Nuevas ideas y empleados llenos de energía impulsan los esfuerzos continuos de Microsoft hacia la equidad racial
Darrell Booker no confiaba en sí mismo para hablar en la reunión general que un vicepresidente de la compañía había agendado para discutir sobre el racismo el pasado junio de 2020. Estaba tan enojado que, por primera vez en sus 25 años de carrera en tecnología, no podía concentrarse en su trabajo.
El empleado de Microsoft dice que “se sentía como un zombie en el trabajo” en las semanas posteriores a George Floyd, un hombre de raza negra, que fuera asesinado por un oficial de policía en Minneapolis y el país estalló en angustia por la injusticia racial. “Estaba 100% distraído”.
Pero en lugar de contenerse, Booker se sorprendió al ser el primero en hablar en la reunión. Les dijo a sus colegas que, si bien no estaba molesto con la respuesta inicial de Microsoft, sentía que la empresa podía hacer más para llegar a las comunidades negras. Apenas unas horas más tarde, el ejecutivo que dirigió la discusión le pidió que evaluara un esbozo de una idea para hacer justo eso, brindar tecnología y soporte a organizaciones no lucrativas que sirven a personas negras y afroamericanas.
“Antes de que me diera cuenta, comenzamos a construir este programa, lo llevamos al equipo de liderazgo, obtuvimos fondos y entramos en modo de planificación completa”, comentó Booker.
El proyecto que ahora lidera Booker se convirtió en parte de la Iniciativa de Equidad Racial anunciada por el CEO Satya Nadella menos de dos semanas después, que incluye docenas de esfuerzos impulsados por líderes senior en Microsoft, para trabajar hacia una mayor equidad e inclusión racial tanto dentro como fuera de la empresa.
El presidente Brad Smith lidera el impulso para encontrar más universidades y organizaciones no lucrativas dirigidas por personas de raza negra con quien trabajar, incrementar la cobertura de banda ancha a más comunidades e impulsar los esfuerzos de justicia social de Microsoft. Amy Hood, directora financiera, está enfocada en traer más proveedores y socios, propiedad de personas de raza negra, a la red y banca de Microsoft, con más instituciones financieras propiedad de personas de raza negra. Y Kathleen Hogan, directora de personal, dirige los esfuerzos para reclutar, retener y promover a más empleados de raza negra, afroamericana, hispanos y latinos, así como para ayudar a fortalecer la cultura de la empresa con recursos como un conjunto de cursos obligatorios de aprendizaje de alianzas.
En junio de 2020, Microsoft asumió un compromiso de cinco años para abordar la injusticia y la inequidad raciales. La Iniciativa de Equidad Racial se centra en tres esfuerzos:
- Fortalecer los esfuerzos de la empresa en torno a la diversidad y la inclusión, con otra inversión de $150 millones de dólares en programas de entrenamiento y el objetivo de duplicar el número de empleados negros, afroamericanos, hispanos y latinos en posiciones de liderazgo para 2025
- Involucrar a su ecosistema mediante el uso de su balance y las relaciones con proveedores y socios para fomentar el cambio social
- Fortalecer las comunidades mediante el uso del poder de los datos, la tecnología y las asociaciones para mejorar las vidas de las personas de raza negra y afroamericanas en los Estados Unidos
Solo unos meses de sus nuevos roles, Booker y su equipo tuvieron que contratar a más personas para administrar todas las solicitudes que llegaban. El programa tuvo “un apoyo fantástico y una respuesta tremenda” cuando se lanzó de manera oficial el 3 de octubre de 2020, Booker comentó, a manera de broma, que necesita clonarse varias veces para mantenerse al día con todo.
“Soy solo un tipo que trabaja en esta empresa, pero la respuesta subraya la necesidad de prestar atención a esta comunidad”, mencionó.
Por lo general, las organizaciones no lucrativas tienen que pagar la tecnología con fondos que no están vinculados a programas específicos. Pero las organizaciones no lucrativas, lideradas por personas de raza negra, reciben los llamados fondos no restringidos a una tasa un 76% más baja que las lideradas por blancos, comentó Booker, lo que las deja en desventaja a medida que los donantes exigen cada vez más datos e informes para la rendición de cuentas. Por lo tanto, Microsoft se dirige a esas organizaciones benéficos con obsequios de dispositivos, software y servicios de consultoría para ayudar a reducir esa brecha, para que puedan fortalecer sus operaciones junto con sus relaciones con los donantes.
