo Ability Eye Gaze para celebrar el triunfo, Malvar fue presentado a Gleason y pronto comenzó a liderar un equipo para llevar al mercado a Eye Gaze.
“Steve es una de las personas más maravillosas que podrías conocer”, comenta Malvar, líder del grupo NExT Enable de Microsoft Research, que crea innovaciones tecnológicas que mejoran las vidas de las personas con discapacidades, incluidas Microsoft Soundscape y el Hands-Free Keyboard.
“Es muy crítico y pragmático. Si le llevamos prototipos, nos dice, ‘Mejórenlo de esta manera’ o ‘Hagámoslo’. Es maravilloso. Me apoyo mucho en él”.
Tiempo después, Gleason describió cómo la experiencia cambió su vida.
“Estuve en un punto del progreso de mi enfermedad donde ya no podía conducir por mi cuenta. Estaba varado”, comentó Gleason.
“Ya no estoy confinado a mi silla de ruedas; fui liberado por ella”.
De manera eventual, la invención del Hackathon resultó en una nueva función de accesibilidad llamada Eye Control para Windows 10, que permite a los usuarios operar un mouse, teclado y funciones de texto a habla en pantalla, a través de sus ojos.
No hace mucho, Lay-Flurrie abrió la puerta principal de su hogar y vio que su esposo y su hija esperaban su llegada. Ambos la miraban, ambos sonreían.
Su teléfono activó un altavoz inteligente en la casa para que reprodujera una canción: “God Save the Queen” (Dios salve a la reina).
A medida que sonaba el himno real del país nativo de Lay-Flurrie, su esposo, Tom McCleery, y Fira, su hija de 12 años, estallaron en carcajadas. Su broma estaba llena de la amada marca de humor negro de la familia: Lay-Flurrie no pudo escuchar nada de eso.
Bienvenidos al animado hogar de la familia en Mercer Island, Washington, una “vieja y tonta casa hippie”, comenta Lay-Flurrie, llena de música, alegría, bromas, películas de acción en la TV, un labrador llamado Jack, un gato llamado Bitesize y, “por ahí en algún lugar”, dos conejos.
“La llamamos ‘la McFlurries’. Es caos, eso es lo que es mi casa, caos”, comenta Lay-Flurrie.
No es de extrañar que a propósito eligiera un cobertizo de jardín a la sombra para instalar su oficina en casa. Es un espacio privado y pacífico donde a menudo trabaja en todas las cosas de accesibilidad en Microsoft, en ocasiones acompañada por un adormilado Jack, “que es bastante popular en Twitter”, comenta.
Pero en ocasiones, McCleery y su hija se escabullen al cobertizo sin anunciarse y aparecen de manera abrupta en cámara durante sus videoconferencia desde Microsoft Teams. Cuando esto sucede, Lay-Flurrie tiende a sonreír mientras los intrusos hacen sus bromas habituales, ahora para que sus colegas también disfruten.
“Todo es hermoso, y nada duele”, anunció McCleery (en una cita del autor Kurt Vonnegut) cuando él y Fira aparecieron de manera reciente en una videollamada.
“¿Qué hacen?”, respondió Lay-Flurrie con una sonrisa.
“Ella nos llama ‘Los Intrusos’”, dijo Fira a la cámara.
“Tú, dijo McCleery, “eres una boba”.
“Bueno, eso lo heredé de ustedes”.
Lay-Flurrie y McCleery se conocieron hace 10 años. Él tiene raíces en Texas y Oklahoma, ama arreglar su jardín y trabaja en Microsoft como gerente de ingeniería, enfocado en redes basadas en la nube.
Un empleado de recursos humanos en Microsoft los juntó para una cita a ciegas. Salieron a cenar y para la hora de cierre de lugar, todavía hablaban. El gerente del restaurante los invitó a salir de manera amable.
Juntos, tienen cuatro hijos, incluidos tres del matrimonio anterior de Tom, Aubrey de 27, Reilly de 23, y Aiden de 19.
“Él es mucho más inteligente que yo”, comenta Lay-Flurrie. “Tiene un título en inglés, yo me siento a jugar videojuegos y él se sienta a leer las memorias de Winston Churchill o de Napoleón”.
“Mi familia es todo para mí”, agrega. “Haría lo que fuera por ellos”.
Fira toca la flauta, pinta y tiene la personalidad de su madre – “un poco testaruda, un poco boba y muy inteligente”, comenta Lay-Flurrie. “Fira significa ‘fiero’, lo que era relevante para nosotros cuando nació pero, vaya, ¡No llames así a tu hijo!”.
