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La banca ecológica: Las empresas de servicios financieros utilizan tecnología para fomentar un planeta más sustentable

Edwin Zapata recuerda el año 2008. Fue la primera plantación masiva de árboles: 450 nogales, para ser exactos, para cubrir la pequeña finca de café de 30 mil metros cuadrados (3 hectáreas) que la familia de Zapata ha tenido durante 32 años, en Mistrató, Colombia. Ubicada a solo 1,550 metros sobre el nivel del mar, la finca siempre ha sido desafiada por la lluvia excesiva y el calor extremo, los riesgos de cultivar café en la región de Risaralda de lo que se conoce como el Triángulo del Café de Colombia.

Con el cambio climático, ambos desafíos se han intensificado. Más lluvia, más agua y, con ellas, las inundaciones de los campos y los deslizamientos de tierra en el terreno montañoso, crean más potencial para destruir los cultivos. El sol incesante quema los granos de café de la vid, dejándolos inútiles para la producción. Entonces, plantar los árboles tenía un doble propósito: absorber el exceso de agua y proporcionar sombra para proteger los granos de café de los rayos más feroces del sol.

Dos hombres y una mujer sonríenHoy, 13 años después, Zapata sigue con la plantación de árboles, pero ahora con más propósito. Su finca es un ejemplo de biodiversidad, donde cultiva mangos, bananas, naranjas, mandarinas, limones, acacias, aguacates y otras frutas diversas además del café. A medida que continúa con la plantación de árboles, la tierra se recupera, las aves regresan y el suelo nutre la amplia variedad de cultivos que requieren muchos menos productos químicos para producir. Y la granja captura, no emite, dióxido de carbono de la atmósfera.

Esto es posible gracias a un proyecto que conecta a agricultores como Zapata con grandes corporaciones para capturar dióxido de carbono mediante la plantación de árboles y otras prácticas agrícolas sostenibles. El proyecto es un esfuerzo de colaboración de Rabobank, una multinacional holandesa de servicios bancarios y financieros con sede en Utrecht, Países Bajos, y Solidaridad, una organización internacional de la sociedad civil que trabaja para fomentar cadenas de suministro más sustentables. La iniciativa «Café del futuro» de Solidaridad busca transformar más de 36 mil hectáreas de café convencional en «café inteligente a nivel climático» para ayudar a 7,300 productores en Colombia y Perú. Luego, al trabajar con granjas de todo el mundo, el programa «Unidades agroforestales de eliminación de carbono para la restauración orgánica de la naturaleza» (ACORN, por sus siglas en inglés) de Rabobank se suma a los programas de Solidaridad y otros socios para compensar el dióxido de carbono secuestrado (capturado) por agricultores como Zapata. Esta capacidad de vender carbono es posible gracias a una plataforma basada en la nube de Azure desarrollada por Rabobank en colaboración con Microsoft. El objetivo final de la asociación Rabobank-Microsoft es crear una plataforma global y escalable basada en inteligencia artificial y aprendizaje automático que impulsará a los agricultores y, al mismo tiempo, abordará la urgencia del cambio climático en todo el mundo.

“Se podría alimentar a una familia con la gran variedad de lo que cultivamos”, dice Zapata, un cafetero de cuarta generación con un título en agronomía de la Universidad de Santa Rosa de Cabal (UNISARC), quien está involucrado de manera profunda en la ciencia de los ecosistemas y la agricultura sustentable. Está orgulloso de lo que ha podido hacer con la ayuda de Rabobank y otros programas de sustentabilidad que se ofrecen a los productores de café como él.

Empresas de servicios financieros que desempeñan un papel activo en la sustentabilidad global

En la actualidad, las empresas de servicios financieros ayudan al planeta de tres formas distintas pero relacionadas.

Primero, debido a la urgencia del cambio climático, bancos como Rabobank financian la ecologización de sus carteras actuales. También proporcionan inyecciones de capital a nuevas soluciones y empresas ecológicas. Y por último, debido a la alta demanda de los clientes, los bancos, las casas de bolsa y otras firmas de servicios financieros ofrecen cada vez más nuevos productos de inversión que respaldan iniciativas sustentables. Este último punto es fundamental, ya que los clientes de servicios financieros por lo general quieren asociarse con instituciones que ayudan al planeta. Las generaciones más jóvenes, en particular, eligen de manera consciente bancos con posturas sociales, de gobernanza y medioambientales sólidas (ESG, por sus siglas en inglés).

Estoy ansioso por progresar más e inspirar a las generaciones futuras.

