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Una pequeña acción

La profesora de Jacksonville que tiene una máquina del tiempo

La estudiante India Powell tenía claro el por qué quería asistir a una universidad con programas de cuatro años, pero al ser la primera en su familia en hacerlo, no sabía cómo conseguirlo. Por fortuna, la profesora Eris Northern poseía una sorprendente habilidad de ver el futuro de sus estudiantes, y el de India era muy prometedor.

El sonido de los tacones en el piso pulido hace eco a través del vacío corredor de la escuela secundaria William M. Raines. Dos mujeres caminan a través de filas de familiares casilleros rojos y dan vuelta en una esquina. Mientras India Powell toma la perilla cobriza desgastada para entrar al viejo salón de medios de Eris Northern, la ex estudiante es transportada en el tiempo a cuando tenía 15, y abría esa puerta por primera vez…

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India empujó la pesada puerta del aula y buscó por un escritorio vacío. Era el primer día de la clase de medios en su escuela secundaria en Jacksonville, Florida. El año anterior, como estudiante recién llegada, no paró de pedir a los consejeros casi cada día después de clases para asegurarse de que pudiera entrar a la tan valorada clase práctica de la profesora Northern, que estaba disponible sólo para estudiantes de segundo año. Ahora como estudiante de segundo año, India daba un vistazo a TV en carritos con rodaduras, cámaras de video VHS en tripiés, y cintas VHS alineadas en estantes. Al frente del aula estaba la profesora Northern, quien pronto se convertiría en una leyenda viva para India y parte de la historia de su familia.

La profesora Northern comenzó a trabajar en la secundaria en 1968, sólo unos años después que se abriera a un cuerpo estudiantil compuesto en su totalidad por estudiantes de raza negra. La tía de India había sido amiga cercana de la profesora Northern en la década de los sesenta, y la madre y las hermanas de India habían tenido a la profesora como su bibliotecaria cuando asistieron a Raines. Ella había escuchado que la profesora era una mujer sureña tierna y animosa con el don de cambiar lo negativo en algo positivo. La India de 15 años, que aspiraba a ser presentadora de noticias, también tendría el placer de recibir la influencia de la profesora Northern.

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“Creo que nunca vi que se sentara en una silla”, le comenta India a su ex profesora mientras examinan una pila de viejas fotografías, anuarios, y cintas VHS. Han pasado unos años desde que India visitó su alma mater. India le comenta a la profesora Northern que se ve igual, que siempre se ha mantenido ocupada y que casi siempre estaba detrás de una cámara para grabar juegos de futbol, asambleas, y eventos escolares.

Se pierden entre recuerdos, mientras India utiliza la cámara de su teléfono para capturar una imagen de una vieja fotografía, la profesora Northern comenta, “Siempre supe que ibas a ser alguien, India. Sólo lo supe”.

Durante su carrera, la profesora Northern parecía ser capaz de viajar en el tiempo para conocer a las futuras versiones de sus estudiantes, para encontrar a su mejor versión, y regresar para ayudarlos, con algún pequeño empujón aquí, una pregunta allá, un poco de ayuda cada que podía, a pasar de ser adolescentes a ser adultos sanos y salvos.

“¿En serio? ¿Lo sabía?”, pregunta India a su ex profesora, con la voz un poco quebrada. “No sé si lo he conseguido, pero estoy muy orgullosa de que hayas visto algo en mi”. Así funcionan las cosas con la profesora Northern. India quería honrar la poderosa presencia de la profesora Northern en su vida y en su lugar, fue la profesora la que lo hizo.

Tal como siempre llevaba una grabadora VHS en sus hombros, la profesora Northern siempre mantuvo la esperanza en cada uno de sus estudiantes, y era la primera en ver su potencial. Ella se acercaba a cada estudiante, recuerda India, incluso a aquellos que no querían estar en la escuela o que se metían en problemas.

“Ella te decía, ‘Oye, toma esta cámara para grabar los juegos de futbol. Lo vas a hacer muy bien’. Ponía su energía en impulsar a la gente a que hicieran cosas que nunca hubieran pensado que podrían hacer, y tenían éxito en ello”, comenta India.

Una prueba: Hace algunos años, la profesora Northern tuvo la idea de combatir la baja tasa de graduados en Raines.

“Tuve la idea de comenzar con el final en mente”, comenta la profesora Northern, cuya cuidadosa cadencia de palabras atrae poco a poco a la audiencia. “Así que realizamos un bachillerato al inicio del año escolar. Ordenamos togas y birretes para todos. No me importó que fueran estudiantes de bajas calificaciones, todos tuvieron una toga y un birrete. Luego todos marchamos”.

“¿Adivina dónde estaba durante la ceremonia?”, pregunta la profesora Northern a India.

“¿Dónde?”, comenta India.

“Detrás de la cámara de video”, responde con una sonrisa la profesora.

“Pero claro que estaba ahí, profesora”, menciona India. “Claro que así fue”.