De las pocas veces que Lay-Flurrie utiliza sus aparatos auditivos color púrpura es para escuchar a Fira. (“De otro modo, estoy muy feliz sin escuchar. Ustedes son muy ruidosos”, dijo hace poco a sus colegas.)
A pesar de su progresiva pérdida de audición, Lay-Flurrie adora la música, aprecia las distintas vibraciones que puede sentir cuando se reproduce a un volumen alto, siente el propósito de los pianistas mientras golpean las teclas, intercambia canciones con Fira, y colecciona un gabinete lleno de partituras de los años 20, 30 y 40.
Ella puede leer y tocar todas esas viejas partituras con los muchos instrumentos que tiene en casa, incluido un piano y un clarinete. (Una foto en la parte superior de su perfil de LinkedIn la muestra al piano).
En 1997, ella obtuvo una licenciatura en música de la Universidad de Sheffield, ubicada en la parte sur de Yorkshire. También obtuvo un MBA en gerencia de la Universidad de Bradford en Inglaterra, manejó el soporte europeo para T-Mobile, y, mientras estaba en Londres, lideró las operaciones de soporte al cliente en una gran escala para Microsoft.
Más de una década después de moverse a Estados Unidos, Lay-Flurrie mantiene su acento británico y llena su vida con piezas de Inglaterra – banderas británicas, una manta Union Jack para dormir para (por supuesto) Jack, y, en su oficina de Microsoft, una gran réplica de un autobús de dos pisos de Londres, construido con Legos. La imagen de portada en su perfil de Twitter, @jennylayfluffy, muestra tres jarros de Marmite, uno etiquetado con “Jenny”, otro “CAO Flurrie”, y el tercero con “Britabroad”.
Su gracia británica, su encanto y su humor tan simple la llenan, de acuerdo con sus colegas, de una indiferencia cautivadora, lo que le permite promover de manera agresiva la accesibilidad a través de una compañía global, abogar de manera feroz por contratar más personas con discapacidades y guiar el desarrollo de tecnologías inclusivas.
Ella usa algunas de esas mismas tecnologías en su trabajo, entre las que se encuentran los subtítulos para las reuniones en Teams y la función de Background Blur también en Teams, que le permite concentrarse sólo en las caras de los que hablan y reducir las distracciones visuales a medida que lee sus labios. Además, ella sigue conversaciones en vivo mientras ve las manos y rostros de su intérprete de Lenguaje Americano de Señas, cuya imagen está anclada a la video pared de Teams.
“Es una experiencia única vivir con alguien con un propósito tan alto”, comenta su esposo. “Ella salta de la cama en la mañana lista para ir a salvar al mundo. Eso es lo que ama”.
Por años, Swetha Machanavajhala ha realizado videollamadas casi diarias con sus padres en la India para compartir sus actualizaciones personales y estar al día de las historias de casa.
La conectividad es pobre donde viven sus padres, lo que a menudo hace que el video se congele en su pantalla. Esto ha disminuido la capacidad de Machanavajhala, sorda de nacimiento, de leer sus labios mientras hablan.
“Les decía, ‘Por favor apaguen las luces en el fondo para que pueda enfocarme de manera más clara en sus caras’. Repetía eso cada día”, comenta Machanavajhala, gerente de programa en Microsoft. Como estudiante universitaria en la India, ella desarrolló un sintetizado de texto a habla único en su tipo para el lenguaje tamil, que incorporaba las emociones de quien habla.
“Pensé, ¿Por qué no puedo hacer algo con una tecnología que pueda automatizar estas cosas?”, añade. “Ahí fue cuando se me ocurrió una idea”.
Con el tiempo, ella ayudó a influenciar el desarrollo de Background Blur en Teams y Skype, una de las herramientas de colaboración ofrecidas por Microsoft Office. Quienes hablan en Teams se mantienen claros mientras todos los detalles detrás de ellos se oscurecen.
“Si hay mucha luz que viene de una ventana detrás de quien habla durante una videollamada, o si hay personas detrás de ellos, es muy difícil seguir lo que dicen por medio de la lectura de labios”, comenta.
“Para mí, era extenuante”, añade Machanavajhala, que también fundó Hearing AI, una aplicación de Microsoft que alerta a los usuarios sobre cambios repentinos en sonidos vitales. Un momento en la vida también inspiró una aplicación: Su detector de monóxido de carbono sonó por días sin que ella lo notara, por fortuna el sonido era señal de batería baja, no por un gas letal.
Microsoft busca a personas con discapacidades para roles en la compañía, desde Azure hasta Windows y Office, para aprovechar sus experiencias y talentos para ayudar a integrar accesibilidad en sus productos y servicios, comenta Neil Barnett, director de contratación inclusiva y accesibilidad en Microsoft.
