Productividad por diseño
Los nuevos espacios de trabajo en Microsoft impulsan la creatividad y la colaboración
Los edificios 16 y 17 son dos de los más grandes en el cuartel general de Microsoft – unos tributos robustos de ladrillo y cristal a los prácticos años ochenta, cuando la empresa estaba enfocada más en manifestar la visión de Bill Gates de poner una computadora en cada escritorio y en cada hogar que en la valentía arquitectónica de su campus.
Por dentro, sin embargo, es una historia diferente. Hay luz, aire y arte. Hay espacios de trabajo nuevos y remodelados y vibrantes áreas comunes. Alguna vez fortalezas llenas de sinuosos corredores, luz fluorescente y oficinas privadas, los edificios fueron rediseñados no sólo para ser más interesantes y modernos, sino también para ofrecer a los empleados un rango sin precedentes de maneras de hacer las cosas. En el idioma del código postal, los edificios 16 y 17 han sido totalmente hackeados.
Después de todo, sería extraño que Microsoft tuviera la meta de impulsar a todas las personas del planeta a que consigan más sin tratar de hacer lo mismo para sus propios empleados.
Los edificios cuentan con todos los distintivos familiares de una empresa de tecnología moderna – la plétora de bebidas gratuitas, mesas de ping pong y pool, el café gourmet, los escritorios verticales. Pero aparte de eso, las ofertas se vuelven más inusuales.
Para comenzar, los edificios 16 y 17 son libres de oficinas. Diseñados con la idea de que no hay nadie mejor para hacer el trabajo, hay un rango sin paralelos de ambientes de trabajo. Los empleados e incluso los ejecutivos trabajan juntos en largas habitaciones compartidas llamadas “vecindarios”. Deambulan a través de salones de techos altos y se detienen para tener reuniones espontáneas en atrios angulares diseñados para capturar y perpetuar la luz. Se dirigen a habitaciones para equipos largas y llenas de cristal para colaborar, o a uno de los muchos focus rooms o cómodas alcobas para tener más privacidad. Gritan y saltan en un cuarto de juegos de Xbox y se quitan los zapatos para recargar energía de manera silenciosa en el primer No Tech Loung en la empresa.
“Es una nueva imagen para el nuevo Microsoft” comentó Jochen Liesche, gerente de negocios para el grupo de Plataforma de Datos, que ayudó con el rediseño. “Al final, creo que el espacio físico en verdad representa la cultura aquí. Es casi como si el espacio físico fuera un representante de la misión y cultura de la empresa”, comentó, para agregar con alegría que el empleado inspirado trabaja mucho más que uno que no lo está.
“Recuerdo estar sentado aquí en la vieja recepción del edificio 16 mientras esperaba para mi primera entrevista”, mencionó Liesche. “Años después ayudaría a demolerlo para poder crear un espacio donde –“
Paró de hablar de manera abrupta, cuando como si estuviera planeado, una sonriente mujer se deslizaba en un scooter Razor y desaparecía detrás de una esquina al final del largo y pulido pasillo de concreto.
“Eso no fue planeado”, comentó con una sonrisa Liesche. “Eso fue real”.
Los edificios 16 y 17 son el hogar de los equipos de Nube y de Empresa, gente que pasa el día en el diseño, construcción y mantenimiento de la Nube de Microsoft. Liesche comentó que el espacio fue diseñado para asegurarse que los empleados se mantuvieran felices, cómodos e inspirados para realizar su mejor trabajo.
Travis Lowdermilk representa todo lo anterior.
“Creo que un espacio de trabajo inspirador es totalmente primordial”, mencionó Lowdermilk, un diseñador de experiencia de usuario para Visual Studio que trabaja en la planta baja del edificio 16. “Los colores, el brillo, la iluminación, el arte – todo tiene un impacto profundo. Tiene este tipo de presencia impresionante cuando caminas por ahí. Veo cómo los visitantes se quedan con la boca abierta cuando miran alrededor. Es un muy buen recordatorio de lo afortunado que soy de trabajar aquí todos los días”.
La remodelación de los edificios 16 y 17 busca reflejar la belleza del Pacífico Noroeste, que incluye los picos y cañones del grupo de montañas Cascades. Este gran espacio interior es “biofílico”, el tipo de diseño que incorpora materiales naturales, elementos y colores que buscan imitar a la naturaleza. Las paredes y los techos son angulados. No hay un tono de verde o azul, hay 20. Las paredes cuentan con mapas topográficos. En el iluminado atrio de cada edificio hay paredes angulares y sesgadas que están diseñadas para dar la apariencia de los cañones y picos de las Cascades.