El grupo de Booker está a más de la mitad del camino hacia su meta del 30 de junio de llegar a mil organizaciones que apoyan, de manera principal, a comunidades negras y afroamericanas. Pero dice que ha quedado claro que es solo “una gota en un balde”, por lo que recibe la ayuda de colegas de ciencia de los datos para evaluar la necesidad y elaborar un plan “para mostrar un impacto holístico en todo el país”.
Como vicepresidenta de tecnología y responsabilidad corporativa, Shelley McKinley trabaja con Smith en sus programas bajo la Iniciativa de Equidad Racial. Uno de esos esfuerzos implica fortalecer la labor de Microsoft con las universidades, y ayudarlas a expandir sus programas de computación y ciencia de los datos al asistir con el desarrollo de planes de estudio y la investigación de políticas, ofrecer a empleados de Microsoft como conferencistas, vincular a las escuelas con reclutadores y especialistas técnicos de Microsoft, y más. Su equipo de tres agregó a una cuarta persona en noviembre de 2020 para trabajar con más colegios y universidades que han sido, a nivel histórico, de personas de raza negra, que ahora constituyen un tercio de las escuelas en el programa.
“Todo lo que hacemos escala hacia cómo se puede usar la tecnología para abordar los desafíos sociales y beneficiar a la sociedad de una manera que promueva una mayor inclusión económica y social”, comentó McKinley.
Su ámbito de competencia se extiende a un programa de reforma judicial iniciado en 2014, a raíz de un levantamiento por la muerte por disparos de la policía de Michael Brown en Ferguson, Missouri. A medida que los empleados de raza negra comenzaron a compartir sus experiencias con las fuerzas de la ley, incluido el hecho de ser sometidos a frecuentes paradas de tráfico, los colegas de toda la empresa comenzaron a buscar datos sobre vigilancia. El esfuerzo creció de manera rápida y ahora tiene a seis empleados asignados a tiempo completo, quienes pudieron expandir de manera rápida su alcance en 2020, para enfocarse en la rendición de cuentas de la vigilancia, el enjuiciamiento y la desviación: las piezas iniciales del sistema de justicia de los Estados Unidos.
“Somos una empresa de tecnología, por lo que estamos cualificados de manera única para usar la tecnología y los datos para marcar una diferencia positiva y ayudar a impulsar la reforma”, comentó McKinley. “No somos una organización de derechos civiles, pero lo que podemos hacer es asociarnos con grupos que trabajan en la primera línea de la reforma judicial y utilizar nuestra tecnología para acelerar su progreso de manera significativa”.
Su equipo ayuda a las organizaciones no lucrativas a acceder a los datos y hacer que sean más fáciles de usar y entender, otorgándoles información de valor para abordar los cambios necesarios en el sistema judicial. Doce nuevas asociaciones han comenzado, desde el verano pasado, a mejorar las políticas, programas y prácticas policiales, para desarrollar modelos innovadores para la seguridad pública y trabajar hacia la reforma de la fiscalía basada en datos.
“Cada gran iniciativa o programa que tenemos en la empresa comenzó con la idea de alguien”, comentó McKinley. “Así es como se logra el cambio en una empresa tan grande como Microsoft. Comienzas con una idea y no dejas de empujar”.
Mientras trabaja en el equipo de McKinley, Vickie Robinson siempre tiene a una persona en mente: su hermano menor.
Robinson nació de padres adolescentes en el centro de la ciudad de Milwaukee, en una situación que, según ella, la llevó a una infancia de limitaciones, suposiciones y techos artificiales sobre sus perspectivas de futuro. Pero fue la primera en su familia en ir a la universidad y a la escuela de posgrado y dice que ha sido “la beneficiaria de personas que brindan luz y oportunidades”.
Con el deseo de ayudar como la habían ayudado a ella, dice que comenzó a enfocarse en mejorar el acceso a internet de banda ancha con el reconocimiento de que “poder comunicarse es fundamental para poder participar en la sociedad de manera significativa”.
Robinson se unió a Microsoft seis meses después de la iniciativa Airband de la empresa, que comenzó hace cuatro años para reducir la brecha digital entre las zonas rurales y urbanas. Pero ella sabía, por experiencia personal, que las áreas rurales no son las únicas afectadas por la falta de acceso a internet.
“Es un gran y complicado problema cuando la mitad de la población del mundo no tiene acceso a banda ancha, así que es genial que hayamos expandido la iniciativa Airband como parte de nuestra labor para abordar la desigualdad social”, comentó.
