La tecnología como fuerza de inclusión
El primer año de Microsoft Filantropía
Un viaje reciente para visitar a mi familia en Kansas me presentó un ejemplo inesperado sobre lo rápido que está cambiando la naturaleza del trabajo. Durante mi estancia, fuimos a un restaurante cerca de las afueras de nuestra pequeña ciudad. Antes, era un lugar donde te recibían con un saludo y te atendían jóvenes alegres, principalmente estudiantes de las escuelas preparatorias locales o jóvenes recién graduados que vivían su primera experiencia laboral. Esta vez, sin embargo, una pantalla de computadora a la entrada nos asignó la mesa. Seleccionamos los platillos en un menú digital y ordenamos desde la mesa sobre una pantalla táctil. Prácticamente grité de emoción cuando un joven nos sirvió la comida.
Aunque la situación era interesante desde el punto de vista tecnológico, no pude evitar preguntarme sobre el efecto dominó que eso tenía la comunidad. ¿Qué reemplazará esos empleos básicos? ¿Las escuelas están ayudando a los jóvenes a adquirir las habilidades que necesitan hoy y que necesitarán en nuestro futuro impulsado por la tecnología?
Como una compañía cuya misión es permitir lograr más a cada persona y a cada empresa del planeta, esas son sólo algunas de las preguntas que nos planteamos en Microsoft. Consideramos que ya no basta medir el éxito en términos de qué tan rápido avanza la tecnología. Es más importante saber cuántas vidas se mejorarán y si la gente está preparada para los empleos que requieren habilidades que van desde la alfabetización digital básica hasta las ciencias de la computación avanzadas.
No cabe duda de que estamos viviendo una época de asombrosa transformación impulsada por la tecnología. El cambio es tan profundo que algunos aseguran que se trata de una nueva revolución industrial. Con tanta innovación en inteligencia artificial, robótica, genómica y cómputo en la nube, no es difícil imaginar un futuro en el que habremos resuelto los problemas más graves de la humanidad en las áreas de salud, educación y medio ambiente. Pero sabemos que en todas partes del mundo mucha gente percibe la tecnología como una amenaza a su empleo, su privacidad y su seguridad. Y para los casi 4,000 millones de personas que carecen de acceso al Internet, la próxima revolución industrial es, si acaso, un sueño distante.
Lo que me lleva al objetivo con el cual fue creado Microsoft Filantropía hace más de un año: para cumplir la promesa y el potencial de la tecnología a favor de todos. ¿Cuáles son los retos que enfrenta la humanidad?, ¿cómo puede ayudarnos la tecnología a resolverlos?, ¿cuál es la aportación de Microsoft? Al igual que un ecosistema comercial sumamente eficaz cumple la promesa de la tecnología en el mercado, debemos crear un ecosistema social sólido que cumpla la promesa de la tecnología en nuestras comunidades, especialmente donde la gente corre el riesgo de quedarse atrás en esta era de transformación digital.
Con ese fin, me complace ofrecer un panorama de lo que hemos logrado hasta ahora. Fue un primer año productivo que incluyó:
- un compromiso de $1,000 millones de dólares en servicios en la nube para que las organizaciones sin fines de lucro y los investigadores apoyen el bien público, y, a la fecha, la donación de $465 millones de dólares a 71,000 organizaciones;
- capacidades de conectividad en escuelas, clínicas de salud y centros comunitarios remotos en 11 países a través del uso innovador de los “espacios en blanco de televisión”;
- mayor acceso a educación en ciencias de la computación para 225 escuelas preparatorias de Estados Unidos;
- más de $30 millones de dólares en donaciones de tecnología y dinero en efectivo a organizaciones de asistencia a refugiados y personas desplazadas; y,
- recaudación de la cifra récord de $142 millones de dólares a través de nuestro programa filantrópico de empleados, el cual benefició a 19,000 organizaciones sin fines de lucro y escuelas.
Estas contribuciones, entre otras que se mencionan más adelante, ascendieron a más de $650 millones de dólares en el 2016.
Transformamos la manera en que las organizaciones sin fines de lucro causan impacto
Si hoy existe una sola tecnología que hace posible el cambio impulsado por la tecnología, ésta es el cómputo en la nube. La capacidad de trabajar desde todo lugar, en todo momento. El surgimiento de automóviles que se conducen solos. Medicina personalizada basada en el análisis de la genética de la persona. Todas esas innovaciones son posibles gracias a la nube.
Pero para desatar todo el potencial de la nube con el objetivo de generar oportunidades económicas y resolver los problemas más difíciles del mundo, el poder del cómputo en la nube debe estar disponible para las organizaciones sin fines de lucro y los investigadores, así como para las personas que carecen de acceso a banda ancha. Por lo tanto, en enero del año pasado anunciamos una iniciativa de tres años para donar $1,000 millones de dólares en recursos de cómputo en la nube a 70,000 organizaciones sin fines de lucro y 900 investigadores, y para ampliar el acceso a banda ancha en 15 países.