The Cube es una instalación digital de arte
“Todo es parte de la evolución de nuestro diseño”, comentó Martha Clarkson, diseñadora de experiencia para Edificios y Espacios de Microsoft. “Queremos que nuestros espacios tengan una estética relajada, un ambiente cálido e íntimo que tenga menos sensación corporativa. Eso es lo que hace sentir cómoda a la gente. Se trata de tener variedad, de dar espacios a la gente que sean táctiles e interesantes y no sólo que estén estampados.
Una instalación digital de arte llamada “The Cube” se encuentra en la recepción del edificio 16 y emite un cálido zumbido tecno. The Cube cambia de tonalidades como un anillo de estado de ánimo durante el día, de verde a rosa a azul. “Cuando se vuelve morado, sabes que es momento de ir a casa”, bromeó un residente del edificio.
Una escalera que va al segundo piso lleva a los empleados y visitantes a través del centro de The Cube. Ahí dentro, un sensor Kinect detecta cuando la gente sube y baja las escaleras, y la escena dentro de The Cube cambio en respuesta – si una persona asciende, algunas aves vuelan por ahí; si un grupo más grande desciende, una gran parvada se proyecta y revolotea alrededor de ellos.
The Cube fue concebido dentro de The Hive, un laboratorio de 11 mil pies cuadrados a varias millas de distancia, donde el equipo de Edificios e Instalaciones experimenta con nuevos diseños de edificios.
“Hicimos una réplica de The Cube a partir de Tyvek para asegurarnos que tuviéramos los elementos grandes de la manera correcta”, mencionó Clarkson. “Es muy caro probar cosas en todo un edificio, así que The Hive es nuestro patio de juegos – el lugar para pequeñas fallas, rápido y barato, antes de encontrar el éxito”.
Ahora, todo mundo trabaja en un “vecindario”.
Por décadas, los edificios 16 y 17 consistían de manera primordial en oficinas privadas, pero con la remodelación, las paredes se vinieron abajo, literal. Ahora, todos trabajan en un vecindario. En esencia, son como las casas de los estudiantes en el ficticio Hogwarts – cada equipo trabaja en un amplio, largo y abierto salón, que se les pidió que personalizaran a su gusto. Cada equipo también tiene cuartos de reuniones y pequeñas habitaciones dedicadas.
“En todos los pisos, no hay una sola oficina individual en los edificios 16 y 17. Incluso el vicepresidente se sienta en el vecindario”, comentó Liesche. “Mucha gente tenía sus reservas sobre la falta de privacidad y concentración. Estaban preocupados por el posible aumento en las interrupciones y sobre la falta de espacios uno a uno para las reuniones privadas.”
En los meses que siguieron al movimiento, el formato de vecindario comenzó a ganar apoyo. Los audífonos o una de las muchas bóvedas del edificio son la nueva puerta cerrada. Baja el tráfico de emails; la gente en lugar de eso tiene rápidas charlas espontáneas. Nadie pelea más por las salas de reuniones.
Gracias a algunas útiles calcomanías, no se requiere improvisar cuando se entra o sale de la guarida del equipo de Diseño de Plataforma de Datos de Microsoft.
Algunos vecindarios se ven igual a cuando los empleados regresaron a los edificios remodelados a principios de 2016. Otros, como el vecindario de Diseñadores de Plataforma de Datos, están llenos de adornos.
El equipo aprovechó a fondo el presupuesto que ofreció Microsoft para la personalización del vecindario. Compraron pistolas Nerf, plantas, una bola disco y series de luces que cambian de color para colocar en los mosaicos del techo para dar a la habitación un brillo etéreo. Cuando uno entra a la habitación, puede ver un ukulele colocado en una silla. Junto a unos estantes llenos de juguetes, libros y juegos de mesa, unos altavoces transmiten música calmada. Casi cada superficie en el vecindario permite garabatear sobre ella, ya sea con marcadores o tiza, e incluso tienen un evento de integración de equipo para utilizar pintura en spray y llenar de grafiti un estante modular.
Esto era todo parte del plan.
“Eso es lo que completa el diseño del edificio, cuando los usuarios comienzan con la personalización y ponen su propia personalidad en el espacio. Esa es la parte más importante”, comentó Susana Covarrubias del grupo de arquitectos Gensler, directora de diseño del proyecto. “Nosotros entregamos el espacio y los usuarios lo completaron con su sello personal”.
“Yo ya casi no envío emails, tal vez cinco o seis al día. Ahora me levanto y platico con la gente”, comentó Michael McCormack, gerente del equipo de Diseño de Plataforma de Datos y líder del increíble diseño de su equipo. Su equipo crea interfaces de usuario para asegurarse que la gente (“no la gente que desarrolla, la gente común y corriente”) utilice el software de la plataforma de datos.