Si bien el internet de alta velocidad a menudo no está disponible en esas zonas rurales, la situación en los centros urbanos se trata más de un tema de asequibilidad.
Es una elección financiera con la que Robinson puede identificarse, al recordar cómo su madre tuvo que priorizar mientras la criaba a ella y a su hermano pequeño. Él ahora es un conductor de operaciones para el departamento de obras públicas de Milwaukee, que se encarga de retirar la basura y la nieve de la ciudad. Robinson dice que él y su familia dependen de los teléfonos móviles en lugar de pagar por la banda ancha y los dispositivos necesarios para usarla.
A su hermano le encantaría comenzar su propio negocio, comentó Robinson, pero está limitado por la tecnología: sus datos están limitados y es difícil solicitar un préstamo comercial en un teléfono móvil.
“¿Qué pasaría si pudiera obtener banda ancha, y si la gente le enseñara a usar la tecnología de una manera que fuera relevante y lo impulsara a él y a sus aspiraciones empresariales?”, reflexionó. “Él es mi caso de estudio no tan secreto y mi pasión”.
Microsoft trabaja con socios en ocho ciudades para ofrecer servicios asequibles de banda ancha junto con dispositivos de bajo costo y capacitación en habilidades digitales. El programa piloto se lanzó en septiembre de 2020 y ya ha conectado a 1,500 hogares en Los Ángeles, lo que permite a los niños acceder a clases en línea y a los afectados por COVID-19 obtener ayuda con la atención médica y las finanzas.
En el ámbito bancario, Microsoft trabaja para duplicar el volumen de sus inversiones con instituciones financieras que son propiedad de personas de raza negra, afroamericanos y minorías, comentó el tesorero Tahreem Kampton. También invierte $100 millones de dólares en capital para que dichos bancos presten a empresas o propietarios de viviendas, además de hacerse cargo de préstamos de instituciones de depósito lideradas por minorías, para liberar sus balances y poder invertir más capital en sus comunidades desatendidas.
Además, el equipo de tesorería de Microsoft desarrolla 10 conceptos innovadores que creen ayudarán a crear un sistema financiero más equitativo en Estados Unidos, comentó Kampton, y está por delante de un objetivo de tres años para otros proyectos ya anunciados. El grupo idea estrategias para proporcionar formas adicionales de capital, como préstamos y capital, que tendrían un impacto más amplio al permitir que los bancos realicen inversiones a más largo plazo en sus comunidades, mencionó. Los nuevos esfuerzos amplían la historia de 20 años de la empresa, de colocar depósitos en bancos que prestan servicios a vecindarios desfavorecidos en todo el país. Cuando el huracán Katrina azotó Nueva Orleans en 2005, por ejemplo, Microsoft apoyó la recuperación económica de la región al mantener un gran depósito en un banco allí, lo que permitió que esos fondos circularan entre los residentes y negocios locales.
“El daño causado por estructuras centenarias que se construyeron con una visión diferente a la que tenemos ahora en torno a la equidad, llevará tiempo y voluntad para cambiar”, comentó Diana Navas-Rosette, quien lidera la estrategia e innovación en el equipo de diversidad e inclusión global en Microsoft. El compromiso de Microsoft por el cambio en toda la empresa y el país “requiere de un enfoque, de renovar el compromiso de manera frecuente, y de estar abierto a recuperarse de los errores”, comentó.
Navas-Rosette ha trabajado en esfuerzos de diversidad la mayor parte de su vida, desde que emigró a Florida desde Colombia cuando era adolescente y descubrió que tenía que demostrar de manera constante su valor para superar las barreras estructurales en medio de una nueva cultura e idioma, donde a menudo la dejaban a un lado. Por eso, parte de ella se impacienta con la lentitud de la mayoría de los esfuerzos por lograr una mayor equidad.
Sin embargo, al mismo tiempo, dice, “es una locura pensar que en el espacio de sólo seis meses tuvimos las conversaciones difíciles, conectamos con expertos para aprender más, desarrollamos contenido de aprendizaje, analizamos con detenimiento los procesos y lanzamos nuevos programas. Ha habido muchos avances, aunque es posible que todavía no sean tangibles para muchas personas”.
