‘Juntas son más fuertes’: Melissa Arnot regresa de registrar una escalada en el Everest para ayudar a su discípula a conseguir el Reto de los 50 Picos
En mayo de 2016, Melissa Arnot se convirtió en la primera mujer americana en escalar de manera exitosa el Monte Everest sin utilizar oxígeno suplementario. Un mes después, su buena amiga y gerente de negocios en Seattle, Christine Hass, tuvo un bebé.
Después de esas proezas que cambian la vida, ustedes tal vez piensen que las dos querían un verano relajado. Tal vez pasar un tiempo en la piscina y hacer un poco menos cosas después de llegar a una cumbre de 29,028 pies en condiciones brutales con un peligroso aire delgado de montaña, o cuidar a un recién nacido día y noche después de dar a luz.
Pero están equivocados. En lugar de eso, las mujeres ahora ayudan a la discípula en escaladas de Arnot, Maddie Miller, a que consiga una nueva aventura llamada el Reto de los 50 Picos, que involucra escalar el punto más alto en todos los 50 estados de Estados Unidos en 50 días.
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Con Microsoft Band, Skype, Office y Surface para impulsar su jornada, Arnot y Miller ahora están en una carrera contrarreloj a través del país en una camioneta tipo camper llamada “Tiffany”, y con Hass como apoyo desde su oficina en casa en Seattle. El épico viaje y expedición en carretera, comenzó el 27 de junio de 2016 cuando Miller escaló el Denali, de 20,308 pies, en Alaska. Ella luego voló a Florida para reunirse con Arnot, que tenía una lesión del pie relacionada con el frío que sufrió en el Everest y no escaló el Denali para recuperarse y terminar con la logística.
Después de volver a elaborar sus planes, una parte de la ágil naturaleza de su negocio, este par de mujeres ahora se dirige al noroeste, antes de viajar a Hawái para una escalada final en Mauna Kea. Si lo consiguen, Miller será la primera mujer en completar el reto.
Para las tres, los 50 Picos es menos sobre montañismo y más sobre un poderos equipo que trabaja en conjunto para conseguir metas, compartir el gusto por la aventura e inspirar a otros para que consigan grandes cosas. Es una oportunidad para Arnot, una renombrada guía profesional de alpinismo, de ser una mentora de una atleta más joven y compartir su amplia experiencia en alpinismo, que comenzó cuando tenía 19 años. Dejó su empleo como escritora de publicidad en Iowa, manejó al oeste y vivió en su camioneta para escalar montañas.
“Este año es en realidad un año de mentoría, y es muy especial. Es la más grande responsabilidad que he tenido en términos de enseñar y cuidar gente”, comenta Arnot, que comenzó su negocio de alpinismo hace siete años. Tras conseguir el éxito en una industria dominada por los hombres, Arnot ha escalado el Everest seis veces, dirigido expediciones en tres continentes y escalado a la punta del Monte Rainier más de cien veces.
Pero también ha apoyado a otros. Este año, guio a una niña de 13 años en sus escaladas en Nepal por seis semanas. Trabajó en su organización no lucrativa, The Juniper Fund, que ayuda a familias de Sherpas que han muerto en el Everest. Y ha preparado a Miller para los 50 Picos, en aspectos como equipo, entrenamiento físico y resistencia mental. Las dos se conocieron en 2013, cuando Arnot guio a Miller en una escalada en Rainier como parte del regalo de graduación de secundaria que recibió Miller por parte de su padre.
“Se ha tratado de enseñarle las habilidades para estar lista a nivel técnico, pero también las habilidades para tener la confianza en sí misma de que puede conseguir esto”, comentó Arnot sobre los 50 Picos, que incluye escaladas técnicas, caminatas cortas y seis escaladas en un solo día.
Para Miller, el reto es una oportunidad de aprender habilidades de alpinismo y de vida de una próspera emprendedora y escaladora de clase mundial.
“Melissa es una persona en verdad importante en mi vida, no sólo para guiarme en las montañas”, comentó Miller, estudiante de 21 años en su último año de economía matemática de Colorado College. “Ella me ha enseñado que las mujeres pueden conseguir tanto, y hacer tanto, y que no hay límites”.
Para las tres, los 50 Picos es menos sobre montañismo y más sobre un poderos equipo que trabaja en conjunto para conseguir metas, compartir el gusto por la aventura e inspirar a otros para que consigan grandes cosas. Es una oportunidad para Arnot, una renombrada guía profesional de alpinismo, de ser una mentora de una atleta más joven y compartir su amplia experiencia en alpinismo, que comenzó cuando tenía 19 años. Dejó su empleo como escritora de publicidad en Iowa, manejó al oeste y vivió en su camioneta para escalar montañas.
“Este año es en realidad un año de mentoría, y es muy especial. Es la más grande responsabilidad que he tenido en términos de enseñar y cuidar gente”, comenta Arnot, que comenzó su negocio de alpinismo hace siete años. Tras conseguir el éxito en una industria dominada por los hombres, Arnot ha escalado el Everest seis veces, dirigido expediciones en tres continentes y escalado a la punta del Monte Rainier más de cien veces.