Debido al tamaño y la urgencia de la crisis del cambio climático, la tecnología jugará un papel importante en la búsqueda de soluciones, dicen los expertos. Hay todos los datos para monitorear, recopilar y analizar, todos los modelos analíticos avanzados para construir a través de inteligencia artificial aplicada y aprendizaje automático, y toda la infraestructura de comunicaciones para poder implementar.

“El CEO de Rabobank se reunió con [el CEO de Microsoft] Satya Nadella, y tuvimos una alineación instantánea sobre nuestros objetivos de sustentabilidad”, dice Jelmer Van De Mortel, director de la iniciativa ACORN, en Rabobank. “Para nosotros, la tecnología fue muy importante debido a la ingesta de datos satelitales y los modelos de IA y la escalabilidad de la infraestructura que necesitábamos. Aplicar la tecnología a nuestros problemas de sustentabilidad más urgentes es clave».

Rabobank: Abordar las emisiones corporativas de CO2 mientras se apoya a los pequeños agricultores

La experiencia de Zapata es un ejemplo brillante de lo que habilita la industria de servicios financieros. El cambio climático afecta cada vez más a la agricultura mundial. El noventa por ciento de los 608 millones de granjas en el mundo son granjas familiares, que operan entre el 70 y el 80% de las tierras agrícolas y producen alrededor del 80% de los alimentos del mundo, según una nueva investigación de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés).

Cinco de cada seis fincas en el mundo son fincas muy pequeñas, menos de dos hectáreas. Aunque son responsables de solo alrededor del 12% de todas las tierras agrícolas, producen alrededor del 35% de los alimentos del mundo.

Pero la agricultura también es responsable del 24% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Liberar el potencial de los pequeños agricultores para que se conviertan en una fuerza global positiva para abordar el cambio climático se ha convertido en un objetivo conjunto de Solidaridad y Rabobank.

Seis hombres de pie en una carretera

Aunque la iniciativa Rabobank ACORN es global y abarca una amplia gama de productos agrícolas, los productores de café son un foco particular en su asociación con Solidaridad en Colombia. La mayor parte del café que consume el mundo es producida por 17.7 millones de pequeños productores de café, la mayoría de los cuales viven en el umbral de la pobreza. Aunque existe un mercado de carbono para la agricultura, los pequeños agricultores no han podido participar debido a los altos costos de transacción y la incapacidad de verificar los activos de carbono que secuestran (capturan). Pero con la plataforma Rabobank, esto ahora es posible. Los agricultores miden la diferencia en biomasa: cuánto CO2 ha producido una granja y cuánto ha sido secuestrado (con la ayuda de sensores remotos por satélite y algoritmos de IA). Si la granja ha secuestrado más CO2 del que ha producido, el delta puede ser vendido a empresas que necesitan compensar sus propias emisiones de CO2.

Van De Mortel dice que el objetivo es conseguir que más de un millón de granjas accedan a la plataforma. Los agricultores ya han comenzado a ver beneficios. El proyecto ha reducido las emisiones de carbono mediante una mejor gestión del suelo, los fertilizantes y las aguas residuales. Por ejemplo, en Colombia, en promedio, las fincas participantes pasaron de carbono positivo a carbono negativo en solo tres años.

Además, el proyecto ha permitido a los agricultores aumentar la calidad y consistencia de sus productos. La productividad de las granjas participantes aumentó entre un 15% y un 20% en tres años. Los ingresos han aumentado en un 20%. En el caso de Atehortua, su granja capturó 24 toneladas de CO2 entre mayo de 2020 y mayo de 2021.

En la actualidad, Solidaridad y Rabobank han comenzado a ampliar los proyectos piloto para incluir nuevas regiones. Solidaridad apoya a estos agricultores con registro, análisis de terreno y soporte técnico. Rabobank asegura a través de su plataforma comercial que los productores serán compensados cada año por reducir el Co2.

No podemos ver un futuro para las finanzas sin una mentalidad de sustentabilidad.

El programa cumple tres propósitos. “Mejora o combate el cambio climático y la degradación de la tierra al mismo tiempo que aumenta la seguridad alimentaria y mejora los medios de vida de los pequeños agricultores”, dice Van De Mortel. “Además, ayudar a nuestros clientes en la transición hacia la sostenibilidad va de la mano con nuestro modelo de negocio para hacer que los pequeños agricultores sean rentables y realizar nuevas inversiones. Para la sustentabilidad financiera del banco, esto ayuda tanto desde la perspectiva de los beneficios como de los riesgos”.