“¿Puedes imaginar cuando más compañías contraten a ingenieros de software con ceguera o baja visión?”, comenta Barnett. “El código que los desarrolladores ciegos producen es accesible, y sus colegas van a entender mucho más rápido cómo hacerlo”.
“Identificamos a las personas que pueden hacer a Windows más fácil de usar, los traemos al equipo, luego diseñamos experiencias con ellos y para ellos”, añade Jeff Pett, gerente de programa para accesibilidad en Windows.
Como un ejemplo: la Lupa, parte de Windows, que agranda la pantalla del usuario y brinda una “vista de lente” ajustable que simula el movimiento de una lupa alrededor de la pantalla. La gente con visión baja a menudo sufre de cansancio y fatiga ocular cuando leen la pantalla, lo que ocasiona dolores de cabeza y una reducción en la productividad.
“Recién construimos una nueva función en la Lupa, un lector simple”, comenta Petty. “Ahora, cualquiera puede acercarse a las palabras y que ese contenido sea leído en voz alta sin tener que ser expertos en tecnología, sólo reproducir y pausar”.
“Como parte de un estudio de usabilidad para la Lupa, una participante (con visión baja) detectó que habíamos actualizado la aplicación. Cuando ella oprimió el botón de reproducir y esta comenzó a leer el contenido en voz alta, ella estaba tan feliz que comenzó a llorar”, añade Petty. “Esas son las razones por las que hacemos esto”.
Luego está Narrador, una aplicación de lectura de pantalla en Windows, que soporta 27 idiomas. Esta aplicación permite a los usuarios interactuar con las aplicaciones Windows sin ver la pantalla y muestra Braille. Los Filtros de Color en Windows están hechos para la gente con daltonismo, que incluye a un 8% de los hombres. Cambia la paleta de color de la pantalla para ayudar a los usuarios a distinguir palabras e imágenes.
Dentro de Microsoft 365, Accessibility Checker alerta al instante a los usuarios cuando y si su contenido es difícil de acceder para personas con discapacidades, ya sea porque su texto tiene poco contraste para leer o porque el color de la fuente es similar al color de fondo.
Y Microsoft Learning Tools, disponible en Word, OneNote, Outlook Online y Microsoft Edge, son herramientas gratuitas que implementan técnicas probadas para reforzar la lectura y la escritura para los aprendices, sin importar su edad o capacidades.
Dentro de Learning Tools se encuentra Immersive Reader, que ayuda a los estudiantes y a otras personas con dislexia, ADHD o disgrafia, a decodificar el texto frente a ellos a través de funciones como Picture Dictionary, que muestra una fotografía relacionada cuando un usuario da clic en una palabra. Immersive Reader, una herramienta gratuita, también lee texto en voz alta, divide el texto en sílabas, permite a los usuarios cambiar el idioma del texto que leen e incrementa el espaciado entre líneas y letras, también ha comenzado a ganar seguidores más allá del aula.
Petty imaginó Learning Tools, incluido Immersive Reader, y tomó la inspiración de su padre. Paul Petty era un ingeniero de la época de la Guerra Fría que ayudó a desarrollar el programa de satélites espías de Estados Unidos, llamado Hexagon (conocido de manera popular como “Big Bird”). Algunos acreditan a Hexagon el haber prevenido la Tercera Guerra Mundial.
“Para él, siempre era un trabajo con una misión”, comenta Jeff Petty. “Siempre se trataba de hacer una diferencia en el mundo y eso me fu inculcado”.
Él se asoció con Mike Tholfsen, gerente de producto en Microsoft, en la creación de Learning Tools e Immersive Reader. (Cada mes, estas impulsan a más de 23 millones de personas con dislexia y discapacidades de aprendizaje). Tholfsen tuvo su propia inspiración familiar, él es hijo de un profesor y una bibliotecaria.
Juntos, trabajaron con colegas a través de Windows, Microsoft Research y Office para dar vida a su visión a través del Global Hackathon de Microsoft en 2015. Con el tiempo, Tholfsen llevó al mercado Learning Tools.
“Mike siempre ha sido un apasionado por esto y un líder en Microsoft Educación y escaló Learning Tools más allá de nuestras esperanzas originales”, comenta Petty.
En el Hackathon, mientras Learning Tools emergía en una forma rudimentaria y poco después de que ganara el primer lugar en el evento, Tholfsen se tomó un momento para descansar de la exhaustiva construcción para reunirse con Petty.
“Esto va a ser revolucionario”, le dijo Tholfsen de manera discreta a Petty.
