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La educación en ciencias de la computación abre posibilidades para los jóvenes de todo el mundo

En Ecuador, Génesis de 12 años, declara sin dudar, “Soy programadora”. Ella comenta que la primera vez que utilizó una computadora, amó la tecnología.

Luego, los recortes de presupuesto en su escuela en Guayaquil dejaron a un lado los cursos computacionales. Marisela, su madre, estaba determinada a encontrar una manera de ayudar a su hija, aunque, como ella dice, “aquí las oportunidades escasean”.

Ella encontró esa oportunidad en un centro de aprendizaje de la Comunidad local que trabaja con Microsoft YouthSpark para brindar clases gratuitas de educación en ciencias de la computación. Es una de muchas organizaciones alrededor del mundo con las que YouthSpark se coordina para enseñar ciencias de la computación a los jóvenes.

Satya Nadella, CEO de Microsoft, anunció hace poco una expansión de YouthSpark con un compromiso de 75 millones de dólares en inversiones para comunidades durante los siguientes tres años. Hace unos días, Microsoft reportó en la Conferencia Clinton Global Initiative que ha excedido el compromiso de YouthSpark hecho en el foro hace tres años, para crear oportunidades para 300 millones de jóvenes, y resaltó el nuevo enfoque de la iniciativa para crear acceso a educación en ciencias de la computación para todos los jóvenes a nivel mundial.

“Conforme la tecnología se convierte en una parte integral de la vida diaria de las personas alrededor del mundo, comenzamos a ver una creciente demanda para enseñar a los jóvenes no solo cómo utilizar la tecnología, también cómo crear tecnología para ayudarles a convertirse en innovadores e impulsores de crecimiento y oportunidades en sus comunidades”, comento Lori Forte Harnick, gerente general de ciudadanía y asuntos públicos en Microsoft, que incluye al programa YouthSpark.

“A través de asociaciones con gobiernos, organizaciones no lucrativas y empresas, Microsoft YouthSpark busca proveer educación en ciencias de la computación a diversas poblaciones de gente joven en sus comunidades y prepararlos con las habilidades necesarias en pensamiento computacional y resolución de problemas para tener éxito en un mundo cada vez más digital”, comenta Forte Harnick.

Entre las estrellas de YouthSpark se encuentra Génesis, que vive en un barrio remoto de Guayaquil, en un área que le complica estar físicamente en una escuela. Ella camina a través de un laberinto de calles sucias, muchas de ellas sinuosas, llenas de lodo y baches, para poder llegar a clase.

Nada de eso desalentó a Génesis, que comenta, “Siempre he trabajado para ser la mejor estudiante”.

Ella sueña con ser profesora de ciencias de la computación y agradece a las clases que toma en el Centro Tecnológico Popular que va por buen camino. Ahí, ella ha utilizado software gratuito de Microsoft como Kodu, Project Spark y Touch Develop, para aprender a programar.

Kodu fue el primer programa que aprendió Génesis. “Me mostró cómo programar un videojuego”, comenta, y agrega con una sonrisa: “Siempre lo consideré como mi primer amor”.

“Saber cómo programar hará su vida mejor”, comenta su madre. “Tendrá un futuro brillante con esto. Estoy muy agradecida. Nada de esto hubiera pasado sin Microsoft”.

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En Uganda, Aaron Tushabe y Josh Okello, estudiantes de colegio, ambos interesados en medicina y tecnología, vieron qué tan difícil era para las mujeres embarazadas en su país, recibir cuidado prenatal cuando era necesario.

Uganda tiene una de las tasas más grandes de mortalidad maternal, en parte debido a las grandes distancias de los hospitales a las áreas rurales, que es donde mucha de la población vive.

“La mayoría de las clínicas en las áreas rurales no cuenta con máquinas de ultrasonido y las mujeres no pueden costear un viaje”, a clínicas urbanas para recibir atención, comenta Tushabe.

Junto con un equipo, ellos desarrollaron WinSenga, un monitor de latidos del feto que funciona en un dispositivo móvil y envía información a la nube para que los doctores puedan acceder a la información sin importar dónde se encuentren ubicados.

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El equipo Cipher256 (el número de código de país de Uganda) registró a WinSenga en Imagine Cup, la competencia global de tecnología para estudiantes, que es parte de YouthSpark. El equipo llegó a las Finales Mundiales. No ganaron Imagine Cup, pero se hicieron acreedores a una subvención de 50 mil dólares.

Con ese dinero, Cipher256 fue creado, y ahora emplea a varias personas mientras el equipo trabaja en el desarrollo de WinSenga y lo prepara para una prueba en clínicas por toda la nación.

Tushabe comenta que Microsoft ha sido, “Instrumental en brindarnos acceso a herramientas técnicas y experiencia que nos ayudaron a construir este producto”.

Su consejo para los jóvenes: “Necesitan creer en sus sueños. Necesitan ser capaces de tomar el riesgo y poner ahí afuera su idea y compartirla con los demás. Y con el equipo adecuado, creo que sus posibilidades en verdad no tendrán límites”.

En Montreal Canadá, Genevieve L’Esperance, consejera de YouthSpark y estudiante de la Universidad McGIll, ha enseñado programación computacional desde que tenía 17 años. Ella también cree que las posibilidades son infinitas.

L’Esperance, que tiene doble titulación en ciencias de la computación y en biología molecular, comenta que siempre quiso mostrar a las niñas que, “Es posible tomar esa carrera que en un principio pensaban que no estaba disponible para ellas, o que pensaban que era sólo dominio de los hombres”.

Al final del día, comenta, “No querían dejar mi clase de programación. Y era muy inspirador ver que en verdad estaban emocionadas por hacer algo en un mundo donde nosotros somos siempre consumidores”.

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Ella está motivada porque, dice, “Quiero pasarles las habilidades que necesitan para ser más avanzadas a nivel técnico y ser aptas para los empleos… Quiero darle a las niñas esas habilidades para que sean sostén de su familia”.

También comenta que YouthSpark, “Me ayudó a reconocer mi pasión por las ciencias de la computación y ahora utilizo mis habilidades para ayudar a otras niñas a descubrir las suyas. Somos la mitad de la población mundial y necesitamos ser exitosas, y luego utilizar ese éxito para hacer un bien al mundo”.