¿Por qué las niñas pierden interés en STEM? Una nueva investigación tiene algunas respuestas – y qué podemos hacer al respecto
Nadie la iba a detener. Nadie. Sin duda ninguno de los otros estudiantes que se burlaban de ella por levantar la mano en clase, muchas veces, para hacer preguntas. Era matemáticas en octavo grado, y era difícil. Hizo una pregunta al profesor. Luego otra. Y otra más. Cada clase, el ejercicio era el mismo: Lavar, enjuagar, repetir.
“La gente se burlaba de mí porque hacía muchas preguntas”, comenta Kennedy Sampson, que ahora se encuentra en una escuela secundaria en Maryland. “Pero necesitaba entender… tenía que hacer lo que hacía”.
La determinación y agallas de Kennedy la convierten en una buena candidata para tener éxito en matemáticas.
Su voz estaba entre las más de 6 mil niñas y mujeres en Estados Unidos de entre 10 y 30 años que fueron entrevistadas para un estudio sobre educación STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) lanzado de manera reciente. Este estudio, realizado por Microsoft en asociación con KRC Research, muestra que a pesar de la alta prioridad que se ha otorgado a STEM en las escuelas, los esfuerzos para expandir el interés y el empleo femenino en STEM y las ciencias de la computación no han funcionado tan bien como se espera. Esto es en especial verdadero en tecnología e ingeniería.
Mientras que la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos predice que los profesionales en tecnología experimentarán el más alto crecimiento en número de trabajos entre ahora y 2030, es probable que sólo una fracción de niñas y mujeres busquen carreras que les permitan llenar esas posiciones.
Las razones van desde presión de grupo, a una falta de modelos a seguir y apoyo por parte de los padres, así como de profesores, a una percepción general errónea de cómo son las carreras STEM en el mundo real. Pero la investigación también apunta a maneras de apoyar mejor a las niñas y mujeres en STEM. Estas incluyen:
- Brindar a los profesores un plan de estudios más atractivo y cercano a STEM, como proyectos prácticos y en 3D, los tipos de actividades que han probado ser de ayuda para mantener el interés a largo plazo de las niñas en STEM. (“Mi profesor nos hizo construir un cohete especial con otros estudiantes, eso hizo que me interesara un poco en STEM porque me gusta construir y crear”; comenta una niña de escuela media entrevistada para el estudio).
- Incrementar el número de mentores y modelos a seguir en STEM – padres incluidos – para ayudar a construir en las niñas la confianza de que pueden tener éxito en STEM. Las niñas que son motivadas por los padres son dos veces más propensas a mantenerse en STEM, y en algunas áreas como ciencias de la computación, los padres pueden tener una mayor influencia en sus hijas que las madres, y es menos probable que las mamás hablen con sus hijas sobre STEM, según muestra el estudio. (“Crecí con la motivación de mi madre de siempre aprender más, un papá que es ingeniero y un abuelo que es químico, ellos dos siempre estaban emocionados por responder mis preguntas, apoyarme y enseñarme”, comenta una mujer de 27 años entrevistada para el estudio).
- Crear aulas y lugares de trabajo inclusivos que valoren las opiniones femeninas. Es importante celebrar las historias de mujeres que se encuentran en STEM en la actualidad. (“Sería increíble ver a mujeres en carreras STEM en posters en los pasillos, en nuestros textos de historia y ciencia, y que visitaran nuestras clases”, comenta una niña de 14 años que se encuentra en octavo grado. “No sé en qué enfocarme. Pero mis pruebas dicen que soy una buena ingeniera y quisiera saber cómo es eso en la vida real”.)
Peggy Johnson, una ingeniera que ahora es Vicepresidenta Ejecutiva de Desarrollo de Negocios en Microsoft, no sabía cómo era ser ingeniera – hasta que llegó a la universidad. Ella comenzó sus estudios en una carrera de negocios. Era su primer año, con un trabajo como repartidora de correo en el campus, cuando llevó unos paquetes al departamento de ingeniería – y todo de pronto cambió.