Aunque a nivel técnico todos ellos son diseñadores visuales, su equipo incluye animadores, diseñadores industriales, un biológo y alguien con un doctorado en psicología. “Sólo tres personas en esta sala tienen un grado adecuado para las cosas que hacemos. Buscamos la diversidad de pensamiento”, mencionó McCormack. “Yo quiero que la gente piense de manera diferente. Claro, esto es probablemente la parte donde les debería decir que era auditor de impuesto. Trabajé para Departamento de Recaudación de Oregon. Estaba en el lado oscuro. Luego obtuve una Maestría en ciencias de la información de la Universidad de Washington”.
Un miembro del equipo de McCormack pasó por ahí y, al escuchar el tema, se unió a la charla (el tipo de cosas que suceden docenas de veces al día, ahora que la gente no se encuentra aislada en oficinas privadas).
“¡Oye! ¿Tienes una Maestría? ¡Nunca nos lo dijiste!”
“Para qué, fue en 2016”, mencionó McCormack.
“Aún sí, wow, una Maestría – eso es impresionate”.
McCormack lleva ahora 15 años en Microsoft. Él y su equipo trabajaron duro en el diseño de su nuevo espacio porque como diseñadores, ellos necesitaban obtener inspiración de donde fuera. “Necesitamos buscar ideas que nos ayuden a avanzar, ya sea que vengan de ver videos, escuchar música, o dibujar sobre lo que sea”. O de bromas de equipo, como la ocasión que reemplazaron los botones en todas las máquinas de hielo en el edificio con pequeñas fotos de los raperos Ice Cube y Ice-T.
“Tratamos de ser un poco inesperados”, comentó con una pícara sonrisa.
Las ventanas gigantes en el vecindario de Diseño de Plataforma de Datos tienen vista hacia un patio expansivo que cuenta con ladrillos y mosaicos de metal. Desde lejos parece una especie de ajedrez de escala humana, pero de cerca, es una máquina del tiempo. Cada placa de metal tiene inscritos el nombre y fecha de productos pasados, una impactante colección de éxitos (Microsoft Word), cultura (la Guía de Vinos de Microsoft), curiosidades (Criaturas Peligrosas de Microsoft) y un poco de por qué esto dejó de suceder (Dinosaurios de Microsoft).
De vuelta dentro del edificio, un empleado sin zapatos descansa en el No Tech Lounge. ¿Qué negocio entre las empresas más grandes en tecnología ha construido un área designada libre de tecnología?
“Si trabajas y trabajas y trabajas en cosas sin ser capaz de tener momentos de calma, llegarás a un punto en el que vas a explotar”, mencionó Covarrubias, que lideró el rediseño. “Hay un propósito detrás de esto, no sólo se trata, ‘Vamos a poner algunos lugares divertidos’. Jugar, descansar – son muy diferentes, pero ambas ayudan a su mente para que puedan regresar frescos.
El Xbox Lounge – un espacioso cuarto con asientos tipo estadio, gabinetes llenos de videojuegos y dos grandes televisores de pantalla plana – rara vez está vacío, y rara vez quieto. Como el cercano No Tech Lounge, se trata de un lugar para que los empleados se desconecten – o en su lugar, se desconecten para conectarse con The Master Chief o Real Madrid para divertirse un poco.
“Está el trabajo y también están las largas horas y la necesidad de alejarse del trabajo. El cerebro necesita descansar para que cuando regreses, seas más inteligente. Estos espacios brindan a los empleados un lugar para reconectarse con ellos mismos y relajarse durante la semana para que no tengan que esperar al fin de semana para desconectarse por completo”, mencionó Covarrubias.
Detrás de una pared hecha de cuerdas delgadas y colgantes para asemejar enredaderas, se encuentra un cómodo lugar de reunión con sillas de respaldo alto o una silla de canasta colgante.
Den unos pasos fuera del camino mientras avanzan a través de Cascades y podrán encontrar un lugar apartado, para la reflexión o tan solo un bonito lugar para comer algún bocadillo. Es casi lo mismo en los edificios 16 y 17, donde los empleados pueden encontrar alcobas privadas para alejarse de la ruta. Detrás de una pared hecha de cuerdas delgadas y colgantes para asemejar enredaderas, se encuentra un cómodo lugar de reunión con sillas de respaldo alto o una silla de canasta colgante, un lugar para conectar su teléfono o laptop, y un lugar para acomodar su bebida. Es un gran escondite desde el cual se puede hacer una llamada telefónica, leer o mirar por la ventana de manera despreocupada mientras una brillante idea se materializa en su cerebro. Lleven su propio bocadillo.
En el atrio del segundo piso del edificio 16 está una de las joyas de la corona de la remodelación, un par de máquinas de expreso flanqueadas por un refrigerador lleno de leche. Durante las horas pico de cafeína (la energía de la mañana, el resto para la tarde), docenas de empleados hacen dos largas filas y platican mientras esperan hacerse su latte o su capuchino. Entre los habitantes del edificio se encuentran empleados que están ahí para llamadas las 24 horas cada vez para brindar soporte técnico para los clientes de nube de Microsoft.