“Luego, cuando recuerdo esa conversación, siento esta especie de cosquilleo”, recuerda Tholfsen. “No he tenido esa sensación muy seguido en mi carrera”.
De manera reciente, una profesora en Argentina le dio a Tholfsen algunos comentarios sobre Immersive Reader que venían directo de su aula.
“Sólo quería hacerle saber que hoy una madre habló conmigo y comenzó a llorar”, dijo la profesora, Jennifer Verschoor. “Su hijo por fin pudo leer por su cuenta gracias a Immersive Reader. He comenzado a cambiar la vida de tantos niños”.
Una mujer sonríe de pie fuera de la oficina de Jenny Lay-Flurrie en Microsoft con una capa.
Además de una camiseta azul y shorts blancos, la mujer estaba engalanada por una máscara negra y un par de guantes blanco y negro de los Avengers. La capa negra, que llegaba a sus pantorrillas, estaba adornada con las palabras: “ABILITY HACK”.
Frente a Lay-Flurrie, ella alzó su mano enguantada hacia su frente, realizó un alegre saludo con dos dedos y luego giró 180 grados para correr de manera silenciosa 50 pies por el alfombrado pasillo, mientras la capa revoloteaba y sus brazos se movían de manera rítmica y juguetona como pistones. Luego salió al calor de junio, para unirse a la masa de personas y carpas colocadas para el Global Hackathon de Microsoft en 2019.
Mientras la mujer corría en su traje de superhéroe, algo que es común ver durante el evento anual, Lay-Flurrie grabó el momento con la cámara de su teléfono mientras reía con la suficiente fuerza para ser escuchada en las oficinas ubicadas en la parte más alejada del corredor. Luego, ella subió el video a Twitter.
“Cada buen Hackathon necesita por lo menos a un intrépido cruzado con capa. ¡Les presento a Mary Bellard, líder de Ability Hack!”, tecleó Lay-Flurrie, para agregar después una breve descripción en texto de lo que mostraba el video.
Debajo de las más grandes carpas temporales en Norteamérica, miles de personas conversaban cerca de pizarras blancas y se sentaban en mesas de picnic, mientras tecleaban código en sus laptops.
Muchos arrastraron los monitores de su oficina hacia las mesas de las carpas, junto con bolígrafos, cables de energía y botellas de agua, preparándose para una semana fuera del trabajo en el campus de Microsoft en Redmond, Washington.
Ellos representaban cada rebanada del organigrama de la compañía. Pero ese día, compartían un título en común: Inventor.
Ruidosa, caliente y agitada, la escena marcó otro momento en el Hackathon 2019, parte de One Week, una celebración anual de las personas, productos e ideas de la compañía como una plataforma para la innovación.
Por sí solo, el Hackathon atrae alrededor de 18 mil empleados a través de 75 países. Los ejecutivos de Microsoft patrocinan sus propios “desafíos” para hackear nuevos productos. Cada año, Lay-Flurrie patrocina el “Ability Hack”, donde llegaron por primera vez Ability Eye Gaze, Learning Tools y Seeing AI.
Bellard maneja el Ability Hack. En 2014, en el primer Ability Hack, ella usó de manera juguetona una capa improvisada hecha con materiales del evento. Ese año, un puñado de empleados construyó alrededor de 10 proyectos dentro de una sala de conferencias en el campus porque las carpas ya no tenían cupo.
Para 2019, cuando una legión de equipos de Ability Hack fabricó casi 300 proyectos de accesibilidad bajo las gigantes carpas, la capa se ha vuelto parte de la marca de Ability Hack, y en una manera en que los participantes pueden identificar a Bellard entre las multitudes.
“Cuelga detrás de la puerta de mi oficina (durante el resto del año), en caso de que la necesite”, comenta Bellard. “¿Sabes? Tienes que vestirte para el éxito, y en ocasiones necesitas vestirte para ser un superhéroe.
Muchos Ability Hackers están ansiosos por inventar productos que lleguen a ser lanzados al mercado para llevar tecnología accesible a más personas.
“Pero hay más valor, creo, en sólo tener el espacio y el tiempo para iterar. Ese valor está en la cultura que fomenta”, comenta Bellard.
“Si los productos son lanzados al mercado, esa es la cereza en el pastel”, añade. “Es el espíritu de probar algo nuevo y pensar fuera de la caja lo que tiene un ROI mucho más grande”.
El evento fusiona la colaboración y la creatividad para dar a los usuarios herramientas más accesibles para la vida diaria, para trabajar y jugar, una oportunidad para soñar con nueva tecnología, tan solo a través del extenso lente de la discapacidad.
