Windows 11
Las personas detrás de Windows 11: Trabajar con las comunidades para mejorar las aportaciones y la accesibilidad
John Porter es un diseñador de entradas y accesibilidad que no puede usar lo que muchos dan por sentado: un teclado y un mouse.
Porter se apoya casi por completo en su voz y en la tecnología de reconocimiento de voz, además de interruptores (una serie de botones con acciones predefinidas para cubrir un pequeño rango de movimiento) para interactuar con su PC.
En su trabajo dentro de Windows 11 como parte del equipo Modern Input & Accessibility (Entradas Modernas y Accesibilidad), ha creado soluciones para ayudar a otros que usan sus PC de diferentes maneras.
“Mi función en el equipo es pensar en cómo podemos crear modalidades de entrada nuevas e inclusivas de manera inherente que no solo aborden las necesidades de los clientes con discapacidades, sino que también tengan un valor generalizado”, dice Porter, quien se unió a Microsoft hace tres años, mientras estaba en un programa de doctorado en la Universidad de Washington en el departamento de Diseño e Ingeniería Centrados en las Personas.
En Windows 11, ahora verán Accesibilidad en el menú de Configuración, nuevos temas de contraste y un compromiso continuo para interactuar con la comunidad de discapacitados para hacer aún más con sus comentarios.
«Tener a alguien en el equipo como yo, que no creció arraigado en una noción tradicional de lo que significa interactuar con una computadora me permite pensar fuera de la caja», dice Porter, quien tiene una afección neuromuscular llamada atrofia músculo espinal.
Cuando era un niño pequeño, alrededor de 5 años, tenía suficiente destreza manual para usar un teclado y un mouse en su primera computadora. Pero a medida que su condición evolucionó, tuvo que adaptarse, usar un lápiz para «cazar y picotear» en el teclado, y un lápiz óptico en lugar de un mouse.
“Cuando pienso en mi propia infancia, estar en el aula o en la clase de informática, mis recuerdos más vívidos incluyen el uso de dispositivos de entrada alternativos y la forma en que todos los niños se apiñaban para presenciar esta novedad. Para mí, tuve mucha fortuna, eso se manifestó como una experiencia bastante positiva, pero también reconozco que está lejos de ser algo típico”, dice Porter. “A menudo, para las personas con discapacidades (sensoriales, físicas o cognitivas), las funciones de accesibilidad y las tecnologías de asistencia en las que confían para mediar en su interacción con el mundo que los rodea también pueden ser un letrero de neón parpadeante que dice ‘Soy diferente’. En Windows 11, ese era uno de nuestros compromisos y prioridades reales. Sin importar si se usa Windows con el mouse, el tacto o la escritura por voz, se usa un tema de color predeterminado, etc., todo debe sentirse como si usaran Windows de la forma en que debe usarse.
“Era fundamental reconocer que no hay dos personas con discapacidades iguales. Una persona ciega o con problemas de visión no puede actuar como representante de toda una comunidad. Lo que trato de comunicar a mi equipo y a todos nuestros equipos asociados es que hemos tenido un buen comienzo, pero ¿Cómo podemos impulsar esto más allá? Derribé esa puerta, por así decirlo, entonces, ¿Cómo uso ese privilegio en el mundo de Windows para encontrar más asientos en esa mesa, atraer más personas a esa conversación? La única forma en que podremos avanzar para representar el espectro completo de la diversidad humana es ser comprendidos y representados en las cosas que creamos”, dice Porter.
La gerente de Porter, Jiwon Choi, ha estado en Microsoft durante ocho años, recién salida de la universidad, y ha canalizado su experiencia en Windows en una mentalidad que ha permeado en todo su equipo.
Reconocen que las personas tienen diferentes preferencias y habilidades. Entonces, preguntaron, ¿Cómo prefieren estas personas interactuar con Windows? ¿Tienen baja visión y, por lo tanto, la experiencia del software debe ser aumentada para que les ayude a ver mejor la pantalla o ver de la manera que les gusta? O algunas personas no pueden ver nada. Es posible que necesiten una experiencia en la que todo se lea en voz alta.