En el 2016 llegamos a casi la mitad de nuestra meta de tres años de donaciones y superamos nuestro objetivo de apoyar a las organizaciones sin fines de lucro mediante la donación de $465 millones de dólares en servicios en la nube a más de 71,000 organizaciones.
Son muchas las maneras en que las organizaciones sin fines de lucro utilizan esas donaciones para incrementar su impacto y efectividad, pero un ejemplo en particular me impresionó más que los demás. CONIN es una organización sin fines de lucro que se dedica a erradicar la desnutrición infantil en Argentina. Utilizan las tecnologías en la nube de Microsoft para analizar los factores que producen desnutrición, tales como falta de agua potable y comida nutritiva insuficiente, y para crear visualizaciones precisas de casos locales reales. Esto ha permitido a CONIN trabajar con los gobiernos locales para dirigir los recursos a las familias con necesidades urgentes.
También hemos progresado en nuestros esfuerzos de permitir a los investigadores universitarios utilizar el cómputo en la nube de manera más amplia para acelerar su trabajo. Esta iniciativa se basa en el programa Microsoft Azure para la Investigación, que ya patrocinaba 600 proyectos de investigación alrededor del mundo antes de que se estableciera Microsoft Filantropía. En el 2016 ampliamos el acceso a la nube de Microsoft para otros 350 científicos.
Y debido a que el acceso a banda ancha es un prerrequisito para recibir los beneficios de la nube, continuamos respaldando los programas que amplían la conectividad en comunidades de todo el mundo. Actualmente, nuestra Iniciativa de Acceso Económico apoya 26 proyectos en 11 países, incluido Jamaica, donde estamos aprovechando el espectro de transmisión no utilizado llamado “espacio en blanco de televisión” para conectar por primera vez al Internet a más de 30 escuelas rurales, centros comunitarios, clínicas de salud y estaciones de policía.
Oportunidades educativas para impulsar a la próxima generación
Si los jóvenes de hoy habrán de prosperar en la economía digital, necesitarán acceso a una educación de alta calidad y a capacitación en habilidades para poseer los conocimientos informáticos que requieren los empleos del presente —y los del futuro—.
Ese ha sido siempre el objetivo en Microsoft, como lo demuestran los programas como YouthSpark. Con Microsoft Filantropía ampliamos nuestro apoyo a YouthSpark por medio de un compromiso de $75 millones de dólares a lo largo de tres años para impartir cursos de alfabetización digital y educación en ciencias de la computación a todos los jóvenes. En el 2016 otorgamos más de $23 millones de dólares a través de 142 donaciones en efectivo a organizaciones en 58 países. Actualmente, más del 80% de los estudiantes que se benefician de las becas de YouthSpark provienen de comunidades de bajos recursos y más de la mitad son mujeres.
Un ejemplo inspirador es Roxana Rugina, una joven de Rumania que empezó a aprender a programar por sí sola antes de cumplir los 10 años de edad. Pero como suele suceder en tantos países y culturas, debido a que era mujer no pudo estudiar una carrera de computación. Incluso con un par de maestrías en comunicación a la edad de 22 años, tenía un empleo mal remunerado en un puesto que no le agradaba. Más tarde la aceptaron para participar en un programa intensivo de seis meses en Montreuil, Francia, impartido por una organización financiada por YouthSpark llamada Simplon. Eso volvió a despertar en ella su pasión de niña por la computación. Ahora reside nuevamente en su ciudad natal de Cluj, donde lanzó un proyecto para Simplon que consiste en ayudar a los jóvenes —principalmente mujeres— a desarrollar las habilidades digitales que necesitarán para obtener buenos empleos en la economía digital.
Otro programa denominado Educación y Alfabetización Tecnológica en las Escuelas (TEALS, por sus siglas en inglés) es una parte fundamental del trabajo que realiza Microsoft Filantropía para incorporar cursos de ciencias de la computación en todas las escuelas preparatorias de Estados Unidos al promover la colaboración entre los profesores y los ingenieros en ciencias de la computación que participan de manera voluntaria. TEALS fue iniciado por un empleado de Microsoft en el 2009 y se ha expandido considerablemente desde entonces. El año pasado obtuvimos 750 voluntarios de más de 400 compañías para llevar educación en ciencias de la computación a estudiantes en 225 escuelas preparatorias de Estados Unidos. Nuestro alcance abarca desde Washington hasta Pennsylvania y las zonas rurales de Kentucky, donde dos escuelas reciben apoyo y clases a distancia por parte de voluntarios de la industria a través de Skype.