Pero también es parte de algo más grande en Microsoft, comenta Lay-Flurrie. Durante el año, los desarrolladores aprovechan la oportunidad de crear nuevos productos y aplicaciones que siguen las máximas del diseño inclusivo.
Esa metodología, el principio guía de diseño en Microsoft, se basa en todo el espectro de la diversidad humana para crear tecnología que sea accesible para una persona con necesidades muy singulares, un consumidor cuyas discapacidades fueron pasadas por alto de manera histórica por los arquitectos de productos tradicionales.
A través de ese proceso, los ingenieros pueden idear mejores productos que todos puedan usar, comentan los defensores.
“El diseño inclusivo no es un tamaño que se adapte a todos, es un tamaño que se adapta a uno”, comenta Johnson, diseñador en jefe de Xbox Adaptive Controller.
En 2013, Johnson trabajó de cerca con August de los Reyes, jefe de diseño en Xbox. Ese mismo año, de los Reyes se había fracturado la columna y dañado la espina dorsal en una caída, lo que lo dejó incapaz de caminar de manera permanente.
Pronto, de los Reyes y Kat Holmes ayudaron a ser pioneros en el enfoque de diseño inclusivo para Microsoft. (En la actualidad, de los reyes es director de diseño en Varo, una compañía de banca móvil que busca mejorar la salud financiera de los estadounidenses a través de un diseño centrado en lo móvil. Holmes es vicepresidente de diseño de producto y experiencia de usuario en Salesforce).
“August siempre describió la diferencia entre diseño inclusivo y accesibilidad. Todavía es la manera en que hoy lo pienso”, comenta Johnson. “Las prácticas de accesibilidad estaban basadas en ingeniería: Tienes una barrera, ¿Cuál es el facilitador que te llevará a superarla?”
“Mientras que el diseño inclusivo pregunta: ¿Qué pasa si de entrada no tuviéramos esa barrera?”
Esa máxima ayudó a informar al diseño de juegos a través de la compañía, comenta Dave McCarthy, vicepresidente corporativo de videojuegos y Xbox en Microsoft.
El apunta a Gears 5, un juego tipo shooter en tercera persona publicado en septiembre de 2019 por Xbox Studios para Microsoft Windows y Xbox One.
“La razón por la que amo Gears 5 como un ejemplo de diseño inclusivo es porque es un juego bastante rudo, sangre y sierras. Y ese juego ha ganado un número sin precedentes de premios de la industria por su conjunto de funciones de accesibilidad”, menciona McCarthy.
Es un excelente ejemplo de un área influenciada por Gaming for Everyone, una iniciativa de Microsoft Gaming para impulsar la inclusión dirigida por producto en el mundo de los videojuegos y para asegurar que Xbox se mantiene divertido para todos. McCarthy es el patrocinador ejecutivo fundador del programa.
“Para que los videojuegos notaran nuestras aspiraciones como un negocio global que no sólo atrae a decenas de millones de personas, sino a cientos de millones o miles de millones de personas, teníamos que adoptar la inclusión dirigida por producto”, comenta McCarthy. “Si vamos a atraer a 2 mil millones de gamers, nadie puede sentirse mal recibido”.
Esa adopción global es igual de crucial en momentos en que los sistemas o controles del juego no funcionan – o cuando las preguntas de accesibilidad evitan que los clientes jueguen.
Mientras tanto, el Microsoft Disability Answer Desk también está disponible 24×7 a través de chat en vivo para ayudar a las personas con discapacidades a que no dejen de jugar o trabajar en sus productos Microsoft. El equipo de expertos en discapacidad ofrece un rango completo de soporte al cliente, instalaciones guidas y comentarios sobre preguntas técnicas específicas.
Concebido por Lay-Flurrie, Disability Answer Desk brinda a los clientes con discapacidades soporte gratuito para sus productos Xbox, Windows y Office, así como en tecnologías de asistencia de terceros como lectores de pantalla y software de reconocimiento de habla. En promedio, el servicio de respuestas recibe 150 mil consultas anuales.
Está conformado por personas con discapacidades, algunos con sordera. Se comunican con los clientes en videoteléfono mientras usan el Lenguaje Americano de Señas. El servicio también se apoya en la aplicación Be My Eyes, que conecta a las personas con ceguera o visión baja con voluntarios para asistencia visual a través de videollamadas.
Esas conversaciones lleva a mejores productos. Los comentarios de los clientes son compartidos con ingenieros de Microsoft, que utilizan esa información para mejorar productos y servicios, como la función de narrador en la Lupa.
“Para mí, lo más importante… es que ellos (Microsoft) quieren nuestros comentarios”, comentó Bridges, director ejecutivo del Concejo Americano para la Ceguera. Además de Seeing AI, él utiliza una computadora Microsoft Surface Pro y Office 365.