Ese año, la tasa de graduados tuvo el repunte que la administración y la profesora Northern esperaban.

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India era el tipo de estudiante que los profesores quieren duplicar, de acuerdo con la profesora Northern. “Si le dabas un proyecto, ella lo veía de principio a fin. Luego, ella le decía a los otros estudiantes que creía en ellos para terminarlo”.

Y ahora, está complacida con el regreso de India, orgullosa de que haya considerado lo que Raines y la gente que ha sido parte de su vida hicieron por ayudarla.

“No sólo ha mirado hacia atrás, ha acogido su historia”, comenta la profesora Northern. “Y por eso, estoy muy orgullosa”.

Desde la escuela secundaria, India soñó en asistir a una universidad con programas de cuatro años. Tenía el soporte incondicional de su madre, y harían lo que fuera para que llegara ahí, pero India tenía que descubrir qué pasos tomar. Nadie en su familia lo había hecho.

“Esta es una de las complicaciones que creo son inherentes a algunos niños que vienen de hogares de padres solteros como yo”, explica India. “Tal vez son dependientes a vales de alimentos o a la asistencia del gobierno. Tal vez tengan que trabajar mientras están en la universidad, mientras que los demás sólo tienen que enfocarse en asistir a la escuela. Tienen retos diferentes a los que tendrían otras personas. Necesitan ayuda para descubrir su ruta”.

Ahí fue donde entró a escena la profesora Northern.

Justo antes del receso de verano en la escuela, al final del segundo año de India, la profesora Northern le comentó sobre un campamento de verano de periodismo en su alma mater, la Universidad de Florida. India se emocionó hasta que supo que tenía un costo. Ahí fue cuando le dijo la profesora que no se preocupara, que encontrarían a un patrocinador.

India corrió a casa para pedir permiso. Su madre le dijo, “¡Por supuesto! Si la profesora Northern lo recomienda, lo haremos.”

Ese junio, India se fue al sur a un húmedo Gainesville para el campamento de periodismo de una semana de duración, uno de los momentos que definió su vida.

“No había estado en muchos lugares fuera de mi hogar natal antes de eso”, comenta India. “Me abrió un mundo nuevo”.

India regresó para su tercer año llena de un creciente vigor. Estaba en lo alto de su clase a nivel académico, atleta, presidenta de su clase, productora de noticias de su escuela, voluntaria comunitaria, activa en su iglesia, y tenía dos trabajos de medio tiempo. Sus solicitudes de ingreso a diferentes colegios incluían una para la Universidad de Florida, para la cual la profesora Northern escribió una entusiasta recomendación.

Aunque India “siempre supo que la combinación de trabajo arduo y la gracia de Dios le podían abrir puertas”, ella aun así se sintió “con miedo, en el buen sentido” cuando abrió el sobre con el emblema azul de la Universidad de Florida, y vio que había sido aceptada. Además, había conseguido una beca complete a través de un programa que recompensaba altos logros académicos en graduados de universidad de primera generación. Muy contenta, le contó a la profesora Northern, que por su parte no estaba sorprendida. Era como si conociera de antemano el futuro de India.

La profesora estaba por retirarse después del último año de India, y estableció una beca para los estudiantes de Raines. El año en que India se graduó, ella y otros cuatro compañeros recibieron una beca de 500 dólares por parte de la profesora.

“Ella todavía me apoyaba, incluso después de que dejé la escuela. Hizo muchas cosas para impulsarme, incluso cuando no estaba segura sobre qué dirección debía tomar”.

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India no sabía si quería trabajar en periodismo después de la universidad, pero sabía que quería impulsar las historias de otras personas, lo que hace en su trabajo en una tienda minorista de Microsoft en Jacksonville como alguien que conecta los recursos de Microsoft con las necesidades de la comunidad.

Una vez, la profesora Northern compartió con India una frase que se le quedó grabada: “Conoces mi gloria, pero no conoces mi historia”. Conocer los antecedentes de alguien o el camino que ha recorrido puede profundizar el entendimiento de su éxito.

“Si algo aprendí de la profesora Northern, es ser capaz de escuchar y conversar con cualquier persona, en cualquier momento, en cualquier lugar, sobre su historia, porque eso es lo que ella hace. El trabajo en el que comprometió su vida es muy necesario; ¿Quién más podría ser capaz de contar la historia de la escuela o entender el legado de su gente?”, comenta. “Ella documentó su historia para que se mantuviera viva, incluso cuando se fue”.

Para sorpresa de India, unos meses después de su reciente reunión en Reines, ella recibió un paquete de la profesora Northern, un regalo de Navidad. Ella sacó un DVD con la etiqueta “Videos de India”. La profesora había recopilado cada una de las apariciones de India como reportera y presentadora de noticias en un solo video.

India supo que la familia Northern había gastado sus ahorros en convertir el amplio archivo en VHS de Raines (mucho del cual la profesora Northern había grabado), en DVD. “La dedicación de esta mujer con su profesión y su comunidad no deja de inspirarme”.