Por ejemplo, puede llevar años ayudar a las personas a alcanzar ciertos niveles de liderazgo a través de varios roles y experiencias, dice Jonathan Budden, quien lidera la gestión de talento ejecutivo de Microsoft y trabaja con Nadella y su equipo de liderazgo senior para guiar la forma en que se desarrolla y asciende a los empleados. Pero con el «incansable esfuerzo de su equipo hacia la equidad de talento», dice, ya hay señales visibles de progreso a medida que los ejecutivos se conectan con grupos más amplios y diversos de líderes potenciales.
De arriba hacia abajo, Microsoft tiene el deseo, la energía y los compromisos financieros necesarios para participar en este trabajo, dice Navas-Rosette. El tiempo y la confianza son los mayores desafíos, dice, porque la gente está molesta y quiere ver resultados inmediatos, y porque hay mucha desconfianza en el sistema. Por lo tanto, los líderes tratan de ser transparentes sobre el progreso de los esfuerzos en curso y de crear marcadores de responsabilidad.
La compañía reunió a los mejores expertos en academia, derecho, ciencias del comportamiento y cambio social el 17 de marzo para un evento digital llamado «Include 2021«, destinado a compartir ideas sobre la mejor manera de acelerar los esfuerzos de diversidad e inclusión e impulsar cambios sistémicos e individuales.
«Esta es una oportunidad para hacer una pausa y confrontar las realidades de lo que ha sido y lo que se requerirá para cambiar mentes, corazones y sistemas», dice Navas-Rosette. «Debes entenderte a ti mismo y los sistemas en los que operas, y luego puedes comenzar a buscar formas de efectuar cambios y qué pasos se pueden tomar con rapidez o qué áreas requerirán más trabajo y colaboración».
Wendy Ditmore, líder senior de mercadotecnia para Partner Network de Microsoft, señala algo en su vida personal que la inspiró a ayudar a impulsar el éxito de las startups propiedad de personas de raza negra: su hijo de 13 años salió el año pasado como no binario, con una identidad de género que no es solo masculina o femenina. Ditmore dice que en un principio fue difícil para ella aceptarlo, pero la llevó a una revolución profesional.
“Llegué a comprender que hay tantas personas como mi hijo que tienen límites o estereotipos que romper, o que ven que no hay una casilla que marcar para poder encajar”, dice Ditmore. “Es importante para mí ahora luchar por las personas subrepresentadas. Me di cuenta de que necesito usar esa experiencia para tener los ojos abiertos y llevarla al trabajo que hago todos los días para asegurarme de que marco una diferencia «.
Ver el impacto emocional que los disturbios del año pasado tuvieron en su hijo despertaron el deseo de Ditmore de involucrarse. Se ofreció como voluntaria para la conferencia Black is Tech en septiembre de 2020, y ocupó un puesto de Microsoft a pesar de que no creía que tuviera nada que ofrecer en el evento como mujer blanca.
“Pero no dejo de levantar la mano y de ofrecerme como voluntaria, incluso si me hace sentir incómoda”, dice.
Escuchó y aprendió, y en poco tiempo se dio cuenta de su nicho: ayudar a las empresas que son socias de Microsoft, propiedad de personas de raza negra, a crecer más rápido.
Ditmore obtuvo la aprobación para desbloquear los beneficios de marketing de alto nivel gratuitos de Microsoft, reservados por lo general para socios más establecidos, para impulsar el éxito de las startups propiedad de personas de raza negra, y ayudar a igualar la red de socios, que se compone de 64 mil empresas que desarrollan sus negocios en torno a las tecnologías de Microsoft. El programa ayuda a los socios subrepresentados a crear materiales comerciales, impulsar campañas en línea y optimizar sus listados para que los clientes puedan encontrarlos con más facilidad.
Su equipo también produce podcasts con socios negros y afroamericanos para asegurarse de que todos los emprendedores vean a otros como ellos dentro de la red y puedan identificarse con las oportunidades. Hasta ahora, la compañía ha otorgado beneficios de mercadotecnia a 75 empresas emergentes que son propiedad de personas de raza negra, la mayoría de las cuales le dijeron al equipo de Ditmore que no tenían idea de que a Microsoft le importaría algo como la equidad racial en la red de socios.
«Ese es el mayor desafío, es romper esa percepción de que Microsoft es grande e inaccesible, para llegar a estos emprendedores», dice Ditmore. “Pero tenemos un líder que hace todo lo posible para poner el poder de los recursos de Microsoft detrás de todo lo que podamos hacer para ayudar. Todos somos seres humanos, y todos nos preocupamos y sentimos el dolor de la injusticia y queremos ayudar «.
Imagen principal: Darrel Booker en Atlanta (Foto por DV Photo Video)