“Las dos mujeres detrás del escritorio estaban super emocionadas de ver a una mujer entrar, porque pensaron que iba a pedir información sobre ingeniería, pero yo no iba a eso”, comenta Johnson. “Sólo iba a dejar el correo, no podía entender su emoción. Y me hablaron sobre ingeniería, y me hicieron ver lo que una carrera en ingeniería podía hacer por mí. Ellas dijeron que, en ingeniería, puedes trabajar en los problemas más grandes del mundo y ayudar a resolverlos”.
Esa noche, Johnson pensó sobre lo que le dijeron las mujeres. Justo al día siguiente se cambió de carrera.
Sus padres apoyaron su decisión. “En realidad fue mi mamá, que creció en otra época, cuando las mujeres no iban a la escuela, quien dijo, ‘¡Creo que va a ser una carrera fantástica para ti!’ porque ella vio mi amor por las matemáticas y la ciencia todos esos años”.
Su madre la motivó a “seguir adelante”, durante los “desafiantes altibajos de seguir una carrera en ingeniería”, comentó Johnson. Los “bajos” incluyeron a un profesor que trató de disuadirla de seguir en su carrera.
“Estudiaba para ser ingeniera eléctrica, pero tuve que tomar algunas clases en ingeniería mecánica. Por la razón que fuera, no era tan hábil en ese campo, así que batallé bastante. Fui a platicar con el profesor muchas veces. Y él me dijo, ‘No creo que sea la carrera adecuada para ti”.
“Casi me convenció”, menciona. Pero su madre habló con ella. “Sé que seguirás ahí” – y Johnson lo hizo.
Mantenerse es algo que las niñas necesitan ser motivadas a aprender, comenta Reshma Saujani, fundadora y CEO de Girls Who Code, cuya misión es cerrar la brecha de género en tecnología. Esta es una de las muchas organizaciones no lucrativas STEM apoyadas por Microsoft Filantropía.
“Debemos repensar la manera en la que criamos a nuestras niñas”, comenta Saujani. “A los niños se les invita a tomar riesgos; a las niñas no. De hecho, ellas sienten que deben ser perfectas en todo lo que hacen; ven una ‘B’ en matemáticas como algo malo”.
“Debemos enseñar a las niñas a no ser perfectas”.
Cuando se trata de ciencias de la computación, “El proceso de aprender cómo codificar es aprender cómo fallar”, comenta Saujani. “Necesitamos enseñar a las niñas que está bien sentir esa incomodidad de no saber de inmediato la respuesta correcta”.
Ella también enfatiza la importancia de tener un papá que “no te mime, que te motive a probar cosas nuevas. Tienes que inspirar a las niñas a probar cosas en las que tal vez no sean buenas”, menciona.
La hija de John Sheehan siempre ha sido buena en matemáticas, pero aún así, él vio que era desmotivada en clase, incluso de manera indirecta.
“Iba a sus escuelas, para las actividades de padres, y recuerdo cómo los profesores de matemáticas elogiaban a los niños”, de manera regular, pero a las niñas no tanto.
Eso no era aceptable para Sheehan, Ingeniero Distinguido en Microsoft. Aunque su hija no decía que se sentía desmotivada, en ocasiones él lo notaba.
“Ella decía, ‘Matemáticas es difícil’, y el respondía, ‘Sí, es difícil para todos – pero puedes hacerlo’. Era este tipo de sentimiento velado de que la sociedad le decía que los niños eran mejores en matemáticas. Esto la hizo pensar que cuando tuviera un problema con un tópico en particular, tal vez tuviera que ver con el hecho de que era mujer. Mi trabajo como padre era erradicar esa creencia.”
Sheehan es de los empleados de Microsoft que son voluntarios para educar a las niñas sobre ciencias de la computación y STEM. También inició una fundación para niñas y STEM en su alma mater en Boston.
Toni Townes-Whitley, Vicepresidenta Corporativa para Industria en Microsoft, tuvo una experiencia similar en la escuela a la que tuvieron Johnson y la hija de Sheehan. Un profesor de química en la secundaria era “parcial con mis compañeros hombres”, y “no motivaba a las niñas a seguir las ciencias ‘duras’”.
Townes-Whitley no dejó que parara ahí.
