Hecho con IA
La historia detrás del primer whisky del mundo creado por IA
El número 36 tal vez no tenga ningún significado para ustedes, pero para Angela D’Orazio, marca un hito importante.
D’Orazio es la maestra mezcladora y jefa de olfato en Mackmyra – una multipremiada destilería sueca de whisky, y la productora del primer whisky del mundo creado con IA.
La receta número 36, generada por un algoritmo de IA, fue la que D’Orazio seleccionó de manera personal para la innovadora mezcla, antes de que fuera a producción y a venta general.
Esta es la historia de la artesanía humana y la tecnología, que trabajan en conjunto para producir algo bastante especial.
La receta número 36
La idea de un whisky creado con IA vio la luz durante una reunión entre Mackmyra y Microsoft, en la que se discutía el futuro del whisky. Inspirado por la idea, Fourkind, socio de Microsoft, una consultoría finlandesa de tecnología, entró al desarrollo de la solución.
Al trabajar de cerca con Mackmyra y D’Orazio, Fourkind creó su solución IA con Microsoft Azure y Machine Learning Studio, antes de brindarle los conjuntos de datos que requería para comenzar a generar las primeras recetas.
Jarno Kartela, socio principal de aprendizaje automático en Fourkind declara que, “Elegimos Azure por su vasta infraestructura masiva y Machine Learning Studio, y su facilidad de implementación”.
Machine Learning Studio de Microsoft, una poderosa herramienta basada en navegador, fue utilizada por Fourkind por su facilidad en el manejo de infraestructuras sin servidor, lo que les permitió correr e implementar su propia solución personalizada y crear su propio algoritmo de IA que genera nuevas recetas de whisky de manera inteligente.
Una vez que se generaron las primeras recetas, D’Orazio utilizó su conocimiento para determinar qué ingredientes de la receta podrían funcionar bien juntos, a la vez que corregía otras combinaciones menos deseables. Conforme se repetía este proceso, el algoritmo de IA comenzó a aprender qué combinaciones eran las más favorables, y a través del aprendizaje automático, comenzó a producir combinaciones más deseables de recetas.
Después de repetir este proceso múltiples ocasiones, D’Orazio sintió que la receta número 36 la llamaba, de una corta lista inicial de cinco recetas, y sintió que la innovadora combinación de ingredientes de la IA podría hacer un buen whisky. Si bien los ingredientes fueron proporcionados por la IA, la elección más importante, que es la del barril de almacenamiento, en el cual el whisky se añejaría y obtendría su sabor, fue seleccionada de manera cuidadosa por D’Orazio.
A pesar de utilizar la IA para genera nuevas recetas, D’Orazio cree que, “El trabajo de un Maestro Mezclador no está en riesgo. Aunque la receta del whisky es creada por IA, todavía aprovechamos la experiencia y conocimiento de las personas, en especial la parte sensorial humana, que nunca podrá ser reemplazada por un programa. Creemos que el whisky es generado por IA, pero es curado por humanos. Al final, la decisión es tomada por una persona”.
Esto no solo es más rápido a que una persona realice el proceso de manera manual, sino que, gracias a la capacidad del algoritmo de examinar y calcular una vasta cantidad de datos, pueden ser encontradas nuevas e innovadoras combinaciones que de otro modo nunca habrían sido consideradas.
El ADN del whisky
Los ingredientes del whisky incluyen agua, levadura y turba, los cuales son mezclados juntos para producir diferentes sabores.
Con los años, el whisky toma su color, aroma y sabores de los barriles o toneles en los que es almacenado, que también incluyen los sabores y aromas de sus contenidos previos, como bourbon, jerez, vino u otros licores.
Las combinaciones y tratamientos de los ingredientes, junto con la siempre importante elección del barril, generan ilimitadas recetas posibles. Y es el rol del maestro destilador crear recetas basado en su experiencia.
Una vez que los whiskies son creados, Mackmyra los almacena en toneles, en su mina Bodås a 50 metros de profundidad, llamada así por la pequeña villa Bodås, ubicada a 50 kilómetros de distancia.
La mina fresca, oscura, húmeda y segura, cumple con los requerimientos de Mackmyra para una bodega de whisky. Mackmyra comenzó a utilizar la mina en 2004, y hoy, los toneles se añejan de manera segura bajo el suelo, hasta que tienen la madurez suficiente para ser disfrutados por los conocedores de todo el mundo.
Juntos, Mackmyra y Fourkind han, por primera vez, utilizado IA en la creación de un nuevo whisky, al incrementar las capacidades del maestro mezclador para producir sugerencias novedosas.
Su asociación demuestra cómo la tecnología puede ser utilizada para ayudar a la gente a realizar su mejor trabajo, a la vez que se apoyan en sus propias habilidades, conocimiento y experiencia.
Para D’Orazio, la experiencia ha cambiado la manera en que ve a la tecnología, y a los efectos transformadores que puede tener. “Siempre nos esforzamos en desafiar las tradiciones en el muy tradicional mundo del whisky, y eso es algo que en verdad podemos hacer ahora con la ayuda de la IA”.
“Vemos a la IA como parte de nuestro desarrollo digital, y es en verdad emocionante dejar ser a la IA un complemento del oficio de producir un whisky de alta calidad. Para mí, como Maestra Mezcladora, es un gran logro poder decir que ahora también soy le mentora del primer whisky del mundo creado por IA”.
El éxito del primer whisky del mundo creado por IA también ha introducido nuevas oportunidades de negocio para Fourkind, al permitirles utilizar los mismos principios utilizados por Mackmyra en diferentes industrias:
“Esta generación de IA puede tener un impacto en diferentes industrias a nivel global”, comentó Kartela. “Imagino a sistemas de IA que generan recetas para dulces, perfumes, bebidas, y tal vez diseños de zapatos deportivos, y creo que veremos muchos productos complejos de consumo que serán diseñados por IA o con IA durante los siguientes cinco años”.
“Nosotros mostramos el camino a seguir, y estas nuevas soluciones IA pueden ser utilizadas para generar productos que mantengan el espíritu, aspecto y sensación de las marcas detrás de ellos, mientras que al mismo tiempo son nuevos y únicos. Desde medicina a tareas creativas, los humanos van a superar el desempeño de las máquinas en muchas áreas. Sólo necesitamos saber dónde utilizar la IA para sacar el máximo provecho de nosotros como empleados y expertos”.