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La inteligencia artificial se hace cargo de la basura del océano: Limpia las playas del mundo con la ayuda de los datos

Sustainable Coastlines, beneficiario de AI for Earth, impulsa a las comunidades a restaurar sus ambientes marinos

En ocasiones la inspiración llega de maneras extrañas. Esta es la historia de cómo un pañal desechable sucio llevó al desarrollo de una solución de inteligencia artificial (IA) para ayudar a eliminar las masivas cantidades de desperdicio y basura de las costas del mundo.

Todo comenzó en 2005: Camden Howitt surfeaba en las difíciles olas de la costa oeste de Puerto Escondido en México cuando, de pronto, un pañal flotante lo golpeó en el rostro. Remó de regreso a la costa con disgusto, sólo para toparse con un asiento de retrete desechado en la arena.

Cuando Howitt regresó a casa a Nueva Zelanda, a medio mundo de distancia, se sintió descorazonado al ver cuánta basura y otros desperdicios se acumulaban en su litoral, aislado a nivel geográfico y alguna vez prístino, de 15 mil kilómetros (9,300 millas).

Mucha gente sólo se encogería de hombros ante un problema global en apariencia imposible de tratar y lo ven como algo muy difícil de arreglar. Pero Howitt no. Su misión se volvió clara: Dedicaría su vida a proteger el paraíso.

Camden Howitt, cofundador de Sustainable Coastlines.

A Sam Judd, cofundador, se le ocurrió la idea de formar una organización no lucrativa mientras surfeaba en las Islas Galápagos en 2008. Un año después, los dos crearon Sustainable Coastlines en Nueva Zelanda para educar, motivar, e impulsar a individuos y comunidades a limpiar y restaurar sus ambientes costales y las vías fluviales.

Fue el inicio de una obsesión, y una que recién atrajo una subvención de AI for Earth: el compromiso de 50 millones de dólares por cinco años de Microsoft para poner la IA en las manos de aquellos que trabajan para proteger a nuestro planeta en cuatro áreas clave: agricultura, biodiversidad, cambio climático, y agua.

Brad Smith, presidente de Microsoft (al medio), durante su visita a Nueva Zelanda con Camden Howitt (derecha) y el líder de desarrollo de Sustainable Coastlines, doctor Sandy Britain (izquierda).

“Este tipo de iniciativa es justo lo que nuestro planeta necesita, algo simple, pero efectivo, que pueda ser adoptado con facilidad en las bases para hacer una diferencia, para impulsar a cada comunidad a mantener limpio su ambiente y hacer del mundo un lugar mejor para futuras generaciones”, comentó Brad Smith, presidente de Microsoft, en su visita en marzo de 2019 a Nueva Zelanda.

En la Bahía de Lyall, cerca de la ciudad capital Wellington, Smith sostuvo un agitado día para ver en acción a la tecnología de la organización para combatir la basura. Ayudó a recolectar basura de la playa, luego la registró y categorizó en la única e integral base de datos de Sustainable Coastlines.

Desde sus inicios, Sustainable Coastlines y sus crecientes legiones de voluntarios han removido suficiente basura de los litorales alrededor de Nueva Zelanda y el Pacífico para llenar el equivalente a casi 45 contenedores de embarque. Han recogido decenas de millones de artículos individuales, 77% de los cuales son de plástico de un solo uso.

Es un logro impresionante, pero el problema de la basura en el océano cada vez empeora más y es un flagelo global que no tiene fronteras. Ahora, la visión de Howitt es “combinar mi profundo amor por el exterior con una pasión por diseñar herramientas sistémicas para un cambio a gran escala”. Para llegar ahí, Sustainable Coastlines ha hecho equipo con Microsoft y su innovador socio tecnológico, Enlighten Designs.

Para conocer más sobre esto, hace poco visité las oficinas de Sustainable Coastlines en la ciudad más poblada de la nación, Auckland.

La Primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern (al centro), en la inauguración de The Flagship Education Centre, con Sam Judd (izquierda) y Camden Howitt (derecha).

Howitt se ve más o menos como uno esperaría que se viera un ambientalista apasionado, amante de los océanos. Su barba es larga y robusta, su bronceado es profundo, y su determinación es fuerte. En poco tiempo me muestra con orgullo el edificio, llamado The Flagship Education Center, que fue inaugurado por Jacinda Ardern, Primera Ministra de Nueva Zelanda, en octubre de 2018.

Su organización está determinada en ser sustentable tanto en la práctica como en el nombre. El edificio captura y recicla su propia agua. El techo de membrana aísla y descompone contaminantes del aire en productos no tóxicos. Todas las aguas grises y negras son tratadas y compostadas en el sitio. Sus oficinas están alimentadas por paneles solares de vanguardia y por baterías que contribuyen con el exceso de energía a la red eléctrica estándar de la ciudad.