“El aro de comentarios que ha creado es real y sincero”, comenta Bridges. “Tener a una persona con una discapacidad en ese rol les da empatía, les ayuda a entender las necesidades de la comunidad”.
Bridges ha sido durante mucho tiempo un honesto evaluador de los productos Microsoft.
“Todavía hay algunas brechas de accesibilidad dentro de algunos productos. Pero Microsoft ha recorrido un largo camino”, menciona Bridges. “Los colocaría en el escalón superior de empresas, en particular dentro de la industria de la tecnología. Todavía no creo que es donde deberían estar, pero nunca diría eso, incluso si así fuera”.
“Microsoft no sólo está en la jornada de la accesibilidad; ellos comparten esa jornada”, comenta Jill Houghton, presidenta y CEO de Disability:IN, un recurso sin fines de lucro para la inclusión de la discapacidad en los negocios, con una red global de más de 200 corporaciones. Houghton tiene una discapacidad de aprendizaje. Lay-Flurrie trabaja como parte de la mesa directiva de Disability:IN.
Las compañías deberían ver el cumplimiento de normas como el requerimiento mínimo, comenta Houghton. En contraste, compartir y pedir retroalimentación demuestra un verdadero compromiso por aprender.
“El miedo es que, al hablar de ello, las compañías podrían enfrentarse al escrutinio o peor, a una acción legal”, menciona Houghton. “Microsoft allana el camino, al declarar que no tienen todas las respuestas. Pero ellos ponen todo lo bueno que tienen ahí afuera, luego preguntan a la comunidad dónde necesitan hacerlo mejor. A medida que aprenden, otras compañías también son capaces de seguir ese camino”.
De hecho, se trata de hacerlo mejor juntos, comenta Lay-Flurrie.
Al asociarse con Disability:IN, el Concejo Americano para la Ceguera y otras organizaciones no lucrativas que trabajan para las personas con discapacidades, Microsoft ha incorporado esos comentarios de la comunidad para mejorar sus productos y experiencias, comentan los defensores.
Desde 2015, esas evaluaciones han ayudado a Microsoft a construir una cultura sustentable de accesibilidad que está diseñada para durar más allá del periodo de Lay-Flurrie en la compañía, comenta Clint Covington, gerente de programa en Microsoft que supervisa la accesibilidad en los productos Windows y Office.
Arraigado en un proceso de evaluación enriquecido por métricas, el sistema de ingeniería ahora incluye pruebas estandarizadas de accesibilidad para todos los productos Microsoft 365, comenta Covington. A la par de esto, Microsoft trabaja de cerca con personas con discapacidades para incorporar sus comentarios en iteraciones futuras.
Además, cada uno de los equipos de producto crea tarjetas de evaluación mensuales que dan seguimiento a (entre otras cosas) qué porcentaje de los equipos cumplen con los estándares de accesibilidad y qué equipos trabajan para solucionar problemas identificados en el proceso de rediseñar la experiencia de usuario o de mover una pila de tecnología nueva.
Cada trimestre, esas tarjetas de evaluación y las métricas son compartidas con Nadella y otros líderes senior en Microsoft para dar visibilidad desde arriba sobre la accesibilidad en toda la compañía.
“No queríamos tener experiencias en buen estado y que luego retrocedieran poco a poco”, comenta Covington. “Se requiere un esfuerzo constante para que evolucionen los productos y los estándares”.
A través de esa jornada, Microsoft ha construido, de manera gradual, una huella que permite a la compañía manejar la accesibilidad como un negocio.
Ahora, Microsoft comparte de manera pública esa estrategia, llamada Accessibility Evolution Model (Modelo de Evolución de la Accesibilidad), para ayudar a desarrollar culturas de accesibilidad en otros lugares.
El modelo ofrece ocho criterios generales que permiten a las organizaciones evaluar su nivel de inclusión, evaluar hitos alcanzados y detectar oportunidades para hacer la accesibilidad sustentable.
Jessica Rafuse dejó caer su laptop en el piso de su oficina. Esto fue un problema.
Rafuse, gerente de programa senior en el equipo de accesibilidad de Lay-Flurrie, abogada y antes juez administrativa, utiliza una silla de ruedas, tiene movilidad limitada y por su cuenta, no podía recoger la tableta que había tirado.
Ella le gritó a Crystal Jones, una ingeniera de escalamiento de accesibilidad que trabaja justo al final del pasillo. Antes de unirse a Microsoft, Jones trabajó en el Departamento de Educación de los Estados Unidos como analista de gestión y programas, donde lideraba esfuerzos de capacitación para garantizar que la agencia proporcionara documentos accesibles a los empleados, estudiantes y el público en general.