Inspirar a cada individuo a vivir de manera más sustentable

Rabobank no es la única empresa de servicios financieros que intenta mitigar los riesgos del cambio climático a través de tecnología avanzada. Hoy en día, la industria financiera lidera cada vez más el camino para ayudar a realizar las ambiciones de iniciativas clave de sustentabilidad como los Objetivos de Sustentabilidad de la ONU y el Pacto Verde Europeo. Y han descubierto que la tecnología es clave. Flowe, una startup de tecnología financiera fundada por uno de los bancos más grandes de Italia, Banca Mediolanum, colaboró con Microsoft Consulting Services para crear una aplicación móvil dirigida a los clientes millennials, enseñándoles cómo vivir vidas más respetuosas con el medio ambiente.

«No podemos ver un futuro para las finanzas sin una mentalidad de sustentabilidad», dice Ivan Mazzoleni, Cultural Energy Orchestrator (CEO) de Flowe. “Vivimos una revolución llamada capitalismo consciente. Para nosotros, estamos en un punto sin retorno. Ya no podemos centrarnos tan solo en los rendimientos monetarios. Hay mucho más en juego. Y la tecnología es clave para nuestro éxito».

Una casa rodeada de árboles y tierras de cultivo.

Flowe cree que, aunque abordar las emisiones de las grandes corporaciones es fundamental, también las personas deberían tomar decisiones más informadas sobre cómo viven sus vidas: cómo se mueven, viajan y consumen productos y servicios.

“En Flowe, promovemos un paradigma económico que es nuevo por completo”, dice Mazzoleni. «Lo llamamos la ‘economía del bienestar’, en la que la mejora personal está alineada con la mejora general: la mejora de la sociedad y del medio ambiente».

Al igual que otros bancos en línea, Flowe tiene un IBAN, retiros gratuitos en cajeros automáticos de la Eurozona e integración con Apple Pay y Google Pay. Pero su tarjeta, emitida por MasterCard, está hecha de madera que proviene de bosques sustentables y certificados. Y tiene una propuesta de valor bastante diferenciada: Flowe cree que cuando los clientes comprendan el impacto ambiental de sus decisiones financieras, comenzarán a hacer cambios, en especial si ven que otros están en el mismo camino.

Una tarjeta de créditoA través de su aplicación basada en Azure Cloud, impulsada por inteligencia artificial y aprendizaje automático, Flowe puede revisar de manera rápida todos los aspectos de los datos de los clientes, como transacciones con tarjetas de crédito, impacto de CO2, salud personal o cómo los clientes interactúan con el contenido de video educativo proporcionado a través de aplicación. Se creó desde cero a través de tecnologías como Azure Kubernetes Service y una arquitectura basada en microservicios, lo que facilita la conexión a soluciones innovadoras de terceros.

A partir de todos estos datos, el banco identifica los comportamientos e inspira a los clientes a tomar decisiones más sustentables.

“Una de las formas en que hacemos esto es mediante el uso de la plataforma de inteligencia artificial de Microsoft para dar pequeños empujones suaves que pueden ayudar a las personas a crear vidas más significativas”, dice Mazzoleni. Por ejemplo, dice, la aplicación podría empujar a un cliente sobre cuál es el impacto de carbono de comprar en una tienda frente a otra.

Además de empujar a los consumidores en la dirección correcta, Flowe también participa en la captura de CO2. Tienen una asociación con la startup de reforestación ZeroCO2, que ha plantado más de 145 mil árboles en la región de Petén en Guatemala. Los clientes de Flowe pueden ver dónde se encuentra su árbol y seguir su crecimiento a través de fotos enviadas por el banco.

«En realidad, Flowe se basa en el concepto de lo que llama ‘innovabilidad’. Esto significa que la innovación no solo se combina, sino que trabaja en sinergia con la sustentabilidad», dice Mazzoleni. “Desde nuestro punto de vista, el clima o el medio ambiente es solo una parte del tema de la sustentabilidad. Hay personas, ciudadanía, sociedad y tecnología, además del medio ambiente. Abordamos todos estos aspectos”.

Inspirar a la siguiente generación

De regreso en Colombia, Zapata dice que él y sus compañeros caficultores de la región están contentos con lo que han podido lograr en sus fincas al participar en el programa de Rabobank y Solidaridad.

Su finca ahora produce café de mayor calidad para vender, lo que significa que ingresa más dinero. En particular, él disfruta de la biodiversidad que las nuevas plantaciones han traído a su finca, incluidos los animales y en especial las aves. Las aves son tan numerosas y diversas que los agricultores de su región han pensado en convertirla en un atractivo turístico para los amantes de las aves.

«Hoy, cuando estoy en mi granja, siento su belleza y maravillas naturales que no había sentido en décadas», dice. «Estoy ansioso por progresar más e inspirar a las generaciones futuras».