“Una vez que reconocí ese prejuicio, me puse como objetivo conectar con otras estudiantes mujeres, estudiar juntas y superarnos de manera colectiva en clase”, menciona.
Ese espíritu de determinación se mantiene en su rol actual. “Es crítico ofrecer mentoría a las niñas desde el aula a la sala de juntas, a través de todo el ciclo de la carrera en STEM”, ella menciona. “La investigación ha indicado que hay ‘intersecciones de salida’ en diferentes niveles educativos donde las niñas dejan los programas STEM alrededor de la escuela preparatoria, la universidad y en posgrado”.
“Es importante motivar, inspirar y apoyar para mantener el curso, y presentar de manera diferente las carreras STEM”.
Mary Snapp, Vicepresidenta Corporativa y Jefa de Microsoft Filantropía, está de acuerdo con esto. “A menos de que las cosas cambien más rápido, muchas de estas niñas parte de una generación brillante y esperanzadora no entrarán en estos campos”, escribió en un texto reciente. “Estas son algunas de las razones por las que Microsoft Filantropía ofrece subvenciones a organizaciones no lucrativas que priorizan el incremento de la diversidad en ciencias de la computación, y más de la mitad de los beneficiarios son mujeres”.
Snapp comenta que Microsoft encargó la investigación para entender mejor qué causa que las niñas y las mujeres jóvenes abandonen los estudios STEM, qué se puede hacer para solucionar el problema y compartir con otros esos aprendizajes.
Helen Chiang, Gerente General de la Franquicia Minecraft, comenta que sus dos padres motivaron su temprano interés en STEM. Cuando ella estaba en preparatoria, su madre la llevó a la universidad local “a diario para que pudiera tomar matemáticas y ciencias a nivel superior con los universitarios”.
Cuando Chiang no sentía un desafío suficiente en su plan de estudios normal de la universidad – y “era considerada rara/nerd/geek por el resto de la clase porque era muy buena en matemáticas y ciencias” – sus padres entraban a escena una vez más.
“Ellos apoyaban mi pasión e intereses al encontrarme un programa universitario de matemáticas y ciencias para que pudiera aprender y ser desafiada en un ambiente con otros chicos como yo”, comenta, y destaca: “Es muy difícil ser alguien atípico, en especial durante la adolescencia”.
“Aprender en una comunidad de colegas que tenían intereses similares me convenció de no dejar STEM muy pronto por no ser considerada popular en mi universidad regular”.
Chiang comenta que donde ella creció, “no era algo popular que las niñas fueran inteligentes o se interesaran en temas desafiantes dentro de STEM. Pasé por un periodo de duda y de fingir que no entendía algún tema, o bajar mi nivel para ser aceptada. Debo darle crédito a mis padres, que reforzaron en mi desde una temprana edad que es mucho más importante siempre ser curiosa, siempre aprender y no dejar de desafiarme – que ser aceptada. Los amigos y la popularidad llegan y se van, pero lo que está en tu cerebro se mantiene de por vida”.
Peggy Johnson avala lo anterior. Después de graduarse de la universidad, fue a una entrevista de trabajo con una empresa que estaba ubicada en otro país.
“No creo que supieran que Peggy era un nombre femenino”, comenta. “Y entré por la puerta y me senté, y el entrevistador me miró y dijo, ‘¿Por qué estás aquí?’ Yo dije, ‘Publicaron este trabajo en ingeniería’. Y luego él agregó, ‘Lo siento, no contratamos mujeres ingenieras’. Después se levantó y dejó la sala”.
Johnson recuerda mirar las paredes que la rodeaban y pensar, “Bueno, creo que la entrevista ya terminó”.
Tomó su currículum y salió, sin dejar que ese revés la venciera. Pronto, la pérdida sería para Qualcomm y más tarde, sería la ganancia de Microsoft. Y en 2017, Johnson estuvo clasificada número 1 como la ingeniera mujer más poderosa en Estados Unidos por Business Insider.
Foto principal: La estudiante Jill Kumasaka comenta sobre problemas en STEM durante una sesión en Franklin High School con otras estudiantes, donde Amy Hood, CFO de Microsoft, habló durante el Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo de 2018. (Foto: Dan DeLong)