“Lo menos que podemos hacer es comprarles una taza decente de café para darles energía para el día”, mencionó Liesche. “Es algo que apasiona a la gente, más que cualquier camiseta o viaje en bote que hemos hecho antes para levantar la moral”.
Ahora que los empleados se comienzan a acomodar en sus respectivos vecindarios, Liesche, el gerente de negocios del equipo, busca maneras para que los diferentes vecindarios interactúen entre sí – reuniones de helado, fiestas de pizza, visitas de cachorros en exteriores, y los nuevos y populares “Jueves Samosa”.
En el Building 16 Café, encontramos al Chef Ejecutivo Elijah Coe supervisando un lleno almuerzo de mitad de semana, que incluye un especial diario de su propia creación: Salmón King con souboise de limón preservado, estofado de tubérculos y béarnaise de higo.
Café 16 sirve a diferentes edificios que lo rodean y cuenta con una amplia variedad de opciones. Hay sushi, pizza, barra de ensaladas, una panadería francesa que hace casi todo desde cero y algunos platillos diarios únicos.
“No queremos que sea la típica cafetería de un trabajo donde la gente viene sólo porque no tienen otra opción”, comentó Daisy Mendes, gerente general de Café 16. “Queremos hacerla tan buena que la gente siempre regrese”.
Aquí no habrá contenedores de macarrones con queso servido con una cuchara de helado. El café utiliza ingredientes que en su mayoría son locales, orgánicos y de temporada, y sirve alimentos que de manera frecuente son experimentales.
“El Chef Coe siempre busca probar nuevas cosas e invita a los demás a hacerlo también”.
Coe ofrece clases de cocina semanales por la tarde, donde los empleados pueden aprender a hacer de todo, desde sopa de almeja a macarrones franceses.
Coe antes era chef en la Marina Real, donde por un tiempo cocinó para la Reina de Inglaterra y su familia a bordo del The Royal Yacht Britannia. Coe llegó listo para deslumbrar a la familia con sus habilidades en la cocina y se sorprendió cuando descubrió que los menús se enfocaban en comida simple y saludable que era local según el lugar en el que anclaran.
“Era una cocina inmaculada”, mencionó Coe. “Un día, probaba algo y por accidente puse la cuchara en mi bolsillo. El barco después se puso en alerta total cuando desapareció una cuchara real. Me metí en algunos problemas cuando resultó que estaba en mi bolsillo trasero”.
Coe ha cocinado para restaurantes de alto perfil y clientes de servicio de alimentos como Lincoln Center for the Performing Arts, el Museo Guggenheim, los Academy Awards y los Grammy.
“La comida es en verdad una manera de llegar a la gente”, mencionó. “La gente aquí trabaja duro. Quiero que sean grandes”.
Al final del salón encuentro a Travis Lowdermilk, el diseñador de experiencia de usuario para Visual Studio, que está sentado en el laboratorio de investigación de usuario y estudio de grabación en Building 16.
El y su hermano Ryan Lowdermilk conducen un podcast, llamado Windows Developer Show, que en estos momentos está en pausa, pero ha logrado tener hasta 40 mil escuchas al mes. Cinco años antes Travis y Ryan eran “fanáticos” de Microsoft que amaban el (en ese entonces nuevo) Windows Phone 7 tanto que decidieron lanzar un podcast para hablar sobre el desarrollo de aplicaciones para el teléfono. En ese entonces, Travis grababa desde la quietud de un armario en su casa, y Ryan desde una minivan en su garaje. El podcast ganó popularidad y ambos hermanos consiguieron trabajos en Microsoft.
De manera eventual, su rústico acomodo para podcast evolucionó a equipo de primera línea, que ahora vive en la cabina a prueba de ruido en el edificio 16. Los empleados de toda la empresa la utilizan para grabar podcasts con diferentes tópicos y para grabar audio para videos, demos o presentaciones de grado profesional.
“Estamos más que felices de ver que el equipo es utilizado cada vez más en Microsoft”, mencionó Lowdermilk.
Fuera de la puerta del estudio se encuentra un laboratorio de investigación de usuario de clase mundial donde los creadores de software pueden probar cómo la gente utiliza sus productos. Incluso hay un “Skypebot”, una especie de robot con una pantalla a la altura de la cara para conversaciones y reuniones en video más realistas.
Remodelar los edificios, casi como diseñar software, significa encontrar un balance entre preservar el legado mientras también te adaptas y evolucionas para la cambiante manera en que la gente trabaja”, mencionó Clarkson.
“Pueden comenzar desde cero. Creo que hay un mensaje más grande y bueno en eso”, finalizó.