“Siempre supimos que Windows 11, incluso antes de que se llamara así, iba a ser un gran impulso y que iba a ser esta nueva página. Queríamos asegurarnos de que en verdad nos comprometimos en las cosas en las que creíamos y en las cosas que sentíamos que en verdad iban a mover la aguja para las personas, para los clientes”, dice Choi, quien admite que aprendió mucho de su equipo, al reforzar el entendimiento de que «Construimos esto juntos, así que en verdad intentamos animarnos y enseñarnos unos a otros».
La Escuela de Diseño Carnegie Mellon inculcó en Choi el principio básico de que la forma sigue a la función.
“Siempre se trata de cuestionar cuál es el problema. Y creo que el deseo de identificar siempre la pepita de oro en el núcleo real es algo a lo que siempre sigo aferrándome, y creo que nos ha ayudado a limitar nuestras distracciones», dice. «En verdad tratamos de crear soluciones significativas, intencionales y reflexionadas».
Choi pensó que terminaría en diseño de impresión, incluso estudió en el extranjero en Suiza en una escuela que se especializaba en diseño de impresión, pero cambió de opinión después de visitar un stand de Microsoft en un evento de reclutamiento.
“Me quedé impresionada por lo inesperada que fue esa experiencia, allá por 2013. Nunca escuchaste a Microsoft y al diseño juntos en la misma oración, pero podía decir que estos líderes de diseño que vinieron a nuestra escuela en verdad creían en la visión y en el poder de lo que el diseño podría aportar”, dice Choi, quien creció entre la costa este de Estados Unidos y Corea del Sur. «Trabajar para una empresa que tenía un alcance y un potencial de impacto tan grandes era algo muy convincente que creo que ese sentimiento era, en verdad, contagioso».
Choi ha desarrollado ese sentimiento para escuchar a las personas y trabajar con otros dentro de la empresa para evolucionar a sus necesidades. Su equipo colaboró con equipos que trabajan en hardware, lo que les dio información sobre cómo las personas sostienen sus dispositivos, para reconocer el hecho de que no todos tienen una configuración de torre de escritorio. Observaron cómo las personas usaban sus PC más allá de una configuración de escritorio estacionaria y observaron las necesidades de las personas que prefieren trabajar de manera fluida, como en el sofá y en movimiento. Y lugares donde escribir cuando el teclado y el mouse no están disponibles. Esto la ayudó a ella y a su equipo a diseñar en torno a una variedad de posturas y entornos.
Su equipo escuchó de los clientes que querían usar sus voces para escribir y crear contenido a través de estas posturas (arreglos físicos de un usuario y su dispositivo), por lo que Choi y su equipo aceptaron eso.
Estas soluciones de entrada, como la escritura por voz de Windows, también suelen tener resultados accesibles naturales. Por ejemplo, aunque la escritura por voz se diseñó en un inicio para un caso de uso convencional para la entrada de texto conveniente en diversas posturas de dispositivo, el equipo descubrió que la función también era valiosa para los clientes con discapacidades físicas que dificultaban la escritura tradicional.
«Eso cambio las cosas», dice ella. «En verdad queremos redoblar esos esfuerzos».
Facilitaron que las personas encontraran los lugares donde podían usar su voz.
«Esperamos que la gente encuentre una solución elegante que en verdad intente encontrarlo donde se encuentra», dice. «Es confiable, es valioso y espero que la gente lo pruebe y vea cuál es el beneficio y que aprendamos de eso».
Lo que también significó mucho para ella con este lanzamiento fue el cambio de marca del ícono de Accesibilidad.
“La accesibilidad no fue una ocurrencia tardía. Todos esos aspectos eran importantes”, dice Choi. “Queríamos que fuera coherente con el mensaje de que Windows 11 es este nuevo viaje y todos están incluidos. Lo que más me gusta de que el ícono sea una figura humana es que no hablamos solo de un tipo de discapacidad. Queremos abrazar la plenitud de ese rango en el espectro. Y reconocer ante todo, que lo que significa ser humano significa tener diferencias y diversidad y celebrar eso. Sentimos que la figura humana en verdad abraza esos principios. Recién hemos comenzado».