Después, Howitt se abre con respecto a la escala de los retos y mitos ambientales que confronta su tierra natal de largas playas y cientos de islas en la orilla oeste del Pacífico Sur. Con los años, una marca verde y limpia construida de manera cuidadosa ha hecho del turismo extranjero una enorme fuente de dinero para la economía de Nueva Zelanda. Y, con honestidad, muchos Kiwis se consideran a sí mismos como ciudadanos “ordenados”.

Sin embargo, el Banco Mundial clasifica a Nueva Zelanda como el décimo productor más grande de desechos urbanos per capita del planeta, muy por delante de Estados Unidos que se encuentra en el lugar 19. “Esa es una lista de los 10 principales en la que nadie quiere estar”, comenta Howitt. “A medida que se dispara la población de Nueva Zelanda y consumimos como si no hubiera mañana, podríamos subir en esa clasificación muy rápido”.

Él espera que las nuevas soluciones y tecnologías puedan ayudar a revertir esa preocupante tendencia.

Enlighten Designs ha construido una plataforma que emplea storytelling digital inteligente y herramientas de visualización como parte de la suite Cognitive Services de Microsoft. Y, en conjunto con Microsoft, también desarrolla una base de datos de basura nacional que no solo hará un seguimiento de impacto de los esfuerzos de limpieza de desperdicios, también generará datos e información de valor precisos y con validez científica.

Este tipo de iniciativas es justo lo que nuestro planeta necesita, algo simple, pero efectivo, que pueda ser adoptado de manera sencilla desde las bases para hacer una diferencia…

Howitt cree que esto guiará y ayudará a las comunidades locales de “científicos ciudadanos”. Con los sólidos datos científicos ellos podrán, con la ayuda de la IA, determinar las fuentes, causas, y soluciones a sus problemas locales.

“No podemos mejorar lo que no medimos. Nuestra organización ha recolectado datos sobre esto por 10 años. Este es un enfoque nuevo, escalado, y científico, que está enfocado en trabajar de cerca con las comunidades de todo el país”, comentó.

Damon Kelly, CEO de Enlighten Designs, comenta, “Esta herramienta es la primera en su tipo en Nueva Zelanda. Utiliza Cognitive Services de Microsoft, acoplado con la metodología del Programa Ambiental de las Naciones Unidas (UNEP, por sus siglas en inglés), para ayudar a las comunidades alrededor del país a capturar y categorizar qué basura está en nuestras playas”.

Rusell Craig, jefe de tecnología nacional en Microsoft Nueva Zelanda, describe la iniciativa como: “Un fantástico ejemplo de cómo nuestra suite de Cognitive Services es utilizada para el bien, este caso, entregar soluciones base a gran escala para nuestro propio problema creciente de basura en Nueva Zelanda”.

“Sólo nos limita nuestra imaginación. Si podemos tener un ejército de voluntarios para capturar los datos, entonces estamos en una fuerte situación de determinar cuál es el mejor lugar para poner nuestros esfuerzos”.

Volunteer Citizen Scientists trabajan en el monitoreo de basura en Buffalo Beach, en Whitianga en la Isla Norte de Nueva Zelanda.

La segunda estrategia de Howitt es la educación. Como Microsoft, él quiere impulsar a los niños para ayudar a mejorar su futuro. Su meta es integrar la sustentabilidad en los planes de estudio y motivar a los estudiantes a que se consideren como los futuros guardianes de Aotearoa (el nombre indígena Maorí para Nueva Zelanda). Una manera podría ser a través de gamificar la plataforma Sustainable Coastlines y dar recompensas sociales a todos los que se involucren.

Él quiere que cada neozelandés ayude a mantener hermosa a su nación y equiparlos con las herramientas para proteger al paraíso. Sin embargo, es lo suficientemente realista para saber que, “Puedes construir la base de datos más poderosa en el mundo, pero si no cambias el comportamiento de la gente entonces será algo redundante”.

Howitt también piensa de manera global. A inicios de 2019 presentó el modelo de científico ciudadano de Sustainable Coastlines en la Asamblea Ambiental de las Naciones Unidas en Nairobi.

“La tecnología juega un rol crítico en asegurar que los datos recolectados por los ciudadanos científicos sean reconocidos como creíbles y utilizables para la toma informada de decisión a nivel mundial”, comenta, y agrega que la subvención de AI for Earth de Microsoft “nos pone un paso más cerca a llevar este innovador programa a todo el mundo”.

Desde el lanzamiento de AI for Earth en junio de 2017, Microsoft ha otorgado más de 230 subvenciones a beneficiarios alrededor de 60 países. AI for Earth es el compromiso de 50 millones de dólares por cinco años de Microsoft para poner la tecnología de inteligencia artificial en las manos de individuos y organizaciones alrededor del mundo que trabajan para proteger a nuestro planeta a través de cuatro áreas clave: agricultura, biodiversidad, cambio climático, y agua. Para más información sobre AI for Earth, por favor visiten: https://www.microsoft.com/en-us/ai/ai-for-earth.