Microsoft es un socio fundador y el contribuidor financiero más grande de Code.org, una organización sin fines de lucro que amplía el acceso a las ciencias de la computación y promueve la participación de las mujeres y de las minorías sin representación en el ámbito de la tecnología. En el 2016, Code.org duplicó su impacto. Ahora trabajan con más de 120 distritos escolares para incorporar educación en ciencias de la computación desde kínder hasta tercero de preparatoria. Las niñas y las minorías sin representación constituyen el 45% y 48% de sus cursos, respectivamente, en el actual año escolar. Se anticipa que, a nivel nacional, las inscripciones a los programas de ciencias de la computación avanzadas por parte de las minorías sin representación se duplicarán en tan sólo un año. Asimismo, para la campaña global “La Hora del Código” del 2016, Microsoft y Code.org desarrollaron conjuntamente un nuevo tutorial basado en el juego Minecraft, el cual más de 15 millones de personas en 119 países han realizado. Continuaremos apoyando alianzas importantes como ésta, que cierran las brechas de diversidad en los campos STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas).
Un compromiso para apoyar a quienes responden ante las crisis humanitarias
Las personas en comunidades remotas o desplazadas enfrentan grandes dificultades para acceder a tecnología e información. Hoy en día, existen 65 millones de personas en el mundo que han sido desplazadas por diferentes motivos, tales como conflictos, desastres naturales, hambruna y disturbios políticos —lo que hace que ésta sea la época con la mayor necesidad de ayuda humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial—.
Uno de nuestros compromisos más importantes en Microsoft Filantropía consiste en apoyar a las organizaciones sin fines de lucro, agencias y comunidades que responden ante las crisis humanitarias y en trabajar para crear comunidades más fuertes. En el 2016 otorgamos más de $30 millones de dólares en donaciones de tecnología y dinero en efectivo a organizaciones como Mercy Corps, CARE, el Comité Internacional de Rescate y NetHope para ayudar a la gente desplazada.
Una de las organizaciones con la mayor necesidad de ayuda y en la cual estamos causando un impacto significativo es SOS Children’s Villages International, que trabaja en 135 países para brindar asistencia a niños desplazados y sus familias. Microsoft Filantropía proporciona la tecnología que ayuda a SOS a recaudar fondos y ofrece herramientas que mejoran el manejo de casos de niños que se extraviaron o se quedaron huérfanos.
También ayudamos a SOS Children’s Villages International a atender las necesidades de los casi 5 millones de personas que han huido de la terrible violencia en Siria mediante la colocación de pequeños centros de tecnología de la información y la comunicación a lo largo de las rutas de refugiados en Europa. En esos centros, los refugiados pueden conocer los próximos tramos de su recorrido, buscar asesoría médica, prepararse para entrar a un país anfitrión y mantenerse en contacto con sus seres queridos. También ofrecen oportunidades de educación a los niños, así como la posibilidad de revisar sus medios sociales, conversar con sus amigos y jugar.
Un año récord en filantropía
Los empleados de Microsoft son el motor de nuestros esfuerzos de ayuda a los más necesitados. Su generosidad es realmente extraordinaria. En el 2016, el 74% de los empleados de Microsoft en Estados Unidos participaron en nuestro programa de donaciones, el porcentaje más alto hasta la fecha, y recaudaron la cifra récord de $142 millones de dólares para casi 19,000 organizaciones sin fines de lucro y escuelas. Por otra parte, más de 3,000 empleados participaron en nuestro programa “Hack for Good” y trabajaron en 550 proyectos, uno de los cuales consistió en ayudar a transformar el cuidado temporal de niños sin hogar mediante el uso de datos para brindar un mejor apoyo a las familias que cuidan de esos niños.
Debemos hacer más, juntos
Me siento orgullosa de lo que hemos logrado en Microsoft Filantropía en nuestro primer año. Más que eso, me inspira el impacto que las organizaciones sin fines de lucro y los investigadores que apoyamos han tenido conforme trabajan para crear un mundo mejor. A pesar del gran progreso obtenido, hay algo que me queda muy claro: debemos hacer más en Microsoft Filantropía.
Específicamente, en el 2017 continuaremos impulsando las iniciativas en educación, ampliaremos nuestro apoyo para las acciones humanitarias y trabajaremos con el fin de mejorar el acceso a la tecnología para las personas con discapacidad. También apoyaremos las nuevas oportunidades de capacitación tecnológica para los empleos que no exigen licenciatura pero que requieren conocimientos superiores a los adquiridos en preparatoria.
Asimismo, para asegurar que los beneficios de la innovación tecnológica se compartan extensamente debemos ser más considerados y estar más dedicados y más comprometidos. Vivimos en una época de grandes necesidades incumplidas, pero de promesas increíbles. Pienso que debemos unirnos y hacer todo lo posible para garantizar que la evolución de la tecnología conduzca a un mundo más próspero, más justo y más incluyente.
En Microsoft Filantropía nos sentimos honrados de apoyar a miles de organizaciones alrededor del mundo que trabajan hacia el cumplimiento de esta visión. Pero somos sólo una pequeña parte de lo que podría ser un esfuerzo mucho más grande. Y por eso les pido —en estos tiempos de grandes cambios y posibilidades— que se unan a nosotros.