Antes de unirse al equipo de entradas y accesibilidad de Choi como diseñadora, Natassia Silva trabajaba de manera directa con la gente todos los días. Como gerente de un restaurante de sushi en San Francisco, tomaba notas sobre los clientes habituales, recordaba los nombres de los miembros de la familia, las alergias y los platos favoritos.
“Me di cuenta que aprendía sobre los clientes, aprendía sus hábitos, el menú y trataba de encontrar formas de mejorar el menú. Ayudé a construirlo. Hice cosas que estaban fuera de las expectativas”, dice. “Pero en realidad me apasionaba no solo hacer que un negocio fuera exitoso, sino también hacer felices a las personas que acudían a él y tener una experiencia memorable. Siento una profunda empatía por la gente y por aprender y escuchar los comentarios».
Nacida y criada en Hawái, Silva se tomó un tiempo para descubrir qué quería hacer. Ella siempre fue muy creativa. Amaba las computadoras, el dibujo y la moda. Incluso hizo sus propias revistas. Pero también sabía que quería hacer algo que ayudara a la gente.
Silva fue a la Academia de Arte de la Universidad y trabajó en la industria de la moda masculina, donde hacía un poco de todo, antes de que un encuentro casual cambiara su vida.
“Estaba en un punto en el que comenzaba a considerar volver a la escuela para el diseño gráfico. Conocí a alguien en el restaurante que administraba, que era un diseñador de UX [experiencia de usuario], y me preguntó, ¿Has pensado en el diseño de UX? Compartió todos estos recursos que despertaron mi curiosidad. Para resumir, decidí mudarme a Seattle solo para cambiar las cosas, probar una nueva ciudad”, dice Silva, cuyo primo la instó a unirse a un programa de diseño allí. «En el último día de mis clases de diseño de interacción, mi instructor nos mostró portafolios de diseñadores a los que mirar y uno de ellos era el mismo diseñador que conocí en San Francisco y me dijo que debería dedicarme al diseño de UX».
Para Windows 11, Silva trabajó en el menú del lápiz, el panel de escritura a mano, el conmutador de idioma y el editor de métodos de entrada (IME, por sus siglas en inglés) para los idiomas de Asia oriental. También trabajó en la configuración de accesibilidad, como el tamaño del texto, los efectos visuales y los filtros de color. Pero la mayor parte de su atención estaba en temas de alto contraste, algo con lo que no estaba familiarizada cuando comenzó.
Ella se basó en gran medida en investigaciones anteriores y en hablar de manera directa con los clientes, en especial con aquellos que tienen experiencia en la necesidad o el uso de dichos temas. El equipo trabajó con un consejo asesor de baja visión, compuesto por clientes externos que se identifican dentro del espectro de baja visión, ya sea daltonismo o sensibilidad a la luz.
«No me di cuenta de lo difícil que puede ser para ellos», dice Silva. «Hay tantos problemas de los que no era consciente».
Por ejemplo, a algunas personas les costaba distinguir dónde se encontraban los bordes de una ventana cuando tenían muchas ventanas abiertas. Otros usarían la herramienta de lupa porque tendrían dificultades para ver su pantalla, por lo que usarían esa herramienta de accesibilidad para acercar. Pero cuando se acercaban más, podría ser aún más difícil diferenciar entre varios elementos en la interfaz de usuario. Estas ideas ayudaron a Silva a crear temas de contraste más agradables a nivel estético que brindan a las personas más opciones en lo que les funciona.
«Cuando se trata de diseño centrado en el ser humano, las personas son la raíz de todo y la capacidad de empatizar con nuestros clientes», dice Silva, sobre su enfoque para resolver estos puntos débiles para los usuarios. “También tuve la suerte de trabajar con un gerente de producto que se identificó como alguien con baja visión. Fue útil tener múltiples perspectivas y son esas múltiples perspectivas y escuchar a aquellos con experiencias vividas lo que ayudó a dar forma e impulsar el diseño».
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