«¿Crystal? ¿Puedes por favor venir a recoger mi laptop?
Esto también fue un problema. Jones tiene discapacidad visual. La situación requeriría trabajo en equipo.
Jones caminó desde su oficina al espacio de trabajo de Rafuse. Con rapidez, idearon su propia versión de dos conocidos juegos para niños: Marco Polo y Frío & Caliente
«Está bien, un poco más cerca», indicó Rafuse. “Un poco a la izquierda. Un poco a la derecha. ¡Ya lo tienes! ¡Gracias!»
«Nuestro equipo tiene muchas discapacidades reunidas», dijo Rafuse más tarde. “Aceptamos las cosas en las que somos buenos. También nos reconocemos y apoyamos de manera mutua cuando tal vez necesitamos un poco de ayuda”.
«Siempre digo que seríamos un gran reality show», agrega. «Más del 90 por ciento de (nuestro equipo) son personas con capacidades diferentes, nuestras experiencias cotidianas son a veces divertidas, a veces estresantes, pero siempre demuestran que la discapacidad es una fortaleza».
El grupo abarca colegas que tienen discapacidades visuales, auditivas, y usan sillas de ruedas, personas con discapacidades cognitivas y de aprendizaje, así como personas con problemas de salud mental.
Los visitantes de las oficinas del equipo en Microsoft siguen un pasillo táctil desde el estacionamiento hasta la puerta principal. Este pasillo ayuda a las personas ciegas o con baja visión a transitar con un bastón o con los pies. En la entrada, un botón abre de manera automática la puerta. Rafuse utiliza ese botón.
Todos ellos ocupan oficinas separadas en el primer piso.
“Si vienes a nuestro pasillo, notarás que siempre es muy ruidoso», dice Rafuse. “Cuando Jenny está en la oficina, grita por los pasillos. Ella tiene una gran personalidad y hace notar su presencia. Pero también es alguien con discapacidad auditiva y reconoce que para comunicarse con otros miembros del equipo que tienen discapacidad visual, necesita hacer ruido”.
Los gabinetes y las paredes de la cocina están llenos de carteles que contienen letras grandes y en Braille. También es un lugar de capacitación: a los miembros del equipo se les enseña a colocar siempre los alimentos, las bebidas y el equipo donde los encontraron, para ayudar a los empleados con discapacidad visual a ubicarlos cuando sea necesario.
En todo el campus de Microsoft, las oficinas contienen señalización en Braille, iluminación regulable, entradas accesibles y escritorios que se pueden levantar para acomodar sillas de ruedas.
Algunos cafés ofrecen quioscos con pantalla táctil con barras de navegación de audio. Los empleados con discapacidad visual pueden conectar sus audífonos a dichas barras. Una pantalla les lee y hacen su selección a través de las teclas de la barra.
Los empleados también tienen acceso a intérpretes de lenguaje de señas como parte del personal de Microsoft y pueden usar tecnologías de asistencia, horarios de trabajo modificados y otras adaptaciones. Hay capacitaciones en toda la empresa sobre educación y etiqueta sobre discapacidad, parte de una cultura accesible que incluye un enfoque en la contratación de personas con capacidades diferentes.
El programa de contratación de autismo, por ejemplo, se basa en la idea de que el reclutamiento tradicional no permite que las personas con autismo demuestren sus fortalezas y competencias.
A través del programa, los postulantes con autismo participan en un proceso de entrevista extendido que se centra en la capacidad de trabajo, los proyectos de equipo y la evaluación de habilidades.
Mary Ellen Smith, vicepresidenta corporativa de operaciones mundiales de Microsoft, ayudó a lanzar el programa. Su experiencia mientras ensayaba técnicas de entrevista con su hijo la conmovió. Shawn tiene 24 años y está en el espectro del autismo. Mary Ellen se dio cuenta de que las técnicas típicas de entrevista de preguntas y respuestas pueden no ser la mejor manera de mostrar el talento de personas altamente capacitadas y capaces en el espectro.
“En muchos casos, las personas con autismo parecen haber sido definidas más por discapacidad que por capacidad», dice Smith. “Definidos por las percepciones de la sociedad, colocados en diferentes categorías con límites. Siempre supe que Shawn era capaz de hacer mucho más”.
“Cada persona con una discapacidad aporta algo único dentro de su capacidad de contribuir. Es un grupo de talento oculto y sin explotar que la sociedad necesita capitalizar «, agrega. (Su hijo se graduó de manera reciente de la Universidad de Washington con una licenciatura en ciencias ambientales).