Pero también ha apoyado a otros. Este año, guio a una niña de 13 años en sus escaladas en Nepal por seis semanas. Trabajó en su organización no lucrativa, The Juniper Fund, que ayuda a familias de Sherpas que han muerto en el Everest. Y ha preparado a Miller para los 50 Picos, en aspectos como equipo, entrenamiento físico y resistencia mental. Las dos se conocieron en 2013, cuando Arnot guio a Miller en una escalada en Rainier como parte del regalo de graduación de secundaria que recibió Miller por parte de su padre.
“Se ha tratado de enseñarle las habilidades para estar lista a nivel técnico, pero también las habilidades para tener la confianza en sí misma de que puede conseguir esto”, comentó Arnot sobre los 50 Picos, que incluye escaladas técnicas, caminatas cortas y seis escaladas en un solo día.
Para Miller, el reto es una oportunidad de aprender habilidades de alpinismo y de vida de una próspera emprendedora y escaladora de clase mundial.
“Melissa es una persona en verdad importante en mi vida, no sólo para guiarme en las montañas”, comentó Miller, estudiante de 21 años en su último año de economía matemática de Colorado College. “Ella me ha enseñado que las mujeres pueden conseguir tanto, y hacer tanto, y que no hay límites”.
La magia esencial detrás del negocio de Arnot, Infinity Expeditions, pertenece a Hass, que se encarga de que los planes se ejecuten. Como una experta en eficiencia y directora administrativa de otra empresa que se encarga en la atención médica en zonas selváticas, Hass administra los detalles y la logística. Ella trata con patrocinadores, clientes, seguros, vuelos, presupuestos, medios y muchos de los compromisos de Arnot para ofrecer conferencias. Ella da vida a los planes y escaladas de Arnot; cuando Arnot sugiere hacer una rifa para vender la camioneta después de los 50 Picos, Hass ya ha pensado en tres maneras de hacerlo.
“Me encanta poder apoyarla [a Arnot] y conseguir éxito en hacer del negocio algo exitoso”, comenta Hass. “Se trata de la eficiencia, hacer que las cosas pasen, completar un proyecto”.
Las dos han desarrollado una fórmula ganadora para llevar el negocio y con la tecnología de Microsoft con un rol importante. Para entrenar para el Everest y otras escaladas, y motivar a los clientes en sus entrenamientos, Arnot utiliza Microsoft Band, que rastrea su ritmo cardiaco, millas recorridas y elevación.
Debido a que ella trabaja de manera remota la mayor parte el tiempo, ella y Hass necesitan de herramientas confiables para estar en contacto, escalar el negocio y colaborar de manera eficiente, desde diferentes partes del mundo. Para esto, ellas se han dirigido a la nube de Microsoft y Skype for Business, que permite acceso de marcado (muy útil para llamar desde una gran montaña). Ellas guardan, comparten y editan planes de emergencia, la agenda de los 50 Picos y demás contenido importante en OneNote.
Todo se hace en la ligera Surface pro 4, que tiene un alto desempeño y es bastante útil cuando Arnot está a 17,600 pies de altura en el campamento base del Everest, donde cada gramo cuenta.
“Utilizar diferentes piezas de tecnología para mantenernos conectados es tal vez una de las más grandes cosas que es de gran ayuda para mí”, comenta Hass sobre los 50 Picos.
La Aventura es la más reciente en una serie de expediciones marcadas tanto por la alegría como por la tragedia, e incluye la muerte en 2010 de uno de los compañeros de escalada de Arnot, el devastador terremoto en Nepal de 2015 y dos años de mortales avalanchas en el Everest.
Durante todo esto, las mujeres se han apoyado entre ellas en un deporte extremo que es por lo general nómada, aislante y duro con las amistades. Después de las muertes, Arnot regresó a los Estados Unidos cada vez para consolarse en la casa de Hass. Después de que Hass se convirtió en madre, le habló por Skype a Arnot hasta Nepal para presentarle a su hija recién nacida. Ellas han podido reducir distancias y zonas horarias a través de la tecnología.
“Cuando estábamos en nuestros 20 y comenzamos nuestra amistad y nuestro negocio, nunca pensé que se convertiría en nuestra vida”, comenta Arnot. Mientras revisaba su itinerario y cantidades masivas de equipo con Hass en los últimos días antes de los 50 Picos, se sentía agradecida por el soporte.
“Para prepararme para este enorme reto de escalar 50 Picos en 50 Días, sabía que no había manera de haberlo hecho sin la ayuda de Christine”, comenta Arnot. “Juntas somos más fuertes”.
Sigan la historia de Arnot en la página de Tumblr de Microsoft, una celebración de gente que va más allá, alcanza sus sueños y nos inspira cada día.
Imagen principal: El primero de los 50 Picos es el más retador. Denali, a 20,310 pies sobre el nivel del mar es el pico más alto en Norteamérica.