A través del programa, Microsoft ha contratado a más de 100 empleados a tiempo completo para desarrollarse en Windows, Xbox, Azure y otras funciones de ingeniería y negocios.
Ese punto de referencia es también personal para Lay-Flurrie. Su hija, Fira, fue diagnosticada con autismo.
Sin embargo, el programa también alimenta algo más profundo: la definición de Lay-Flurrie de lo que hace un buen día.
«Si he podido lanzar una chispa que produzca algo que sé que tendrá un impacto material, ha sido un buen día», dice ella. “No todos los días son buenos. A veces hay que dar dos pasos atrás para poder dar un salto adelante.
“Y hay una verdad innegable en este mundo de la accesibilidad”, agrega. “El trabajo nunca termina”.
Día a día, su trabajo incluye hablar con los clientes y actuar de acuerdo con su retroalimentación, trabajar con grupos de ingeniería, pensar en el diseño, promover el desarrollo de productos, medir y evaluar el progreso, escuchar a los empleados y miembros de la comunidad acerca de la inclusión y planificar conferencias.
Uno de los eventos más importantes en su calendario cada año es el Ability Summit, que reúne a los empleados y miembros de la comunidad de personas con capacidades diferentes de Microsoft con líderes del gobierno, las empresas y la academia para discutir la construcción de culturas inclusivas y el uso de tecnología para impulsar a las personas con capacidades diferentes.
Ability Summit 2020 será un evento por completo digital, debido a la pandemia de COVID-19.
Alrededor de 80 personas asistieron al primer Ability Summit en 2011. En 2019 participaron alrededor de 2,500 personas y 25 empresas. Hubo una feria de trabajo y el orador principal, un deportista olímpico con 23 medallas de oro, se volvió personal.
«Michael Phelps habló de salud mental, suicidio y terapia, temas tabú de los que no se habla lo suficiente», recuerda Lay-Flurrie. «Lo que quiero decir es que tengo discapacidad auditiva, pero sabía que se podía escuchar un alfiler caer en esa habitación».
La misión puede parecer incompleta para Lay-Flurrie, pero su trabajo y el trabajo de cientos de defensores de la accesibilidad en toda la compañía ayudan a rehacer a Microsoft y dar como resultado productos con experiencias más útiles para todos, dicen sus colegas.
«No hay duda», agrega Capossela, «nuestro impulso colectivo en torno a la accesibilidad ha hecho que las personas sientan que la empresa tiene más alma, tiene más un propósito».
Las dos amigas pensaron que enfrentarían las siniestras nubes oscuras, se subirían a un taxi y llegarían al parque temático mucho antes de la lluvia.
Además, se dirigían al Mundo Mágico de Harry Potter en Orlando.
«Prioridades», recuerda Lay-Flurrie.
Pero antes de que pudieran ver a Harry, el cielo de Florida se abrió con un violento chorro. Abandonaron su plan y corrieron de manera frenética hacia su hotel, mientras gritaban de risa.
«Sólo un par de chicas con capacidades diferentes empapadas”, recuerda Rafuse.
Ella estaba en su silla de ruedas eléctrica. Lay-Flurrie iba a pie. Habían viajado juntas a Orlando para asistir a una conferencia de accesibilidad. Luego, cuando cayeron las gruesas gotas, el motor de la silla de ruedas murió.
«De pronto, Jenny me empujaba bajo la lluvia», recuerda Rafuse. «Le gritaba qué camino tomar y ella no podía oírme».
Al final, llegaron al hotel, empapadas y exhaustas, mientras reían aún más fuerte. Pero en el vestíbulo, vieron los rostros de varias personas que no compartían su alegría, que «se burlaban de nosotras y seguían su camino», dice Lay-Flurrie. «Sus caras eran como, ‘¿Qué demonios hacen?’ Sin empatía».
Lay-Flurrie y Rafuse se sonrieron la una a la otra, mientras compartían el mismo pensamiento: su momento fue sobre las personas con capacidades diferentes que se integran a cada elemento de la vida, ya sea a través de disfrutar unos cocteles junto a la piscina del hotel o al hacer frente a una descarga de lodo con una alegría salvaje.
La discapacidad no debe sentirse extraña, inaccesible o sombría, se recordaron. Nunca debe bañarse en sentimientos almibarados como la compasión. Y nunca debe verse como «inspiradora».
Es real. Es tan solo parte de ser humano. Y, muy a menudo, se trata tan solo de reír a través de la tormenta para pasar una tarde con Harry Potter.
Publicado el 20/05/2020 / Fotos de Brian Smale / © Microsoft